El orgullo de un Malfoy
D/Hr «La vida es desierto y oasis, nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonista de nuestras propias historias»
Disclaimer: Ya saben que los personajes pertenecen a J.K, qué más daría yo porque no fuera así. Pero esto es solo para divertirme, y sin ningún fin lucrativo.
Capítulo 1: Camino a Hogwarts
Éstas, sin duda, habían sido las vacaciones más duras para Harry. Era verdad que los Dursley lo molestaban menos debido a la advertencia de la Orden del Fénix, pero la tristeza lo embargaba de una forma terrible.
Las esperanzas que habían renacido en él estaban muertas y era su culpa aunque dijeran lo contrario. Si bien era verdad que tenía dos maravillosos amigos y muchas personas que lo querían mucho, había sido diferente. En los dos últimos años Sirius era lo más cercano a familia que había tenido, y ahora estaba muerto.
Primero le había costado aceptarlo y luego lo había invadido una ira incontrolable. Aún lo recordaba todo como si hubiese sido ayer. Tantas cosas habían pasado en una horas tanto dolor, tanto rencor habían pasado por su corazón. Pensó en Dumbledore, en la conversación en su oficina… Entendió muchas cosas a partir de ese momento, sin embargo, habían surgido demasiadas preguntas.
Su cumpleaños ya había pasado. Todos su amigos habían mandado regalos ya que la orden había determinado que era mejor que Harry permaneciera en Privet Drive tranquilo un tiempo más. Esto no había molestado a Harry, sabía que era necesario pero además estaba tan triste que pensó era mejor así.
Todos habían mandado regalos y cartas, en las que trataban de animarlos, ahora que lo recordaba sonreía, sus amigos siempre habían estado ahí por eso había tomado la decisión de ser fuerte por ellos, por Sirius.
Acaba de entrar Hedwig por la ventana y traía dos cartas para él. Una era de Hogwarts y la otra de Ron. Harry abrió primero la del Colegio que decía:
Señor Potter:
Le informamos que debido a algunos problemas por compromiso de los examinadores al igual que al resto de los alumnos las notas de los TIMOS serán entregados luego del ingreso a la escuela de los estudiantes
Debe usted estar en el andén 9 ¾ el día primero de septiembre.
Necesita llevar los útiles escolares que se adjuntan.
Atte.: Profesora McGonagall.
Harry dejó a un lado la carta de Hogwarts pensando que los TIMOS se le habían olvidado completamente con tantas cosas que habían sucedido. Miró la carta de Ron y la abrió: le decía que la orden lo buscaría el 1º de septiembre y que lo vería en el andén. ¡Cuántas ganas de verlos a él y a Hermione! Quería saber cómo estarían también Neville, Luna y Ginny. Todos se habían portado tan bien con él, incluso Ginny no había sido la niña de años anteriores… Se había comportado como toda una amiga.
Pensó que era hora de volver a Hogwarts, solo faltaban 5 días, su hogar después de todo lo estaba esperando.
Trascurrió rápido el tiempo. Ojo Loco transportó a Harry a la estación de trenes y al entrar al andén Harry a la primera persona que vio fue a Lupin. Una inevitable lágrima corrió sobre su mejilla… los recuerdos fueron demasiado fuertes
Pero había decidido ser fuerte. Se secó esa lágrima que había escapado contra su voluntad y recibió un abrazo de Lupin que al separase le dijo
— Quiero que sepas que estoy aquí se lo que sientes, y estoy aquí.
Aquellas palabras significaban tanto para él que solo pudo decir:
— Lo sé, gracias…
En ese momento vio a Ron y este venía hacia él. Se dieron un cálido abrazo.
— ¿Estas bien? Estaba loco por que llegaras ¡Cómo te demoraste! Para colmo Hermione que no ha llegado.
— Me alegro de verte Ron a ti también
Estaban tan contentos de volver a verse, solo esos momentos le hacían olvidar. La estación estaba llena de estudiantes por todos lados, eran de diferentes casas y se saludaban entre sí. Algunos, al parecer de 1º año, miraban extrañado este nuevo mundo en que se convertía Hogwarts. Ron le señaló a Harry hacia una esquina de la estación. Allí se estaba la señora Weasley que conversaba con Lupin.
— Harry, ¡pero qué preocupada me tenías! —Sonrió—. ¡Cómo has crecido! Pero seguro que no te han alimentado bien esos Dursley. —Terminó de decir, y lo abrazó con fuerza.
— Estoy bien, gracias…
— Mamá ¿dónde está Ginny?
— No lo sé, Ron. Dijo que iría a revisar si había llegado Hermione.
En ese momento señaló hacia el frente:
— Miren ahí están.
Hermione le dio un abrazo a Ron y uno Harry:
— ¿No me extrañaban?
— Por supuesto, hace meses nadie me habla de libros. —Le dijo riendo Ron
— Estábamos muy preocupados por ti, Harry.
— Lo sé Hermione. Yo también los extrañé mucho.
En ese momento vio a Ginny que había llegado con Hermione. En los últimos años había crecido mucho, pero parecía que aquellas vacaciones la habían hecho no solo crecer, sino madurar.
— ¿Cómo estás, Harry? —Preguntó—. ¡Me ha costado un trabajo encontrar a Hermione!
— Bueno ya están aquí y es hora de que comiencen a subir al tren. —Dijo la señora Weasley
Todos reían con las ocurrencias de Ron que hacía lo posible al igual que los demás por alegrar a Harry.
Desde lejos alguien más veía esta escena, y sus ojos grises se nublaron por el rencor, las ansias de venganza y el odio que sentía hacia aquellos que se veían tan felices, especialmente hacia Potter. Era Draco Malfoy.
De pequeño le habían enseñado a odiar, era su orgullo el llegar a convertirse en todo eso que desde niño le habían inculcado. Ser el mejor.
Su padre quería que él fuera el mejor, que siguiera sus conceptos, y el odio hacia aquello que no pensaban eran igual. Tratar a la gente siempre de forma superior, no sabía lo que era el amor, el cariño, pues aquello en un Malfoy era considerado debilidad. Su futuro era convertirse en un mortífago, seguir los pasos de su padre.
Cuando entró a Hogwarts lo habían situado en Slytherin, justo como su padre quería, pero a partir de aquel momento se había metido Potter. Arruinándolo todo, siempre llamando la atención. No entendía por qué, solo era un muchacho insignificante, tan presuntuoso y arrogante. Haciéndose siempre el mártir y arruinando sus planes y aspiraciones.
Le había fallado a su padre. Cuando habían ido a verlo a Azkaban lo regañó y humilló por no haberle quedado bien, le dijo que ya no era un niño, que siempre se dejaba ganar por ese Potter, que...
No, no quería recordarlo se había sentido muy mal, pero ya sabía como remediarlo. Este año acabaría con Harry Potter, para que su padre estuviera orgulloso y lo felicitara, después de todo eso era lo que siempre había querido. Hallaría la forma, sí lo haría.
En ese momento llegaron sus dos 'amigos'. Ni él mismo creía que lo fueran pero, eran tan tontos que hacían todo lo que él decía y no iba a desperdiciar eso.
—Draco, es hora de subir al expreso.
—Sí, vamos. —Fue su respuesta.
Todas las muchachas lo observaban… Este año se veía mucho mejor no solo los ejercicios le asentaban bien sino también los sucesos que habían acontecido durante el curso anterior y en esas vacaciones. En su casa tuvo que asumir muchas responsabilidades mientras su padre estaba en Azkaban, después de todo aquello no duraría mucho, él lo sabía. Aquello al contrario de lo que podría esperarse le había dado a su porte arrogante, orgulloso y a la vez misterioso un toque especial que años atrás no tenía.
Llamaba mucho la atención aquel rubio tan impresionante, tanto de las nuevas como de otros años habían muchachas que se le quedaban mirando, alguna se comentaban el trofeo que sería Draco Malfoy, otras sinceramente enamoradas suspiraban al verlo pasar.
Él lo sabía y por eso hacía menos caso a aquellas que con una simple mirada creían que habían llegado al cielo. Le divertía y ponía su orgullo por las nubes, después de todo era un Malfoy.
En ese momento se apareció Pansy que como siempre enseguida aprovechó para empezar a meterse con él. Draco no sabía precisamente qué sentía. A veces le tenía lastima, otras simplemente quería que estuviera bien lejos de él, llegaba a irritarlo.
Sabía que su familia quería que se casara con ella para mantener unidas las dos familias y la sangre limpia por eso la soportaba e incluso mientras no fuera muy pesada sentía algún tipo de cariño. Pero él sabía que no era amor, ni siquiera sentía pasión o deseo hacia ella, prefería acostarse con muchas otras que con ella, pero la sobrellevaba.
En cuanto subieron al tren mandaron a llamar a los prefectos, estaban en la sala todos excepto Ron que lo habían mandado a revisar un compartimiento en el que lo necesitaban a un prefecto.
Todas las muchachas que estaban de una forma u otra miraban a Draco, todas intentaban coquetear menos una y esa era Hermione. Esto le llamó la atención.
La verdad era que si a alguien se podría decir que el odiara más que a Potter esa sería ella. Siempre tan sabihonda y perfecta y defendiendo siempre a su amigo, era una sangre sucia, ella también pagaría sus ofensas y por ser tan odiosa.
La verdad era que ahora que la miraba de cerca se había puesto muy bien en los últimos tiempos, era muy bella y tenían un cuerpo hecho a la medida, tenía que reconocer que era muy inteligente, y tenía algo que la hacía perfecta aunque no quisiera aceptarlo, le habría gustado que fuera para él, si no hubiera sido una sangre sucia que maravilloso sería besar esos labios...
Mientras pensaba en esto no se percató que todos veían como él observaba a Hermione embelesado. Al salir de su trance no supo qué hacer, por suerte un ruido del otro lado del tren distrajo la atención de todos, lo que alivió a Draco.
Sin embargo, Hermione si se percató aunque no le dio importancia y siguió escuchando lo que se decían pensando que tal vez fue solo había sido su imaginación.
Terminaron de dar algunas indicaciones a los prefectos sobre el nuevo curso y lo que debían hacer. Luego se les dijo que podían marcharse. Todos salieron y en su mayoría se dirigieron hacia la derecha donde quedaban casi todos los vagones, solo dos de los prefectos por ironías del destino fueron hacia la izquierda.
Eran Draco y Hermione.
o§o§o
Notas de autora:
Primero que todo decirles que este es mi primer ff, lo publico en el foro de Warner. Sé que tiene miles de cosas que bueno, no son las mejores, pero digamos que por el camino aprendo…
Pero bueno… ¿Qué les ha parecido? Sé que ni les llega a los talones a algunos que hay por aquí, pero hago el intento, poco a poco mejoro…
Cliché de todos lo fics: no saben cómo le ilusiona a esta autora ver los review que puedan mandar, aunque sean críticas, las recibo muy gustosa para mejorar. Así que please, no lleva mucho tiempo, RR. Miren el botoncito que dice GO, y luego me escriben…
Espero poner más en unos días ¿sí?
Chau,
«Lara, Orgullosa Miembro de la Orden Draconiana»
"No se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos"
