Hace ya mucho tiempo que no se sabe nada de Candy por lo menos por acá en México en televisión abierta así que no me hago responsable de cómo quede je, je... pero igual espero que les guste...
Al final del día, Terry estaba completamente agotado, había ensayado varias horas, ahora, tenía que volver a casa al lado de una mujer a la que no amaba, pero que por propia desición ahora la había atado a el, así que dedicio mejor pasar un rato a la plaza que le quedaba muy cerca del lugar de ensayo y asi tomar un rico café, pues por amor a la mujer que un día tuvo entre sus brazos y la dejo ir había decidido dejar de tomar...
-Pero nunca- pensaba y se repetía a si mismo Terry, con los ojos cristalinos y rojos por las lagrimas –Nunca podré cumplir la promesa... si no estoy contigo...-.
Y con ojos húmedos y las mejillas con unas gotas cristalinas que las recorrían con tristeza caminó rumbo a la plaza esperando encontrar un buen lugar para tomar su café, encontró una pequeña cafetería y se dirigió hacia allí, más que nada por la curiosidad ya que estaba contaba con un nombre por demás atrayente para el.
Su típica cabellera larga y castaña dejaba ver unos ojos tristes, portaba su gabardina negra que con el cuello alzado cubría parte de su cara, por camisa llevaba una color rojo quemado abierta hasta los primeros 4 botones, dejando ver un pecho bien marcado y algo quemado por sus continuos ensayos bajo el sol, su pantalón era de mezclilla negra, no era flojo pero si lo suficientemente ajustado como para notar unas piernas fuertes, sus zapatos como siempre estaban impecablemente limpios a pesar del constante viento y lluvia que levantaba tierra y lodo y ensuciaba a cuento transeúnte pasaba.
Se dirigió a aquel lugar cabizbajo y algo malhumorado, debido a su agotamiento por el ensayo, llego al lugar y nuevamente miro el letrero con el nombre de la cafetería y una sonrisa apenas perceptible, que para muchos tan solo hubiera sido una mueca, se dibujo en su boca y corazón, pues tenía la esperanza que aquel lugar le trajera de nuevo consigo a su verdadero amor.
Al entrar noto que era un lugar muy agradable, bañado de cierto romanticismo y encanto, apenas hubo visto una mesa sola se dirigió a ella, se sentó y llamo a una camarera, la cual pronto asistió y tomo su orden, mientras ella volvía Terry analizaba su vida, recordando los bellos momento que paso al lado de aquella rubia que un día fue suya... su único amor, claro al lado de su ahora esposa también había tenido sus bueno momentos, pero..
-No es amor...-pensaba Terry con amargura en su corazón –Fui un tonto debí luchar por ella- se dijo así mismo mientras la camarera le sonreía por la escena que había presenciado.
Se dispuso a tomar su café, su olor y aroma le resulto esquistito –Un sabor extrañamente familiar...-pensaba mientras le daba un sorbo al café que degusto como nunca antes había hecho desde que su vida se había quedado sin amor...
-Oh¡, Candy fui un verdadero cobarde y un imbécil pues he hecho sufrir a dos mujeres que verdaderamente me aman..., pero aun tengo tiempo... puedo hacer algo...,-y por su repentino levantamiento derramo el café el cual se vertió por toda la mesa mojándole los pantalones –Por suerte eran negros... pero si quiero empezar de nuevo, debo empezar por estos pantalones...-
La camarera de nuevo asistió a tenderle sonriéndole por el bochorno que había tenido hace un momento y limpio y se marcho sin decir nada. Terry se marcho del lugar pagando el café y dejando una muy buena propina para la mesera.
Camino alegre por la plaza, se sentó a observar la fuente y meditar sobre que tendría que hacer, el pantalón mojado ya no le importaba al fin que eso se podía arreglar. Procedió a caminar rumbo a su casa, esta vez no utilizaría carro quería admirar lo bello que la vida le había brindado...
La vida de casado no era lo que esperaba pues con su actual esposa Susana la vida era tormentosa, al principio no le disgustaba tanto pero con el pasar del tiempo Susana había perdido la poca autoestima que le quedaba y con cada pensamiento y cada momento que Terry divagaba en alguna conversación de ambos se ponía insoportable, le reclamaba que nunca pensaba en ella como en Candy le preguntaba constantemente que porque nunca pudo amarla como a Candy, después rompía a llorar y encerrase en el cuarto para no salir hasta el día siguiente.
-Me preocupa su reacción, no se que valla a pasar, pero sea como sea debo buscar mi felicidad y dejar que ella encuentre la suya porque esa felicidad no la tiene conmigo-
Su casa era grande la fachada era rustica con colores vivos y muy alegres, tenía un inmenso jardín el cual rodeaba una fuente con agua cristalina que contenía peces multicolores, el salón principal era inmenso con una alfombra roja que hacia contraste con el resto de la habitación que era blanca con toques naranjas, era una casa hermosa pero para el era su "jaula de oro". Subió las escaleras para dirigirse al cuarto donde se encontraba Susana.
-Buenas noches amor, porque llegaste tan tarde?, ensayaste mucho?, estas cansado?
-Hola Susana, estuve pensando las cosas y necesito hablar contigo... Susana yo... quiero... encontrar mi felicidad...-
-De que hablas Terry, la felicidad esta aquí, a mi lado-
-Susana dejémonos de hipocresías tu bien sabes que eso es falso y la razón de que tu y yo estemos juntos bien la sabes-
Susana rompió a llorar, no quería que Terry pronunciara una palabra más pero el estaba decidido a por fin afrontar su situación, quería a Susana pero no la amaba, amaba a una mujer que quizás aun estaba a tiempo de recuperar aunque nada era seguro...
