Un amor imprudente

Cap 1

En el muelle de cayona bajo el sol abrazador del Caribe, estaba desarrolandose un hecho espectacular y hombres tostados por el sol y armados con machetes se habrian paso a codazos en el mercado al aire libre para observar mejor. Porque esa dorada beldad Candice Grandchester dedicada a hacer sus compras entre las diversas mercaderias de este atestado puerto bucanero acababa de ser tomada por la cintura y besada… y todo por un paje de escoba con cabeza de estopa y a medio emplumar cuyas mejillas mientras ella luchaba por safarse de su agarre y lo fulminaba con sus ojos verdes adquirian un color rojo encendido al contacto con la bella muchacha.

Un silencio de respiraciones contenidas descendio sobre la multitud. Porque Candi de diecinueve años era la novia de la mejor espada del caribe el famoso capitan bucanero Terrence Grandchester cuyo barco de cuarenta cañones descansaba en la bahia de Cayona y ese mismo capitan a corta distancia se habia puesto rigido al escuchar la airada exclamación de su novia su oscura cabeza inclinada en la inspeccion de un cargamento de vino capturado se alzo y giro como la de un aguila para inspeccionar la escena

Lo que vio izo que se presipitara hasta donde se encontraba su amada en el momento en que ella con la velocidad de unagata enfurecida se libraba del agarre de su atacante y levanto la mano para depositar con un ruido seco su palma contra la cara enrojecida del muchacho

Un momento después Terry llego al lugar de la escena aferro al muchacho de un hombro y lo izo girar violentamente hasta quedar cara a cara con el

-Esto va por tu atrevimiento- el nervudo bucanero arrojo al asustado muchacho de espaldas sobre el muelle donde el desdichado aterrizo con un fuerte golpe -¡Y esto…!

Desenvaino su espada antes que el muchacho pudiera ponerse de pie

-¡no! ¡Terry no lo mates!- la voz de Candy se elevo subitamente sobre el murmullo de la multitud

-¿y porque no deberia matarlo?

Candy se le acerco con expresión decidida y con un sedoso aletear de su falda amarilla

-Porque es tan joven y…

-Todos somos jóvenes- la interrumpio ironicamente- ¡Es bien conocido que los bucaneros no llegan a viejos

Una risotada general saludo este comentario pero Candy insistio

-Es solo un muchacho y esta borracho

-¿borracho?

La mortal espada jugaba con la trencilla que adornaba el jubon de tela ordinaria del joven y corto distraidamente un trosito aquí, un trosito alla

-Si- grito Candy- senti el olor a vino en su aliento cuando me abrazo el no podia saber quien era yo

-¿y tu muchacho sabias quien es esta dama?

El muchacho asintio con la cabeza

-¿lo sabias?-repitio con voz glacial

-¡No!-Candy vio el peligro se abalanzo y aferro el brazo de Terry- Te digo que esta borracho

-No tan borracho que no pueda responder ahora dime muchacho ¿de que barco eres tu?

-Del barracuda- susurro el joven. El barracuda era el barco del capitan Flogg y entre Flogg y Terry un econo sangriento desde la vez que Terry acudio a auxiliar a Flogg en una accion contra una escuadra española y el Brracuda al quedar libre de un peligro inmediato y dejo que el Sea Rover terminara solo el encuentro

-Entonces si navegas a bordo del Barracuda conoces el temple de mi espada ¿Qué locura te indujo a molestar a mi mujer aquí en el muelle?

-Es un mensaje del capitan Flogg – dijo el muchacho con voz ahogada

-Bien levantate sin duda hay mas en este mensaje

-El dijo … el capitan Flogg dijo que yo tenia que aferrar a su mujer y levantarle las faldas en publico y yo tenia que desgarrale las enaguas y llevarselas a el cuando regresara a puerto

Hubo una exclamación general ante tamaña insolencia

-Flogg no debe estimarte mucho o no te habria mandado con un mensaje como ese

Terry echo su oscura cabeza asía atrás y solto una breve carcajada que paralizo a los presentes mas proximos

-vuelvete- ordeno friamente

El muchacho se volvio lleno de recelos

-Bien que esto te enseñe a no llevar mensajes de otros hombres cuando este implicada una mujer

Candy solto una corta exclamación cuando Terry levanto su espada ya no podia detenerlo esa hoja sibilante refulgio a la luz del sol y la multitud como un solo hombre lanzo un profundo suspiro y se adelanto para ver morir al insolente muchachito

Continuara…