One Shot de regreso y es uno que acabo de reescribir de mejor manera.
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Disclaimer: Los personajes son de Capcom y no míos.
Dedicado a Miki White con mucho amor y cariño
Maestra y Alumno
Ryu x Sakura Kasugano (#PropheticShipping)
Había terminado por fin...
Después de años de arduo entrenamiento pudo derrotar al poder oscuro que lo atormentó desde niño. Sus peleas pasadas contra Sagat, Bison, Ken, Seth, Hugo y Oro le dieron la experiencia suficiente para derrotar con un poderoso Metsu Shōryūken al "amo de los puños".
Ryu había derrotado por fin a Gouki [1] y también vengó las muertes de Goutetsu y la de su maestro Gouken sin caer en el Satsui no Hadō... y llegando a utilizar el Mū noHadō [2] para utilizar todo su poder en el súper puño ascendente del dragón destructor.
El Satsui no Hadō desapareció junto con Gouki en él, arrepintiéndose de caer en el oscuro poder del Ansatsuken y olvidando incluso a su primer amor. Sayaka, apareció en la mente del "amo de los puños" para llevárselo a un lugar de paz descanso y donde el pasado carcomido por la oscuridad se había esfumado tanto en él como en el guerrero Ansatsuken heredero. Ryu en ese momento se enteró de que el mismo Gouki y Sayaka eran sus padres simplemente al divisar la escena y algunos rasgos de Sayaka como sus ojos y color de cabello.
Con la pareja dejando definitivamente este mundo, Ryu caía inconsciente por la fatídica batalla que solo sintió como unos brazos frágiles lograban sostenerlo antes de caer al suelo.
El apodado "Dragón de Viento" abría lentamente sus ojos cuando no divisó a nadie en el lugar, preguntándose de paso en donde rayos estaba. Miró a su alrededor y notó una máquina que señalaba los latidos del corazón, un velador blanco a su costado izquierdo y la cálida brisa que entraba por la ventana también izquierda del cuarto que era de similar color blanco. Al frente suyo tenía un televisor mural y un par de revistas de entretenimiento... Estaba en un hospital.
Veía sus heridas las cuales eran prominentes por pelear contra Gouki, cuestionando a la vez si era un sueño o pesadilla cruel como todas sus noches de tortura con el Satsui no Hadō. Pero luego sintió un extraño y leve peso en su mano derecha cuando volteó lentamente a divisar quien tenía su mano entrelazada...
Era aquella muchacha que dejó de ser adolescente hace dos años atrás para convertirse en una mujer de metas, la que quiso convertirse en una luchadora como él y seguir sus pasos, la misma que también experimentó el Satsui no Hadō solamente para salvarlo de Seth y S.I.N., la misma muchacha que logró controlar el oscuro poder de él... La mujer más cercana que tuvo en toda su vida.
Sakura estaba dormida sobre una silla que se encontraba en aquel mismo lugar, apoyando su cabeza en un costado de la cama que Ryu intuyó que la chica se quedó velando por su bienestar. Intentó no despertarla, pero aquel débil movimiento hizo que la castaña abriera sus ojos con una lentitud que simplemente desarmó a Ryu por completo, quedándose maravillado ante la suave respiración que emanaba de la joven Kasugano.
—Ahm... ¿Eh...? ¡Ryu-san! ¡Por fin despertaste!— exclamó Sakura mientras abrazaba a Ryu con gran fuerza.
—¡Agh! Duele...— Se quejaba Ryu tanto del afecto que Sakura tuvo que separarse de él producto del dolor y de imprudencia, de verlo otra vez despierto.
—¡Lo siento, Ryu-san!— se disculpó la joven flor de cerezos juntando sus manos en señal de perdón y con gotas de sudor en la cabeza de Ryu—. E-Es que ha pasado una semana desde que entraste en coma.
¿En coma? ¿Una semana? Posiblemente la fatiga del combate ante Gouki lo dejó en ese estado. Saliendo del trance de ver "gracioso" en su estilo a Sakura por esa reacción, recordaba que había ganado el encuentro y que pudo divisar al espíritu de su madre llevándose a su viejo amor al más allá. No era un sueño... Venció definitivamente a Gouki, o eso quiere creer.
—¿Y... Gouki...?— se animó a preguntar Ryu.
—Venciste, Ryu-san, venciste—... contestó Sakura sin dejar de sonreír.
Había despertado después de una semana en coma según Sakura y extrañamente en ese tiempo dejé de soñar con el Satsui no Hadō. Solo soñaba un lugar de paz, armonía en el templo de Suzaku donde me crié con Ken en la niñez, con la diferencia que esta vez había una sombra... femenina acompañándome al frente.
Después de que Sakura haya dicho que salí victorioso, iba a agradecerle su visita de la noche anterior... Pero luego noté que sus ojos estaban cansados y con grandes ojeras, sin contar que estaban rojizos y que no dejaba de llorar... ¿Llorar? ¿Acaso... ella se quedó toda la semana en el hospital para cuidarme? Posiblemente...
No sé que comenzó a sucederme más tarde, solo sé que comentaba a sentirme como un idiota al ver sus lágrimas correr y por haberla preocupado tanto en la semana en coma, después de todo es la segunda mujer que conocí en toda mi vida después de Chun-Li y sus investigaciones a Shadaloo, además de que Sakura es la única... Sí, la única persona que fue capaz de controlar mi ira consumida por el Satsui no Hadō. Ni siquiera Ken puede ayudarme ni menos mi maestro Gouken... que en paz descanse, que selló mi oscuro poder, cosa que no funcionó del todo.
Al comienzo la veía como una colegiala que sólo quería jugar, hasta despreciándola a pesar de aprender el Ansatsuken desde cero. Pero cuando se interpuso entre Bison y yo recibiéndo su ataque por mí, comencé a respetarla y ayudarla que le prometí un combate cuando estuviera listo.
Aparte de sentirme como un tonto por preocuparla de esta manera, muy dentro de mí comenzó a salir una voz que invadía mis pensamientos y que trataba de comunicarse con mi otro yo.
"Hazlo... ya no tienes más que huir".
—Pero... ¿Y si fracaso?
"Con ella jamás, sino al contrario. Tendrás una mayor razón para pelear".
—Soy un peleador errante, mi destino es...
"¿La lucha? Luchar lo es todo, así como tú lo eres todo para ella. ¿O hay otro inconveniente?"
—Pues sí, y es...
"¿La edad? Ambos ya son adultos y ella ya tiene claro cual es su verdadera meta. Tú ya lograste cumplir tu objetivo y ahora es momento de que sigas aquel camino, pero con aquella persona que te ha estado esperando desde casi seis años".
—Yo no sé de esas cosas...
"Entonces déjate llevar. Deja que ella se convierta en tu maestra y tú el alumno para aprender esta nueva sensación. Ya estás listo tras vencer tus miedos y la oscuridad. Ahora es tiempo de que aquel encuentro profético se termine de desencadenar".
Aquel otro yo intentaba decirme que hiciera ciertas cosas, de verdad que era bastante nueva esta situación. Ya derroté a innumerables enemigos y también a grandes amigos en combate, ¿entonces de qué se trataba este nuevo desafío?
Mi corazón y mente me decían que no quería verla llorar por mí, los viajes y el peligro al que estuve sometido por largos años. Por alguna razón, me dolía tanto verla así que no dudé en usar mi mano derecha para acercarla a su rostro y secarle lentamente sus lágrimas. Sakura se había tomado mi acción con sorpresa al saber que hacia esto.
Después pasó algo que no me podía explicar: mis ojos se ampliaban y mis pupilas se dilataban con un simple tacto que sentí en mis labios. Cuando pude procesar toda la información que mi cerebro había mandado, pude comprender lo que parte de mi otro yo intentaba explicarme...
Sakura me estaba besando... en los labios.
Mi cuerpo y corazón reaccionaban solos, Ryu-san había secado mis lágrimas como intento de hacerme sentir bien. Apenas podía respirar con normalidad, mi corazón comenzaba a agitarse a niveles descomunales al sentir el tacto de su mano, aquella gran mano que se comportaba de manera suave conmigo.
Mi instinto me decía: "vamos Sakura... ¡Hazlo ahora!" Y pasó. Terminé besando a Ryu-san.
Debo reconocerlo que desde la Minami High School y durante del proyecto Justice de Batsu-san, Hinata-chan y Kyosuke-san que tenia pretendientes. No me incomodaba en lo absoluto porque me servía para practicar movimientos que aprendí del mismo hombre que quise imitar, pero si me desagradaba hasta cierto punto por el constante acoso dentro y fuera de clases. Por eso dije que quien sea capaz de vencerme en un combate sería mi novio. Tampoco se me pasaba por alto que yo le gustaba a Kyosuke-san, pero era simplemente una gran amistad como las que tengo con los demás chicos y al nivel de Kei-chan. Sí, tengo veintún años y no conozco el amor en pareja, jamás tuve novio y además... sigo siendo virgen.
Pero solo una persona pudo conquistar mi corazón.
No como los típicos románticos de películas o libros —cuanto los detesto—, sino usando lo que mejor sabe hacer: el combate.
Lo admito con todas sus letras. Me enamoré de Ryu-san desde los catorce años cuando lo vi pelear ante Sagat en el primer Street Fighter que se hizo en el mundo y jamás me importaron los años de diferencia que nos separaban.
Mamá y papá sabían que Ryu era una muy buena persona, aunque el enano de Tsukushi [3] solo pasaba molestándome con eso.
¿Cómo Ryu-san me enamoró? Pues con su filosofía de vida, sus ganas incesantes de seguir adelante, esa hambre de pelea, su sentido de la justicia y la vez que me protegió de Bison en su base de Tailandia cuando me atacó. También supe que poseía el Satsui no Hadō, de aquel poder oscuro que te lleva a la victoria, aún cuando eso signifique que mates al oponente a merced de la ira. No me importó nada de eso y decidí seguirlo para que fuese mi maestro y además ayudarlo a calmar ese poder.
Todo eso me llevó a besarlo, mis ganas de sentirlo cerca comenzaron a hacer estragos en mi corazón que la única forma de desgarrarlo era actuando, siendo sincera con mis sentimientos y decirle cuanto lo amo.
Lo más sorprendente fue... ¡qué Ryu-san me estaba correspondiendo el beso!
Aunque de una manera torpe pero segura, Ryu ya con sus ojos cerrados comenzaba a corresponder aquel afecto más bello en que una persona demuestra su amor puro y verdadero. Segundos después, Sakura comenzó a intensificar aquel beso mientras pequeñas gotas saladas salían de sus ojos a la vez en que el guerrero errante intentaba seguirle el ritmo. Por falta de aire se tuvieron que separar, a lo que breves segundos más tarde abrían sus ojos al mismo tiempo y con la misma lentitud. Ambos querían inmortalizar aquel momento en que se miraban fijamente a los ojos del otro. Aquellos ojos castaños de determinación y aquellos bellos y avellanos ojos que lo salvaron más de una vez del Satsui no Hadō.
Ryu no sabia que más hacer, Sakura al notarlo decidió tomar un lugar en la misma cama del cuarto de hospital para abrazarse al mismo costado derecho del guerrero del viento, para sonreír.
Todo esto era nuevo para él: el amor, los sentimientos, cariño más allá de la simple amistad o hermandad. Era ya un adulto pero recién experimentaba esa nueva sensación llamada amor.
—Sakura, yo...— intentaba hablar Ryu, más bien, fue interrumpido por la joven flor de cerezos.
—Hablas de la edad, ¿no, Ryu? —El luchador Ansatsuken se preguntaba cómo Sakura le había leído la mente. Además de asentir, notó que Sakura ya no lo llamaba con el honorífico "san" para respetarlo, sino que ahora se ponía como un igual a él. Era lógico tras conocer los sentimientos de ella—. No me interesa si soy mayor que tú o que tengamos ocho o hasta diez años de diferencia. Soy una mujer adulta, ¿no? Pues yo sé lo que quiero y estoy dispuesta a luchar para conseguirlo.
Aunque lo negase en su mente, Ryu debía admitir que Sakura ya no era la misma de antes y las palabras de madurez calaban en su mente: se había quitado su cinta roja en la frente para dejarse el cabello un poco más largo, además de vestir con una blusa rosa como el color de la flor de su nombre y arrugada por las visitas nocturnas, un jeans azul ajustado a su perfecta y moldeada figura, piel clara y suave, piernas, caderas y cintura bien torneadas al igual que el relleno que se notaba más de su busto.
Tanta descripción mental era lógica: la miraba como una mujer.
—Y quiero enseñarte, Ryu... quiero enseñarte lo que acabas de experimentar ahora, de la misma forma que yo quiero vivir, contigo—. Prosiguió la joven.
No había duda de que Sakura hablaba con sinceridad desde el fondo de su corazón, así que Ryu usó su brazo libre para abrazarla y sonreír cálidamente después de muchos años de tortura y pesadillas.
—Sabes que es nuevo para mí, además de que quiero seguir entrenando—. Admitió Ryu.
—O algo más: ¿Por qué no mejor le das un homenaje a Gouken-sensei y entrenas a niños que vivieron una situación similar a la tuya?—. Solucionó Sakura con simpleza y alegría.
La idea no era para nada de mala: entrenaría niños de igual manera que Gouken y Retsu hicieron con él y Ken —claro que en el sentido inocuo del Ansatsuken— y no saldría de Japón. Visitaría casualmente a Suzaku, estaría un poco más con la sociedad ayudando en lo que más pueda y a la vez continuaría entrenando para ser un luchador como Gouken lo quería ver.
Ya era un maestro, derrotando a Gouki y fue su prueba final.
Sonrió en sus adentros con sinceridad. Su lucha contra Gouki definitivamente acaba de terminar y no tendría que sufrir más con el Satsui no Hadō. Ahora comienza una nueva batalla para él: proteger a Sakura, construir su futuro y resguardar su nuevo sentimiento que la misma joven de Setagaya se encargará de guiarlo.
Si bien no lo fue del todo, Ryu se convirtió en el maestro de Sakura. Ahora será ella la maestra y él el alumno de esta nueva clase llamada amor.
[1]: Decidí usar el nombre original de Gouki en vez de Akuma. Suena mejor decir "Gran demonio" que "Demonio".
[2]: Mū noHadō se traduce como "The Power of Nothingness", conocido también como "El Poder de la Nada". Es una trascendencia de superación al Satsui no Hado y solo Gouken y Ryu lo poseen.
[3]: Tsukushi Kasugano es el hermano menor de Sakura. Sale en algunos capítulos de UDON Cómics, pero aparece más en el cómic de la misma chica llamado "Sakura Ganbaru!". Sin embargo, es canon del juego al salir en el escenario de Sakura en SF Alpha 2 jugando videojuegos.
Espero que les haya gustado este shipp.
Apoyen al fandom! Hagamos crecer una comunidad y compartir todas nuestras experiencias y amor por Sakura y Ryu, el #ProphetingShipping con este Hashtag!
Me despido de ustedes... "Bon Voyage~~~"
