EDIT 2. 11/Marzo/2019. Arreglos leves; de verdad necesito un/una beta.

EDIT. 08/Febrero/2019. Para corregir un error súper horrible y que afecta la trama, no sé cómo se me paso; en fin, está precisamente al final del capítulo.

Disclaimer. My Hero Academia NO me pertenece a mí sino a Kōhei Horikoshi.

Advertencias. Posible OoC (fuera de personaje), OC, historia corta con capítulos aun más breves, narración como manejo del romance de dudosa calidad.

Aclaraciones:

1. Esto iba a ser un Oneshot para ir definiendo detalles de un futuro Long-Fic; pero como soy impaciente pues, divido el Oneshot en partes, sorry. También por lo mismo que es algo más ¿experimental? Una manera de tantear el terreno, algunos sucesos de la historia los dejaré lo suficientemente vagos para entender y no hacer spoiler del futuro Long-fic (uy, aparentemente me gusta complicarme la existencia…).

2. Esto es un Deku/OC, así que si no te van las historias con personajes originales, mucho menos que éstos sean emparejados con un personaje del canon, ¿qué haces aquí? No te hagas daño a ti mismo y mejor ve a leer/disfrutar algo que vaya con tus preferencias.

3. El mini-fanfic también es un modo de escribir, últimamente batallo mucho con esto, ¿y qué mejor que volver a practicar con un CanonXOC? Prácticamente escribir esto es un reto, ya que cualquier error puede crear un monstruo lmao.


EL LARGO CAMINO


[1]: Cuatro

A la edad de cuatro años Fukui Ai sabía que existía dentro de ella un error, o al menos así decidió llamarlo por el momento, puesto que su juventud no le proporcionaba un vocabulario tan vasto. Entonces hasta que creciera lo suficiente para poder investigar y comprender, seguiría viviendo del modo que ella pensaba era el más correcto.

Una decisión que tarde notó causaba preocupación y tristeza a sus padres, al igual que conflicto dentro de la misma Ai.

Dado que no importaba cuántas ocasiones como diversos planes llevaran acabo Suzume y Akihiro para causar una reacción en su hija, ésta sencillamente solo los miraba con desinterés y procedía a continuar pintando con sus crayones en su libro de colorear. En realidad, este pequeño pasatiempo era lo único que mantenía la esperanza en los Fukui, incluso aunque con cada nuevo día su meta de hacer feliz a su preciada Ai se viera más lejana, por tantos fracasos acumulados y que probablemente seguirían aumentando.

Sin embargo, esa pequeña esperanza fue opacada por la incertidumbre cuando emocionados y agradecidos por esta especie de milagro, decidieron preguntarle más a su hija sobre su interés por el arte (¡ya que quizá así podrían por fin conectarse más fácilmente con Ai!), y lo único que obtuvieron fue un comentario sobre como el pintar para ella solo era una manera de volver el tiempo menos aburrido y más coherente, no tanto porque la actividad le gustara o significara algo especial para ésta.

Tristemente, tal parecía que Ai no gustaba sino que toleraba todo lo que la rodeaba.

A veces se cuestionaban si eso los incluía a ellos.

— ¿Sabes Ai? Espero un día puedas escuchar lo que dice tu corazón —soltó Suzume un viernes en la tarde, sentada al lado de su hija mientras la otra veía con apatía la televisión.

Ante esto la menor de los Fukui respondió con su acostumbrada expresión que reflejaba la nada:

— ¿Cómo? Los corazones no hablan mamá —Restándole importancia al asunto, se encogió de hombros y su atención solo fue recuperada cuando escuchó un sollozo, levantó la vista para ver a su madre limpiando desesperadamente su cara con una de sus manos—. ¿Qué te pasa? —Ai arqueó una ceja con extrañeza.

—Ni una sola vez Akihiro y yo te hemos visto sonreír o mostrar cualquier otra cosa.

La niña no sabía que contestar a ese hecho, así que se quedó callada y prefirió mirar la caricatura de las cinco de la tarde. No obstante, después de diez minutos no pudo más, era muy raro oír a su madre llorando cuando la tenia justo al lado ¿cómo iba a proseguir su día con normalidad si ésta detenía su rutina? Así que imitando lo que aprendió de la TV, específicamente de un héroe llamado All Might, sujetó con sus pequeñas manos una de las de Suzume y pronunció:

—Mamá, todo estará bien.

Esa fue la primera vez que Fukui Ai activó su quirk.

Y donde brotó una diminuta cosa rara dentro de su pecho, la cual la ayudó a llegar a la conclusión, efímera, de que tal vez el error con el que nació podía ser arreglado.


N/A. 08/Febrero/2019. Tuve que publicar de nuevo esta parte porque se me paso un detalle importante, como leyeron en esta corrección, Ai no solo utilizo una mano sino dos para sujetar una de su madre, ya que de esto depende el si funciona o no su quirk. Sin nada más que aclarar, ¡gracias por leer!