Nota: Es mi primera historia en FF, así que podrían ser un poco gentiles con las criticas. Gracias
Disclaimer: Miraculous: Tales of Ladybug and Cat Noir no me pertenece, yo solo juego un poco con los personajes.
4 Cosas que pasan...
cuando Chloé tiene gripe y una cuando te contagia.
He de repetir que a pesar de que amaba a Chloé con toda mi alma su forma de tratarme al momento de enfermarse podía llegar a ser pésima, dolorosa en pequeñas ocasiones. Era difícil cuidar de ella, bastante en realidad, sin embargo, cuando se trataba de ella podía hacerlo todo.
Uno: Será muy dramática con los síntomas.
—Me duele la cabeza—gruño tirándose hacia atrás golpeándose con la cabecera—. ¡Ahora aún mas!
—Tranquila, Chloé. ¿Te traigo algo de hielo para el golpe?—pregunté preocupado, un poco irritado tal vez, pero la preocupación era mayoritaria.
—¡No!—gritó—Espera. Sí quiero—asentí a su respuesta y luego traje conmigo de la cocina un pequeño pañuelo envolviendo un cantidad considerable de cubos de hielo.
—¿Mejor?—cuestione, viendo como mantenía los hielos en la zona herida. Ella solo atino a soltar un bufido.
—Nathaniël, me duele la garganta, duele mucho—sollozo en mi hombro, estornudo en ese instante y lleno la camiseta de moco—. Lo lamento—se disculpo completamente ruborizada.
—No importa—sonreí y deje que volviera a recostarse en mi hombro previamente limpiado.
Dos: Odia la medicina con todo su corazón.
—No te atrevas a tocarme, Nathaniël—vociferó alejándose a paso rápido de mí, prácticamente corriendo.
—Chloé, sabes que debes tomarte la medicina, ven aquí—intente persuadir a lo que falle de inmediato.
—Esa cosa sabe desastrosa, no tomare algo así jamás.
—Esta bien, no tendrás que tomarla—acepte a su propuesta. Metí una cucharada de la medicina a mis labios, esa cosa de verdad sabia asquerosa. Ella se acercó a mí verificando que no tuviese nada en las manos. En su imprevista, la tome de la mano y la jale hacia mí para besarla, a la vez que pasaba la medicina a su boca. Era posible que fuera yo quien estuviese mas sonrojado entre ambos, este no era mi estilo para besarla.
Tres: Le encantarán, de pronto, tus anécdotas de la infancia. (Solo serán para dormir).
—Yo estaba en las escaleras y el perro paso por mis piernas provocando mi caída. Cuando me fracture el brazo por ello, mamá no volvió a ver a los perros de la misma forma, los odia. Así que es por eso que tengo la cicatriz en forma de media luna en el brazo—narre acariciando su cabello, obtuve un ronquido ligero como mis felicitaciones por sobrevivir a un perro asesino.
Cuatro: Siempre va a querer que te quedes con ella en la cama.
—Nathaniël—me llamó, acababa de despertar del sueño que pensé que no despertaría hasta tarde. Me di la vuelta y le sonreí.
—¿Sí? ¿Qué pasa? ¿Quieres algo?—ella me negó con el ceño fruncido al darse cuenta que estaba en mi camino para atravesar la puerta e irme a casa.
—No te puedes ir—regaño sentándose en la cama—, te tienes que quedar conmigo —ordenó palpando la cama en un espacio a su lado.
—Pero tengo que ayudar a mi madre con algunas tareas, tengo que irme ahora—replique nervioso. Su mirada me atravesaba, esperando que me rindiera, lo que no tardé en hacer—. Solo un rato más—suspire acomodando mi cuerpo a su lado.
Cinco: Nunca esperes que haga lo mismo por ti, no al menos que seas yo.
—Chloé, al menos puedes acercarte más—pedí. Estornude y gire después mi cabeza para verla—. Solo un abrazo.
—¿Uno solo?—me miro dudosa. Ella me contagiaba y ahora tenia miedo de tocarme. Afirme y ella se recostó a mi lado, me sorprendí y la vi sonreír ligeramente, fue casi imperceptible aquella sonrisa—. Esta vez seré yo quien me quede contigo—besó mi mejilla y se arregló en mi pecho.
—Me duele la garganta—solté.
—No se diga más—se levanto de golpe para traerme cuando volvía un pequeño frasco. Medicina.
