Capítulo uno: "Examinando"
Luego de haber derrotado al Doctor Thaddeus Blakk, la Banda de Shane se encontraba examinando todo Bajoterra, en busca de otras babosas malvadas y agua oscura.
-Bien, chicos. Recolecten todas las babosas que encuentren y luego nos encontraremos aquí de nuevo. -dijo el líder.
Todos se fueron en direcciones distintas. Cada babosa malvada que encontraban, se la guardaban para que luego Doc las convierta en su estado normal.
No obstante, luego de haberse encontrado los tres hombres, la pelirroja estaba acercandose a ellos. Estaba a unos cuantos metros, hasta que pisó un hongo. No era cualquier hongo, si no que este se abrió y dejó caer a la chica a un gran pozo de agua oscura.
El agua ascendía. ¿Cómo? No había explicación alguna. La documentalista estaba desesperada. Sus pies ya tocaban el agua oscura, y eso la ponía más nerviosa. Lloraba, pero no por tristeza, si no por miedo.
-¡Eli! ¡Kord! ¡Pronto! -gritó. -¡Ayuda!
El líquido llegó hasta su cadera. Y sus amigos, no escuchaban sus gritos. Ni tampoco la habían visto acercarse a ellos, ya que estaban de espaldas.
Pero no fueron ellos quienes se dieron cuenta de que la ojiverde estaba en peligro. Había otro humano presente, colocandose un traje de buzo, ya que sabía sobre la existencia de ese hongo. Iba a pisarlo a propósito y entrar al pozo, con su traje. Oyó los gritos de la chica y, sin dudarlo, diviso un cabello pelirrojo que se hundía en el agua. La camarografa se hundió, y el sujeto se lanzó. Nadó hacia lo profundo y tomó la pequeña cadera de la chica, hasta nadar hacia arriba. Sacó a la chica primero y luego salió él. Se quitó su casco y vió a los tres hombres de la Banda de Shane.
-¡Hey! -les gritó, obteniendo la atención de todos ellos.
-¡Trixie! -gritaron, corriendo lo más rápido que podían hacia el desconocido y su única compañera mujer.
-La encontré ahogandose en aquel pozo de agua oscura. -explicó el sujeto. -No por voluntad propia, claro. No es que quiso hacerlo ella. ¿No tienen un refugio en dónde ella pueda descansar?
-Sí, claro. -explicó Kord. -Pero esta lejos de aquí.
-Entonces acompañenme. -dijo el desconocido. Cuando quiso agarrar nuevamente la cadera de Trixie para llevarla en sus brazos, fue detenido. El troll de las cavernas y el topoide le advirtieron que no haga eso, porque Eli estaba dispuesto a hacerlo, y no dejaría que otra persona ocupe ese lugar. El sujeto se encogió de hombros, con un poco de fastidio. Los guío hacia su hogar.
• • •
-¿Tienes algo para qué ella despierte? -preguntó Eli, desesperado.
-Sí, es un remedio que me enseñó para hacer mi padre en caso de que el agua oscura toque un cuerpo. Ya lo traigo. -respondió el joven, yendo a, lo que parecía ser, la cocina del refugio donde él vivía.
-Pronto puede ayudarte a prepararlo. -ofreció el topoide, pero el sujeto ya se había ido.
-¿Alguno de ustedes lo conoce? -preguntó por segunda vez el líder, mientras miraba con tristeza a la chica.
-No. Nunca lo he visto. Vive lejos del refugio, puede ser esa la razón. -respondió Kord, a lo que Pronto asintió.
-Trix, por favor, despierta. -dijo el peliazul, acariciando suavemente la mejilla de la chica.
-Aquí está. -dijo el desconocido. En sus manos, traía un pequeño plato con un líquido desconocido para los tres integrantes hombres de la Banda de Shane.
-Esta bien. Damelo, así le doy de beber. -pidió impaciente el ojiceleste.
-No. -exclamó el dueño del refugio en donde se encontraban, para sorpresa de todos los presentes, menos Trixie claro. -Yo se lo daré. Tiene que ser con cuidado y no como un vaso de agua cualquiera.
El joven se acercó a la inconsciente chica, y con sus dedos abrió los suaves labios de la pelirroja. Apoyó el recipiente y verificó que su garganta haga ruido, dando a entender que había tragado el líquido.
-Despertará. -aseguró. -Puede ser ahora, en cinco minutos, diez o una hora. Pero despertará. Siempre funciona.
-Gracias. -le respondieron todos.
Diez minutos después, la camarografa fue abriendo lentamente sus ojos. ¿Dónde se encontraba? ¿Qué era este lugar? Se preguntaba.
-Despertó. -aviso su amigo, el troll de las cavernas.
Unos ojos la miraron con felicidad y un cuerpo la abrazó fuertemente. Era, nada más ni nada menos, que el Shane, feliz de que su amiga haya despertado.
-Trixie, despertaste. -exclamó, con una enorme sonrisa en su rostro, apretandola más a su cuerpo.
-¿Qué pasó? ¿Quién es él? ¿Dónde estamos? ¿Cómo llegamos hasta aquí? -comenzó a preguntar la chica.
-Permitanme presentarme. -intervino el desconocido. -Me llamo Finn Mont. Estaba colocandome mi traje de buzo, cuando escuché unos gritos femeninos. Fue ahí, cuando te encontré a ti llamando a tus amigos, pero ellos no te oían. Terminé de colocarme mi casco, y cuando me dirigí al pozo de agua oscura, vi que estabas hundiendote. Sin dudarlo, me lancé al agua y te cojí por la cintura, llevandote de nuevo hacia arriba. Fue ahí, que llamé a tus amigos y vinimos hacia aquí. Te di de beber un remedio para que el agua oscura no siga haciendo efecto en ti.
-Wow... -exclamó la chica, sin poder creerlo. -De verdad, muchas gracias Finn. No se que hubiera pasado si tú no hubieras llegado. -le sonrío.
-No es nada. -le respondió el joven, devolviendole la sonrisa. Era un muchacho rubio, de ojos color verde oscuro. Tenía un cuerpo similar, casi igual, al de Eli. Aparentaba tener dieciséis años, y esa era la edad que tenía. Vivía solo y era huerfano, como Twist, solo que no era malo.
-Bien, creo que deberíamos retirarnos. ¿No creen? -intervino el líder de la Banda, cansado de que se esten sonriendo su amiga y el rubio.
-Oh, esta bien. -dijo Finn. -Pueden venir cuando quieran a visitarme, ¿saben? Me cayeron muy bien.
-Tú a nosotros. -le respondió Kord. -Ven cuando quieras también a visitarnos al Refugio Shane. -le dijo, ganandose una fulminante mirada del peliazul.
-¿Puedo hablar un momento contigo? -le preguntó el ojiverde a la documentalista, con una sonrisa.
-Sí, claro. -le respondió ella.
El Shane los miraba alejarse de ellos. No escuchaba a Kord y Pronto hablar, tan solo miraba. Le ponía los pelos de punta que ese sujeto hable y este cerca de Trixie. ¿Por qué no se alejaba y ya? Tan solo la había salvado de morir ahogada en agua oscura. No era la gran cosa.
O tal vez sí; pensó.
-Me preguntaba... -le dijo el rubio a la chica, alejados ya de los otros tres. -Si tú querías... salir conmigo mañana.
-¿Salir contigo? -le preguntó la joven. Era la primera vez que lo veía, y ya le pedía salir. -¿Cómo una cita? -volvió a preguntarle, a lo que el joven asintió nervioso. A pesar de eso, de ser la primera vez que lo veía, parecía ser un buen tipo. No veía nada malo en él y ¿qué mejor que una salida, en este caso cita, para conocerlo más a fondo? ¿Por qué no darle una oportunidad? -Sí, claro. ¿Dónde quieres que nos veamos?
-Pasaré por ti en el Refugio Shane. -antes de que lo interrumpiera, añadió. -Tranquila, se donde queda. Pasé por allí varias veces.
-Esta bien. -respondió sonriente la pelirroja. Con eso, se dirigieron de nuevo hacia donde estaban el peliazul, el troll de las cavernas y el topoide. Cuando los vieron llegar, se dirigieron a la salida. Se despidieron de Finn y partieron hacia el Refugio Shane.
-¿Para qué te llamó, Trix? -le preguntó Kord, sabiendo perfectamente que Eli no le preguntaría. El mencionado, puso toda su atención en la conversación.
-Nada importante. Solo pidió que nos veamos mañana. -respondió indiferente la documentalista, tratando de que sus amigos no se den cuenta de que, en realidad, estaba feliz.
-¿Cómo una cita? -preguntó, esta vez, Pronto. La chica asintió. El peliazul apretó los dientes. -¡Eso es grandioso! -exclamó, ganandose una furiosa mirada del ojiceleste.
-Gracias. -respondió la chica, sonriendo tímidamente. No estaba acostumbrada a hablar de temas de citas o novios con sus amigos. Tampoco se ponía a pensar mucho en eso, a pesar de tener bastante admiradores por estar en la Banda de Shane.
Y aquí termina el capítulo uno. Espero que les haya gustado. A mi me pareció bien. Y amo el personaje de Finn, no quiero que piensen cualquier barbaridad de él, si es que lo llegan a hacer *inserta emoji riendo, pero no tiene*
Este personaje va a molestar mucho a Eli, porque, sobre todo, va a darle un fuerte dolor de cabeza (no literalmente!) y va a hacerlo hervir de celos.
Les mando un saludo grande, pronto (no el Magnífico) subiré el capítulo dos.
Besos y abrazos,
Violett Vader.