Capítulo 1
No cabe duda que ir a Fandom, que estar en aquel mundo de diversión, que estar junto a mis amigos y, junto a él, es una de las mejores cosas que puede haber en la vida. Recuerdo como si hubiera sido ayer y no hace seis meses, cuando estábamos grabando el programa, lo que pasó ese día. Es que, es increíble, ¿era nuestro primer día de grabación, al aire, y va y pasa eso? ¡Eso solo me pasa a mí! Bueno, aunque, en Fandom, todo, todo puede pasar…
— Sean todos ustedes bienvenidos y bienvenidas a: "Charlando con Lady De Flourite". Hemos creado este programa…
La cámara me enfocó a mí y luego a mi esposo.
—… Para ayudar a resolver todos aquellos conflictos que, por más pequeños, por más minúsculos que puedan parecer, son molestos y necesitan la ayuda de una persona que sea imparcial, que, en esta ocasión y por lo que dure el programa al aire, seré yo. Quiero darles una calurosa bienvenida, querido público, a este nuevo programa y quiero que por favor recibamos con un fuerte aplauso a nuestros primeros invitados. Por favor démosles la bienvenida a: Naruto Uzumaki y a Sasuke Uchiha. ¡Un gran aplauso para ellos por favor!
Nuestros invitados en la tarima aplaudieron y aplaudieron con fuerza, con alegría mientras él, mi travieso novio, me miraba con diversión, con una gran sonrisa en ese bello y angelical rostro de niño bueno que tanto amo… Y seguía haciendo su trabajo inocente de todo lo que le pasaría ese día. Fye, estaba haciendo su acostumbrado trabajo de productor y director sin tener una sola idea de todo lo que le pasaría…. Estaba dirigiendo cámaras, sonido y personas mientras que yo, hacia lo que mejor sé hacer, animar a la audiencia, al público que ese día estaba súper emocionado y contento porque el chisme que les estábamos trayendo, estaba buenísimo…
Mientras la cámara enfocaba a Naruto, mientras lo enfocaba y Fye le decía al encargado de efectos especiales que pusiera bajo su imagen un letrero con el nombre de: "El demandante", Naruto, el muy atractivo Naruto, me respondía…
— Gracias por haber leído mi carta y más, por habernos invitado a su programa, señora.
— No es nada, Naruto y bueno, empieza pues a contar, porque me imagino que al igual que muchos de nosotros, tienes cosas que hacer. ¿Verdad?
— Sí, así es. En este momento la que está en el restaurante es Hinata pero, bueno, no me puedo demorar mucho porque a las tres salen los niños de la escuela y a ella le gusta estar en la casa cuando ellos llegan.
— Claro, claro, te entiendo y bueno, a lo que iba. Dinos por favor cuál es el problema que tienes con Sasuke que escribiste a nuestro programa en busca de ayuda.
— Ah, sí, lo que pasa señora es que…
— Me parece una completa ridiculez que me hayas, ¿demandado?
Me miró Sasuke con cara de: What the fuck? Mientras leía el citatorio que le habíamos mandado a la casa.
— ¿Es en serio, Naruto? ¿Me demandaste por esa pendejada? ¡Es increíble!
— Uuuuuu….
— Sasuke, a mí, sinceramente me da más pena que a ti estar aquí pero, ¿Qué hacemos? Llevo seis meses esperando a que me devuelvas el dinero que te presté y, no, ya no puedo seguir esperando más y es por eso que busqué su ayuda y como dice ese papel que estás leyendo, —sonrió al ver con que dificultad Sasuke lo leía y no entendía nada— te demandé.
— Uuuuuu…
— ¡Mala paga!
Dijo alguien entre el público y, como siempre, tuve que poner orden. A mí, no me gustan ese tipo de cosas y además, no podía. Ahora, que me he convertido en jueza, debo imponer la ley, el orden…
— Querido público, estimados televidentes en casa, en este programa está prohibido hacer cualquier tipo de provocación a nuestros invitados y, aunque no me gusta tener que decir esto, debo hacerlo. La próxima persona que vuelva a hacer un comentario como el de ahora, desafortunadamente tendrá que dejar el estudio. Por favor, dejemos que nuestros invitados nos cuenten qué es lo que está pasando y qué los trajo el día de hoy aquí.
— Vea, señora, usted puede ser muy bonita, y ser la mujer del señor Flourite pero…
— Sasuke, discúlpame pero me parece que fui muy clara cuando le dije a Naruto, en este caso lo llamaremos: "El Demandante", que era su turno de hablar, no el tuyo.
Y como dije que nadie podía decir nada porque si no nos tocaba sacarlo, pues no hubo burlas pero sí un silencio, un silencio casi que abismal…
— Señora, sé muy bien lo que dijo, y no quiero ser grosero con usted pero no me parece que…
— Por favor guarda silencio y deja que Naruto termine de hablar. Cuando él termine de darnos su versión de los hechos, será tu turno. ¿Estamos de acuerdo?
Hizo mala cara Sasuke, (mientras Naruto sonreía) y me respondió aunque no quería hacerlo…
— Tocará, ¿no?
— Muchas gracias. Bueno, volviendo con lo que nos decías, Naruto… ¿Decías entonces que Sasuke te debe un dinero desde hace cuánto? Cuéntanos por favor todo desde el inicio, por favor. Necesito tener muy clara las dos versiones para saber qué decisión voy a tomar.
— Bueno, verá, un día estábamos en mi restaurante cuando…
Naruto, nos empezó a contar qué era lo que había pasado con su amigo, con Sasuke, aquel día hacia seis largos meses. Nos dijo, y se veía que estaba diciendo la verdad, que un buen día, un viernes para ser más exactos, Sasuke llegó a su restaurante en compañía de su novia, junto a Sakura, y que después de una breve charla que habían sostenido mientras Sakura charlaba con su esposa y saludaba a sus hijos, él, Sasuke, le había pedido prestados cincuenta mil eurofics. Nos dijo, que había sido muy difícil para él haberle prestado esa gran cantidad de dinero pero que lo había hecho, que le había prestado sus ahorros, los que tenía para invertir en un nuevo negocio, porque le había apenado su situación. Dijo que hasta había tenido un problema con Hinata por eso y que era por eso, que ya cansado de llamarlo a la casa y que no le pasara, que harto de esperar su dinero y que ni los intereses le pagaba, que lo había demandado.
—… Y por eso estoy aquí. Yo entiendo que el negocio en el que él se metió no haya salido bien y que, es que hasta razón tenía Hinata.
Se empezó a reír y se reía con tanto gusto, que hasta me hizo reír a mí y claro, al público también. Naruto, se reía con mucho gusto pero a Sasuke, no le daba nada de risa… Es más, en ese momento no entendí por qué le había molestado tanto la risa de Naruto pero cuando lo explicaron, me dio más risa todavía…
— ¡No te rías mas, Naruto! ¡Ya cállate!
— Oh, vamos, Sasuke, sabes que es divertido, no lo puedes negar. — Se seguía riendo con mucho gusto, vaya que Naruto así, en elegante ropa, buen corte de cabello y sonriente, se ve muy lindo, muy kawaii…— Es que, de verdad que no sé cómo fue que me dejé convencer por ti de que invertir en una marca de productos para la caída del cabello, para vender en Japón, en Japón en donde las personas tienen más cabello que un árbol hojas…
— ¡Naruto!
Se sonrojó Sasuke pero nosotros, mi marido, todo el equipo de producción, el público y yo, nos estábamos era muriendo de la risa.
—… Era buena idea. ¡Era de esperarse que fueras a la ruina, Sasuke! Ay, sí, te juro que si no fuera porque necesito ese dinero para la remodelación del local, no te cobraría nada.
¡Y no podía parar de reírse!
— Yo con gusto perdería ese dinero, no te cobraría nada porque el placer que me da poderme burlar de ti por eso, ¡no me lo da nada!
— ¡Maldito Naruto, ya cállate! Deja de reírte, idiota, que aunque no lo creas y aunque te de mucha risa, sí era un buen negocio. Lo que pasa es que nos equivocamos de mercado, y para poder comercializarlo en otro país, necesitaba unos permisos especiales, bastante complicados de conseguir, y más dinero que claro, que desde luego no tenía pero de que…
— Sasuke, Sasuke, hagamos algo, arreglemos de otra manera entonces. Mira, — lo miró con una relajada sonrisa en el rostro— yo lo único que quería con esto, con esto de que viniéramos a este programa, era que me dieras la cara.
— Naruto, lo que pasa es que…
— No te preocupes, —dijo relajadamente al verlo apenado— yo entiendo. Entiendo que haya sido difícil para ti perder todo ese dinero pero, entiéndeme tú a mí. Yo, soy cabeza de familia, tengo una esposa y dos inquietos hijos que mantener.
— Yo sé eso pero es que…
— Mira, págame lo que me debes de los intereses y la plata, la plata como tal que te presté, me las puedes pagar en cuotas mensuales, o como te quede más fácil, pero al menos necesito que me pagues los intereses porque con eso pienso ir al banco y pedir una refinanciación del préstamo. Ya no damos abasto en: "La casa del Ramen" y tenemos que hacer la remodelación cuanto antes. Tengo que ampliar el local, Sasuke, y tengo que hacerlo rápido porque puedo estar perdiendo a mis clientes por eso.
— Bueno, Naruto, me alegra mucho esa actitud tuya tan conciliadora, tan amable de tu parte pero… Ya hablaste tú. Ahora vamos a dejar que Sasuke nos diga qué es lo que pasa. Dinos, Sasuke, ¿Qué opinas de la propuesta que te está haciendo Naruto? ¿Si estas en la capacidad de pagarle los intereses para que él pueda ir y hacer la refinanciación del préstamo que tiene en el banco o no?
— Bueno, es que ese es el punto, señora, ese Naruto, ¡es un usurero!
Vaya, se alteró Sasuke, (más de lo que ya de por sí estaba) y salió de su cubículo con la firme intención de acercársele a un relajado Naruto para golpearlo. Bueno, como mi marido y yo ya tenemos experiencia en ese tipo de programas, como ya sabemos que en ese tipo de programas cualquier cosa puede pasar, les pedí a nuestros guardas de seguridad que lo detuvieran. Esa, los golpes, nunca es una buena forma de arreglar los problemas…
— ¡Goku, Vegeta, no dejen que se vayan a ir a los golpes por favor!
— Usted tranquila, señora. — Sonrió Goku mientras detenía a Sasuke y Vegeta, se hacía frente a Naruto para evitar problemas— Tenemos todo bajo control.
— ¡No, no, suélteme, señor que lo que ese ladrón de Naruto se merece, es que yo lo golpee por usurero! ¡Ladrón! ¡¿Ah?! ¡¿Es que tiene la desfachatez de hacerme venir a este programa, a dejarme por el piso, cuando es él el que está actuando mal?! ¡Eso es el colmo!
— ¡Oye! — Le dijo Naruto ya ofendido por sus insultos— ¿Y a ti qué es lo que te pasa? ¿Cuál usurero? ¿De qué demonios estás hablando? ¿Ah, usted puede creerlo, señora? Le hace uno un favor y resulta que el malo de la película, ¿soy yo?
— Naruto, tú ya hablaste. Te voy a pedir, al igual que lo hice con él, que por favor guardes silencio y lo dejes hablar.
— Claro, no hay ningún problema. — Sonrió— Como usted diga entonces pero, que se mida, ¿no? No tiene por qué tratarme tan mal porque aquí el único que ha perdido con todo esto he sido yo.
— ¡Mentiroso!
— Sasuke, por favor cálmate y si no te calmas y nos dices ya mismo por qué es que estas tan alterado, y por qué es que dices que Naruto es un usurero, tomo la decisión del caso y te pongo a ti a pagarle la totalidad de los intereses del préstamo que te hizo ya mismo, hoy mismo.
— Está bien, está bien, le voy a decir. Señora, si digo que Naruto es un usurero, es porque es la verdad. Es que, ¿usted puede creer? ¿Quién rayos es capaz de cobrarle a su amigo, a su amigo que en este momento tranquilamente podría declararse en banca rota, el 25% de interés, ah? ¡Eso ni los bancos oiga!
— Ah, no, Sasuke, ¿de qué me viste cara, eh? ¿De beneficencia? Yo necesito sacarle renta a todo lo que hago porque…
— Bueno, — volví a mi cubículo, que era una mesa como de jueza, con el martillito y todo, me senté, leí los apuntes que había tomado y dije mientras analizaba mis dibujitos, digo, mientras leía lo que había concluido del caso…— muchachos, la cosa esta así. Naruto, ¿tú tienes algún documento firmado por Sasuke? ¿Tienes algún documento, con su firma, acordando que iba a pagar el 25% de intereses sobre el dinero que le prestaste?
— Eh, bueno… No.
— Muy bien, gracias, Naruto. — Dije y anoté en mi hojita, en donde había varios corazones dibujados con las iniciales de mi Fye y la mía, ese dato— Sasuke, ¿Cuánto de esos intereses le has pagado?
— Le pague los primeros tres meses, señora. Le debo los cincuenta mil eurofics y los intereses de los últimos tres meses. Me atrasé porque, pues, no he podido volver a conseguir un empleo fijo y con lo que me gano de vez en cuando, pues es para pagar otras deudas que tengo por eso, por ese mal negocio en el que me metí porque Kakashi sensei me convenció.
— Ya veo, gracias Sasuke, ¿ves que sí se puede? — Le sonreí mientras mi Fye, que es tan híper celoso, me miraba reprobatoriamente. Es que, no lo podía evitar, ese par de tipos estaban muy bien arreglados y se veían re, re lindos, muy kawaii…— ¿Si ves que sí se puede hablar sin gritar y sin insultar? Sasuke, ¿tú de pura casualidad no tienes algún recibo de esos intereses que le has pagado a Naruto?
— Claro, puede que no tenga mucha cabeza para los negocios pero, no soy tan imbécil del todo. Mire, —me mostró una carpeta que tenía sobre su pequeño cubículo de madera y en donde estaba de pie— aquí tengo los tres recibos que Naruto me firmó de los intereses, los altísimos intereses, que le pagué.
— Goku, ¿serias tan amable de traerme esa carpeta, por favor?
— Claro, señora. — Respondió muy sonriente mientras le recibía la carpeta a Sasuke y me la llevaba— Mire. ¿Necesita algo más?
— No, no, no, muchas gracias, Goku.
Me acomodé los lentes, le sonreí al amable de Goku mientras bebía un poco de mi agua y revisaba la carpeta que Sasuke había llevado. Luego…
— ¿Tú firmaste esto, Naruto?
Asintió.
— Bueno, pues les tengo buenas noticias, muchachos, ya he tomado una decisión.
— Por fin.
— Que bueno. — Exclamó un agotado Sasuke— Ya estoy harto de estar aquí.
— La cosa es así. Naruto, un interés del 25%, es mucho dinero.
— Pero, señora, a mí me dijeron que…
— Tal vez no lo hiciste de mala fe, es muy probable que no supieras que cobrar más de un 10% de interés puede ser catalogado como una estafa pero…
— ¡Ja! — Sonrió, por primera vez desde que llegó al programa, un cansado Sasuke— Lo sabía.
— ¿Puedo terminar de hablar?
— Claro, claro. — Se aclaró la garganta— Disculpe.
—… Pero, si tuvieras un documento firmado, un documento firmado por Sasuke en donde dijera que él se comprometía contigo a pagarte ese interés, pues él, por ley, tendría que pagártelos.
Le sonrió Naruto a Sasuke con suficiencia mientras él, Sasuke, que me miraba como si pudiera matarme, perdía la sonrisa que antes tenía.
— En el futuro, te recomiendo que cuando hagas algún tipo de transacción, sea un préstamo, una venta, una sociedad, lo que sea, todo lo hagas por escrito, con fechas y firmas porque de esa forma te proteges y no solo eso, te evitas este tipo de problemas.
— Gracias, señora, y créame, lo tendré en cuenta.
— Ahora, como no hay un documento firmado en donde se diga que Sasuke tiene que pagarte el 25% de interés sobre el préstamo que le hiciste, no puedo autorizar que te pague intereses sobre ese valor. Puedo autorizar que te pague lo justo, lo legal y decretado por ley, es decir, el 10%.
— Esta bien, yo no tengo ningún problema con eso. ¿Tú, Sasuke?
— Si es lo legal, si es lo justo, yo con mucho gusto lo pago.
— Bueno, entonces vamos a anotar aquí que Sasuke ya le pagó la totalidad de los intereses a Naruto.
— Oiga no, no, no, ¿Cómo? No entiendo.
— Claro, Naruto, es simple. Tú le prestaste cincuenta mil eurofics, ¿verdad? Ok, perfecto. El 10% de cincuenta mil, son cinco mil; y Sasuke, según mis cuentas, te ha pagado un poco más de seis mil eurofics en los últimos tres meses.
Pobre Naruto, no me estaba entendiendo nada y por eso le pedí a mi Fye (que no podía de la risa por todo eso que estaba pasando) que me apareciera un tablero para poderles explicar mejor de qué era de lo que yo les estaba hablando.
Y cuando hice toda la matemática…
— ¿Viste, Naruto? A mí Sakura me dijo que yo era un bobo si pensaba darte toda esa plata de intereses y mira, te di más de lo que te tenía que dar y todo.
— Uy, Sasuke, de verdad que lo siento mucho pero, tú sabes que yo de esas cosas no sé. A mí Kiba me dijo que él le estaba pagando a Tsunade el 25% y que…
— Bueno, ¿más claro? Sasuke te pagó seis mil doscientos cuarenta y nueve mil eurofics en intereses, Naruto, cuando debía pagarte cinco mil. Entonces lo que vamos a hacer es lo siguiente. El excedente, es decir, lo que él te pagó de más, lo vas a descontar de la deuda inicial, o sea, — dije mientras hacia la cuenta en la calculadora— mil doscientos cuarenta y nueve mil. Lo que quiere decir que Sasuke ahora te está debiendo… Cuarenta y ocho mil setecientos cincuenta y un eurofics, Naruto. ¿Estamos de acuerdo?
Ambos asintieron, eso ya parecía una clase de matemáticas.
— Bueno, entonces volvemos a lo que nos trajo aquí en primer lugar. Sasuke, dadas tus actuales circunstancias, que dices que no tienes un empleo fijo, y que tienes bastantes compromisos económicos con varias personas, ¿entonces? ¿Qué vamos hacer? ¿Cómo le puedes pagar a Naruto lo que le debes?
— Bueno, pues ahora que no le tengo que pagar ese infierno de plata en intereses… Pues puedo organizarme y darle cinco mil eurofics mensuales.
— ¿Cinco mil mensuales, eh? Hmmm, eso quiere decir que le pagarías en un poco más de nueve meses; recordemos que ya no son cincuenta mil, si fueran los cincuenta mil, pues sería en diez meses pero como es menos….
— Listo, Sasuke, por mí no hay ningún problema. — Sonrió amablemente Naruto y fue hacia él para darle la mano— Entonces hagamos así. Yo, voy a pedir una refinanciación en el banco y con los cinco mil que me vas a empezar a pagar a partir del próximo mes, pues pago la cuota del préstamo.
— Me parece bien. —Estrechó la mano que Naruto le ofreció— En eso quedamos entonces pero…
Me miró.
— Sí, sí, aquí estoy dejando todo anotado. — Dije mientras trabajaba en mi laptop— Bueno, muchachos, me alegra que hayamos podido resolver este asunto de ustedes dos como personas civilizadas. Muchas gracias por haber venido al programa y, a más tardar la próxima semana, nuestro abogado estará visitándolos con una copia del acta, de lo que se acordó hoy, para que la firmen. Muchas gracias de verdad por haber venido a nuestro programa, por haber sido nuestros primeros invitados y espero no tener que volver a verlos por aquí por algo como esto.
— No, muchas gracias a usted por habernos invitado porque, pues, yo sí necesito la plata, he tenido muchos problemas con Hinata por eso pero…
— Ni hablar de los que he tenido yo con Sakura por lo mismo…— Dijo un más alegre Sasuke.
—… Pero los amigos, son los amigos. Me alegra haber podido aclarar esta situación con Sasuke porque…
Y es aquí donde todo, donde todo empezó a complicarse…
Resulta que, no se sabe ni cómo, ni por dónde pero al estudio había entrado un tipo, eso sí, que se podría de lo papacito que estaba, fuertemente armado preguntando por el de siempre, por el que no hace más que sacarme canas y dolores de cabeza. Al estudio había entrado un apuesto tipo con katana en mano buscando a Fye.
— ¡¿Dónde está?! ¡¿Dónde está el tal Fye D. Flourite?!
Aquel hombre, aquel hermoso hombre de cabello platinado y… Ay, sí, ¿no les parece que definitivamente hay hombres a los que las canas les queda muy bien? Bueno, pues ese era el caso de Yukito, como luego, después de que Naruto y Sasuke lo inmovilizaron, nos dimos cuenta que se llamaba. Yukito es alto, de contextura delgada y atlética (como me gustan los tipos a mí) canoso cabello corto, finas facciones y ojos color miel, uy, sí, un tipo divino, muy atractivo… Aquel bello, y enojado hombre de, yo diría, un poco más de treinta años, estaba que mataba y comía del muerto porque, y por lo que decía, Fye había hecho lo de siempre, meterse con la mujer equivocada…
— ¡¿Dónde demonios está ese maldito infeliz, ah?! ¡¿Dónde?!
— Oiga, señor, baje esa espada y cálmese que…
— ¡Quítese, niñito!
Le gritó Yukito a un amable Naruto, que no era tan niño como él creía… Muy pocos saben que Naruto, tiene veinte y ocho años… Lo que pasa es que como la esposa lo cuida tanto, le hace mascarillas y esas cosas, pues se ve así, muy joven y guapo…
— ¡Quítese o lo quito!
Naruto, que desde que se había acabado el manga no había vuelto a pelear, pues se emocionó ante su amenaza y después de hacerle un gesto a Sasuke que, claro, desde luego él entendió, empezó a pelear con Yukito que tenía esos bellos ojos color miel muy rojos, muy dilatados de la ira que tenía…. Para detenerlo. Y después de luchar cuerpo a cuerpo con él, (cada uno de ellos, tanto Naruto como Sasuke) Sasuke inmovilizó a Yukito cuando logró hacerse tras él y con una llave, logró inmovilizar sus brazos; momento que Naruto aprovechó para usar su mejor técnica y desarmarlo…
— ¡Odama rasengan…!
Aquella esfera de energía azul pegó con la poderosa katana de Yukito y mandándola lejos, al otro lado del estudio, finalmente lograron desarmarlo mientras Goku y Vegeta (que volvían de la cafetería y de hacer lo de siempre cada vez que los contratamos, venían de comer hasta mas no poder) detenían a Yukito, evitaban que se moviera y se preparaban para sacarlo del estudio pero… Yo, que soy tan curiosa, no me podía quedar con las ganas de saber por qué es que ese hombre estaba buscando tan desesperadamente a mi novio.
— ¡Suéltenme, suéltenme, malditos orangutanes, que he viajado mucho, y desde muy lejos, para poder acabar con ese infeliz! ¡Que me suelten les digo!
— Señor, — sonreía Goku, adoraba ese trabajo porque ganaba bien y detener a nuestros invitados, era la cosa más fácil de la historia. A veces, cuando nos encontrábamos en la cafetería y nos poníamos a charlar, me decía que en muchas ocasiones sentía que nos estaba robando, me decía que le pagábamos muy bien por algo que era muy fácil de hacer…— por favor cálmese y evítenos el tener que noquearlo para poder sacarlo de aquí.
— Kakaroto tiene razón, insecto.
Dijo Vegeta después de comerse el último trozo de aquella dona.
— Ya cállate si no quieres que te callemos.
— ¡Da la cara, maldito idiota! ¡Aparece y ten los pantalones de responder por lo que hiciste! ¡Tienes que pagar por haberte atrevido a meterte con mi esposa y peor, por haberla embarazado….!
Y, claro, debí fue haberlo imaginado… Tenía que tratarse de eso porque Fye, por mucho que yo lo quiera, nunca va a dejar de ser lo que es, un perro de aquí a la luna…. Un perro mujeriego de lo peor…
— ¿Con que se trata de eso, no? Claro, tenía que tratarse de algo como eso. Fye, ¿es que tú no aprendes? Carajo, ¡siempre es lo mismo contigo!
— Uuuuuu
Se mofó nuestro público de nosotros porque, bueno, era por eso que Fye no había aparecido a detener a Yukito antes, estaba ocupado dando las indicaciones al equipo de producción para que finalizaran el programa. Ya que las cámaras no estaban grabando, sí se podían burlar de nosotros.
— Mi reina, mi amor, no te enojes que yo no sé de qué es que está hablando este tipo. ¿Cuál mujer, cuál embarazo? — Me dijo mientras intentaba acercarse pero claro, yo me le alejé— Tú sabes que yo ya no puedo…
Yukito, en definitiva es un hombre muy hábil, o muy tramposo porque no sé cómo pero logró soltárseles a Goku y a Vegeta cuando sacó un extraño artefacto de uno de sus bolsillos y lo apuntó hacia cada uno de ellos. Recuperando su katana y dando un gran salto para, por lo que alcanzaba a ver, cortarle la cabeza a mi marido, lo inmovilicé con mi energía, con la energía azul celeste que expulsaba por los tatuajes que Fye me hizo, y le dije sin siquiera pensarlo…
— ¡Fye es gay! Él, él no pudo haberse metido con su mujer porque él, es gay y desde hace mucho tiempo, señor. Por favor cálmese, se lo suplico.
