Bien, este es mi primer fanfic, los personajes en el fic son creados, ambienté mi historia en hogwarts, ya que realmente amo la saga de Harry Potter, escribiré pronto más fanfics acerca de personajes originales de Harry Potter, espero que les guste, y pronto subiré el próximo capítulo :).
CAPÍTULO 1:
Era primero de Septiembre, yo, Christian estaba en mi casa preparado para ír hacía la estación Kings Cross en Londres y partir hacía mi lugar favorito hace 5 años, Hogwarts, el colegio de magia y hechicería, estaba muy contento ese día, pues ya iba a entrar a mi quinto año de colegiatura y tenía gran emoción por mis clases y porque este sería el año donde presentaría mis TIMO's y por fin podría tomar mis clases favoritas, estudié muchísimo en mis vacaciones de verano, pues en realidad mi ambición de trabajar para el Ministerio aumentaba mucho.
Una semana antes fui al callejón Diagon a por mis materiales de estudio, durante todas mis vacaciones había algo que me había dado vueltas y vueltas la cabeza, era algo aparte de mi emoción de volver a Hogwarts, el año pasado había visto a una joven, una joven Gryffindor, cuyo cabello, sus ojos y toda ella me cautivó pero tuve muchos nervios para poder acercarme y hablarle, soy una persona muy nerviosa y ese día mis nervios aumentaron en creces, durante lo que restaba del curso la miraba todos los días en el desayuno cuando nos encontrábamos en los pasillos o en las escaleras para dirigirnos a nuestras diferentes clases, hasta que acabó el año escolar y nunca tuve la valentía de hablarle, ese día en el Callejón Diagon tenía la esperanza de poder encontrarla y poder hablarle, así sólo fuera un 'Hola', quedaría muy satisfecho, la tarde había pasado iba con mi madre y con mi padre y miraba hacía todos lados, cada rincón hacía donde iba pero no la encontraba por ningún lado, en mi mente sólo pasaron pensamientos que decían 'Vino otro día, ya se fue, no tuviste suerte' y eso me frustro demasiado, volví a casa y durante esa semana pensé mucho en ella y sabía que tenía una gran oportunidad en el tren o en la misma estación.
Estaba ya en la estación de Kings Cross igual que en el callejón miraba de un lado para el otro en cada esquina y en todo lugar esperando encontrarla y al menos decirle hola y pedirle que me acompañara en el viaje hacía Hogwarts, el tren partió y no la ví en la plataforma, me resigné y me hice con 2 grandes amigos; Aaron y Connor, a ellos los conocí en 1 año nos hicimos amigos muy rápido y siempre hemos tenido una gran confianza con ellos.
Estábamos conversando comiendo algunas golosinas, les contaba aquel encaprichamiento que tenía con esta chica y ellos me decían que fuera a recorrer el tren en busca de ella, pero no quería verme un chico intenso, así que me quede con ellos hablando sobre las vacaciones hasta que empezó a anochecer y el prefecto nos avisó que ya era hora de que fuéramos a cambiarnos, en ese momento pensé que podría ser mi momento de poder intentar buscarla e intercambiar palabras, así que salí antes que mis amigos y fui rápido a cambiarme para poder tener chance de estrellármela en los pasillos del tren.
Corría por los pasillos y llegué rápido y me cambie, me puse mi túnica, mi camisa, mi corbata, mis pantalones y mi gorro, y empecé a caminar mirando con disimulo los cubículos del tren hasta que cuando iba mirando entre cubículo y cubículo me estrelle con alguien, y cuando levanté mi mirada ví la mujer más hermosa que podía imaginar, su cabello rubio y sus ojos hermosos como ese día los ví, era ella, mi mente estaba en blanco sólo podía pensar en que por fín un deseo que había estado pidiendo durante todo el verano estaba haciéndose realidad, entonces fue que le dije
— Hola, soy Christian ¿tú eres?.
— Hola, mucho gusto mi nombre es Fran –dijo ella con una sonrisa en su cara-
— Es un gusto, creo que lo mejor del viaje fue haberme cambiado –decía mientras mi cara se ruborizaba rápidamente-
— ¡Jiji! –río con ternura-
— Bien, tengo que ir a mi vagón, espero poder hablar contigo más agusto dentro del castillo, es un gusto, repito, ¡hasta luego!.
— ¡Adiós!, por supuesto me encantaría seguir hablando contigo, ¡cuídate! –dijo ella mientras se despedía con su mano y seguía por el pasillo del tren-
Estaba muy feliz en ese momento, llegué rápido donde mis mejores amigos, estaba muy emocionado, no podría creer lo que había acabado de suceder, mi sueño durante todas las vacaciones había acabado de suceder en 5 minutos, mis amigos estaba muy felices por mí, no podía quitar está risa estúpida de mi cara.
Ya era noche y el tren ya iba bajando su velocidad, era señal de que ya estábamos arribando a la estación de Hogsmeade y ya estábamos más cerca de mi lugar favorito la emoción corroía todo mi cuerpo y aún tenía esa sonrisa estúpida en mi cara seguía sin creer que había hablado con ella, el tren se detuvo y empezamos a bajar, iba con Aaron y Connor para coger las arrosas e ír a Hogwarts por fin, pero Aaron no encontraba su maletín parecía ser que un estudiante de séptimo le había jugado una broma así que fuimos casi los últimos en poder salir del tren por suerte aún quedaba una carrosa y fuimos rápido a por ella hasta que se escuchó un grito que decía: ¡Espereeeeeeeeeen!, faltamos nosotras. Al escuchar esa voz de una vez supe que era ella, era Fran de nuevo, todo estaba jugando a mi favor, ella venía con dos amigas y les dimo espacio para que subieran a la carrosa y empezó la conversación.
— ¡Hola!, Christian ¿verdad?, nos encontramos en los pasillos del tren, ¿me recuerdas? -dijo Fran con una sonrisa en su cara-
— ¡Sí sí!, ¿cómo olvidarte? –dije tartamudeando- ¿y por qué se han quedado en el tren?
— Sonará chistoso pero nos quedamos dormidas desde que me encontré contigo ¡Jeje! –dijo Fran.
— Creo que son un trío de Dormilonas ¡Jaja!
Ellas rieron y seguimos hablando sobre temas de Hogwarts, al mirar a Fran me gustaba cada vez más, no la conocía pero tenía la certeza de que era una gran mujer y con cada palabra que me decía me atraía más más y más, amaba los momentos cuando nuestras miradas se cruzaban y las cortábamos con una linda sonrisa por ambas partes.
Arribamos al castillo e íbamos nosotros 6 camino al gran comedor, al llegar al lugar nos dividimos pues ella iba a su mesa con su casa y yo iba a la mía, estaba muy contento ese día había sucedido grandes cosas, por fin había llegado a Hogwarts, había hablado con ella, todo estaba funcionando excelente, el tiempo iba pasando el Director, Albus Dumbledore, dio sus palabras de bienvenida para los de primer año y para los demás, presento a unos cambios en el profesorado y veíamos la ceremonia de los de primer año, a cada estudiante nuevo de Slytherin le aplaudíamos con mucha fuerza, tener un nuevo estudiante era muy gratificante para nosotros.
Al terminar la ceremonia fuimos todos hacía nuestra sala común, en las mazmorras, estaba muy feliz, no paraba de contarles todo lo que medio hablamos con Fran a Connor y a Aaron, ellos ya estaban fastidiados, pero en sí me producía mucha risa verlos enfadados, así que seguía contando mi experiencia de ese día, la noche cayó y estaba muy emocionado porque ya tendría mis clases mañana y tenía la certeza de poder encontrarme con Fran otra vez, así que me dormí rápido para que el nuevo día llegará rápido.
Amanecía en Hogwarts, me levanté muy temprano tenía mucha emoción de empezar las clases y de poder encontrarme a aquella chica y poder hablar mucho más tiempo así que apenas mis dos amigos despertaron fuimos al gran comedor a comer el desayuno al llegar ella ya estaba allí y me lanzó una sonrisa, yo se la devolví guiñando el ojo, dentro de mi estaba muy feliz y a la vez nervioso así que fui y desayune rápido y volví a mi sala común a por mis libros y mis materiales de clase, ese día el capitán del equipo de Quidditch de Slytherin dijo que las pruebas las iba a hacer a él siguiente día a mediados de las 3 de la tarde cuando ya no tuviéramos clases, así que eso también me llenó de mucha emoción durante 2 años hacía sido cazador titular e iba a luchar por ese puesto un año más.
Fui a por mis libros, mi primera clase era sin duda mi materia favorita con mi profesor favorito, tenía pociones con el profesor Snape, siempre me había caído bien Snape, aparte de ser el jefe de nuestra casa era muy amigable con todos nosotros así que estaba muy entusiasmado de ir a la clase, iba por las mazmorras (dónde queda la sala de Pociones) y lastimosamente no me encontré a Fran sabía que no lo haría pues no suponía que tuviera que hacer algo en las mazmorras del castillo, así que me preocupe en esforzarme en esa clase
— Saquen sus libros, página 52 –Dijo Snape con autoridad-
Saque el libro rápidamente y lo abrí en la página que el profesor nos había indicado, leí el título y ponía 'POCIÓN CRECEDORA DE CABELLO'.
— Vamos a hacer está poción rápidamente, los materiales están encima de sus mesas de trabajo y sí necesitan algo más todo está en los estantes –Dijo Snape con la misma autoridad de antes-
Sabía el proceso de la poción pues durante todas las vacaciones leí casi todo el libro de pociones y ensayé un poco con mi madre, una grandiosa bruja que como yo tiene un gran talento para las pociones así que recordé muy bien cómo hacerlo y fui por mis materiales
-500 gr de Pelo de Veela
-3 Colas de ratón.
-Medio litro de agua del río.
Así que empecé agregando el agua al caldero y calentarlo a tal punto que ebullera y salieran burbujas del mismo, cuando salieron las burbujas agregué las 3 colas de ratón. Lo que venía era muy cansón era fácil pero muy lento tenía que agregar los 500 gr de Pelo de Veela uno por uno, así que empecé rápido a desmenuzar pelo por pelo y agregarlo al caldero, sabía que sí terminaba rápido podría salir temprano y toparme con Fran, aparte de darle unos buenos puntos a mí casa, cuando por fín terminé de agregar los 500 gr de Pelo. Ahora tenía que calentar el caldero 5 minutos a fuego fuert fuego lento, pasados los diez minutos el líquido tomo color turquesa claro, era señal que la poción había concluido satisfactoriamente, le presente la muestra al profesor
— He terminado señor –dije con cordialidad, la poción ha salido satisfactoriamente, como dice el libro ha tomado color turquesa.
— Muy bien señor Black, la poción está perfecta y fue el primero en la clase, era de esperarse ¡20 puntos para Slytherin!, y puede salir ya señor Black –recitó Snape con perspicacia-
— Hasta luego señor –dije con una sonrisa en mi cara y salí por la puerta directo al gran comedor.
Estaba feliz tuve una clase muy tranquila y me había gustado mucho así que fui al gran comedor a ver sí estaba hay Fran y tuve éxito Fran había terminado –al parecer, igual de temprano a mí así que me comí mis nervios y fui a hablar con ella.
— ¡Hola, Fran!.
— ¡Hola, Camilo!.
— ¿Cómo te va?, que casualidad encontrarnos aquí –dije, mientras pensaba que mi comentario había sido de lo más estúpido.
— ¡Jeje!, sí eso veo, ¿no estabas en clase? –Preguntó con curiosidad.
— Sí, he terminado rápido y Snape me dejó salir.
— ¿Snape?, él me impuso un castigo ya, creo que soy algo traviesa con mis amigos Weasley ¡Jeje!.
— ¿En serio?, sí quieres hablo con él y te puede quitar el castigo, tengo una buena relación con él.
— No, tranquilo tomaré responsabilidad de lo que hice, no te preocupes.
— Está bien como tú quieras –dije con asombro, estaba pensando sí tal vez está tarde después de que terminen las pruebas de Quidditch pudiéramos ír a las tres escobas y tomarnos algo, me gustaría conocerte mucho –dije con muchísimos nervios.
— ¡Sí!, me encantaría –dijo mientras su cara se ruborizaba demasiado.
— Perfecto, entonces nos encontramos en las tres escobas ¿te parece?, tengo que ír a mi próxima clase, nos vemos en la tarde ¡cuídate y un gusto!.
— Igualmente y claro, allí nos veremos –dijo despidiéndose con la mano y sonriendo tiernamente, ¡adiós!.
Estaba muy emocionado, tendría una cita con la chica más hermosa de Hogwarts, durante las clases restantes no deje de pensarla un segundo, durante el almuerzo no pude quitarle la mirada ni un segundo, sabía que lo que me estaba pasando era un enamoramiento pero se sentía bien, así que al terminar mi última clase, me dirigí al campo de Quidditch para presentar mi prueba. Estaba media casa de Slytherin, aunque habían muchos niños, supe al instante que lo más seguro es que no calificaran, sabíamos que las otras casas tenían jugadores grandes y fuertes, derribarían a los chicos en un abrir y cerrar de ojos, pero igual presentaron la prueba, la mayoría caía de sus escobas al instante, otros mantenían el vuelo durante unos instantes y caían, así que quedamos alguno de tercer año en adelante, el capitán del equipo se dirigió a mí.
— ¡Christian, hola! –dijo con entusiasmo.
— Hey, Arnold ¿cómo te va?.
— Muy bien, ¿vas a presentarte?.
— Sí obvio, el quidditch es mi pasión, estaré en el equipo hasta que salga del colegio –dije con mucho entusiasmo.
— Sí quieres no puedes presentar la prueba ya estás en el equipo por antigüedad, sé que juegas excelente así que sí quieres asentarte de la prueba, estás en tú derecho.
— ¡No!, soy como otro jugador, presentaré la prueba como los demás.
— Cómo tu quieras Christian –dijo asombrado, ¡cazadores, vamos, es su turno!.
Me acerqué con otros 10 más, veía gente muy fuerte y mucho más alta que yo, pero confiaba en mis habilidades así que no me puse nervioso y monté mi escoba y me eleve por lo alto, Arnold recitó.
— Ok mis cazadores, vamos a formar dos equipos de 5 personas y vamos a evaluar la habilidad individual y su trabajo en grupo así que vamos a empezar –dijo mientras cogía la Quaffle y la lanzaba por los cielos.
Apenas se elevó la Quaffle salí disparado a por ella la cogí rápidisimo, no le dí tiempo al otro cazador de cogerla retrocedí y los de mi equipo hicimos la formación habitual y empezamos a atacar, hacíamos pases de adelante hacía atrás, los del otro equipo envestían pero con una amiga Danielle (que ya habíamos jugado en el año anterior) empezamos a entendernos bien con la pelota y hacíamos pases muy bien coordinados, anotamos nuestro primer punto, así fue durante 10 minutos, el 'mini' encuentro de prueba había quedado 100 a 40 ganando mi equipo, dónde yo había marcado 50 puntos del resultado, bajamos de las escobas y Arnold dijo
— Publicaré mañana en la sala común los admitidos este año para el equipo de Quidditch, todos lo hicieron muy bien pero hubo personas fantásticas –dijo mientras me lañaba una mirada a mí, sí no fueron aceptados no se desanimen el otro año probarán suerte.
Miré hacía las gradas mientras me quitaba el equipo de juego y ví a Fran, mis ojos se iluminarón y se volvió a dibujar esa sonrisa en mi cara, me cambié muy rápido y me fui al vestier a ponerme mi camisa, mi corbata y mi túnica, arreglé mi cabello y salí hacía las gradas, llevaba una rosa y le toque el hombre.
— ¡Hola, Fran!, ¿estás lista para ír a por las cervezas de mantequilla?.
— ¡Claro!, lo estuve esperando durante el día –dijo mientras movía sus manos con nerviosismo.
— Está bien, pues vamos, pero antes toma esto, es un pequeño detalle de mi parte –dije mientras entregaba la rosa.
Su cara se volvió un color rojo intenso al recibir la rosa, solté una leve sonrisa tierna hacía ella y Fran agarró fuerte la rosa y dijo –gracias, Christian ¡es un lindo detalle!.
Le ayude a levantarse de las sillas y fuimos hacía las tres escobas, estábamos hay sólos los dos por fín, sin nadie más y empezamos a hablar cómodamente.
— Y, ¿cómo te ha ido en primer día, Fran?
— Me ha ido muy bien, pues aparte del problema con Snape todo ha ido muy bien, amo Hogwarts es mi hogar así que pase lo que pase siempre agradeceré estár aquí.
— Es muy lindo lo que dices –dije con ternura, pienso muy parecido a ti ¿sabés?, pues sí algún día tienes algún lío con pociones avísame, tal vez pueda ayudarte, sería un honor ayudar a tan hermosa mujer –dije mientras mi cara se ponía roja y bebía rápidamente la cerveza.
Las palabras iban y fluia la conversación, cada vez nos veíamos más agustos en aquel lugar hablando de gustos similares hasta que el silencio llegó a la mesa y ella río nerviosamente, mientras tomaba su cerveza, decidí romper el silencio.
— Fran, ¡me gustas! –dije con muchísimos nervios, no me ví capaz de decirlo pero lo hice.
Fran se atragantó bebiendo la cerveza y dijo
— ¿¡Qué yo qué!?, ¿cómo puedo gustarte?, ¿no me has visto?.
— No es como luzcas, Fran, me gusta tal y como eres, este pequeño tiempo que hemos estado me has parecido una mujer interesante, además adoro tu cabello y tús ojos, son tan hermosos como tú.
— ¿Hablas en serio?, porque...
— ¿Por qué, qué? –le interrumpí rápidamente.
— Porque tú también me gustas Christian, desde aquel momento en el tren me pareciste un chico muy guapo y ya que hablamos me doy cuenta de lo que tenemos que común… –le corté sagazmente con un beso, cuando nos besábamos encima de nosotros crecía un ramo de rosas blancas. Sabía que ella era la chica indicada para mí, sentí muchas cosas en el momento del beso.
Después de eso fuimos hacía el castillo, no decíamos mucho, estábamos muy apenados, ambos sufríamos de una gran pena así que sólo íbamos charlando de cosas normales en el colegio, pero en dentro de mí había mucha felicidad, quería saltar y contarle a Connor y Aaron, sabía que se iban a poner muy felices, aunque recordé que ellos también me tenían algo que contar, los vi en las pruebas de Quidditch para golpeadores del equipo, seguro habían pasado y creo que estuvieron cotilleando con unas chicas de Ravenclaw, así que ellos no habían perdido el tiempo, Fran y yo llegamos al castillo y ella se dirigió hacía el séptimo piso y yo seguí hacía las mazmorras, había sido mi mejor día en un buen tiempo.
