Mi primer fanfic de pokemon, espero que sea de su agrado, sin más blabla les dejo el primer capítulo.
Cap 1: Videomisor Roto.
-Alo ¿Cariño?- Era mi madre quien se comunicaba por el videomisor.
-Hola mamá estoy en ciudad-
-Veo que tienes muchas energías para ni siquiera preguntar por mí- me interrumpió, ni me dejo acabar la frase.
-Si no fuera por ti y Hyuu no estaría aquí- masculle y luego silbé molesta, estaban tan emocionados en que yo saliera por mi aventura pokemon, yo sólo... yo sólo quería una vida pacifica, ya sabes algo como jugar póker, ir al casino, tragaperras, y esas cosas que salen en las películas, no había quien nos ganará a Audino y yo.
-Bueno cariño ¿Dónde estás?- dijo mi madre sacándome de mis pensamientos.
-Ciudad mayólica, quería que me hablaras de esta ciudad- replique aún molesta.
- Bueno ciudad mayólica es la ciudad del ocio, puedes ver el futbol o basquetbol- comento con calma
-oh genial, si claro- respondí sin interés.
-Bueno también está la montaña rusa- horrible… - Deberías probar, te divertirás- me dijo entusiasmada.
-Está loca, ¡no! De ninguna manera – espeté con fuerza, odiaba ese "famoso jueguito" era terrorífico, el sólo pensar la velocidad.
-Bueno también está la rueda de la fortuna- formo una media sonrisa. -¿Por qué no vas? No es "terrorífica" como la montaña rusa- se burló.
-¿eh? ¿Qué es eso?- ¿rueda de la fortuna? Tal vez tenía que ver con juegos de azar, tal vez aquí había un casino, empecé a entusiasmarme.
-¿Cómo no sabes qué es?- grito mi madre, ante su grito aleje el videomisor.
-Mamá la gente me mira raro- le contesté apartando la vista del videomisor.
-okay, okay- dio un largo suspiro sólo para continuar -la rueda de la fortuna es…- De pronto escuché un sonido como el de un videomisor, miré a ambos costados centrándome en encontrar el sonido.
-Lo siento madre, definitivamente iré a la rueda de la fortuna, después te llamo y te digo como me va-
-Espe- hija- guarde el videomisor, y concentré mis oídos a localizar el ruido, hasta que lo encontré, pero para mí mala suerte ya habían cortado, mire atentamente aquel objeto, la pantalla estaba rota, una lástima esas cosas eran caras. Bueno que hago con esto, creo que por ahora lo guardo, tal vez el dueño intente comunicarse más tarde. Ahora lo importante… buscar el casino o más bien rueda de la fortuna de la que me habló mi madre, pero no pasó mucho tiempo para escuchar una aguda voz.
-Oye ¡mei! Mei mei- Era Hana, la hermanita de Hyuu
-¡oh! Hola ¿Qué haces aquí?- sonreí a la pequeña niña, si ella estaba aquí de seguro estaba mi buen amigo Hyuu.
-De paseo, estoy con Hyuu ¿Quieres venir?- pregunto entusiasmada.
-Creo que sí- repliqué, bueno tal vez ellos sepan donde esta esa tal rueda de la fortuna, Hana cogió mi mano y me guío hasta donde encontraríamos a Hyuu, quien se encontraba apoyado en un pilar.
-Hyuu, Hyuu… mira a quien encontré- exclamo la pequeña muy feliz.
-Hola- me saludo Hyuu con una media sonrisa –¿Viniste por la insignia?-me preguntó.
-¿Insignia?- replique sin entender…un momento Insignia, Líder, Gimnasio, batallar, pokemon, oh por Arceus, olvide por completo que había venido por la insignia
–ah, sí claro- esbocé una sonrisa falsa, de inmediato recordé las palabras de mi madre "Mei mañana pasa el camión de la basura recuerda sacarla" ¡no eso no era! Ni sé por qué se me vino eso a la mente, aunque hoy era viernes…
-Hermanita Mei, con Hyuu nos subimos a la montaña rusa, fue increíble- comento Hana sonriendo ampliamente.
-No me digas- reí nerviosa, solo escuchar "montaña rusa" me causaba escalofríos.
-Bueno ahora que hacían- cambié de tema, no quería escuchar más de eso.
-Ah Hyuu quería ir a la rueda de la fortuna- comento Hana, ¡Bingo! Eso era la rueda de la fortuna, como pude olvidarlo.
-¡Pero, que! Si tú querías venir…- dijo extrañado el peliazul, la pequeña le dio un codazo no muy disimulado, el muchacho se quejó del dolor
-Qué dices Hyuu, tú me trajiste arrastrando, que amabas la rueda de la fortuna y te morías de ganas de subirte en ella- exclamo más fuerte.
-¿En serio? Yo estaba buscando la rueda de la fortuna, si es posible sería mejor ir ahora mismo- exclame con gran entusiasmo, no aguantaba más, mis manos necesitaban palpar las fichas, las cartas. –Bueno ¿dónde está?- agregué, ambos chicos me miraron extrañados y con el dedo me indicaron que estaba detrás de mí. ¡No puede ser! No podía creerlo ¡Era monstruosa! Eso era la rueda de la fortuna… eso, eso, ¡ESPANTOSO! Era gigantesco, trague saliva.
-Oh lo siento chicos, recordé que debo ir a recoger mi pokemon de inicio- reí nerviosa, de ninguna manera me subiría a eso.
-¿Qué dices mei? Tú ya tienes tu pokemon de inicio- dijo el peliazul frunciendo el ceño y mirándome fijamente.
-Oh, claro, pero nunca esta de más tener otro- contesté, los nervios empezaban a traicionarme.
-¿Tienes miedo?- pregunto mirándome amenazadoramente, ¿acaso él sabe de qué le tengo fobia?
-¡Ja! ¿Miedo yo?- exclame, Santo Arceus… ¿Qué dije? Jamás demostraría mi debilidad ante el rival… a pesar de que nos conocemos hace mucho, no dejaría que él ni nadie sepa mi secreto, ese tonto hizo lo mismo para que yo saliera de casa, hice un puchero en modo de desagrado, el muchacho me miro presuntuosamente.
-Bueno vallan ustedes dos yo los espero aquí- replico Hana. Tenía que hacer algo de inmediato… una excusa cualquier cosa. –neh no sean tan cariñosos- agrego la pequeña sonriendo maliciosamente, ¿Qué? ¿Eso dijo ella?,
-¿De qué hablas Hana?- pregunto Hyuu con cierto temor.
-Cariñosos, como en las películas que vez Hyuu- comento la niña sin vacilar.
-No digas mentiras Hana, no es bueno- le callo Hyuu.
-Que dices, no estoy mintiendo, mejor solo vallan de una vez- la niña nos empujó, miré a Hyu quien ocultaba su rostro. ¿Hyuu mirando películas románticas? Me reí en mi mente, quien pensaría que ese mequetrefe arrogante veía ese tipo de cosas, intente aguantar la risa lo más que pude, aunque mis labios y oojos se curvaban instantáneamente. Bueno eso no es lo más importante ahora, tengo que buscar la manera de…
-Tururú- De pronto escuche el videomisor sonar, Oh Arceus los milagros existen, inmediatamente saque el videomisor roto, era mi salvación… fuera quien fuera si no alcanzo a contestar, ¡no salgo viva de esta!
-Si ¿Con quién?- pregunté sonriendo ¡Mi salvador! ¡Mi salvador!, al parecer la cámara estaba mala así que la otra persona no podría verme. Ni yo ver a la otra persona dado que la pantalla estaba rota.
-Ah… alo- hablo bajito una voz aparentemente masculina.
-uhm ¿sí?- pregunté curiosa, pensando entre sí, las posibilidades de quien podía estar llamando.
-Ahm, veras soy el dueño del videomisor- respondió un poco más alto.
-uhm, ¿Usted es el dueño?- no podía estar más feliz, estaba salvándome, pero ahora necesitaba otro milagro.
-Sí, soy el dueño del videomisor- replico la voz.
-oh ya veo- respondí calmada- bueno si es por el videomisor, ¿Dónde está? podría entregárselo ahora mismo- agregue con calma.
-¿En serio? Bueno yo en una hora más saldré del trabajo-
-Perfecto, ¿podríamos quedar en el parque de diversiones de Ciudad mayólica?- pregunte radiante.
-oh- titubeo-Si, me parece- dijo con dificultad. -Ah, lo siento cuál es su nombre- agregó
-ah yo soy mei- contesté con amabilidad y con diversión por el comportamiento del caballero.
-Encantada de conocerla Mei, ahora debo irme tengo trabajo- se despidió.
-Claro, claro, no se preocupe-dijo la castaña- por cierto cuál es su nombre-
-Tuut… tuut..-
Ambos chicos estaban al lado de Mei escuchando toda la conversación
-Qué persona tan divertida- reí.
-y bueno la rueda de la fortuna- interrumpió mi risa Hyuu.
-Ah… lo siento chicos… debo….debo ¡Ir al baño!- exclame mientras me aleje lo más rápido de ellos.
Una hora mas tarde
Por suerte los perdí, estaba aliviada, a pesar de que me han estado llamando a cada rato al videomisor no contesté, aún no…ahora sólo debo esperar a encontrarme con el dueño, entregar este objeto e ir a conseguir la medalla y ¡adiós ciudad de porquería!, aunque no me había dado cuenta de algo… ¿Cómo sabría quién era él?, para mi suerte que al parecer era mucha, el videomisor empezó a sonar otra vez.
-¿Mei?- pregunto una voz.
-Sí, con ella- respondí ya reconociendo aquella voz.
-Oh, mei, perdona por no haberme presentado- se disculpó, a lo cual solo sonreí divertida.
-Oh no se preocupe no es nada grave- explique, después de todo parecía una persona ocupada.
-Si verá, mi nombre es Tetsu- dijo nervioso, lo que provoco que mei riera suavemente, un hombre bastante raro, para ponerse tenso con alguien como yo….
-¿Eh? Perdón, suelo ponerme tenso a veces, debe pensar que soy un idiota despistado-
-No diga eso, no creo que usted sea idiota, pero creo que si un poco despistado, pero quien no lo es- respondí intentando animarlo.
-Gracias, me alegro que usted haya sido quien recogió mi videomisor, usted parece muy agradable-
-no hay de que, gracias-
-Por cierto, usted ¿Cómo es?- preguntó
-Bueno yo, llevo dos coletas, una visera, medias negras- empecé a describir, sabiendo cuál era su punto.
-¿Mei?- de pronto sentí que una mano tocaba mi hombro izquierdo me voltee exaltada.
