¡Hola a todos! Este es mi primer Fic de este Fandom. Y aunque mi cuerpo y mi alma saben que esta pareja es como dice mi madre "Eso no es de Dios" (Haciendo referencia a que es una pareja que es casi imposible de shippear de forma canon), decidí igual dejar rienda suelta a mi imaginación y entretenerme viéndolos congeniar. Espero que les guste y disculpen todo lo malo de mi redacción. ¡Que lo disfruten!

Aclaratorias: One-Shot. Los pensamientos y énfasis van entre comillas "…", los recuerdos Y/O flashback van entre comillas latinas «…», los desvaríos en alta velocidad de Deku irán entre las tilde ~… ~

Advertencia: Shonen-ai, o quizás algo más subidillo (+15) (Creo… capaz a alguien le parezca fuerte y le disguste xD, pero para que se meten en estos huecos oscuros xD).

Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece todos son propiedad de Kōhei Horikoshi


Explosiva relación

"¡Cuidado Kacchan!"

Esas palabras retumbaban en su mente una y otra vez, produciéndole cólera. ¿Por qué siempre era lo mismo? ¿Por qué siempre era salvado por ese estúpido nerd? Se sentía tan fúrico que deseaba lanzarlo por el peñasco y que quedara a su suerte.

Pero, no. No debía.

Después de todo iba a ser un héroe, no estaba entre sus planes andar asesinando gente o por lo menos no ahora. Aunque sincerándose consigo mismo, ya estaba harto de andar cargándolo desde la mañana.

Lo tumbó sin ningún decoro sobre el suelo, sin importarle en lo más mínimo las heridas que tenía. —¡Despierta maldito Deku!

El joven se removió con angustia. El dolor no era solo por el ataque que recibió, sino por el fuerte impacto de hace unos instantes. Sus ojos se abrieron con pesadez divisando a un muy enojado Bakugou delante de él. —Kacchan… —, susurró antes de volver a cerrar los ojos.

—¡Hey, Hey! ¡No creas que te voy a dejar morir aquí!—, dijo mientras le pateaba. — ¡No pienso cargar tu cuerpo muerto por todo este cañón!

—Lo siento…

Que desesperante era, aun en esta situación se estaba disculpando. ¿Por qué rayos era así? ¿Por qué no dejaba de ser tan miedoso después de tener un Quirk como ese? Lo que más detestaba era su descaro al hacerse el tímido, es como si se burlará en su cara. Pero lo peor es que a pesar del miedo y lo inútil que era, no dejaba de arriesgarse y preocuparse por los demás. Eso es repugnante.

—¡Calla esa boca y levántate! ¡Tenemos que tratar de llegar a la salida de este cañón antes que anochezca! Si no lo hacemos, nos moriremos del frío.

«Hacia sólo unas horas, cuando comenzó su entrenamiento especial, con el propósito de determinar sus habilidades en misiones donde se requería estar varios días sin volver a la ciudad y sin condiciones optimas. Había misiones de ese tipo muy seguido, donde generalmente tendrían que internarse en las bases ocultas de los villanos y que estas frecuentemente se encontraban en lugares inhóspitos.

Para este entrenamiento fueron asignados en pareja, ya que estarían tres días aislados en el bosque. El objetivo consistía en localizar la base enemiga y "eliminarla", en el transcurso del ejercicio debían destruir a todos los secuaces que pudieran y detectar las trampas que fueron colocadas por el lugar.

En total eran diez equipos y el que lo consiguiera primero sería el ganador y además recibiría un fantástico premio. La única condición de riesgo era que debían llegar ambos héroes a la línea de meta, sino; no contaría como una victoria. Parecía sencillo, pero no era tarea fácil porque toda la zona del bosque estaba rodeada por un gran cañón y la arboleda estaba infestada de animales salvajes y robots exclusivos que se adaptaban al oponente que los atacaba. Este escenario fue creado por Number 13 especialmente para esta ocasión. Estaba prohibido atacarse los grupos entre sí, pero no estaba prohibido poner trabas para que los otros no alcanzaran su objetivo. Los profesores les esperarían en la guarida de los villanos, allí había una sala de descanso para los que terminaran la prueba.

A cada grupo se le dio unos intercomunicadores para que en caso de que surgiera algún percance se pudieran comunicar con los superiores en busca de ayuda. Además de eso, no sé les dio ningún aditamento ni para curarse ni para comer, cada héroes era responsable de resolvérselas como pudiera, otra de las enseñanzas; ya que en el campo de batalla real no había tales preparaciones.

Deku sintió el mundo caerle sobre su cabeza cuando Aizawa-sensei nombró a su compañero: Bakugou Katsuki. ¿Qué tan mala suerte podía tener? Mucha al parecer. No es porque Kacchan fuese un mal héroe, todo lo contrario; era realmente fuerte e inteligente y este tipo de pruebas le venían como anillo al dedo; sino porque no podía olvidar que él lo odiaba, le aborrecía y detestaba que estuviera cerca de él. No era la primera vez que hacían grupo juntos, la mala suerte residía en que al parecer todo el tiempo le tocaba con él. Ya hasta temía que fuera un complot entre los profesores con tal de que de una vez por todas se llevaran bien. Pero algo estaba claro: Ni que pasaran mil años luchando juntos, serían un buen equipo.

Tragó grueso cuando el rubio le dio una mirada llena de odio.

Al comenzar, los equipo fueron puestos en puntos de partidas diferentes y se les dio la orden de iniciar la prueba.

Katsuki salió como un rayo, lanzando explosiones por todos lados sin impórtale un ápice todas las recomendaciones que previamente le habían dado sus profesores. Esos robots eran atraídos por los ruidos, por las habilidades y por el calor corporal.

Deku dudaba del criterio de sus superiores en colocar tales armas destructivas para una prueba de preparatoria, pero esto solo demostraba el nivel de exigencia de la academia Yūsei. Optó por seguir a su alocado compañero vigilando de cerca sus movimientos.

Para Kacchan, los enemigos parecían ser polvo en sus manos y uno a uno iba cayendo a sus pies. La risa estrepitosa que brotaba de su boca asustaría a cualquiera, era la risa de un villano. Disfrutaba esto, del dominar la situación, del sentirse el ser superior del lugar, de desatar su poder como quisiera, nadie era tan bueno como él. Más no entendía porque todos estaban siendo tan cautelosos y se veían tan preocupados por esta misión. Estos robots no eran más fuertes que los que enfrentaron en el examen de ingreso y desde ese día él se había vuelto cien veces más fuerte. ¿Cuál era el drama que tenían los profesores? ¿Está era su prueba más fuerte? ¡Qué tontería! Esto era un juego. Un juego de niños.

—¡Kacchan espera!—, gritó con desesperación desde atrás.

Con enojo volteó a verle. —¡Cállate! ¡Yo puedo hacerlo solo!

Fue su mayor error. El desviar su atención en ese instante del camino fue lo peor que pudo hacer.

—¡Cuidado Kacchan!

Un robot de contextura delgada se apreció ante sus ojos. No parecía ser una basura mayor a los que ya había enfrentado. Que idiota era Deku, ¿Por qué se preocupaba por semejante mierda? Aumentó la velocidad hasta posicionarse enfrente del objetivo y activó una de las granadas de sus muñecas para lanzar un impacto. Rió victorioso anticipándose a lo que estaba por ocurrir.

—¡Muere basura!

Un instante, fue solo un instante.

El robot hizo aparecer una barrera que se veía bastante resistente, ahí fue cuando recordó lo que su profesor les había dicho: "esos enemigos fueron hecho para contrarrestar sus poderes". Si Kacchan utilizaba esa explosión tan cerca de eso, era seguro que rebotaría a sí mismo y le explotaría en la cara.

Deku usó todo el poder de sus piernas para dar fuerte impulso desde donde estaba y colocarse en frente de Bakugou para servirle de escudo.

Katsuki no supo lo que ocurría hasta que ya era muy tarde.

La fuerte explosión retumbo en todo el bosque.

Por el gran impacto, ambos volaron lejos, tan lejos que el suelo terminó por desaparecer debajo suyo. El gran precipicio yacía frente a ellos. Aun desorientados por aquella explosión no se percataron de que estaban cayendo desde una gran altura, solo faltaban unos centímetros para tocar el suelo cuando el joven Midoriya usó el poder de uno de sus brazos para aligerar la caída. Ambos cayeron inconscientes en el suelo.»

Con toda la fuerza de voluntad que lo caracterizaba pudo sentarse, el cuerpo le pesaba como si estuviera cargando una gran roca dentro del mar. No podía sentir sus pies y las manos estaban entumecidas a tal grado que era casi imposible moverlas. Trató de levantarse pero las piernas no le respondían. —No puedo moverme, Kacchan. Déjame aquí, cuando llegues al campamento por favor, dile a Aizawa-sensei donde estoy. Seguro alguien vendrá por mí.

—¿Ah? ¿Acaso soy tu puto mensajero?

—¡Te lo pido, por favor!—, exclamó hincando la cabeza.

De nuevo, doblegándose...

Chasqueó la lengua en señal de desaprobación y se acercó donde estaba su compañero para después apretar su cabeza con fuerza. Lentamente la giró y lo obligó a ver a arriba.

En el borde del cañón se encontraban las siluetas de animales no identificables pero sus ojos rojos resplandecían en la ahora eminente oscuridad. No se veían para nada amigable.

—¿Quieres qué te deje aquí en ese estado?... ¡No digas tonterías! ¡Si te comen esas bestias me echaran la culpa a mí!— Lo soltó después de eso y pateó toda roca que tenía a su paso mientras blasfemaba a los cuatros vientos.

—Kacchan…—, susurró Deku con una sonrisa en sus labios. A pesar de todo, su amigo de la infancia no era tan malo como parecía. Es verdad que su mala actitud era la más llamativa de todas, pero él aun recordaba cuando eran pequeños y Bakugou era el líder de los niños su barrio. Cuando jugaban a los superhéroes, cuando salvaban a los gatitos de los arboles, cuando guiaban a niños perdidos hasta sus casas, cuando ayudaban a las señoras a llevar sus bolsas de mercado. Todo con el simple pretexto de ser "héroes", pero era innegable que algo de bondad había dentro de él. Sólo que fue cegado por su habilidad e inteligencia y todo a raíz de su asombroso Quirk. El ver esos gestos de amabilidad le hacían sentir un poco alegre y que estaba bien que él lo admirase después de todo.

Más tarde, el rubio volvió a acercarse para ofrecerle la espalda. —Sube, no hay otra forma que esta.

—Espera.

—¡Qué demonios pasa ahora!

~ Ya anocheció, es muy peligroso que vayamos andando a estas horas por este camino. En el peor de los caso podríamos caer por otro risco o tal vez tropezarnos y hacernos más daño del que ya tenemos. Lo mejor es hacer una fogata para espantar a los animales y tal vez buscar algo de comer. El fuego alejara a los animales hambrientos pero eso no nos deja exentos de que algún enemigo venga a atacarnos; después de todo todavía andan sueltos esos robots locos, si nosotros llegamos hasta aquí ellos también podrían. Tampoco tenemos un método para pedir ayuda porque nuestros comunicadores fueron destruidos con la explosión, lo mejor es caminar al final del cañón o tratar de escalar, aunque en mi condición me será imposible. Por ahora podríamos descansar y ver si mañana me siento un poco mejor… Pero si no ocurre entonces…~

Bakugou tenía la cara desencajada al escuchar todo aquel murmullo que salía de la boca del otro. Esto era habitual en Deku pero nunca dejaba de impresionarlo y molestarlo, tanta habladuría sin sentido que solo servía para aturdir sus oídos.

—¡Deja de decir tantas tonterías! ¡¿No puedes decir las cosas normalmente?!

—Pero Kacchan, hay que tener un plan de contingencia no sabemos cómo está la situación con los demás ¿y si nos atacan mientras dormimos? ¡Hay que estar preparados!

—¡Solo duérmete! Yo vigilaré.

—Pero…

—¡Será mejor que para mañana estés bien o te dejaré atrás!

Deku guardó silenció después de eso, no debía abusar de la amabilidad que Kacchan. Se dejó caer al suelo y miró las estrellas, estas resplandecían hermosas en el cielo y se veían más grandes de lo que podía recordar. Mientras las observaba fue vencido por el sueño.

La noche transcurrió con tranquilidad, lo único que se escuchaba era el sonido del viento que viajaba con gentileza acariciando sus pieles y que los arrullaba con su tenue cantar. Bakugou estuvo a punto de dormirse producto del cansancio que tenía, pero un sonido le hizo despertar. Se acercó para ver a su compañero y este temblaba sin control.

—Tsk…

Buscó unas cuantas ramas que le servirían para hacer una fogata. Cerca no había ningún sitio para refugiarse pero encontró un buen lugar detrás de una roca que cortaba la corriente del viento. Las leves explosiones que hizo con la palma de sus manos hicieron de encendedor.

Se acercó hasta Deku y le movió suavemente con el pie. —¡Hey! ¡Despierta! Mueve tu trasero para allá—dijo indicándole— Te morirás del frío.

No recibió respuesta.

Le observó con detenimiento examinando que todo estuviera bien. Pero a pesar de la baja temperatura que había, estaba todo sudado y su respiración estaba descontrolada.

— ¡Lo que faltaba!...—, bufó. El muy idiota tenía fiebre.

Le tomó por el cuello de su traje y le arrastró hasta la pared sentándolo en el suelo y recostando su cuerpo contra la roca. Esto era un fastidio, si solo le hubiera hecho caso ya estaría descansando en el campamento, disfrutando de la calefacción, pero no; decidió quedarse.

"Que buen momento elegí para tener remordimiento de conciencia", pensó.

Que asquerosa noche era está, rodeados de animales salvajes, teniendo que dormir junto a Deku, sin comida ni agua y con un frio bestial. No servía de nada que su cuerpo fuera un contenedor de nitroglicerina porque igual se estaba congelando el trasero. Lo peor de todo es que ahora no solo debía cargar con un herido sino también con un enfermo. ¿Hasta cuándo dejaría de darle problemas el muy inepto? Le tocó para comprobar la temperatura y no era la normal, era como cuando hacia una pequeña explosión en sus manos y eso quiere decir muy caliente.

—¡Rayos!

En este predicamento lo único que podía hacer era ayudarle a proteger aunque sea un poco del frío. Se sentó a su lado cruzando los brazos para darle calor, mientras hacía de vigía.

Cuando los rayos del sol dieron en su cara, sus ojos se abrieron con pesadez. Su cuerpo se sentía todo magullado y la cabeza le dolía. Solo bastaron unos cuantos segundo hasta recordar todo lo pasado el día anterior.

Mientras estaba sumido en esos pensamientos sintió un cosquilleo en el cuello y cuando movió sus ojos hasta el lugar se sorprendió: Era Kacchan quien dormía plácidamente apoyando la cabeza sobre su hombro, la punta de su cabello le hacía cosquillas en la piel. Su rostro se veía calmado, no se parecía nada al muchacho fúrico y explosivo de siempre, más bien parecía como un niño durmiendo. Los nervios se apoderaron de él al no comprender la situación, aunque no pudo hacer ningún movimiento porque aun no podía moverse con facilidad.

¿Acaso estaba soñando aun? Esto era imposible. Conociéndolo, sabía que él nunca dormiría tan cerca suyo por voluntad propia.

—¿K-Kacchan…?—, susurró entrecortado.

El joven se removió pero no hizo nada más.

—Oye… K-Kacchan…

Abrió los ojos lentamente, un poco confundido. —Aggg… Me quedé dormido…

—¿Kacchan?...

Cuando logró escuchar con claridad la voz que lo llamaba molestamente, abrió nuevamente los ojos sorprendido viendo el lugar donde dormía, dio un salto levantándose en el acto y le dio la espalda a él otro.

—¿Estás bien Kacchan?

—¡Claro que estoy bien! ¡Deja molestarme!

—Pero si tú eras el que estabas durmiendo sobre mí…—, dijo en un susurro casi imperceptible.

—¡¿Eh?! ¿Qué dijiste?

—¡Nada!

Todo esto era muy raro, aun no comprendía que era lo que sucedió mientras dormía. Miró alrededor y analizó la situación, aun se encontraban en aquel sitio, pero no en el lugar donde se había quedado dormido. Los restos de una fogata estaban cerca de ellos. Sus labios estaban resecos y agrietados y estaba muy sudado. Recordaba no sentirse muy bien pero acaso…

—Kacchan ¿Tuve fiebre anoche? No me siento muy bien…

Al escuchar esa pregunta alzó los pies con enojo hasta donde estaba su molesto compañero y le tocó la frente sin ninguna delicadeza. —¡Sólo das problemas Deku! ¿Cómo demonios piensas ser un héroe cuando todos tienen que andar cuidado de ti?

Estas palabras fueron como una bofetada para Izuku, pero él tenía toda la razón, siempre debía ser ayudado por lo demás, así nunca se convertiría en el símbolo de paz y justicia, aun le faltaba mucho camino por recorrer antes de alcanzar la grandeza de All Might. Tal vez si se pareciera solo un poco a Kacchan, todo sería mucho más fácil, él siempre podía hacer las cosas sólo y sin ayuda. Además, nunca se rendía ante ningún problema, eso era admirable.

—Lo siento…—, dijo con vergüenza. —¡Pero no será así por mucho más tiempo Kacchan! ¡Me convertiré en el mejor héroe de todos los tiempos! ¡Así podré ayudar a muchas personas e incluso podré superarte!—, luego de unos segundos, se tapó la boca al darse cuenta de lo último que había dicho.

—¡Si que tienes valor pedazo de basura!¡Ni creas que me vencerás con tu ineptitud!—, se mofó de su comentario. Comprobó la temperatura corporal y le dio una fuerte palmada en la frente. — ¡Estas bien!—, dijo refiriéndose a su supuesto malestar. —Anoche tuviste fiebre, tuve que encender una fogata para que no te congelaras ¿Acaso crees que soy tu puta enfermera? Primero me hiciste cargarte... ¡¿Y ahora debo cuidarte de tu resfriado?! ¡No me jodas!

—Lo siento…

—¡Deja de disculparte! ¡Y busca una forma para salir de aquí! Estamos muy atrasados, seguro el tipo del hielo y la puta sabelotodo ya habrán llegado a la meta. ¡Y todo es tu culpa! ¡Pude haber derrotado a ese robot yo solo!

—Si caminamos por todo el cañón hasta la parte norte de la arboleda podríamos dirigirnos directo a la guarida de los villanos, nos libraríamos de las trampas y los secuaces. Según nos dijo el sensei, el cañón era otro de los obstáculos pero no dijo que dentro de él hubiese más trampas. Creo que la intensión era que si alguien caía aquí se desesperaría al no poder escalar y pediría ayuda al instante. Si logramos llegar allí podríamos usar tus explosiones para impulsarnos fuera del cañón.

—Muy lindo tu plan Deku… pero… ¡¿Qué coño haremos con tus piernas así? ¿Insinúas que debo cargarte todo el camino?

—¡N-No, y-yo no… no quise decir eso!— Tragó grueso e hizo un esfuerzo por ponerse de pie, aunque sus piernas no estaban tan destrozadas como en ocasiones anteriores, de igual forma le era imposible mantenerse parado aunque lo quisiera. Cayó de nuevo, recibiendo un fuerte impacto en su trasero, lamentando ser tan inútil en momentos como este.

Viendo la penosa escena, Bakugou se acercó y le apretó por el cuello del traje. Caminó con velocidad envidiable por el suelo rocoso haciendo que el herido se quejase por todo el recorrido debido al maltrato que estaba recibiendo.

Para Deku, esto era mejor a que lo dejará abandonado en aquel lugar, y se sentía afortunado de no tener sensibilidad de las rodillas para abajo con tal de no tener que soportar la fricción recibida por el suelo al ser arrastrado como un costal de papas. Al llevar unas cuantas horas caminando dedujo por sus cálculos que aun faltaba un cuarto del trayecto y a pesar que el paso veloz de su gruñón compañero era genial, no podrían llegar a su destino hoy.

Cuando la noche se hizo presente ambos estaban agotados y con la suficiente hambre para quedarse sin energías. Hacía dos días que no probaban bocado alguno y ni siquiera tomado una gota de agua.

—¿Cuánto más falta nerd?—, dijo respirando con dificultad. Se sentó recostándose a la pared, tratando de recobrar el aliento.

—Yo diría que no falta mucho, pero es peligroso caminar por la noche. Tendremos que esperar a la mañana para continuar.

Esto era malo, Kacchan estaba demasiado cansado, era injusto que por su culpa tuviese que pasar por todo esto. Pensó como nunca antes, debía encontrar una forma de recolectar comida o agua, pero este lugar era extraño, no era como nada que hubiese visto antes en Japón. No recordaba haber estudiado acerca de un cañón con tal extraña formación, pero si recordaba las clases de Geografía Universal, donde le explicaron que los cañones se formaban por la erosión causada por el paso de un río por muchos años. Era una zona rocosa y algo desértica, era evidente que no crecían muchas plantas y lo confirmó porque durante todo el trayecto no vio más que pequeñas plantas y uno que otro cactus.

"¿Cactus?"

—¡Kacchan! ¡Kacchan!

—¡¿Qué quieres, mierda?! ¡Estoy tratando de descansar!

—¡Lo siento! Pero creo que tengo una idea para que podamos comer algo.

—¿Ahhh?

—Mira ese caudal seco, por esa zona seguro pasaba un río hace mucho tiempo. Si lo sigues en algún punto podrías encontrar algo de agua, para comer podemos tomar los frutos redondos que se encuentran encima de los cactus. Lamento pedírtelo pero no puedo moverme—, viendo el rostro de enfado del otro comenzó a jugar con sus dedos. — E-Eh… S-Si quieres solo busca para ti, yo soportaré el hambre; pero es necesario que recuperes tus fuerzas, has estado caminando todo el día y además de eso, haciendo un sobreesfuerzo al tener que cargar conmigo.

—¿Crees que eso me derrumbará?

—No, no… Solo estoy preocupado por ti.

No paraba de soltar por su boca palabras que eran irritantes para los oídos de Kacchan, se tapó la boca de nuevo viendo el error que había cometido. Esperaba un grito o un regaño, pero no hizo nada. El rubio sin marchó sin decir una palabra.

Al cabo de unas horas regresó con sus manos llenas de la fruta que le había pedido. Dejó unas cuantas en sus manos y las otras se las lanzó en la cara a su compañero, haciéndolo gritar, pues algunas tenían pequeñas espinas pegadas.

—¡¿Por qué hiciste eso?!— Retiró todas las pequeñas espinas que se le habían incrustado en la piel, mientras veía el rostro desinteresado del otro.

—No encontré nada de agua, está totalmente seco.

—No importa, esta fruta tiene mucho jugo, podremos hidratarnos con esto—. La alzó para mostrarla orgulloso, de algo le había servido ser tan estudioso. —Bueno… O eso creo…

—Primera vez, que veo una fruta como esta. ¿Cómo rayos sabes qué es comestible?

~Bueno es fácil, en clase de geografía una vez nos hablaron acerca de los desiertos y zona áridas más importantes del mundo, la vegetación de dicho lugar es escaza por eso las pocas plantas que habitan en esas regiones son capaces de almacenar agua en su interior para poder alimentarse cuando no tengan la posibilidad de obtener agua. Los cactus en especial, son una de estas plantas y su fruto es muy jugoso. En países tropicales lo usan para hacer dulces o mermeladas, también lo usan los viajeros en zonas muy áridas como fuente de agua. Según leí, es muy sabrosa, aunque nunca la he probado, también será mi primera vez. Por otra parte estoy impresionado de Number 13-Sensei, como puede recrear espacios diferentes con tanta exactitud, hasta en estos pequeños detalles se fijó, realmente es un excelente héroe, no cabe duda que su poder es genial…~

—Definitivamente eres un maldito nerd…—, susurró antes de meterse el alimento en la boca. Solo bastó un segundo antes de que escupiera todo lo que había injerido. —¡Esto sabe a mierda, Deku!

—No puede saber tan mal…—dio un mordisco y masticó lentamente. Poco a poco lo fue acumulando en la boca sin poder pasarlo. Unas lágrimas se asomaban por sus ojos debido al desagrado que sentía. —Sabe horrible… Pero… Tenemos que comer esto… Si no tomamos agua nos deshidrataremos para mañana… Y en verdad es muy jugosa…— Se dio unos golpes en el pecho mientras trataba de pasar aquello por su garganta. —Quitémosle la cascara a ver como sabe…—Luego de pelar la fruta le dio un gran mordisco, pero esta vez se sintió diferente. — Es suave y tiene muchas semillas, el sabor no es tan malo ahora, es como entre dulce y ácido, cuando la muerdes se deshace y puedes sentir el jugo llenando tu boca.

—Esa no puede ser la misma cosa que yo acabo de probar.

—¡Inténtalo de nuevo, Kacchan!

Con nerviosismo, probó de nuevo sin la cascara y era verdad, esta vez sabia completamente diferente. Comió una, luego otra y otra.

Deku lo veía con una gran sonrisa, feliz de que por fin había hecho algo bien. Él también comió un poco más y guardaron algunas para la mañana.

Una pequeña fogata hecha por Kacchan era lo único que les abrigaba de nuevo esa noche y Deku se ofreció a vigilar esta vez.

Todo iba bien, hasta que un fuerte viento sopló, y trajo consigo el sonido de algo cayendo con fuerza donde se encontraban. Ambos se sorprendieron al ver tres de aquellos robots especiales que habían saltado desde la arboleda sin hacerse ningún daño.

Esto era malo. Ellos no se encontraban en óptimas condiciones para una pelea. Uno estaba lesionado y el otro agotado ¿Qué más podía salir mal?... Y si con uno solo tuvieron tantos problemas, con tres sería imposible de ganar.

El chico explosivo no dudó dos veces en lanzarse al ataque, siempre tan impaciente. Uno de los robots le bañó en agua. Para evitar que hiciera más de esas autodestructivas explosiones, pero eso no lo detuvo; ya que aunque estuviese húmedo, sus palmas podían generar pequeñas explosiones ayudando a secarle la mano rápidamente.

—¡Jaaa! ¡No me han estudiado lo suficientes, basuras!

Por su parte, Deku incapaz de moverse de donde estaba, observaba con detenimiento a sus enemigos, y ahí lo encontró; un punto débil, el tan valioso punto débil. Eran sumamente lentos pero notó que cuando Kacchan se acercaba a la parte trasera éste volteaba enseguida para darle el frente. Detrás de su cabeza había un especie de agujero, muy sospechoso para su gusto.

—¡Kacchan! ¡Detrás de su cabeza!

—¡Ya lo vi!

Se movió velozmente tomando al robot por la cabeza y dando una vuelta en el aire para caer en la espalda del mismo. El robot no podía alcanzarlo en esa posición, pero intentaba inútilmente usar sus brazos para golpearle.

Con una sonrisa excéntrica, Bakugou colocó su mano dentro del agujero y le dio vuelta a una perilla. El tan aclamado enemigo había sido derrotado de la forma más patética posible. Al segundo lo derrotó de igual forma y cuando se acercó al tercero para hacer su movimiento, este le golpeó con fuerza mandándolo lejos del lugar.

—¡No me derrotaras con un golpe como ese! ¡No se acerca, ni un milímetro a la fuerza de All Might!—, se abalanzó sobre el objetivo y este hizo aparecer la barrera anti-explosiones, pero eso no detuvo a Bakugou, no; todo lo contrario. Hizo una fuerte explosión, una tras otra sobre la barrera. Recibiendo con ello, un considerable daño también. —¡Muere basura!— La barrera terminó por destruirse dándole la oportunidad de llegar hasta donde se encontraba la manilla, pero esta vez optó por no usarla, sino que introdujo su mano en el agujero y utilizó su ataque más poderoso traspasando el duro metal haciendo estallar en mil pedazos a ese estorbo.

Después de tanto ajetreo, respiraba con dificultad y difícilmente podía mantenerse de pie, aunque eso no le impidió caminar lentamente hasta donde estaba Deku. —¿Ves? ¡No necesitaba de tu ayuda para derrotar a esas mierdas!— Su cuerpo cedió y terminó por caer inconsciente sobre su compañero, exhausto por llevar días sin comer y sin descansar.

Izuku lo movió con gentileza y le ayudó a recostar la cabeza sobre su regazo. Le peinó el cabello con suavidad hacia atrás y se alegró al ver de nuevo ese rostro angelical que solo colocaba cuando dormía. —Tenías razón Kacchan, eres genial.

Después de todo, al parecer si podían ser como un equipo, un equipo raro y disparejo. Con muchos problemas, pero cuando era la hora de la verdad siempre cooperaban juntos de un modo u otro.

.~*~.

Sus ojos se abrieron lentamente cuando el sol lo encegueció.

—¡Buenos días Kacchan!

Lo primero que sus ojos observaron fue una cara muy sonriente sobre él. —¡¿Qué demonios?!— ¿Acaso había dormido en las piernas de Deku? —¡¿Qué cosas raras estuviste haciendo?!—, le reprochó tomándolo por el cuello listo para darle un puño.

—¡E-Espera Kacchan! ¡Ayer te desmayaste sobre mí y no pude hacer nada ya que aun no puedo moverme!

Le soltó con enojo. —¡Ya quiero que este estúpido entrenamiento termine!

—Hoy podremos llegar hasta la guarida así que no tienes que preocuparte.

—¡Eso espero!—, se sacudió el polvo de la ropa y tronó sus dedos para prepararse y continuar así su camino. Estaba molesto consigo mismo por mostrar ese lado débil frente al inútil de Deku. ¿Pasó toda la noche así? ¿Durmiendo sobre sus piernas mientras ese idiota lo protegía de cualquier amenaza? De solo imaginarlo sentía hervir sus orejas. ¿Fue por eso que tuvo ese extraño sueño? Un sueño donde Deku lo despertaba con tierno un beso, uno donde dormían juntos en la misma cama, uno donde él sonreía y le respondía "Buenos días Izuku". Sintió que la cabeza le daba vueltas. ¿Qué clase de sueño era ese? Si él lo detestaba con todo su ser.

—Kacchan… ¿Te sientes bien?—, preguntó preocupado al ver el rostro confundido del otro.

—¡Cállate! Todo está bien, yo siempre estoy bien. No necesito que alguien como tu se preocupe por mí.

—No tienes porque ponerte así, no te ves muy bien, por eso pregunté.

—¡No me hables!— Otra vez… "No quiero seguir escuchando tu estúpida voz. No quiero que sigas diciendo por todos lados: Kacchan, Kacchan. No quiero que pongas esos ojos de preocupación. No quiero ver esa estúpida sonrisa. No quiero que estemos cerca uno del otro. No quiero escuchar tus palabras sin sentido."

—¡Pero Kacchan!

—Te dije que no me hables...—El aura que desprendía de Bakugou era de temer, sus ojos destellaban furia y confusión.

Por un instante la piel de Midoriya se erizó, aun no perdía ese mal habito. El miedo que siempre le infundió ese niño explosivo de cabellos puntiagudos seguía atormentándolo sin cesar, pero esto no podía seguir así; no más. Debía enfrentársele, debía superar este reto antes de convertirse en el símbolo de la paz como All Might le encomendó. Y el primer paso era venciendo ese miedo irracional, si irracional; porque ahora lo era. Ya no había motivos porque temer. No era por presumir porque sabía que Kacchan era sumamente fuerte, pero ahora él tenía los poderes del héroe más fuerte del mundo. No debía decepcionar a su maestro, no podía deshonrar la confianza que pusieron sobre sus hombros, no podía ser visto como un estropajo que se acobarda ante nadie. Él era Deku. El siguiente en la línea de sucesión del One for All. Se armó de valor, era el momento de demostrar lo que valía.

—¡No te tengo miedo, Katsuki!—, en un intento forzoso se puso de pie y tambaleándose en el camino se acercó hasta él. —¡Deja de comportarte como un niño! ¡Si te estoy preguntando como estas, solo responde, rayos!

—¿Ehhhhh?—, gruñó mientras se acercó hasta el rostro de Deku con ganas de cercarle la boca con un puño.

—¡Si me hubieras esperado cuando te llamé en la línea de salida nada de esto hubiese ocurrido! ¡Eres un estúpido cuando te dejas llevar por la rabia! ¡Ahora mira en el problema que estamos!

—Estas tentando tu suerte nerd… ¡¿Quieres qué te elimine acá de una vez por todas?!

—¡Deja de gritar y ser tan idiota por una vez! ¡No te das cuenta que si te pregunto todo el tiempo como estas, no es porque te menosprecie, es porque eres muy importante para mí!—, dijo sobresaltado.

Ante esas palabras Bakugou se quedó petrificado.

—¿Cuándo entenderás que a pesar de todo, yo si te considero un amigo? ¡Qué no puedo olvidar lo genial que te veías cuando éramos niños! Y que ahora eres más genial aun, sólo que tu orgullo desmedido esta opacando eso.

El límite de su paciencia fue sobrepasado, empujó al chico delante de sí y lo tumbó al suelo apretándolo con fuerza. —¡Me tienes arto!—, le dio un puñetazo en el rostro seguido por otro. Ya no quería seguir escuchando nada más. —¡Te dije que te callaras!—, siguió arremetiendo con el joven debajo de si, intentando de algún modo calmar la frustración que llevaba contenida desde algún tiempo. ¿Por qué Deku lo ponía así? Es cierto que siempre se enojaba con facilidad pero con él era diferente, era como si encendieran una chispa que no podía controlar. Se detuvo en seco sorprendido, cuando detalló que los ojos llenos de convicción de Deku no cambiaron ni por un segundo.

Un hilo de sangre bajaba por la comisura de sus labios, pero eso no le importó, no volvería a doblegarse ante Bakugou nunca más. —¿Ya estas satisfecho? ¿Te siente mejor ahora?

El rubio miró sus manos y estas estaban temblando. ¿Se había vuelto débil? ¿Porqué sus golpes no parecían hacerle daño? No, eso no era lo que sucedía. Deku se había vuelto más fuerte, eso era. ¿Qué rayos le sucedía? ¿Será que nunca podría sobrepasarlo? ¿Siempre estaría bajo la sombra de alguien como él? No sabía qué hacer, se sentía tan vulnerable en ese momento. "Rayos" "Maldición" "Demonios", todo tipo de blasfemias pasaban por su mente pero ninguna le ayudaba a aplacar ese sentimiento de opresión que sentía en el pecho. Se sintió como el peor ser sobre la tierra y unas lágrimas salieron temerosas tratando de no ser vistas, pero en un momento no pudieron contenerse más hasta salir sin ningún impedimento. Se tapó la cara mientras dejaba salir todo aquello de su interior.

Al ver el estado de su amigo, por un instante se arrepintió de su comportamiento, tal vez no había sido buena idea decirle palabras tan fuertes. Se compadeció de él cuando un frío en su estómago apareció por el remordimiento que le generaban esas lágrimas que estaba presenciando. Midoriya con mucho nerviosismo estiró sus brazos para atraerlo hacia sí y darle un abrazo, quería apoyarlo, brindarle un poco de su fuerza y que supiera que no estaba solo, que podía contar con él cuando lo necesitara. Aunque por dentro sentía que estaba arriesgado su vida en ese instante, que Kacchan le rechazaría y lo enviaría a volar, pero eso no ocurrió. Bakugou no opuso resistencia simplemente se dejó arropar por aquella muestra de afecto.

Se quedaron unos minutos así, el solo se escuchaban los sollozos ahogados y pequeñas maldiciones que pronunciaba de vez en cuando.

Podía sentir ese calor que lo envolvía, hacia tanto tiempo que no recibía una muestra de afecto como esta. Capaz lo necesitaba, que alguien entendiera lo que sentía, que alguien le diera unas palabras de aliento. Levantó el rostro y vio esos ojos color verde mirándolo con amabilidad y algo dentro de él se agitó. Dios, como deseaba romperle la cara a ese idiota. —Deku… Maldito…—, susurró; y en un acto involuntario se acercó lentamente hasta él y le besó con rudeza.

Deku no sabía cómo reaccionar. ¿Kacchan lo estaba besando? ¡¿Qué rayos estaba pasando?! Se removió con fuerza intentado librarse, pero fue inútil, estaba sentado sobre él, teniéndolo por el cuello y ejerciendo presión sobre sus labios. El aire les faltó, y solo se separaron unos segundos.

—¡Ya basta Kacchan! ¡Detente!—, gritó muy asustado. Forcejeando, intentando librarse de sus garras, pero estaba muy débil para hacerlo. Sin desearlo comenzó a temblar, no sabía si por miedo o por la impotencia que sentía en ese momento.

—¡Cállate! ¡Todo esto es tu culpa!—, estaba descontrolado por completo. De nuevo se acercó bruscamente, esta vez para morder los labios ajenos como una forma de librarse de esa frustración, pero todo aquello tuvo el efecto contrario, la adrenalina comenzó a correr por sus venas al sentir por primera vez en mucho tiempo a Deku temeroso por su presencia. No sabía en qué momento los papeles se tornaron así, pero él verlo está indefenso bajo sus manos y haciendo un inútil intento por librarse, lo emocionó. Deseaba disfrutar un poco más de esto. Haciendo un movimiento audaz introdujo su lengua en un beso profundo, dejándose llevar por los instintos y el desenfreno. Aquello se sentía muy bien y cuando sus lenguas se tocaron, un escalofrío les recorrió por el cuerpo. Primera vez que experimentaban esa clase de sensaciones.

Para Deku tal vez este era el peor día de su vida. Estaba siendo ultrajado por su amigo de la infancia, la repulsión que sentía era normal, y es que a él le gustaban las chicas, a él le gustaba Uraraka-san. ¿Cómo demonios llegó a esto? ¿Cómo era posible que su primer beso fuera con Katsuki? Y no un simple beso, uno ardiente y desenfrenado que le hacía dudar por mucho de su hombría. Esto debía parar. Definitivamente Kacchan había perdido la cabeza. Pensándolo muchas veces decidió terminar con esto de una forma drástica, a pesar que no quería perjudicar mas al estado de ánimo del rubio, le mordió con fuerzas la lengua y cuando el otro bajo la guardia aprovechó para darle un puñetazo en la boca. Haciéndolo retroceder un poco.

—¿Qué rayos te ocurre? ¡Te dije que te detuvieras!— Se cubrió la boca con una de sus manos mientras respiraba entrecortado.

Katsuki sonrió de medio lado, limpiándose la sangre que le había provocado ese golpe. Esto era mejor de lo que pensaba. —No te hagas el inocente… Pude sentir como tu lengua jugueteaba con la mía… Si no hubieras querido me hubieses detenido desde el principio. ¡Deku pervertido!— Le sujetó las dos manos contra el suelo y le miró desde arriba. —¿Te gusta morder a los demás? Te haré saber lo que se siente— Usos sus afilados dientes para desgarrar parte del traje verde de su víctima, solo para mordisquear toda aquella extensión de piel. Los quejidos ahogados hacían eco por todo el amplio lugar. No sabía lo que estaba haciendo, simplemente disfrutaba ese placer que le daba sentirse superior, el tener dominio total de su mente y cuerpo dejándolo indefenso. Todo eso se sentía muy bien.

A este punto, las fuerzas de Izuku habían desaparecido entre forcejeos inútiles. El dolor de sus piernas y brazos lastimados no ayudaron demasiado para defenderse, y simplemente se resignó, dejó de poner resistencia. Unas lágrimas llenas de frustración hicieron presencia derramándose lentamente hasta el suelo. —D-Detente… Detente… por favor…—, susurraba entre sollozos.

En algún momento esto dejo de ser divertido.

Bakugou miró el rostro de Deku y sintió un raro sentimiento dentro de él. Se volvió a acercar y le besó, pero esta vez de forma diferente, era un beso calmado y suave. Apenas si llegaba a rozar sus labios. El agarré que ejercía sobre sus muñecas desapareció y ahora entrelazaba sus manos con la otras. —Izuku…—, dijo en un murmullo con una voz ronca, solo para continuar con sus besos.

Todo lo brusco desapareció y se fue transformando en algo afectuoso. Deku no supo cuando sus quejidos se transformaron en gemidos y cuando comenzó a deleitarse de aquello que estaba recibiendo.

—Si no quieres continuar… me detendré…

No hubo respuesta a aquel comentario. Los besos y las caricias nerviosas surgieron de nuevo delatando ese sentimiento de temor y de vergüenza.

Y en un momento el orgullo estuvo de más.

Bakugou se quitó sus grandes guantes e hizo lo mismo con los de su compañero, para palpar con su propia piel las manos tibias del otro, creando un contacto más íntimo entre ambos, pudiendo sentir como el calor y el sudor se mezclaban produciendo una sensación placentera. Aquello se volvió muy seductor, pequeñas lamidas se hacían presentes mientras sus besos apasionados aumentaban de nivel, acompañados por un suave vaivén entre sus pelvis que les producían un hormigueo deleitable.

Las ahora descubiertas manos se usaron para tocar todo lo que estaba a su paso, apretando con fuerza aquellas partes que les gustaban por encima de las demás, sintiendo que todo eso era suyo en ese momento. De nuevo esa sensación de poder surgió en él pero de una forma completamente diferente: era un deseo de posesión. Ahora en su cabeza rondaba un cuestionamiento creíble: ¿Acaso todo ese odio que sentía por Deku era causado por miedo a aceptar que sentía algo por ese chico simplón? ¿Qué le gustaba? ¿Qué se había vuelto un marica de un día para otro? ¿Qué ahora en vez de matarlo, quería escucharlo gritar de placer? "Al demonio todo", pensó para sí mismo, antes de dejarse llevar por completo de sus emociones.

Deku no entendía porque había aceptado esto, porque le excitaba ser manoseado de esa forma por otro hombre. Quizás… ¿La admiración que sentía por Kacchan solo era una excusa para ocultar su latente enamoramiento? ¿Qué quizás Kacchan tenía razón cuando le decía que era un acosador y que muy profundo dentro de su corazón sentía algo enfermizo por él? ¿Qué lo que sentía por Uraraka-San era una simple atracción física? ¿Y qué su deseo oculto fue siempre tener la atención de Katsuki? Si eso era verdad, iba por buen camino, ya que no dejaba de molestarlo todo el tiempo. Analizó la situación por un instante intentando comprenderla. Katsuki parecía disfrutar cuando sus besos se profundizaban y cuando de sus bocas brotaban gemidos de placer. Eso quería decir… ¿Era recíproco este sentimiento? ¿O acaso todo esto fue provocado por el estrés de esta prueba? ¿O será que habían perdido la compostura por el calor insoportable de este clima árido? Ya no lo sabía, pero dejó de importarle hace rato. Solo quería seguir disfrutando de esta enajenación que se apoderaba de sus sentidos.

Cuando el otro bajó la cremallera de su traje hasta el final, sus nervios se dispararon, temiendo a lo que podría venir después. Una mano tosca se posicionó sobre aquel bulto que inconscientemente había crecido entre su entrepierna y los suaves masaje que estaba recibiendo le estaban encendiendo de sobremanera. El rubio tomó la mano ajena y la llevó hasta su propio miembro ahora descubierto dándole a entender que quería recibir el mismo trato. Deku se sentó entre las piernas del rubio para continuar con aquello, donde ambos se daban placer mutuamente entre besos y caricias torpes. Sus respiraciones descontroladas habían cubierto sus mejillas de un tono carmín delatando que estaban a punto de llegar al éxtasis. Eso se sintió como si les hubieran quitado un gran peso de encima, como si hubiesen sido liberados de aquella opresión que les agobiaba.

Al terminar, el chico con cabello rizado apoyó su frente sobre el hombro ajeno tratando de recuperar el aliento, desde allí pudo ver su mano cubierta por el líquido blanquecino. Un sentimiento de culpa lo embargó. Sin moverse de la posición en la que estaba, suspiró. —Detengámonos aquí… Aun somos estudiantes de preparatoria…

—Está bien...— murmuró el rubio en un tono bajo, pero unos segundos después volvió a morderle el hombro y sin soltarlo, exclamó apenado: —¡Ni se te ocurra hablar de lo que acaba de pasar!

Una risita salió de la boca de Midoriya, al ver la actitud avergonzada del otro, si aun entender muy bien que había pasado entre ambos. —No tenía intención de hacerlo.

Después de lo ocurrido, no cruzaron palabra alguna, pero no se sentían incómodos en lo más mínimo. Acomodaron sus ropas lo más decente que pudieron y Bakugou le ofreció la espalda para cargarle de nuevo.

En el camino sus mentes estaban en un caos difícil de explicar intentando descubrir que pasaba en sus pechos, porque si el corazón te latía de esa forma con lo que experimentaron algo debía significar. Esta amistad de niños en algún momento se desvió y se convirtió en algo tóxico, pero quizás la esencia de ese afecto que se tuvieron permaneció allí oculta, en la oscuridad de sus corazones durante todo este tiempo. Quizás fue el desenfreno de la pelea que tuvieron o el tiempo que pasaron juntos le hizo expulsar aquello a la luz. Aunque ambos sabían que era algo prohibido y que no sería nada normal si decidieran continuar con eso. Solo el tiempo lo diría, el tiempo y la sinceridad de ellos mismos.

En unas horas llegaron hasta el centro norte de la arboleda y Bakugou intentó utilizar todo el poder de sus explosiones para impulsarlos hacia arriba, pero la altura de la pared del cañón que colindaba con la arboleda era muy alta, en uno de los intentos logró agarrase de un roca pero con el peso extra de Deku se le hacía bastante difícil el escalar, cuando esta pequeña roca se rompió ambos llegaron al suelo de nuevo.

—Tengo una idea Kacchan… Bájame—. Cuando pisó el suelo tuvo que ajustar toda la fuerza en sus piernas para aguantar el dolor. Tomó al rubio por la cintura y disparó todo el poder del One for All con sus piernas. —¡Kacchan usa tu súper explosión!—, y con la combinación de los dos poderes salieron disparados al aire sin controlar muy bien donde iban a caer.

Debajo de ellos se encontraba la guarida de los villanos construida con una arquitectura muy renacentista, una explosión más terminó por romper el techo de aquel lugar para poder ingresar. Katsuki procuró caer de primero para después atajar a un Deku muy maltratado entre sus brazos cargándolo como una princesa. Aterrizaron en la sala de descanso.

Se sorprendieron al ver el sitio completamente vacío.

—¡Demonios, llegamos tan tarde que todo el mundo se largó!—, gruñó Kacchan muy enojado.

—Eso es imposible, ¿eso quiere decir qué nos abandonaron a nuestra suerte?

Una presencia intimidante apreció detrás de ellos asustándolos. Deku cayó al suelo quejándose del dolor.

—Bienvenidos héroes…—, era Aizawa-sensei. —No se preocupen ustedes han sido los ganadores de este reto.

—¡¿Queeé?!—, gritaron incrédulos.

—Los otros héroes se preocuparon más por tenderse trampas entre sí, que prestarles atención a los robots específicos—, todos fueron derrotados la misma noche que iniciamos el entrenamiento.

—¿Por qué nadie vino a buscarnos?—, exclamó furioso Bakugou.

—Pues la prueba seguía en marcha, y aun no había finalizado el tiempo límite. Más bien aun tienen algo de tiempo. Si hubiese sido necesario hubiéramos ido en su ayuda, pero nunca se reportaron, así que dimos por sentado que estaban siguiendo una estrategia para lograr el objetivo.

Ambos sintieron que como si les cayera una piedra encima. Aunque después de todo lo que pasaron, las cosas no terminaban tan mal.

—Tomen, aquí está su premio—, les extendió dos boletos en sus manos.

Al observarlos con detenimientos se sorprendieron, eran entradas para un parque temático sobre superhéroes.

—Diviértanse ahora que pueden, porque aun faltan más pruebas por superar—, dijo poniendo una cara malvada.

Los chicos lo miraron atónitos. La amabilidad de su profesor era cuestionable en momentos como estos.

—Bueno… Por lo menos ganamos ¿no Kacchan?—, dijo con desgano.

—¡Sí! ¡Somos los mejores!—. Una sonrisa radiante apareció en el rostro del rubio, se sentía muy feliz por salir victorioso.

Aquel gesto lo dejó pasmado. Nunca creyó ver ese semblante amable en Kacchan y sin notarlo se sonrojó un poco. Una mano sobre su hombro le hizo despertar de su ensoñación.

—Midoriya, ¿por qué tienes mordidas en el cuello?

El nerviosismo se apoderó de él y balbuceó toda clase de palabras sin sentido. —Bueno, yo, es que… Bueno... Kaccha…— Fue callado con un rodillazo en la cara.

—Lo mordieron los animales salvajes. ¿No es así?— Puso una sonrisa malvada en su rostro haciendo que el otro se preocupara aun más.

—Definitivamente ustedes siempre estarán en malos términos—, comentó Eraser Head mientras salía por la puerta…

Ellos ganaron y aunque su historia era increíble de creer, fueron elogiados al ser los únicos con el suficiente nivel de habilidad para completar tal hazaña a pesar de lo mal que se llevaban. Lo que todos en Yūsei no sabían, es que entre esa pareja de héroes algo había cambiado, y aunque en público no se notara, cuando tenían esos pequeños momentos a solas dejaban rienda suelta a sus impulsos más oscuro.

Es cierto, desde ese día muchas cosas eran diferentes pero algo que nunca cambiaria sería el hecho que entre Midoriya y Bakugou siempre existiría una relación explosiva, ya sea de buena o mala forma.


Gracias por leer hasta aquí, espero que les haya gustado. Fue algo corto para mi gusto, pero como soy nueva en este Fandom es mejor no podrir a la gente con tanto chachareo. Por cierto… Cuando terminé el fic se me ocurrió hacerle una segunda parte, capaz, quizás, nunca se sabe, no es seguro… xD … Si les gustó déjenme sus comentarios que me hacen sumamente feliz, así sea para bien o para mal *-*! Ups escribí sin querer la última frase del fic xD!

Nos leemos en otra ocasión.

Byebye!