Los personajes no me perteneces esta se hace solo por hobby, antes que nada mis disculpas porque el primer fic lo borre por...por tonta, la pura verdad,como ya habia dicho es mi primera historia no soy muy buena en redacción pero lo hice conun poquito deesfuerzo, por favor nuevamente vuelvo a decir no sean tan crueles con mi historia,apenas voy empezando, ojala les guste...

Takagi y Saito

Otra historia de amor

El comienzo y el adiós

Era cerca de la media noche, había luna llena, en la mayor parte de la ciudad había silencio solo los ruidos naturales nocturnos hacían su gala, solo eso y el entrenamiento de un joven muchacho en un desolado campo rompían con la quietud del territorio...

El joven no mayor de 16 años practica procurando no hacer ruido, era una noche fresca y la luna llena le ofrecía una buena visibilidad, en general se podría decir que era excelente noche para entrenar, el joven hombre golpeo el aire con su espada y lo corto con un movimiento de esta, se sonrió al ver como sus tiros eran cada vez más rápidos, su cabello negro botaba de un lugar a otro cada vez que hacia un movimiento, de repente se detuvo, bajo la espada con lentitud y dijo con voz queda sin siquiera molestarse en voltear...

-¿Qué haces aquí Tokio, ya es muy tarde

No hubo respuesta, el muchacho rió entre dientes y dijo un poco más fuerte

-¡Se que estas aquí, así que sal!

-No te puedo sorprender - una jovencita de 15 años ruborizada salió de detrás de unos árboles, era hermosa a pesar ser aun muy joven, nariz pequeña y respingona, labios suaves y rozados, pelos azabaches, piel blanca y suave como de porcelana unas largas pestañas remarcaban sus encantadores ojos esmeraldas los cuales se enfocaban en el muchacho delante de ella

-Nunca lo has hecho ni lo harás –contesto el con una sonrisa que ella interpreto como sarcástica, Tokio le miro con detenimiento, era un chico bien parecido o por lo menos a ella le agradaba, era alto y delgado piel ligeramente morena, su cabello largo y oscuro era sujetado en un coleta alta, tenía facciones duras, y a pesar de que se trataba de un joven tenia unos fríos ojos color ámbar que a la joven le gustaban mucho era lo que más le gustaba de el, se sonrió ligeramente pero luego cambio esa expresión por una de fingida rabia

-Odioso –contesto ella con la boca ligeramente torcida hacia la izquierda -y yo que te traía algo para de comer

-Y que hay de las noches pasadas, también traías algo para mi –dijo el con aquellos ojos de ámbar puestos sobre la chica, su sonrisa sarcástica se incremento

-No quería molestarte en tu entrenamiento Hajime -contesto ella ya que fue lo único que se le vino en mente, y era una verdad a medias, esa noche si le traía algo de comida pero las otras se quedaba mirándolo embobada realmente sentía una extraña fascinación por el especial muchacho de ojos dorados

-Es tarde Tokio te acompañare a tu casa

-Gracias –dijo ella sonriendo gentilmente, tratando inútilmente de hacerle sacar una sonrisa sincera el se limito a guardar su espada en la funda para poder caminar a su lado.

El silencio reinaba el lugar, ya pasaba de la media noche y solo se escuchaban los pasos de los dos, y de vez en cuando uno que otro gato…

-¿Te gusta la soba?

-¿Eh?

-¿Qué si te gusta la soba? –contesto ella un poco exasperada, el siempre parecía estar en otro lugar y eso le molestaba grandemente

-Si, mucho

-Toma la prepare yo - La joven le dio un pequeño paquete con la comida envuelto en un pañuelo rosa claro, el joven lo tomo sin siquiera darle alas gracias como ella esperaba…

-Espero no morir envenenado

-¿QUÉ DIJISTE?

-Nada – el se detuvo en seco habían llegado, frente a ellos se levantaba una casa gigantesca, era obvio que la joven procedía de una familia adinerada, los dos se colocaron enfrente de una gran puerta de madera, la chica lo vio esperando que dijera algo y si lo dijo, pero no era lo que había pensado

–Tokio, no quiero que vuelvas a ir a mis entrenamientos –dijo el fríamente

-¿Qué¿Pero… por qué? –pregunto extrañada la joven

-Porque no quiero –contesto el con la frialdad acostumbrada

-No me salgas con esas idioteces Hajime eso no es... –la chica le tomo del brazo se miraba asombrada, el le miro a sus ojos y dijo con una calidez que ella nunca había escuchado

-Es peligroso –ella abrió la boca su sorpresa se incremento

-¿Estas bromeando?

-No

-Tienes que... sabes que se cuidarme yo sola y...

-Eso no es suficiente –le interrumpió-es sumamente peligroso que vayas a esos barrios tu... una Takagi

La chica le vio furiosa sintió como los ojos se le mojaban, ya antes había sido rechazada por otras personas por ser una chica de alta sociedad, pero no lo esperaba de el, el muchacho al cual consideraba su mejor amigo...

-¿Qué estas...

-No vas a estar conmigo... no estaré tranquilo...

-Hajime...

-Es peligroso

-Hajime...

-Lo siento

-Pero...

-No quiero que vuelvas otra vez... entiende–la chica le abofeteo se veía sumamente molesta, el se toco la mejilla sentía que le palpitaba la sien y un calor incrementarse

-¡NO!... ENTIEDE TU NO SOY NINGUNA UNA CHIQUILLA PARA QUE NECESITE A UN HOMBRE DETRÁS DE MI QUE ME CUIDE HAJIME SAITO,

-¡TOKIO!

-BUENAS NOCHES – dijo ella así dando fin a la discusión traspaso la puerta y la cerro con violencia…

-"Eso no era lo que yo trataba" –pensó el muchacho viendo la puerta cerrada

"Como se atreve, maldito Hajime, piensa que soy una mujer debilucha" –pensaba ella mientras colocaba un cerrojo en la puerta.

El siguió tocando su mejilla le dolía un poco

-Realmente eres muy fuerte –pensó el sintiendo el dolor en su rostro –pero no puedo dejar que vayas otra vez –vio nuevamente la puerta cerrada fue entonces cuando el se encogió en hombros y siguió su camino a casa, la chica aun permanecía recargada en la gran puerta de madera con los ojos cerrados escucho los pasos alejarse, pronto sintió como los ojos se le humedecían mientras que dijo para sí

"Eres un tonto Hajime" –camino lentamente hacia su habitación –"Por qué todavía me tratas como a una chiquilla" –mascullo coloco en el piso el futon mientras desataba su kimono y lo dejaba caer al suelo busco en su armario una yukata, sintió como dos lagrimas caían al piso "Ya no soy una niña"

-Hajime, ya me tenias preocupada-dijo una mujer desde la puerta parecía que ya hace rato le esperaba, el le miro indiferente, era preciosa muy parecida a el, pelo largo y oscuro piel morena y por supuesto ojos dorados, pero a diferencia de el los de ella eran grandes y bondadosos

-Se me hizo algo tarde, Mizu

-Ya veo –la mujer vio el paquete de comida que le habia dejado la chica Tokio-veo que te encontraste con Toki-chan

-Si-

-Vaya, vaya... llego el pequeño espadachín debilucho

-Satoshi –dijo el fríamente al ver a su hermano mayor era un hombre atractivo mayor que el por al menos 10 años, piel morena pelo largo sujetado en un cola baja, y unos fríos y oscuros ojos negros... el hombre permanecía sentado en el piso de su humilde casa, parecía estar esperándolo también pero sus intenciones eran muy distintas a las de la mujer, lo conocía de sobra.

-¡Tu novia te preparo la cena, que considerada

-Tokio no es mi novia

-Por supuesto que idiota soy, ella nunca saldría con una largatija como tu ¿verdad?

-Piensa lo que quieras-dijo el tratando de irse pero el saco su espada la coloco bajo su cuello y le evito seguir caminando, la mujer grito asustada

-Satoshi basta

-¡Cállate Mizu!

-Satoshi

-¿Que no oíste¡que te calles!

La chica se encogió de miedo, Hajime le vio fríamente

-Todo va a estar bien hermana, no te preocupes

-Si, y como estas tan seguro

-Lo se, porque eres un cobarde

-¿Como me llamaste!

-Lo has oído

-Eres un mal nacido- el hombre le golpeo en la cara con la base de la espada, Hajime no hizo nada por moverse solo permaneció ahí de pie mientras un hilito de sangre le cruzaba por la cara

-¿Qué te pareció, eh?

-Que además de cobarde debilucho

-No te burles de mi – grito perdiendo toda compostura que le podria haber quedado

-No lo hago, solo digo la verdad –contesto el serio

-La verdad, eh... ¿quieres saber la verdad?

-Dime... –contesto el sonriente al verle como perdió su fanfarronería con unas simples palabras que su hermano le decía, Satoshi, entonces dijo algo que finalmente le borro la sonrisa a su hermano

-La verdad es que tu vieja esta buenísima y me la voy a coger tarde o temprano

-¿Que? –el muchacho se enfureció y saco su espada el otro hombre le desarmo con una facilidad que se sorprendió

-Pensé que no era tu novia

-Es mi amiga y nunca le harás nada

-¿Que dices? si a ella le va a gustar

-¡Cállate!

-Si es la verdad

-¡Cállate!

-No es más que una cualquiera que va contigo todas las noches para ver cuando te animas

-¡Cállate!

-Pero ella lo que necesita es un hombre de verdad, no un largatija

-¡HE DICHO QUE TE CALLES! –grito el tratando de golpearle pero su hermano solo rió le tomo de la muñeca y le estrello contra la pared, su hermana gritaba asustada, Hajime se levanto con trabajo

-Solo eres un debilucho

-Veo que el débil es otro-dijo el con una sonrisa burlona en la cara, el hombre Satoshi le golpeo en la mandíbula haciéndole perder el equilibrio, fue entonces cuando aprovecho le tomo de la frente y le estrello contra el piso

-Te daré un consejo hermanito, el enojarte reduce tu poder a la mitad, y te hace un blanco fácil para hasta un debilucho como yo... le golpeo en un costado y salió pisando su mano izquierda, el joven Hajime se quedo en el piso lastimado, mientras que escuchaba a su hermano decir

-Solo eres un novato... escucho los sollozos apagados de sus hermana, los pasos que se alejaban de su hermano y luego una dulce voz que le llamaba, aunque sabia perfectamente que no era quien creía, contesto como un murmullo pensando en solo una persona –Tokio-

Mientras tanto en otro lugar de Edo...

-Nos conocimos hace 5 años... pero aun me sigues tratando como a una niña... idiota... –sintió mariposas al pensar en el, se sonrió, abrazo con ternura su grueso cobertor del futon, mientras que recordaba

Flash-back

-Toki-chan no te alejes mucho –dijo una anciana señora que le veía desde la puerta de la casa

-Si abuelita –la niña de apenas 10 años corrió por las calles aun era muy temprano y las calles estaban desiertas. Al poco rato se detuvo al ver a un niño no muy mayor que ella practicando con una espada de bambú.

-¡HOLA! -grito la niña acercándose al niño, el cual volteo con indiferencia

–Hola-contesto el sin mucho interes, la pequeña aun sonreia y dijo

-Hola, soy Tokio Takagi y tu…

-Hajime Saito

-Que nombre tan raro –el niño arqueo sus cejas sorprendido sonrió ligeramente pero su sonrisa pronto se borro y se marco un subido rubor en sus mejillas al ver a la pequeña niña muy cerca de el –nunca había visto ojos de ese color, son muy lindos

-¿Que?

-Tus ojos son muy lindos, se ve que eres un niño muy bueno,

Fin Flashblack

Un ruido le volvio a la realidad, una anciana le llamaba a traves de la puerta

-¿Toki-chan¿ya volviste?

-Si abuelita

-Que bueno cielo, me tenias preocupada, que pases buena noche

-Si abuelita

La chica oyó los pasos amortiguados de ella alejándose, se sonrió al pensar en el chico de ojos dorados, y se dijo a si misma...

–no dejare que me ordenes nada, ya veras mañana ahí estaré...Hajime Saito

La noche siguiente ella no dudo ni un segundo en ir al lugar de entrenamiento de Hajime, estaba segura que el se enojaría pero no le importaba, solo quería verlo y asegurarse de que estaba bien, ni siquiera se iba a dar cuenta de que estaba ahí ya que pronto se iría, "ni siquiera notara mi presencia", camino con lentitud sin siquiera fijarse en camino habían sido ya tantas veces que le veía que ya lo sabia de memoria, llego al lugar de entrenamientos del joven, el seguía ahí, entrenando como todas las noches, dio un ligero suspiro, trato de dar dos pasos atrás para alejarse pero algo puntiagudo le detuvo el camino ni siquiera volteo atrás

-¿Qué es lo que quieren? –pregunto tratando de armarse de valor, sin embargo trastabillo un par de ocasiones

-La heredera de los Takagi, no pensé que fuera tan fácil capturarla –la chica sintió un escalofrió recorrer su espalda, su familia ademas de ser de suma importancia en el del gobierno era sumamente rica, por supuesto mas de alguna vez habían recibido anónimos sin embargo nunca les tomaron importancia, ya que era algo cotidiano, gracias a que era luna llena Tokio pudo ver con claridad las sombras de los sujetos eran 4, podía vencerles si al menos tuviera su kodachi con ella, maldijo un par de veces, justo cuando uno de ellos paso en frente, era muy alto vestido de negro de pies a cabeza, fue entonces cuando ella le vio y le reconoció

-¡TU! -el sonrió y le dijo tomando antes su mandíbula:

-Es muy hermosa señorita Takagi –el hombre le miro con malicia

-Satoshi...

-Te ha reconocido amigo –dijo uno de ellos

-Tendremos que matarla

-Me parece bien pero...-miro a sus compañeros -¿qué les parece si jugamos un rato con ella? –dijo el mientras pasaba una daga por su cuello bajándola hasta el inicio de su kimono.

Tokio le miro horrorizada, uno le sujeto con violencia mientras que los otros silbaban y reían

-Es preciosa ¿no?

-Si esta preciosa

-Demasiado para la largatija esa

-No la canses mucho eh, Satoshi

-Habrá para todos, no se preocupen-el hombre le rompió la parte de arriba del kimono, Tokio temblaba de pies a cabeza –le dije que tarde o temprano ibas a ser mía

-¿Qué dices?

-¿Dime te gustaría que fuera uno solo o varios?

-Eres un desgraciado, bastardo

-Silencio niña, di que te hago el favor, un Saito te va a iniciar

-Poco hombre

-Di lo que quieras, a mi y a mis hombres nos gusta la idea¿no muchachos?

-Si

-Si jefe

-Nos parece muy buena idea –dijo uno de aquellos asaltantes, una voz mas se escucho

-¿En serio, porque a mi no me lo parece

Tokio reconoció al instante aquella voz levanto la vista, no podía equivocarse

-Hajime –dijo asustada

-Suéltenla inmediatamente

-¿Y si no queremos que, somos mas que tu, acabaremos contigo fácilmente –grito uno

-Satoshi –dijo el a verle estaba blanco de rabia

-Vaya la largatija apareció

-Suelta a Tokio

-¿Me vas a dar ordenes?

-¡SUELTALA!

-¡NO LO HARE!

-¡TE MATARE!

-¡INTENTALO LARGATIJA, NO PUEDES GANARME, TE MATARE LUEGO ME VIOLARE A TU MUJER Y LUEGO LA MANDARE HACERTE COMPAÑÍA!

-¡NO LA LASTIMARAS!

-¿HARAS ALGO LAGARTI...

El hombre callo al ver a su hermano tan furioso, Tokio no entendía nada se atrevió a ver al joven Hajime estaba sumamente enojado, como nunca le había visto, inclusive ella se asusto dando un respingo cuando el dijo con una temible voz

-Te di la oportunidad de que vivieras –ella no podía creer esas palabras, parecía, un verdadero asesino

-Hajime –mascullo la joven estremecida, el ni siquiera le volteo a ver, sino que con una velocidad que nunca había visto se paro detrás de el, Satoshi asombrado aventó a Tokio contra el duro piso y grito:

-¿Como hiciste eso?

-¿Te sorprendí?

-¿Cómo lo hiciste? SOLO ERES UN NOVATO

-El que sea un novato no indica que sea débil –contesto empuñando la espada, Satoshi incapaz de crear que iba a ser asesinado a manos de su hermano se lanzo contra el sujetando la espada, de repente el lugar se lleno de sangre pensó que había acertado pero, no fue hasta que vio su cuerpo cortado por la parte de pecho que entendió todo, había sido vencido por aquel que tantos años había llamado largatija, una sonrisa maniaca deformo su rostro y cayo de espaldas ahogándose en el propia sangre, Hajime volteo hacia donde sus compañeros, ellos al ver a su jefe muerto decidieron huir para salvar sus vidas

-Cobardes –dijo el sin poner mucha atención en su huida, escucho un ligero sollozo detrás de el volteo, ahí estaba su joven amiga en el suelo con una mirada de escepticismo...

-Tokio ¿estas bien? –escucho la joven, estaba pálida su kimono estaba lleno de sangre y veía a un punto invisible, levanto la vista para poder ver a su joven salvador bajo su mirada hacia el cadáver que estaba a pocos metros de ella, veía como la sangre se esparcía con rapidez, en ese instante ella volteo nuevamente hacia el y le miro extrañada tenía la mirada perdida, estaba cubierto en sangre y lo más peculiar de todo sus ojos habían adquirido un brillo extraño, ella le comprendió perfectamente sabia que el no era un asesino y ahora le había arrebatado la vida a alguien, no cualquier alguien sino su hermano mayor

-Hajime…

-¿Estas bien?

-Si –contesto ella con voz apenas audible –lo siento mucho –dijo ella a punto de llorar, mientras que le abrazaba con fuerza como si pudiera con ello borrar lo que acababa de ocurrir, Saito le veía con esos fríos ojos ámbar, ahí, de pie, inmóvil

-Me alegra que estés bien Tokio

-¿Hajime?

-No me perdonaría nunca que algo te pasara –dijo el, Tokio le vio directamente a la cara y vio lo que hace nunca había visto, una dulce sonrisa dedicada solo a ella

-Me tengo que ir –dijo el soltando a la joven de sus brazos

-¿Qué... a donde vas?

-No puedo permanecer aquí, he matado a un hombre, a Satoshi... a mi hermano

-Pero fue en defensa propia...

-Tokio...

-El te iba a matar

-Tokio...

-Y mi también, me protegiste...

-Tokio...

-Fue por mi culpa... solo por mi culpa...

-No...escucha...

-Hajime... no te vayas-dijo ella con voz entrecortada –no fue tu culpa... no lo fue... por favor... Hajime...

-Toki-chan –dijo el de cariño nunca la había llamado de esa manera pero ahora lo hacia, entendiendo muy bien que quizás nunca la volvería a ver –tengo que irme... lo sabes... y también se que tu nunca me culparas... pero ni tu ni yo podemos cambiar lo que ha pasado... soy un asesino... y no solo... pondría en peligro mi vida, sino también la tuya...y eso no lo puedo permitir... no puedo continuar aquí...lo siento Toki-chan

Los hermosos ojos esmeralda se abrieron desmesuradamente y no dijo nada por un momento solo lloraba en silencio tratando de ocultar su rostro entre las sombras de la noche

-Te extrañare Hajime, te extrañare mucho –dijo ella con las mejillas rojas por el llanto-¿vas a volver?

-Yo... no lo se –dijo el sintiéndose sumamente mal al verla aguantar un sollozo, la chica entonces dejándose llevar por una reacción algo precipitada le beso tiernamente en los labios, fue un beso inexperto sin perversidad ni malicia, pero una vez espaciados un ligero color carmín marco sus mejillas

-No me olvides –dijo ella finalmente sintiendo que sus piernas no le iban a sostener más – y por favor regresa algún día

-No puedo prometerte...

-Por favor...

-Yo...

-Te esperare... siempre querido Hajime

-Tengo que irme...