Disclaimer: Todo lo que reconozcan pertenece a JKR.
Este fic participa del Reto Normal de Abril "Emociones y Sentimientos" del foro "Provocare Ravenclaw".
"Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es el que no siente miedo, sino el que conquista ese temor." – Nelson Mandela
Es la lealtad
por Samanta Black.
Katie sabe que tiene miedo. Es más, negar que está aterrada sería la mentira más grande que ha dicho en toda su vida. Aun así, se obliga a caminar a paso firme a través del pasadizo que conecta Cabeza de Puerco con el colegio Hogwarts, tratando de prestar atención a las bromas de los gemelos Weasley para no concentrarse en el miedo que la invade y que casi la paraliza de terror.
Pero cuando pisa el castillo, cuando ve con claridad las caras de sus ex compañeros de equipo, los rostros de los alumnos de Hogwarts, de sus amigos, el miedo se contrae hasta casi desaparecer definitivamente de su ser. Porque ese sentimiento es reemplazado por uno mucho más fuerte que corre por sus venas incitándola a luchar. No es la adrenalina de la batalla, con la que fácilmente podría ser confundida, sino algo mucho más Katie, mucho más Gryffindor.
Es la lealtad. Lealtad a sus amigos, a sus compañeros, a su hogar, a sus ideales. Es la lealtad que tienen todos aquellos Gryffindors de corazón, aunque muchos dijeran que esa cualidad es más Hufflepuff. Es la lealtad que acompaña al coraje, la que lo incrementa, la que lo incita, la que lo conduce. Es la lealtad que siente Katie, que sienten cada uno de los chicos y chicas que lucharán ese día en la Batalla de Hogwarts, aquella que posiblemente sea la última. Es la lealtad a lo que todos y cada uno de ellos afirman que es correcto, a sus valores, a sus creencias, a lo que están dispuestos a defender esa noche hasta las últimas consecuencias.
Pero cuando sus ojos castaños se cruzan con otra mirada tan parecida, y a la vez tan diferente a la suya, Katie Bell sabe que hay otro sentimiento, diminuto, escondido, casi invisible, que acompaña a esa lealtad que la invade cada vez con más fuerza. Un sentimiento que ha provocado una estampida de animales en su estómago, un fuerte sonrojo en sus mejillas y una mirada enamoradiza en su persona por tantos años que ya ni siquiera es capaz de contarlos. Un sentimiento, que por sus temblorosas manos y el rubor que cubre su rostro, no ha cambiado ni un poco, a pesar del tiempo que ha pasado.
Y cuando Oliver Wood, su antiguo capitán de Quidditch y el culpable de tal alboroto de hormonas en su ser, se acerca a abrazarla con más fuerza de lo que lo ha hecho nunca, negándose a soltarla hasta que no es sumamente necesario, Katie es incapaz de creerse su suerte y su desgracia. Suerte de encontrarse allí con él y desgracia por el mismo motivo.
—Cuídate —susurra el muchacho, con la aflicción tatuada en los ojos marrones que tanto le gustan a Katie.
—Tú… tú también —tartamudea ella, antes de seguir a Angelina para cubrir el área que se les ha asignado proteger.
Un poco de miedo, el miedo de perder a sus amigos, un poco de lealtad, la lealtad a lo que siempre ha creído, y un poco de amor, ese amor que desde siempre quiso, se arremolinan en el interior de Katie mientras lucha con uñas, dientes y varita por su vida y la de los que la rodean.
Pero es la lealtad, y el amor, para que ocultarlo, los que finalmente vencen la batalla en su ser, mientras Katie busca con desesperación a Oliver Wood, su Oliver Wood, para no dejar que se vaya nunca más de su lado.
Con 579 palabras y el sentimiento lealtad, la primera viñeta de mi primer Oliver-Katie. Hace mucho mucho tiempo que vengo queriendo escribir algo de ellos y este reto me dio la oportunidad de hacerlo. Serán tres viñetas, que terminaré de subir a lo largo de la semana.
Espero que les haya gustado.
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Sam.
