Hyuuga´s Love
Capitulo1: "Te odio, Naruto-kun".
"Naruto-kun, hoy es el día…que te confesare mis sentimientos".- pensó una chica de unos 16 años, de ojos violáceos y larga cabellera azulada mientras corría levemente por uno de los pasillos en donde vivía la Hokage. Su nombre, Hinata Hyuuga.
¡Naruto!, ¡Ven aquí! ¡Baka! –se escucho decir cerca de un balcón de donde la Hyuuga buscaba desesperadamente a un rubio. Una pelirosa apareció en la escena, tomando de la mano a un rubio desconcertado por tal acción.
¿Qué…sucede Sakura-chan?- pregunto cuando veía que la chica se había puesto frente suyo y él, sobre una pared del balcón.
Yo...es que, como es que te digo…-el rostro de la joven pareció sonrojarse. Naruto se sorprendió, ¿su compañera sonrojada por alguien que no fuese su querido "Sasuke-kun"?.
¿Sakura-chan?, ¿Qué te pasa?- La Hyuuga al escuchar tal conversación, desde comienzos de esta, se comenzó a acerca hacia el borde de la puerta donde daba el balcón, sigilosamente. Tenia curiosidad por lo que podría pasar, se quedo quieta y espero a que el Uzumaki estuviese a solas para decirle su importante noticia.
¡Cállate Baka!, ¡¿Qué no entiendes?! yo…yo… ¡yo gusto de vos! –soltó la pelirosa, el rubio se sonrojo levemente y se avergonzó mas aun cuando vio el cuerpo de aquella mujer sobre el suyo, abrazándolo-. A mi me gustas mucho…Naruto.-respondió sin mas, ya con su cabeza sobre el pecho del portador del Kyuubi.
Sa-Sakura-chan…-susurro un rubio sonriente, paso una mano sobre el rosado cabello de la chica y la abrazo contra si, había disfrutado de aquella confesión. Pero, aun le resultaba un tanto extraña. Decidido a pedirle explicación luego, retomo la situación-. A mi…también me gustas mucho, Sakura-chan –soplo en su oído, lo que hizo que una sensación extraña pasase por la Hyuuga espía en aquel momento.
"¿Naruto-kun?. ¿Acaso, eso es verdad?"-penso Hinata mientras se retiraba delicadamente de aquella pared la cual estuvo apoyada para observar mejor-. "¿Tu…con...Haruno-san?"-. Lagrimas comenzaron a salir de sus ojos, trato de evitarlas cerrando sus ojos, pero, y al ver su objetivo bloqueado se fue corriendo, apoyando una manga de su campera color crema de las mangas y azul-marino en el torso, sobre su rostro. El dolor acababa de tocar su frágil corazón.
Sus pies se movían torpemente uno adelante del otro tratando de imitar algo que trataba de hacer en aquel momento, "correr". Saco la manga de sus ojos para ver mejor el camino por donde trataba de huir. El dolor estaba aumentando cada vez mas, y eso le hacia dificultar verse normalmente como todos los días. Verse como tantas veces había querido evitar, como tantas había tratado de cambiarse para atraer la atención de cierto Naruto ya rechazado de por si de su lista de apreciados.
La velocidad aumento ni bien vio que sus lagrimas comenzaban a aumentar, necesitaba llegar a su casa, meterse a su habitación y quedarse allí hasta que todo pasara. Hasta que su corazón volviese a sentirse como todo los días se mentía a sentirse.
Llego finalmente, y sin previo aviso de la nombrada se fue corriendo hacia su habitación. Trato de evitar posibles contactos con los habitantes de su casa, pero no pudo evitar la mirada de su propia hermana que estaba caminando tranquilamente por la mansión, sin avisar del estado de su hermana cuando paso frente a ella.
¡Hinata!, ¡¿Qué te ocurrió?! – la peliazul la ignoro, no tenia ganas de responder. Una mano estirada en vano de parte de la castaña fue rechazada por ese sentimiento. Unos ojos violáceos no propietarios de la Hyuuga mayor, se entrecerraron. Hanabi se había preocupado por 1ª vez por su hermana.
Una puerta abierta casi obligadamente dio lugar a un cuerpo que se deposito enseguida, sin importarle que la puerta estuviese abierta, en una cama allí instalada hace ya varios años en aquella mansión. Un rostro completamente bañado en lágrimas se apoyo sobre la almohada. Hinata comenzó a llorar desconsoladamente sobre esta, descargando todas sus esperanzas de volver a decir sus sentimientos, y más hacia un cierto Uzumaki culpable de su malestar.
Ella se había dado cuenta, lo amaba tanto y con tanta locura. Lo quería a su lado, quería seguir sintiéndose importante para algo aunque fuese para apoyarlo o para brindarle el cariño que necesitaba. Dos lágrimas que posaron sus labios dieron cuenta de cuanto deseaba estar con él, de cuanto le dolía que estuviese con Sakura y no con ella. Su corazón se sentía cada vez más débil, triste y desolado por el sentimiento de su amor no correspondido.
¡Naruto-kun!, ¡¿Por qué…?! ¡¿Por qué me has hecho esto?!- grito con la boca fuertemente aferrada a la almohada, para que su exclamación fuese mas suave y inaudiblemente dura. Su tono de voz en aquel momento había sido muy angustioso y triste como para que toda la mansión Hyuuga ya la escuchase. Como si algo así fuese a importarles, pensó la peliazul.
Unos pasos fueron escuchados por Hinata, pero los ignoro tratando de cerrar las heridas hechas por su corazón ya tan violentamente arrebatado. No se había dado cuento que los pasos de aquellos pies molestos a su oído fueron de su primo, Neji Hyuuga.
Los ojos ya casi transparentes del hombre se fijaron en la figura detenidamente acomodada se una forma simplemente deprimente para sus ojos sobre la cama que allí observaba. El cabello de su prima dándole hasta un poco mas de los hombros, ahora expandido sobre su no muy ancha cintura y con los brazos abrazando su almohada. Su respiración, y por lo que pudo ver, estaba agitada por los movimientos de ascendencia y descendencia que hacia su cuerpo al escuchar cada llanto y sollozo que lanzaba su prima con angustia.
Sus ojos se entrecerraron lastimosos, ¿Cómo alguien podía estar llorando así por alguna razón tan…?. Bueno, ahora que lo pensaba, no sabia la razón de porque el llanto de su prima estaba siendo ejecutado de esa manera y sin importarle quien la mirase. Eso le dio curiosidad, así que tosió levemente y entro a la habitación. Trato de llamar la atención de su prima pero al no ver respuesta alguna, se decidió a hablar.
¿Hinata-sama?, ¿Qué le ocurre?
La cabeza de la joven se levanto débilmente de la almohada, abandonando por un rato el acto de rebelión de sentimientos que había en ese momento en su ser y corazón. Los ojos cristalinos y llenos de lagrimas se posaron en los fríos y curiosos de su primo. Ella trato de sonreír, pero otras lágrimas salían como respuesta de tratar de estar bien. No soportaba estar así, y encima enfrente de sus parientes o amigos.
L-Lo si-siento, Neji-niisan…-susurro después de largo rato de silencio.- E-Es que…e-es que…-su rostro volvió a ser quebradizo , pero trato de controlar sus emociones.- Y-Yo...e-estaba de-decidida, d-difícilmente m-me habi-había pre-preparado y-y…y-yo...é-él m-me hi-hizo su-sufrir…-trato de articular palabras mas coherentes pero la tristeza que sentía en aquel momento no dejo que su boca diera mejor explicación.
¡Hinata, Neji! ¡Hokage-sama lo ha llamado a una misión!.-intervino Hanabi, pero al ver la escena, se callo enseguida.- ¿Acaso interrumpo algo importante?- viendo que Hinata lloraba y que Neji solo la miraba con aquel rostro sombrío que le dedicaba a cualquiera.
N-No, N-No p-pasa na-nada Onee-oneechan…-Hinata se seco las lágrimas y luego sonrió falsamente y con la poca felicidad que pudiese encontrar en aquella misión: cerrar aquellas grietas casi irreparables de su corazón. Se levanto de la cama y se dirigió hacia su hermana pequeña.- Bueno, entonces…¿vamos Neji-niisan?- acoto, como si nada, anteriormente, hubiese ocurrido.
Neji se quedo perplejo a tal personalidad cambiante, pero entendía a su prima y sabia que estaba muriendo por dentro de algo que todavía el desconocía pero que ya tuvo una idea, gracias a las pocas palabras sin sentido que le hablo su prima. Alguien la había lastimado, y ya tenía en mente que podía ser el propietario de la tortura.
Decidido a olvidarse por el momento de aquella situación poco importante para él, contesto con frialdad matutina la respuesta de su familiar.
Si, enseguida Hinata-sama.-y, acto seguido, se dispuso a seguir a Hinata quien ya había emprendido viaje hacia el despacho de la Hokage.
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Es simple, solo tienen que proteger a un señor feudal…especialmente fueron ustedes los elegidos ya que es importante para la Aldea oculta de la Gota.-explico Tsunade.- ¿Están dispuestos a ir, verdad?- una mano de Tsunade se coloco cerca de unos papeles que tenia en su escritorio y comenzó a hojearlos discretamente.- Al parecer tiene que estar allí para poder comenzar lo que seria el arribo de una nueva aldea, ósea, la de la Gota. El Mizukage quería eso, así que encargo al señor que verán un poco mas tarde, así que no tienen mucha opción.- Los ojos marrones se posaron en los de ellos, parecía que no había problema.- Bien, entonces mañana por la mañana los quiero aquí lo mas temprano que puedan.- sentencio posando su otra mano violentamente en la mesa y casi rompiéndola.- ¡Sean puntales, por favor!- sus ojos parecían enfadados. Algo andaba mal, pensaron los Hyuugas.
¡Tsu-Tsu-Tsunade-sama! ¡Estése tranquila! ¡Es una situación riesgosa pero usted debe mantener la calma! – le trato de calmar su asistente, Shizune, con el típico cerdito de nombre Ton-Ton que siempre llevaba en sus brazos.
¡Lo se! ¡Lo se!, me disculpo por mi rudeza…es que últimamente tengo mucho trabajo…-se quejo con una leve vena de disgusto en su frente por ver el rostro de su asistenta no muy convencida de lo que había dicho.
Disculpe Tsunade-sama, con su permiso, nos marchamos…-trato de terminar educadamente Neji, mientras hacia una leve reverencia hacia la Hokage. Le había parecido extraño que su compañera no hubiese hablado, sabia que era tímida y muy silenciosa, pero a la reacción de la Hokage recientemente no hubo respuesta de susto o sorpresa. Neji pensó que solo era cosa de ella que no podía entender, y que pronto lo sabría, si eso le pudiese importar en algún momento.
Si, si, recuerden, es muy importante. Ahora, Kotetsu, por favor limpia este desorden.- ordeno Tsunade levantándose de su silla y indicándole a un chico de pelo pincho azul marino y un extraño vendaje que rodeaba parte de los costados de su nariz y mejillas que levantara los papeles que se habían caído por el impacto violento de la mano de la Sannin sobre el escritorio.
Hai, Hokage-sama.- respondió Kotetsu, comenzando a cumplir su labor.
Neji comenzó a irse, con Hinata detrás. En todo el camino no hablaron de nada, solo hubo un fastidioso silencio el cual dejo a un Neji curioso de saber porque su prima estaba tan lejana y tan pensativa, con aquel semblante triste y angustioso que demostraba dar. Hinata no había tenido ganas de hablar nada con nadie por su estado de deprimente situación, todo por culpa de cierta pelirosa que se había confesado a cierto rubio, y más por aquel hombre que la acepto.
Un sentimiento de soledad comenzó a despertar, quería estar sola por unos segundos, ya que sabia que la misión tendría que estar pendiente de cualquier enemigo que se le acercase al que iba a proteger y no se merecía el lujo de estar pensando en ella. Se detuvo, y ya los no escuchados pasos de ella dieron a confusión de los oídos de Neji, que, y el propietario dio la orden, de que su cuerpo se diese vuelta (ya que Hinata estaba detrás de Neji todo aquel tiempo que habían caminado) y mirase a la chica que había detenido su paso.
¿Hinata-sama?
E-Etto… ¿Neji-niisan? ¿podría volver solo hoy a casa?, es que…quiero estar sola…-dijo y sin miedo a nada, la Hyuuga mujer.
¿Por qué? ¿acaso es tan malo lo que te ocurrió hoy con "él"?- las lagrimas quisieron volver cuando resalto aquel articulo, comenzando a recordar nuevamente a cierto rubio de ojos zafiro.
N-No e-es e-eso…s-solo qui-quiero e-estar so-sola u-unos minu-minutos...-tartamudeo tristemente Hinata, mientras trataba de parecer convincente.
Lo siento. Pero no cederé a su orden, mi deber es protegerla. – finalizo con tono severamente frío, y con ojos fríos hacia los temerosos de su prima.
La boca de la Hyuuga volvió a abrirse, pero esta vez nada más para cerrarse nuevamente. Al no poder acotar nada, solo se limito a seguir nuevamente el paso de su primo que, tras aquel rechazo de orden, prosiguió su camino.
Los ya cansados ojos de Hinata, los cuales hartos de aguantar las lagrimas, se perdieron en los lugares obscuros del bosque por donde iban. Quería perderse, huir, evitar cualquier persona, estar sola.
De pronto un ruido saco de sus pensamientos a la pareja allí reunida de primos. El par de ojos transparentes miraron desorbitados el lugar donde estaba. Hinata se oculto bajo el manto protector que le brindaba su primo, mientras éste trataba de averiguar de donde provenía aquel ruido. Cada vez se hacia mas fuerte, y aun mas…
Resultaron ser unos idiotas…¿a que si, Itachi-san?.- contesto una voz, que rompió el silencio que había. Una figura siniestra y con rasgos de pez, se poso frente al Hyuuga hombre. Evitándole cualquier ataque, desenvaino su gran espada cubierta de vendajes que ocultaban su verdadera identidad física. La sonrisa del hombre allí parado, se extendió cuando el Hyuuga, débil ya de por si junto a la gran masa de cuerpo que tenia frente de él, no podía hacer nada.
Seguido de esto, apareció otra figura. Pero esta era aun mas baja que la que había aparecido, pronto se pudo distinguir. Frente a Hinata, con aquellos ojos rojos posándose frívolamente en los débiles de ella, apareció un hombre de coleta baja y cabello negro que poseía un traje largo: le tapaba todo su cuerpo, y solo le dejaba parte del torso descubierto para mostrar un brazo apoyado sobre éste. El viento meneaba el traje que tenia, con nubes rojas y el fondo negro dando a entender a que representaban. Dos de los Akatsuki había aparecido, y no dos cualquiera, sino los mas fuertes de aquella organización.
