Los personajes de Fairy tail NO me pertenecen.
Hola a todos! Esta historia esta situada después de la batalla contra Tartaros, donde el gremio se une de nuevo, obviando la actual batalla contra Zeref y sus leales súbditos (puaj). Contiene lemon, varios de hecho y es la primera vez que me animo a subir algo asi, espero que tengáis misericordia :P Ojala os guste y dejéis algún review! Pido disculpas por adelantado, ya que lo revise mil veces pero siempre se me escapan cosas, que lo disfrutéis.
Capítulo 1
Se encontraba de rodillas en la cama observando la lácrima de comunicación, hacía varios días que no sabía nada de él y estaba preocupada. No es que hablaran todos los días pero desde que el gremio se desmanteló había sido su único apoyo. Creía comprender las razones de el maestro pero aun así le dolía estar lejos de sus amigos, su familia.
Escuchó la puerta abrirse tras ella, no se dio la vuelta sabía perfectamente de quien se trataba, sonrió y se quedó quieta. Para su sorpresa la persona que entró se colocó tras ella y empezó a besarle el cuello, lejos de asustarse lo disfrutó, tanto que se permitió gemir en el proceso y soltó la lácrima de golpe dejándola caer en la cama.
-Y-ya me tenias pre-preocupada...- pudo pronunciar, pues aquellos besos se habían vuelto tan húmedos que le nublaban la razón.
-A si que me echaste de menos Scarlet.- escucho su tímida risa y la contagió.
Quería darse la vuelta para verle y poder besarle pero él no se lo permitió. Empezó a tocarla, al principio eran roces, roces que la estaban llevando al mismo infierno. Metió la mano por debajo de su camisa -si, ella llevaba puesta una de sus camisas para dormir-y la acarició con más fuerza desde sus muslos, pasando por sus caderas y su abdomen hasta llegar a uno de sus pechos, para su beneficio ella no llevaba nada puesto debajo.
-Vaya, cualquiera diría que me estabas esperando.- le susurró al oído.
-Yo siempre te estoy esperando Fernandes...- ella lo había dicho sin doble sentido pero para él sonó diferente.
-Tranquila, ya estoy aquí y no pienso irme jamás.- abrió los ojos, no sabía si había entendido bien esas palabras pero se clavaron en ella cual flecha en llamas.
Aquel hombre no la iba a dejar pensar más pues mientras manoseaba sus pechos, ladeaba su cabello para posarlo por encima de uno de sus hombros y así tener acceso a su nuca, la cual besó y lamió erizando su piel en cada caricia. Volvió de nuevo a su cuello, lo mordió con fuerza.
-Ahh, Jellal...- definitivamente ese peli-azul no le iba a dar tregua.
Mientras sus dedos estimulaban sus pezones, pasó su mano libre dentro de la prenda, acarició con sus dedos desde el centro de sus pechos hasta su ombligo, la sintió temblar según se iba acercando a su centro. Bajó y no tuvo ningún reparo en acariciarla por encima de la pequeña prenda que separaba sus dedos de el sexo de ella, hizo la prenda a un lado y toco sus labios, tan húmedos, tan dispuesto.
-Estás muy húmeda Erza.- su voz ronca resonó por toda la habitación. -Me vuelves loco.
Sin mas preámbulos empezó a acariciar su centro, estimulando su clítoris, haciendo círculos sobre el. Ella estiró un poco su cuerpo y se alzó en sus rodillas abriendo mas las piernas facilitándole el acceso, no tardó mucho en introducir uno de sus dedos y cuando noto que ella se dilataba aún más sumergió otro en su interior, Erza no paraba de gemir y gritar su nombre cuando él empezó el vaivén de entradas y salidas, mientras con la palma de su mano seguía estimulando su botón.
-Jellal... Ahh, mas rápido. - casi no podía hablar, su respiración se entrecortaba y había empezado a sudar, subió sus manos para agarrar el cabello de él, que seguía detrás de ella. Le estaba empezando a molestar no poder tocarle como quería.
-Grita para mi Scarlet, quiero oírte. - esa maldita voz ronca la excitaba demasiado.
-Ahhh, ahhh Jelllal.- sentía que llegaba, estaba apunto de explotar. -Jellal!
Se despertó de golpe, sudorosa, fastidiada, aturdida, y sobre todo muy, muy caliente.
-Maldita sea! Por qué?- tenía las manos en la cara tapando su expresión. -Ya es la segunda noche que...- frustrada dio un par de golpes en la cama con sus puños.
-Tengo que darme una ducha fría lo antes posible.
Pero antes de poder moverse escuchó unos pequeños golpes en su puerta.
-Si?- respondió nerviosa, habría gritado mucho?- Maldición!
-Buenos días Erza-san, Juvia solo quería saber si se encontraba bien.- No podía ser cierto, si Juvia la había oído seguro se habría montado su película, no podía permitirlo. Bajó de un salto de su propia cama y se apresuró a abrir la puerta.
-Buenos días Juvia- dijo de golpe asustando un poco a la peliazul. -No te preocupes, estoy bien.
-Juvia se alegra, escuchó que Erza-san gritaba y se preocupó.-dijo ella tan inocente y ahora aliviada de ver a su amiga en buen estado, aun que la veía un poco alterada.
-Solo fue una pesadilla Juvia, nada de que preocuparse. Una batalla, ya sabes...- no se le daba bien mentir ese nunca había sido su fuerte, pero por un demonio que pondría todo su empeño. Aquel hombre podía ocupar de ella todas las noches, colarse en sus sueños y volverla loca, pero de eso nadie podía enterarse.
-Una pesadilla! - grito la peli-azul alterada poniendo una mano en su boca- Mmmm, Juvia se pregunta si en esa pesadilla la señorita Erza-san estaba peleando con...- No, no, no y mil veces no grito Erza por dentro y acallo a la chica de golpe cuando agarro tan fuerte la puerta que esta crujió bajo su agarre.
-Juvia... Juvia se va para el gremio, quiere que la espere?- decidió callar, olvidaría lo que escuchó y se limitaría a hacer como si no paso nada, podía morir en el intento si no lo hacía.
-No es necesario Juvia, gracias- suspiró algo mas aliviada y enderezó su cuerpo. -Quiero darme un baño antes de bajar al gremio, pero si quieres podemos desayunar juntas. -Por ahora iba a dejar el tema pero tenía que averiguar cuanto y que había escuchado Juvia.
-Juvia la estará esperando en fairy tail- se apresuró a huir debía negarlo todo, que la escucho gritar su nombre... Erza no la dejaría vivir si eso se escapa de sus labios. De camino al gremio deliraba, su amiga y compañera, la más fuerte y valiente de todos también suspiraba por alguien y aun que ella ya se había podido hacer una idea lo que acababa de oír se lo confirmaba.
Mientras tanto en fairy hills una pelirroja alterada se metía bajo la ducha. El agua corrió por su cuerpo fría -Como necesitaba esto, ese... Ese maldito nunca me deja terminar.-Río de su propio comentario y echó la cabeza hacia atrás para que el agua le cayera directa en la cara. Relajando su cuerpo, bajando su temperatura.
Cuando Juvia entro en Fairy tail notó un aura extraña en el ambiente, pudo ver a algunos de sus compañeros desayunando animados en las mesas, pero eso no era lo que estaba mal. Buscó nerviosamente a su persona favorita pero no la encontró así que se dirigió a la barra.
-Buenos días Mira-san.- saludo alegre como siempre lo hacia, para ser la mujer de la lluvia entraba como el sol, radiante. -Juvia se pregunta si a llegado Gray-sama?
-Buenos días Juvia. Lo cierto es que no, Gray aun no ha aparecido parece que se le han pegado las sábanas.-Mirajane la saludó con su gran sonrisa y de inmediato le sirvió un vaso de zumo de naranja. Juvia sentía especial admiración por ella, siempre alegre, siempre dispuesta para los demás. Sin olvidar su gran poder y fuerza para defender a su familia de cualquier ataque.
-Oh! Muchas gracias Mira-san a Juvia le encanta el zumo que prepara por las mañanas.- la chica sonreía a tiempo que daba un sorbo de vitaminas.
-Me alegra que te guste Juvia, por lo menos algunos aprecian mi trabajo.-Dijo esto mirando al otro lado de la barra, donde un rubio con su cerveza se giro para dedicarle una mirada seria y al instante una ácida sonrisa.
-Juvia cree que empezar el día tomando alcohol no es nada bueno Laxus-san.- le regañó, pero el ni siquiera le estaba prestando atención, seguía retando a Mirajane con la mirada.
A Juvia un escalofrío le recorrió el cuerpo, decidió despedirse con la mano y salir de en medio de aquella pelea no verbal, sentía que si una de esas miradas se desviaba podría matar a alguien.
Dos horas antes.
-Ara, ara buenos días Laxus, que madrugador. - Puso su mejor sonrisa, pero solo recibió un gruñido por parte de el rubio.
Mirajane siempre era la primera en llegar al gremio, abría sus puertas y preparaba el desayuno de todos, Kinana y Lissana solían ayudarla pero esa mañana estaba sola. La noche anterior fue larga y les dijo que descansaran, recoger el gremio después de una fiesta era agotador.
-Ponme una cerveza.- fue lo único que le dijo, pero ella decidió ignorarlo.
-Que no me has escuchado demonio?- Laxus, quien había estado parado en frente de la barra observando como la albina iba y venía de la cocina, ahora dejaba caer su cuerpo bruscamente en uno de los taburetes.
-Por supuesto que te he escuchado.- Mira seguía sonriendo, le encantaba molestar a aquel hombre y no iba a perder ni la más mínima oportunidad.
-Y bien?- preguntó con el ceño fruncido.
-No es bueno empezar así el día, quieres un poco de zumo de naranja?- se dio la vuelta y agarró la jarra que acababa de sacar de la cocina, llenó un vaso y se lo puso delante al rubio.
-No quiero ningún estúpido zumo, eso es de niños.-De un golpe derramó el vaso y el zumo se esparció por la barra.-Mierda. -Laxus tembló, pues al subir la mirada pudo ver la ira en los ojos de aquella mujer, tragó grueso y unos largos segundos después Mira volvió a sonreír.
-Como quieras, no es mi asunto como te maltratas.- paso una bayeta para absorber el líquido y retiró el vaso. Lleno una jarra de cerveza y se la arrojó de mala manera a la cara.
-Maldita sea Mirajane!- se levantó de golpe y gritó furioso, en cambio Mira había estallado en carcajadas.
-Se puede saber porqué demonios has hecho eso?- Laxus seguía gritando mientras se quitaba su singular abrigo negro.
-Tu tiras mi zumo y yo tiro tu cerveza, es justo.- Mirajane seguía riendo, tanto que tuvo que agarrarse el abdomen porque le dolía.
El rubio gruñó y de un salto pasó al otro lado de la barra, la acorraló contra esta y puso una mano a cada lado de ella para apoyarse, Mira calló de golpe.
-Tendrás que pagar por esto demonio.- estaba muy cerca, la miraba directa a los ojos pero Mirajane no apartaba la mirada, por supuesto que no.
-Yo? No lo creo. Te gustaría, creeme que te encantaría pero solo pasara en tus sueños- un golpe directo de rodilla en sus partes nobles hizo que se apartara de ella, pudo darle de lleno pero el rubio tenía muy buenos reflejos y solo le rozó.
-Se que me gustaría, no he olvidado lo que...- Mira iba a golpearle de nuevo por lo que agarro sus manos por las muñecas.
-Suéltame imbécil, eso no debió pasar.- Ella forcejeaba para zafarse de su agarre.
-Te arrepientes? - Aquella pregunta resonó en la cabeza de la albina con fuerza. No, por supuesto que no se arrepentía. De hecho había querido repetir muchas veces pero se contuvo.
-Si. -espetó, no iba a darle el gusto.
-A si? Pues permíteme que lo dude, no te creo. Lo disfrutaste tanto como yo.- la soltó, ella se había quedado quieta y su mirada de rabia había cambiado por una de frustración.
No quería seguir con eso, huiría como siempre hacia de él últimamente. Consiguió rodearlo para escapar necesitaba tomar aire. Entró en la cocina, cogió unos trapos y salió de nuevo con su radiante sonrisa.
-Aquí tienes, secate. Si quieres puedo lavarte la camisa.- el rubio estaba desconcertado, cómo podía cambiar tanto de un momento a otro? Pero él la conocía bien, todo era fachada.
-Algún día reventaras por guardártelo todo dentro.- el rubio se quitó la camisa y se la paso, agarró los trapos y se secó lo que pudo. Mira no pudo evitar echar un vistazo rápido a su musculado torso.
-Qué sabrás tu.- camisa en mano volvió a la cocina para evadirse, pero unas manos fuertes la agarraron de el brazo.
-Que se yo? Se muchas cosas, mas de las que te gustaría que supiera. No juegues conmigo Mira.- otra vez esa sonrisa, aunque ya no era dulce ahora le dedicaba una sonrisa maligna y juguetona, él se había quedado parado sin poder continuar hablando.
-Sal de mi cocina Laxus, ahora mismo. - Mira le lanzó la mojada camisa a la cara. Laxus no se movió, se puso recto y cruzó sus manos bajo su pecho dando a entender que no tenia intención de moverse. Le pilló desprevenido y lo empujó con fuerza, tanto que cayo al suelo pero no sin antes llevársela con él.
La posición podría ser incómoda, pero no para ellos. Mirajane estaba sentada a horcajadas encima de Laxus, él apoyó sus codos en el suelo para elevarse y estar más cerca. No pudo soportarlo y le besó, le besó tan fuerte que casi pierde el equilibrio. Con sus manos en el pecho de Laxus cerró sus ojos y se dejó llevar. Él por su parte se sentó por completo y la apretó de la cintura para pegarla mas a su cuerpo, ni corto ni perezoso invadió su boca y acarició con la lengua su interior. Aquel beso que empezó tan rudo hervía de pasión. Laxus agarró el borde de su vestido con ambas manos y tiró de el hacia arriba, Mira no se resistió de hecho subió sus brazos para que él pudiera deslizar más fácilmente la prenda. Cuando la tuvo en sus manos semi desnuda giró rápidamente para dejarla en el suelo y ponerse encima de ella, entre sus piernas.
Se detuvo un momento a observarla, estaba agitada y sonrojada. Su pecho subía y bajaba a causa de la respiración acelerada. Posó su frente en la de ella, cerró los ojos y suspiró. Sabía que no tenía mucho tiempo antes de que aquella adorable y fiera mujer cambiara de idea, así que se dejo de preámbulos y ataco su cuello. Mordió, lamió y besó por todas partes. Mirajane no pudo hacer mas que gemir y agarrar fuerte la espalda de aquel hombre que la estaba sometiendo. Porqué perdía toda la fuerza y la cordura con él? Al diablo todo eso, lo quería dentro, ahora y fuerte. Bajó a sus pechos aun cubiertos por el sujetador y sacó uno de ellos para besarlo. Estaban muy excitados y la erección de él no paraba de crecer en sus pantalones. Mirajane le agarró del pelo y lo separó un momento.
-Maldita sea Laxus, hazlo ya. No tardaran en llegar los demás.- le gritó, se lo estaba rogando. Tenia tantas ganas como él al fin y al cabo.
Se levantó con rapidez llevándose a Mira con él, la agarró de la cintura elevándola y la sentó en la encimera de la cocina, mientras se besaban con desenfreno Laxus se deshizo de sus pantalones y con ellos sus calzoncillos. Agarró la tira de las braguitas de Mira y las bajó de un tirón. Dejando que cayeran al suelo al lado de su propia ropa. Mira no dejaba de acariciarlo, sus brazos, su pecho, su espalda, necesitaba tanto de él. Laxus no dudó mas, agarró su miembro y lo acercó al sexo de la albina, lo frotó en su entrada estimulando a ambos. Mira gimió fuerte indicándole que no jugara mas, estaba lista para él.
-Hazlo ya.- le ordenó en un susurro.
No se contuvo y entró en ella de una sola estocada, el grito de ambos resonó por toda la cocina. El vaivén era frenético, entraba y salía de ella sin piedad. Tenían que separar sus bocas porqué el aire era necesario para seguir con vida, pero según inhalaban una bocanada volvían a devorarse, él mientras tanto con una mano agarraba su cintura para afianzarla y con la otra manoseaba sus pechos.
-Ahh Laxus...-Mira empezó a temblar estaba muy cerca, no quería gritar, cualquiera podría escucharlos y ellos se habían evadido por completo de el mundo.
Y pasó lo que tenía que pasar el orgasmo llegó para ella con fuerza y ahogó sus gritos en la boca de el rubio, los espasmos y la contracción de sus músculos vaginales lo hizo explotar a él, derramándose por completo dentro de ella gruñendo de placer. Mira descansaba su rostro en el hombro Laxus exhausta intentando recuperar el aliento, se habían quedado abrazos. Al cabo de unos minutos el rubio se separó un poco, le besó la sien, salió de ella y se subió los pantalones.
-Ahora sí por favor, ponme una cerveza.- dijo mientras salía de la cocina con una sonrisa y un rubor que no podría disimular aunque quisiera.
Mira se quedó sin habla, necesitó varios segundos para reaccionar. Bajó de la encimera, buscó su ropa y rápidamente se vistió. Lavó su cara y salió con urgencia de la cocina. Respiró aliviada al ver que aun no había llegado nadie, gracias a dios esos magos no solían madrugar nunca. Le sirvió la cerveza a Laxus, quien se había vuelto a colocar su abrigo y lo había cerrado para que nadie se diera cuenta de nada, al parecer alguien le había dejado un par de marcas en el torso y la espalda. Actuaron como si nada hubiera pasado, pero pasó y no era la primera vez.
Continuará...
Qué os ha parecido? Aii estoy muy nerviosa por saberlo! Esto ya es rate T desde el inicio... :P Me ha costado mucho subir este primer cap, queréis que continúe?
