Vale aquí les traigo una historia nueva y prometo continuar con I will be there, el problema es que lo ahgo con una amiga y nunca encontrabamos tiempo, aún así tardaré, pero espero que les siga gustando y ésta también, denle una oportunidad y reviews para ver si les gusta y la continuo pronto. Disfrutad

¿Por qué tenías que ser tú?


Otra vez me despierto por el olor a tortitas que inunda toda la casa, como cada fin de semana, me froto los ojos y miro el reloj de la mesilla.

-Las doce… Mierda!- digo en un susurro.

Se me había olvidado la quedada de pandilla a las doce y media. La noche anterior habíamos estado de fiesta y me costaba mantenerme en pie, me dolía la cabeza y no podía pensar, cogí mi ropa de siempre, unos vaqueros cortos con una camisa floja de tirantas junto con las Vans, era Junio avanzado, en dos semanas nos darían las vacaciones y ya no era capaz de pensar en otra cosa. Cuando estuve lista bajé encontrándome a mis padres en la cocina, como de costumbre, charlando mientras fregaban, no entendía como no se aburrían de hacer siempre lo mismo, no salir por ahí hasta tarde, pasear, comprar, cenar con amigos…

Me acerqué a ellos en silencio y cogí algo de la nevera para beber, apenas sentía la lengua, noté como dejaban sus tareas y me miraban atentamente con los brazos cruzados, sabía que me iba a caer una buena pero tenía prisa.

-¿Qué pasa? Ni que fuera un extraterrestre.

Hace dos meses cumplí los 17 y gracias a eso conseguí que me permitieran llegar a la una de la mañana a casa pero ayer… no recuerdo bien que ocurrió, volvíamos a nuestra hora cuando nos cruzamos con una pandilla de chicos muy guapos y nos entretuvimos, estábamos todavía en la zona de discotecas, por lo que entramos en otra y estuvimos bailando y tonteando con ellos, la verdad es que todos eran muy guapos y una de mis amigas, Alyssie se había "enamorado", eso hizo que nos retrasásemos y llegase a las 3, al entrar ya estaban acostados pero sabía que a la primera oportunidad que encontrasen me echarían la bronca y aquí estaba, muriéndome por la prisa, ya que hoy nos juntaríamos las dos pandillas en el parque.

Intenté salir de allí pero no me dio tiempo, estaba demasiado dormida como para tener reflejos, mi madre empezó a gritarme como siempre ocurría últimamente, estaba segura que todo era por culpa de un chico, siempre la tienen ellos, ¿no? Lo llevaba viendo varios días y ayer estaba metido en la pandilla, por lo que hoy. si tenía suerte, volvería a verlo. Nunca me dejaba en paz, apenas hemos hablado y ni siquiera se su nombre, pero no dejo de encontrarlo en todos sitios. Estaba absorta en mis pensamientos cuando noté como mi padre me agarraba del brazo.

-¿Quieres hacer el favor de escuchar a tu madre? Últimamente tu comportamiento esta empeorando al igual que tus notas y como no tengas cuidado con eso tendremos que tomar medidas drásticas, ¿dónde está nuestra Katie estudiosa, dulce y buena?

Aquellas palabras me dolieron más que nada, ¿por qué decían eso? Es verdad que en los dos últimos exámenes había suspendido pero no era por salir, creo, el caso era el chico, no se me quitaba de la cabeza y aunque me sentaba con los libros no avanzaba, por eso necesitaba las vacaciones, para aclarar todo esto antes de perder la oportunidad. Cuando quise atender de nuevo mi madre ya se había callado y me preguntó si lo había comprendido. La verdad es que no había atendido mucho pero asentí, porque si le llevaba la contraria sería mucho peor.

Cogí algo de comer rápido y fui al baño para prepararme, me quedaban diez minutos lo que significaba que volvería a llegar tarde. Terminé, respire hondo y salí corriendo de casa. Al llegar ya estaban todos charlando y me incorporé a la conversación con un "siento el retraso". Christina, mi mejor amiga, enseguida me explicó un poco de que hablaban, ella era así, con las personas que verdaderamente le importaban, nunca, o casi nunca las dejaba de lado.

Al volver la vista al grupo de nuevo lo vi allí, hablando con algunos de sus amigos, esbocé una sonrisa tonta hasta que me di cuenta y la quité, ¿acaso estaba loca? Cualquiera podría verme y tenía que ser dura, sobretodo desde aquel día en el que todo cambió, ya me costaba confiar en la gente aunque siempre intentaba que nadie se diera cuenta, necesitaba ser la antigua, esa que todos admiraban y de la cuál cada día que pasaba quedaba menos.

Pasamos toda la mañana por el centro paseando, entrando en las tiendas, riendo… estos momentos hacían que consiguiera olvidarme de todos los problemas. A los pocos segundos noté una mano sobre mi hombro haciendo que me estremeciera.

-¡Dios que susto!- me giré y lo vi, estaba detrás mía, tocándome, a escasos centímetros cuando me fijé en sus ojos, eran tan… azules, tan perfectos… y tras eso, unos segundos en los que me temblaba todo agaché la cabeza al no poder aguantarle la mirada, me fijé en sus labios, tenían buena pinta, muy buena para ser exactos, eran firmes y rosados, me mordí el mío inferior para después entreabrirlos, ¿acaso me estaba excitando? ¿Dejándome llevar? Podía tener novia y yo quedaría como una estúpida, al poco tiempo Alyssie me cogió apartándome de él de un tirón.

-¿Qué quieres?- dije entre molesta y agradecida porque me sacará de aquella situación.

Me apartó un poco del resto antes de decirme nada. Seguro que se había dado cuenta de lo que me pasaba, siempre se me había dado bien mentir, ¿acaso el iba a neutralizar aquel tipo de "habilidad"? Era la única que me quedaba para sobrevivir en el día a día.

-¿Se puede saber que te pasa con ese chico?- Me dice al fin.- Te lo comes con la mirada.- Me sonrojé un poco, ahora mismo solo quería esconderme en algún sitio.

-¿Yo?- Intenté disimular- Si ni siquiera lo conozco, no se su nombre, ¿cómo va a gustarme? ¿Para eso no tendría que interesarme más por él?

-Me da igual lo que tuvieras que hacer, a ti te gusta y mucho así que no me lo niegues porque no te lo perdonaré, soy tu amiga- la verdad es que en eso llevaba mucha razón, era una de mis más fieles amigas pero eso que estaba sintiendo todavía no sabía como era para poder decírselo, necesitaba tiempo para aclararme yo misma, escuché que seguía hablando- ¿por qué no hablas con él? Está libre, ataca.- Al escuchar su último comentario no pude evitar reírme, Alyssie era así y no se cortaba a la hora de decir la verdad, ojala fuera tan fácil como ella pensaba, pero todavía no estaba preparada para intentar algo así.

-No, ¿qué dices?- no podía dejarme ganar pero si me sentí aliviada al escuchar que estaba solo, puede que eso hiciera más fácil la situación, pero ¿y si él no estaba preparado?, era muy guapo como para estar sólo… yo no necesitaba ningún idiota a mi lado, yo podía sola, sin ayuda. Siempre, desde que entré en el instituto me las arreglé y ahora no sería diferente aunque… su mirada…, su tacto, su sonrisa… pero sobretodo sus labios, ojala pudiera besarlos, morderlos, que fueran míos por un instante.

Sonreí ante aquel pensamiento, que nadie más lo tuviera, sólo mío y que cada vez que me abrazara pudiera sentir su olor tan embriagador, en él, todo era perfecto. Tras esos pequeños segundos que para mi fueron minutos Alyssie carraspeó esperando una respuesta.

-Está bien puede que me llame la atención pero no voy a ser su perro faldero y lo sabes, me acercaré e intentaré hablarle, pero cuando vea que no quiere nada desapareceré, no quiero que me haga daño…- respiré hondo mirando unos segundos hacia el suelo- ¿Cómo es eso? ¿El enamorarte?

No estaba segura de nada, el sufrimiento era parte de mi día a día y no quería más, él parecía muy popular como para que estuviera conmigo, entonces me paré a pensar. ¿Y si me estaba utilizando? Quizás intentaba enamorarme a propósito para alguna apuesta o algo. Dios, no era capaz de pensar con claridad. Suele pasar cuando hay una guerra entre la cabeza y el corazón, ¿no?

Entonces Alyssie me empezó a narrar su propia experiencia en eso del amor y se notaba como con cada palabra pensaba en su chico, Mick, la verdad es que a mi también me parecía genial a parte de muy guapo. Tras estar un rato apartadas del grupo volvimos y los pillamos hablando de algo que nunca esperaba hacer yo, de momento, no se de dónde habían sacado el tema, bueno en realidad sí, estaba segura de que habría sido Caroline, la chica a la que más odiaba y que por desgracia formaba parte de mi pandilla por petición de la mayoria, y debo tener mucha suerte porque fue mi turno para contestar a su pregunta.

-Venga Katie- dijo en tono burlón- ¿cuando fue la primera vez que lo hiciste? Una chica como tú debe tener millones de historias con cada tío.

Me sonrojé un poco, ella no tenía idea de nada y tampoco quería que la tuviese, por un momento pensé en mentirle, pero eso sólo crearía más problemas, y si decía la verdad se reirían. No tenía sentido, sólo tenía 17 años, ¿por qué tanta prisa? Es verdad que éste año estuve más rebelde pero eso no decía que sobrepasase unos límites, aún así parecía la única que pensaba eso, pero era verdad y además me daba miedo, por muchas veces que hubiera pensado como sería mi primera vez, no estaba preparada y por eso, decidí decir la verdad.

-Yo… ehmm… no…- me puse una mano sobre la cabeza bastante incómoda.- Yo… nunca lo he hecho- solté de golpe y decidí salir corriendo cuando noté como se reía y que era seguida por los demás, incluso Alyssie y Christina se reían y me juré no perdonarlas nunca, también lo escuché a él, pero llamándome, aún así no hice caso, me moría de la vergüenza y al llegar a la esquina giré hacia la izquierda entrando en un callejón, ahí me apoyé contra la pared y me dejé caer mientras algunas lágrimas recorrían mi rostro, ¿Por qué siempre de una manera u otra tenía que sufrir? ¿Cuándo conseguiría ser feliz?

Noté cómo alguien se acercaba y alcé la vista pero al verlo venir volví a mi posición escondiendo la cabeza entre mis piernas cuando noté como posaba una de sus manos en mi hombro.

-Hola…- dijo intentándome mostrar su sonrisa más sincera.

-¡¿Qué quieres?!- le dije casi gritando, aunque no quisiera tratarlo de esa manera.

-No hace falta que llores.- Fue su única respuesta y entonces noté como secaba mis lágrimas con sus dedos haciendo que me estremeciera.

-¡Yo haré lo que crea conveniente! ¡¿Por qué me sigues?! Quiero estar sola…- volví a llorar.

-No te voy a dejar sola y menos aquí- me ofreciste tu mano pero no la quise.- Me llamo Richard pero puedes llamarme Rick- me sonrió y entonces sentí que ya no caían más lágrimas de mis ojos.

-¡Me da igual quién seas!- en realidad no era verdad, agradecía no haber tenido que preguntar.- Ahora que ya has cumplido puedes irte y decirle a los demás que estaba llorando, así podrán reírse más.

-No haré eso, yo no soy así.- Lo vi sonreír.- Venga no tiene importancia, son unos estúpidos.

-Sí importa, soy una imbécil…

-No digas esas cosas, ven- me cogiste y levantaste haciendo que quedáramos muy pegados, lo cuál hizo que no pudiera evitar el mirarte de nuevo a los ojos y después los labios y entonces te escuché decirlo- tienes unos ojos preciosos- no podía creer que estando así me dijeras algo de ese modo, me sonrojé y noté como me abrazabas dulcemente, haciendo que temblara y volviera a dejar ir varias lágrimas, que enseguida secaste.

-Los tuyos también lo son.- Fue lo único que pude decir, me separé y sin despedirme volví a correr sin mirar atrás hasta que llegue a casa, sin entrar, fui al jardín y gracias a dios no había nadie, me tumbé y paré a pensar, su forma de mirarme, tocarme y sobretodo abrazarme…era perfecto y me maldecí por pensar aquello, ¿pero qué creía? Eso sólo había sido un gesto de nada, además seguro que él ya se habría acostado con alguien, tenía pinta de ser un par de años mayor, lo cuál facilitaba que esa posibilidad fuera real. Suspiré y sin darme cuenta fuí quedándome dormida allí mismo.