Sus siete vidas estaban intactas, esperando que Ladybug forme parte de una.

Así que el gatito, volvió a intentarlo. No perdía nada, con volverlo a hacer. Se miró en el pequeño espejo de mano y practicó lo que hace días estaba ensayando mientras se veía en él, por si tenía algún desperfecto. Se había peinado, puesto colonia, hasta se había colocado una corbata —aunque no hiciera falta el accesorio— mientras esperaba la llegada de su Lady.

Sin rosas, sin poemas. Solo él y su propuesta. Bueno, también el espejo.

—¿Quieres salir en una cita conmigo? —Preguntó a su reflejo imaginándose que hablaba con su Lady— ¡Me encantaría!—terminó por responderse el mismo, aunque dudaba que esa fuera su contestación.

Demasiados rechazos, le hacía creer que una salida a tomar helado, al cine o un paseo al parque, a pesar de que sean dichos alegados por la amistad. Le hacía intuir que la respuesta era un "NO" imperturbable, pero aun así con la probabilidad a su contra, volvió a intentarlo.

– Yo, me preguntaba... Si bueno, no tienes planes esta noche o tarde... ¿Quisieras salir conmigo?

Ladybug pensaba que Chat Noir era un narcisista, al estar un buen rato viendo como le hablaba a su propio reflejo y se respondía a sus propias preguntas.

De repente, el minino sintió un escalofrió recorrer por su espina dorsal al oír como Ladybug le saludaba, apareciendo detrás de su espalda. (No había escuchado ¿O sí?) De inmediato escondió el pequeño espejo, sus ojos temerosos observando a la chica que lucía sorprendida.

Pues claro, la heroína le agarró una taquicardia, al vislumbrar a Adrien en Chat Noir. El pelo y ese sutil olor de fragancia ¡La colonia de Adrien Agreste!

Ja. Ja. Ja (¿Que estaba pensando?)

—No sabía que eras narcisista, gatito —mencionó para no desfallecer ahí mismo, se sentó. Sus piernas temblaban como gelatina. (NO es Adrien)

—¿Eh? ¿Qué? ¿No? Yo... solo... —aun nervioso porque su bichito haya escuchado todo—¡No soy narcisista! Estaba practicando...

—¿Para salir contigo mismo? No creo que te vaya a rechazar —bromeó aun sintiendo como su corazón golpeaba contra su pecho como un tambor, sus mejillas quemando en el interior.

Chat Noir no es Adrien, pero decir eso no le hacía bien a su salud mental si seguía oliendo esa colonia.

—...Lo que te iba a decir—finalizo mirándola fijamente a los ojos, en fin, era obvio que lo había oído.

Ladybug tenía sus mejillas rojas, mientras miraba a Adrien ¡No!

—¿Quieres salir conmigo ahora?

Ladybug quedó anonadada y un "SI" salió de sus labios sin que lo piense. Solo veía a Adrien, quien la había invitado a salir ¡Espera! ¡Él no es Adrien!

—¿Si?

Ella estaba boquiabierta ¡No podía retractarse ahora! Mucho menos si veía su cara emocionada, sus ojos dilatados "Awww" Adrien se veía tan lindo ¡No es Adrien!

¡Era la culpa del peinado! ¡La del peinado!

—¿Qué pasa con tu pelo?—preguntó, revolviéndole el pelo para que vuelva a ser el Chat Noir que conocía. ¡Le hacía mal verlo así! ¡Le hacía MUY mal!

—¿No te gustaba con el pelo arreglado?—preguntó Chat Noir, viéndose en el pequeño espejo como volvía a tener su melena despeinada.

—Tu aspecto revoltoso es más refrescante —le dijo ¡No podía confesarle que casi pierde el juicio y la movilidad de sus piernas al solo verlo peinado!

Chat Noir sonrió.

—¿Ya me oliste? —preguntó acercándose hacia ella para que olfatee. Sus fosas nasales, inevitablemente se contrajeron y aspiraron ese aroma, dejando cautivada para su mal gusto.

—¿Por qué te perfumaste? —cuestionó evitando no hacer una cara que refleje alto enamoramiento.

—¿No te gusta? —viéndola, ella tenía el ceño fruncido. ¡Debía fruncirlo!

—No —rápidamente, lo arreglo— Si, no...

—¿Sí o no?

—Es que tu olor natural es más agradable —al decirlo. De inmediato se arrepintió (¡Que estaba diciendo, por los Miraculous!) (¡Parecía una pervertida!)

—No sabía que estabas tan enamorada de mi —jugueteó el héroe.

—¡No estoy enamorada de ti!—exclamó.

El minino quedó impresionado por cómo se había exaltado Bugaboo y con un gesto de manos, la joven sin querer golpeó la muñeca en donde Chat Noir llevaba el espejo, haciendo que lo suelte, caiga al suelo y se rompa.

—Diría que voy a tener siete años de mala suerte por romper el espejo—viendo a donde había caído—Pero, voy salir contigo. Así que...—Sonrió— ¡Tengo la mejor suerte del mundo! —Refutó—Seguidme —poniéndose en marcha— Te voy a llevar al mejor lugar para nuestra cita.

Ladybug pensaba que era ella la que iba a tener mala suerte. ¡Salir con Chat Noir mientras olía como Adrien! Bueno... eso era bastante para su pobre corazón, demasiado, si este creía que era el modelo. Ah...

¿Cuánto iba a durar su cita?

Esperaba que no mucho, temía a la posibilidad de desmayarse en sus brazos.