AL FINAL NO TODO CAMBIA

CAPITULO 1: DE CÓMO EL PASADO MARCA EL FUTURO

"¿Harry Potter? Todo el Mundo Mágico sabia quien era Harry Potter, él no necesitaba presentación ni mucho menos, todos sabían de su existencia desde el instante en el que llego al mundo, así es, Harry Potter era famoso desde el momento en el que nació, pero¿Por qué? Pues muy fácil, era hijo de uno de los mejores jugadores de Quidditch en la historia, si, James Potter era su padre y durante los Mundiales había desempeñado un excelente papel como Buscador del equipo de Inglaterra, concediéndoles la victoria contra todos los equipos a los que se enfrentaban. Ahora era uno de los jugadores mas valiosos en todo el mundo.

Pero no era solo por eso que Harry Potter era famoso, pues desde muy chico también había demostrado la misma habilidad que su padre para jugar Quidditch, eso sin mencionar que a sus 13 años, Harry Potter era uno de los muchachos mas guapos del Colegio Hogwarts de Mágia y Hechicería en donde cursaba su tercer año.

Es uno de los estudiantes mas listos de su generación, aun que también suele meterse en problemas, sin embargo, su vida no dejaba de ser interesante para todos, pues incluso a ingresado al equipo de Quidditch de la Casa de Gryffindor a la que pertenece¿Posición? Buscador.

Mucha gente hace referencia a lo mucho que se parece a su padre, no solo en el físico si no también en la actitud, aun que los ojos son como los de su madre Lily y brillan con hermosura aun cubiertos con aquellas gafas que lejos de hacerlo lucir ñoño lo hacen lucir mas guapo..."

Harry le arrebato aquélla hoja a Neville que había parado de leer por que le había dado un ataque de risa.

- ¡Oye! – protesto el chico mirándolo indignado.

Neville también era un joven muy guapo, fornido e inteligente, eso sin mencionar que era su mejor amigo desde la infancia pues sus padres se conocían desde el colegio y vivían en la misma calle. Los padres de Neville eran Aurores.

- ¡Nadie te dijo que lo leyeras en voz alta! – le espeto Harry en un susurro mirándolo molesto mientras arrugaba la hoja y la lanzaba al fuego - ¡Y ustedes váyanse, ya no hay nada que escuchar! – dijo dirigiéndose a los chicos y chicas que habían rodeado a Neville para escucharlo leer aquélla carta y que se desperdigaron por toda la sala común de Gryffindor en cuanto Harry se los indico.

- Vaya que estas de mal humor Harry¿Tan mal te fue con Tom? – pregunto Neville mirándolo divertido e interesado.

- Oh, cállate Neville – le espeto Harry dejándose caer sobre el sillón con un gesto de fastidio.

- Vamos no puede ser tan malo, Tom los adora a ti y a Malfoy, son sus alumnos favoritos – repuso el chico mirándolo con mayor interés al ver la mueca de coraje que hacia - Además, Malfoy comenzó todo... –

- Como siempre – dijo una voz femenina a su lado; Ambos chicos dirigieron la mirada hacia la chica que acababa de sentarse en el sillón de al lado y que los miraba interesada.

- Creí que seguirías en la biblioteca, Hermione – dijo Neville sonriendo divertido.

Hermione era una chica simpática la mayor parte del tiempo, y se había hecho amiga de ellos desde primer año; Era hija de Muggles, pero también una bruja muy inteligente y hábil.

- Si bueno, me encontraba ahí hasta que a Ron se le ocurrió buscar un libro y termino tirando un estante – respondió con algo de fastidio.

- ¿Y Ron? – pregunto Neville al percatarse de que no estaba con ella.

- Sigue en la biblioteca, creo que por los daños que a causado tendrá que ayudar a Madam Pince durante algún tiempo – informo la chica tomando un libro que había en la mesita de enfrente y abriéndolo para checar su contenido.

- Pobre Ron – dijo Neville negando con la cabeza mientras sonreía divertido.

- Por cierto Harry, en el camino me tope con la profesora McGonagall y el profesor Tom, estaban hablando sobre el castigo que tendrías que cumplir junto con Malfoy – aquello llamo la atención de ambos chicos que la miraron fijamente.

- ¿Y que dijeron? – pregunto Harry mirándola con aprensión.

- En verdad no escuche mucho por que guardaron silencio en cuanto me vieron; Estaban hablando sobre algo de recolectar plantas para la profesora Sprout durante dos noches seguidas – explico como si hablara del clima y sin apartar la mirada del libro.

- Que el profesor Tom asigne un castigo ya de por si es malo, pero no quiero ni imaginar el castigo que les pondrán si la profesora McGonagall le da ideas – comento Neville con algo de sorna.

- Ya cállate Neville – le dijo Harry con fastidio.

- Lo que pasa es que Malfoy sigue molesto por que eres mas importante que él, aun que eso es lógico y por ello jamás serás su amigo. La verdad es que nadie podría imaginarlos a ti y a él como amigos – opino Neville sonriendo divertido ante la idea, pero aquello no causo gracia en Harry, mucho menos por que había algo de falso en lo que su mejor amigo acababa de decir, si había sido amigo de Draco Malfoy durante algún tiempo, aun que ese era como su pequeño secreto...

Flash Back

- Por favor Lily, prometo que lo cuidare como si fuera mi propio hijo – dijo Sirius cargando al pequeño de alborotados cabellos oscuros que pasaba a su lado con los brazos extendidos y los hermosos ojos verdes ocultos tras aquellas gafas fijos en algo que ninguno de los dos adultos había visto - ¿Verdad que quieres quedarte con tu padrino, Harry? –

- Yo me quedo con Sirius – dijo el pequeño abrazándose del cuello de su padrino e ignorando lo que había estado queriendo atrapar.

- No es que desconfié de ti Sirius, sabes que te tengo mucha confianza – aclaro la pelirroja tomando entre sus brazos al pequeño y dándole un beso en la mejilla en un gesto protector – Lo que pasa es que seria la primera vez que nos separamos de él por un periodo tan largo –

- Mama me aprietas – protesto el pequeño intentando soltarse del abrazo de su madre mientras volvía a fijar la vista en la nada y estiraba una mano intentando agarra algo en el aire.

- Descuida Lily, nosotros cuidaremos bien de él – intervino Remus ingresando a la sala en compañía de James.

- Lo se Remus, es solo que me gustaría llevarlo conmigo, no soporto la idea de estar lejos de él por tanto tiempo – confeso sonriendo avergonzada, sabia que sonaba tonto, pero era la verdad, no quería alejarse, lo quería mucho y no lo soportaba.

- Si lo llevamos se aburrirá Lily, además, él esta de acuerdo en quedarse con su padrino y Remus – objetó James cerrando la mano en el aire, justo en la dirección en la que Harry extendía las manos y tenía la mirada fija.

- ¡Mía! - protesto Harry mirando a su padre.

James abrió la mano y revelo una diminuta Snitch dorada que desplegó las alas permitiendo ver las iniciales que llevaba gravadas: H. P.

- Aun es mas veloz que tu – le dijo sonriéndole mientras le entregaba la Snitch.

- Sirius intervino cuando estaba por atraparla – protesto Harry agarrando la Snitch – Bájame mama – Lily lo dejo en el suelo y Harry soltó de nuevo la pequeña Snitch que desapareció ante la vista de todos.

- ¿Seguro que no quieres venir, Harry? – le pregunto su madre al verlo alejarse con la mirada fija en un punto en donde de seguro estaba la pequeña y fugas Snitch dorada.

- No, yo quiero quedarme con Sirius y Remus – dijo Harry deteniéndose y mirando a su madre - Además, papa ya me prometió que en cuanto decida en que equipo jugará me llevara para ver el estadio – James asintió y Harry volvió a la tarea de buscar la Snitch.

- Vamos Lily, debemos irnos ya – le apremio James consultando su reloj.

- Esta bien – accedió con algo de tristeza y se dirigió a Harry que en aquellos momentos salía corriendo de la sala siguiendo la Snitch dorada.

- Descuida, cuidaremos bien de él – le prometió Sirius dándole una palmada a su amigo que había seguido con la mirada a su esposa y su hijo.

- Lo se Sirius, y ella también es solo que le cuesta mas trabajo separarse de él – contesto James sonriéndole.

Al poco rato Lily regreso con una maleta y con Harry de la mano que había logrado atrapar la Snitch y sonreía complacido.

- Buen trabajo – le felicito su padre abrazándolo cuando este se le acerco mostrándole la Snitch.

- Sin duda tan bueno como su padre – opino Remus sonriendo.

- Sirius, Remus, aquí esta todo lo que Harry podría llegar a necesitar, pero si se me olvido algo, ustedes tiene una copia de la llave de la casa, además, el conjuro protector les permitirá el paso a ustedes y a Harry – le informo Lily entregándole a Remus la maleta.

- Descuida Lily, mantendremos todo bajo control – le aseguro Remus tomando la maleta.

- Bueno campeón, papa y mama se tiene que ir – le dijo James dándole un beso en la mejilla a Harry – Promete que te portaras bien¿Si? Nosotros regresaremos cuanto antes y te contare como estuvo todo –

- Esta bien – accedió Harry sonriendo.

- Nos veremos pronto mi amor – dijo Lily abrazándolo y besándolo en la mejilla con cariño.

- No te preocupes mama, yo me portare bien – le aseguro abrazándola por e cuello con cariño; Lily también lo abrazo antes de dárselo a Sirius.

- Trataremos de no tardarnos mucho, en todo caso si algo pasa ya saben donde encontrarnos – les dijo James caminando hasta el recibidor donde estaban sus maletas.

- Descuida James, nada malo pasara, cuidaremos bien de Harry – dijo Remus sonriendo, sin duda ambos querían mucho a Harry y les dolía separarse de él...


Aquella noche Remus tuvo que ir a comprar despensa, pues como él y Sirius trabajaban y no tenían hora de llegada, solían comer en la calle, por lo que en la casa solo había una que otra cosa que no se podía catalogar como algo que se le daría a un pequeño de 6 años para comer.

- ¿Aquí dormiré? – pregunto Harry contemplando la habitación a la que su padrino había ingresado. No era muy grande, pero si cómoda y bonita.

- Así es¿No te gusta? – le pregunto dejando la maleta que Lily les había dado sobre una silla.

- No, esta bien – respondió Harry contemplando el cuarto con curiosidad.

- ¿Por qué no quisiste ir con tus papas? – le pregunto Sirius sentándose en la cama e indicándole con la mano que también se sentara.

- Me gusta mucho ir a ver jugar y entrenar a mi papa, pero las entrevistas me aburren, toman muchas fotos y hacen muchas preguntas, esa gente es muy chismosa – respondió subiéndose a la cama y sentándose al lado de su padrino, quién sonrió divertido al escuchar la opinión de su ahijado.

- Si bueno, todos sabemos que los reporteros son un tanto molestos –

- Sobre todo esa entrometida de Rita Skeeter – opino Harry sacando de su bolsillo la pequeña Snitch dorada.

- Si, sobre todo Rita Skeeter – concedió Sirius mirándolo divertido...

El resto de la noche transcurrió tranquila: Remus regreso de hacer las compras y entre los 3 prepararon la cena, aun que claro, a Harry solo le permitieron acomodar la mesa.

- Es hora de dormir Harry – le indico Sirius cuando terminaron de cenar.

Harry asintió y ambos se levantaron de la mesa.

- Buenas noches Remus – se despidió antes de salir del comedor seguido de su padrino.

- Buenas noches Harry – respondió Remus sonriéndole a Sirius cuando salió detrás del pequeño.

Dormirlo fue muy fácil ya que no dio problemas, pero Sirius se quedo un poco mas en la habitación contemplando; Comprendía perfectamente por que James y Lily lo querían tanto: Era un niño excepcional e inteligente, sus padres le habían enseñado algunos hechizos simples que ya dominaba a la perfección, eso sin mencionar que ya sabia leer muy bien, resultaría asombroso considerando que era un niño de apenas 6 años, pero no si se tomaba en cuenta que sus padres eran James y Lily Potter.

Aparto algunos de los rebeldes cabellos que le cubrían la frente; Era un niño agradable y divertido, pero sobre todo aquélla mirada verde que irradiaba tal nobleza e inocencia era lo que cautivaba a todos los que lo conocían, aun cuando estos hermosos ojos se mantuvieran ocultos tras aquellas gafas.

- Es un niño encantador – la voz de Lupin lo sobresalto.

- ¿Hace cuanto que estas ahí parado? – le pregunto mirándolo molesto por el susto que le acaba de meter. Remus sonrió divertido e ingreso a la habitación procurando no hacer ruido.

- Acabo de llegar – respondió sin darle importancia y deteniéndose aun lado de la cama de Harry contemplando al pequeño – Pero será mejor que nos vayamos a dormir, mañana tenemos que trabajar –

- Ahora que lo recuerdo¿Quién se quedara con Harry? – ambos hombres se miraron sin saber que decir.

- ¡Yo no puedo llevarlo! – exclamo Remus de inmediato – Tendrás que llevártelo tu –

Sirius pareció pensativo.

- Bueno, James suele llevarlo al Ministerio cuando tiene que ir por que lo llaman al Departamento de Deportes y Juegos Mágicos, así que no creo que halla algún problema si lo llevo –

- Aun que creo que se aburrirá si solo se la pasa en El Cuartel General de Aurores – opino Remus mirando a Harry que dormía indiferente a la presencia de aquellos dos hombres en el cuarto.

- Pues si se aburre, a la hora de la comida puedo llevarlo a casa de los Longbottom, estoy seguro de que Alice lo cuidara un rato, al cabo ya sabes que él y Neville se llevan muy bien – propuso Sirius levantándose y acercándose a Remus para abrazarlo por el cuello con un sensual movimiento – Ahora mejor vamos a dormir¿Quieres? – Remus sonrió y lo rodeo con los brazos por la cintura, pero cuando Sirius se le acerco para besarlo, este se separo un poco.

- Aquí no, mejor vamonos a la habitación – le susurro con ternura y lo tomo de la mano para conducirlo fuera de la habitación cerrando la puerta tras ellos al salir...


La mañana siguiente fue un tanto agitada: Sirius tuvo que despertar Harry mientras Remus hacia el desayuno, y como ninguno de los dos estaba acostumbrado a comer en casa se les hizo tarde.

Para cuando terminaron de desayunar tuvieron que usar los polvos Flu para no tardarse todavía mas, y al llegar al segundo piso, Sirius y Harry se separaron de Remus para dirigirse al Cuartel general de Aurores, en donde aquélla mañana había mucha actividad.

- Buenos días Sirius – saludo alegremente una joven mujer de cabello castaño y ojos negros que no debía tener mas de 20 años, pero casi de inmediato su mirada se fijo en el pequeño que le acompañaba - Oh, Pero si es el pequeño Harry¿Cómo estas pequeño? –

- Bien, gracias – respondió Harry sonriéndole, lo que ocasiono que la mujer gimiera enternecida.

- Tan lindo como siempre – dijo acariciándole el oscuro y despeinado cabello alborotándoselo aun mas mientras lo contemplaba con ternura.

- Buenos días Prudence – saludo Sirius sonriendo al ver la actitud de la bruja hacia su ahijado.

- ¿Y James? – pregunto Prudence dirigiendo la mirada a Sirius.

- Salió en un viaje de negocios junto con Lily, así que yo y Remus nos ofrecimos a cuidar de Harry mientras ellos regresan – respondió Sirius caminando hacia su cubículo con Harry de la mano.

- Ya veo... – dijo mirando a Harry como si algo no le pareciera.

- ¿Sucede algo? – pregunto Sirius al ver la mueca de la mujer mientras contemplaba a Harry que estaba viendo uno de los papeles que había sobre el escritorio de su padrino.

- ¡No, nada! – se apresuro a decir la mujer sonriéndole – Estaba por ir a comprar algo para desayunar¿Puedo llevarlo? – pregunto mirando a Harry con ternura.

- No se si sea buena idea – respondió Sirius algo inseguro.

- ¡Oh, vamos Sirius! Prometo cuidarlo – suplico la mujer mirándolo.

- Bueno, pero solo si él quiere¿Harry? – Harry aparto la mirada de la hoja y miro primero a Prudence y luego a su padrino.

- Esta bien – accedió sonriendo.

- ¡Maravilloso! – exclamo la mujer aun mas enternecida – Vamos pequeño – y lo tomo de la mano radiante de alegría – Lo traeré pronto – le prometió a Sirius y se alejo platicando con Harry animadamente.

- Buenos días Sirius – saludo un hombre de cabello castaño oscuro y ojos verdes al acercarse al cubículo del susodicho con la mirada fija en Prudence y Harry que salían del Cuartel.

- Buenos días, Joshua – saludo Sirius apartando la vista de Harry y Prudence para mirara a su interlocutor - ¿Y que haces? –

- Nada, sigo trabajando en lo de aquellos pequeños disturbios en la zona E de Londres – respondió sin mucho entusiasmo negando con la cabeza.

- Si, ya me lo e de imaginar, tu grupo parece estar muy ocupado desde hace varios días – dijo Sirius sonriendo.

- Es un caos completo, nadie sabe por que paso aquello, es muy raro, pero las victimas son muchas y no podemos ignorar lo sucedido – comento Joshua.

- Lo se, El Departamento de Seguridad Mágica esta muy ocupado últimamente y a nosotros nos tienes trabajando en busca de los que provocaron el incidente – dijo Sirius con fastidio.

- Si, es verdad – concedió Joshua – Por cierto¿Qué hace Harry aquí? Creía que James estaría en una entrevista de trabajo –

- Si, de hecho él y Lily se fueron ayer, pero como pensaron que Harry se aburriría lo dejaron conmigo y con Remus – respondió Sirius contento.

- Ya veo – dijo Joshua sonriendo.


Prudence y Harry se dirigían al elevador cuando una voz femenina llamo a la bruja.

- ¡Prudence, Prudence, espera que tengo algo que decirte – Harry había estado antes en aquel piso, así que la puerta delante de la que se detuvieron la reconoció enseguida como la de la Oficina Contra el Uso Indebido de la Mágia.

Una mujer de cabello negro y ojos azules se les acercaba apresuradamente cargando varios documentos. Era joven al igual que Prudence, así que no debía tener mas de 25 años.

- ¿Qué sucede, Joan? – le pregunto Prudence soltando a Harry un momento para ayudarle, pues parecía no poder con el peso de los documentos que cargaba.

- Gracias – dijo Joan cuando Prudence le quito algunos documentos – Es que me dijeron que tenía que pasarte un reporte de suma importancia para que los Aurores se hicieran cargo del asunto cuanto antes –

- Ya veo; Si quieres te acompaño y me das ese reporte – se ofreció Prudence acompañando a Joan y olvidándose por completo de Harry que aun así la siguió: Conocía muy bien a Prudence de visitas anteriores cuando lo llevaba su padre, era una completa cabeza hueca, solía olvidar todo y por eso Sirius no había querido que se fuera con ella.

Llegaron a uno de los cubículos y se entretuvieron hablando sobre el caos que había sucedido en la zona E de Londres, pero como a Harry eso no le importaba en lo absoluto, prefirió sacar la Snitch para entretenerse un rato en lo que Prudence recordaba que él estaba ahí y que se suponía que iban a ir a comprar el desayuno, para desgracia suya la Snitch volvió a ser mas rápida que el y desapareció de la vista.

Dirigió la mirada a todos lados y consiguió verla justo cuando salía de la Oficina Contra el Uso Indebido de la Mágia, por lo que sin perder el tiempo se alejo en su búsqueda; Al salir volvió a buscarla con la mirada y la vio doblar por un pasillo a la izquierda, por lo que corrió lo mas rápido que pudo para alcanzarla, no quería perder esa Snitch por que había sido un regalo muy especial de parte de su padre y él le había agarrado demasiado cariño, era el tesoro mas valioso del mundo para él.

Al doblar el pasillo volvió a detenerse y a buscar la Snitch, aun que esta vez tardo un poco mas en encontrarla: Estaba volando alrededor de una plata.

Sin perder el tiempo se acerco a la planta y jalo una silla que se encontraba cercas para poder alcanzar la Snitch, ignorando por completo las miradas de que era objeto, pues unos ojos grises lo observaba con curiosidad afuera de unas enormes puertas de roble sobre las que colgaba un letrero que decía: Servicios Administrativos del Wizengamot.

Aquel niño era de la misma edad que Harry, pero por su forma tan elegante de vestir y comportarse, mostraba que desde aquélla corta edad estaba acostumbrado a acatar las finas reglas de etiqueta; Su cabello era de un hermoso color platinado, mientras que su piel suave y pálida acompañaban el hermoso color gris de sus ojos que en esos momentos estaban fijos en Harry, buscando con gran curiosidad que era eso que él trataba de agarra con tanto empeño, y entonces lo vio, era una diminuta pelota alada de color dorado que se movía a gran velocidad: Una Snitch sin duda alguna.

Sin hacer mucho ruido se fue acercando poco a poco, contemplando a Harry que se estiraba sobre la silla sin hacer movimientos repentinos para que la Snitch no se diera nuevamente a la fuga.

- Te caerás... – quizás no se hubiera caído si él no hubiera hablado, pues como Harry estaba concentrado intentando agarrar la Snitch, al escucharlo se volvió tan bruscamente que la Snitch salio volando de nuevo y la silla se movió ocasionando que se cayera sobre la planta para después caer en el suelo aplastando parte de la planta que amortiguo su caída al caer bajo él.

- ¿Estas bien? – le pregunto ayudándolo a pararse.

- Si – respondió Harry sobándose el abdomen con un gesto adolorido mientras rejuntaba las gafas que se le habían caído y se había roto; Seguramente Sirius estaría muy interesado en saber como las había roto cuando le pidiera que se las reparara.

- ¿Por qué querías agarra esa Snitch¿Acaso es tuya? – al preguntar eso Harry recordó que la Snitch se le había vuelto a perder de vista y se coloco las gafas rápidamente intentando encontrarla, pero por un lado los lentes estaban muy astillados y por otro la Snitch parecía haberse ido a algún otro lado por que no estaba por ahí, la había perdido...

Ante aquélla idea los ojos se le llenaron de lagrimas, acababa de perder su tesoro mas preciado por no tener cuidado¿Ahora como se lo explicaría a su padre?

- ¿Estas bien? – le pregunto el niño al ver que los ojos verdes le brillaban por las lagrimas contenidas.

- ¿No viste a donde se fue? – pregunto Harry con la voz quebrada.

- No, lo siento – se disculpo el niño, pues la verdad no había prestado atención a la Snitch, había estado mas al pendiente de él cuando se cayó.

Harry volvió a buscarla con la mirada, aun que con la vista nublada por las lagrimas resultaba algo complicado.

- ¡Dios santo! Harry me tenias preocupada¿Por qué te fuiste así tan de repente? – era Prudence que se acercaba a ambos chicos temblorosa y pálida - ¿Pero que te paso! – pregunto al verlo con uno que otro rasguño y las gafas rotas.

- Me caí – se apresuro a decir Harry bajando la mirada para que la mujer no pudiera ver que tenía los ojos brillosos a causa de las lagrimas.

- Ay, Harry, a ver, déjame ver – y con la mano le levanto la barbilla para poder examinar las gafas, aun que luego pareció pensativa, como si intentara recordar algo - ¿Cómo era ese conjuro? Rayos, a veces lo olvido... –

- ¿Reparo? – inquirió el pequeño rubio que observaba a la mujer como si fuera una atolondrada.

- ¡Oh, si! Muchas gracias... – pero al percatarse de la presencia del pequeño, le miro asombrada – Joven Draco¿Qué así aquí solo¿Dónde esta su padre? –

- Esta ahí – respondió Draco señalando la puerta desde la que había salido cuando vio a Harry.

- Ya veo – dijo la mujer mientras le daba un golpe a las gafas de Harry y estas se reparaban solas – Será mejor que regrese, de seguro su padre debe estarlo buscando – Draco se encogió de hombros al escuchar aquello – Es hora de irnos Harry – pero Harry no se movió de su lugar - ¿Qué pasa? –

- Perdí la Snitch – murmuro con un hilo de voz, por lo que la mujer tuvo que agacharme mas para poder escucharlo.

- ¿Cuál Snitch? – pregunto confusa, mas una voz los interrumpió.

- ¿Prudence¿Harry¿Qué hacen aquí? – esta vez era Lupin, quien se acercaba desde el extremo por el que se encontraba Los Servicios Administrativos del Wizengamot.

- Hola Remus – saludo Prudence sonriendo avergonzada.

- Hola Prudence – dijo Remus devolviendo el saludo con una afable sonrisa, pero mirando con interés a Harry que había bajado la vista esquivando su mirada - ¿Qué sucede, Harry? –

- Perdí la Snitch – respondió en el mismo tono de voz, por lo que también Remus tuvo que agacharse para poder escucharlo mejor.

Draco por su parte solo contemplaba aquello sintiendo lastima por Harry, pues para que se pusiera así por una simple Snitch, esta tenía que ser muy valiosa para él, quizás un regalo de alguien muy importante.

- ¿La que te dio tu padre? – inquirió Remus mirándolo comprensivo mientras Harry solo se limitaba a asentir con la cabeza sin mirarlo – Ya veo... –

- ¿Cuál Snitch? – pregunto Prudence.

- Una que le regalo su padre – respondió Remus sin darle mucha importancia a la pregunta mientras miraba a Harry analizando el problema – Hagamos algo Harry, veamos con Sirius y contémosle lo sucedido, de seguro él podrá encontrarla, tiene mejores ojos que yo – Harry volvió a asentir y Remus lo tomo de la mano para llevárselo – Lo llevare con Sirius Prudence –

- Si claro, no ha problema – respondió la mujer sonriéndole avergonzada.

Remus le sonrió y se llevo a Harry que aun mantenía la mirada fija en el suelo. Prudence y Draco los siguieron con la mirada hasta verlos desaparecer al doblar la esquina.

- ¿Draco? – aquella fría voz hizo estremecer a Prudence, mientras que Draco se volví al escuchar su nombre.

- Padre – respondió con aplomo y buena educación al hombre que se acercaba caminando con paso elegante hacia ellos.

- ¿Qué haces aquí¿Por qué te alejaste de mi lado? – pregunto mirando de reojo a Prudence con superioridad, cosa que molesto a la mujer.

- Lo siento padre – se apresuro a disculparse el pequeño mirándolo con gran respeto.

- Es mejor irnos, ya termine lo que tenía que hacer; Regresemos a casa – indico el hombre tomándolo de la mano y alejándose mirando a la mujer con desprecio, cosa que la hizo molestar mucho mas.

Al llegar a la esquina del pasillo en donde Remus y Harry habían doblado a la izquierda, ellos doblaron a la derecha, y casi por instinto Draco miro hacia la derecha, quizás esperando ver a donde había ido el niño de revueltos cabellos oscuros, preguntándose que había pasado y si hallaría la Snitch que había perdido.

- Lucius es un idiota, solo espero que su hijo no sea un cretino igual que él – murmuro Prudence cuando se vio sola en el pasillo, pero de inmediato pareció recordar que tenía algo que hacer - ¿Qué iba a hacer? – bueno, quizás no lo recordaba...


Al final del día no pudieron encontrar la Snitch, así que al llegar a la casa Harry se encerró en el cuarto y no quiso bajar a cenar.

- Esta muy triste – comento Sirius cuando bajo después de intentar animarlo para que bajara a cenar.

- Era de esperarse, para él esa Snitch es un verdadero tesoro dado que su padre se la regalo cuando era apenas un bebe: Fue su primer regalo – observo Remus sin apartar la vista de Sirius.

- Es solo que no me gusta verlo así – explico el animago sentándose en la silla de frente a Remus con un gesto de exasperación.

- A mi tampoco Sirius – admitió Remus tomándole la mano que tenía estirada sobre la mesa – Pero Harry es muy listo y se que ya había previsto que esto podría pasar, es solo que quizás le cuesta un poco de trabajo aceptarlo – Sirius le miro de reojo y sonrió, aun que no estaba seguro de que eso le animara.

La mañana precedió la noche con gran lentitud tanto para Sirius como para Remus, quienes no pudieron dormir pensando en una manera de animar a Harry, aun que nada parecía lo suficientemente bueno.

- Mía Sirius, creo que te acaba de llegar una carta – dijo Remus señalando a la hermosa lechuza negra que se detuvo en el dintel de la ventana, mirando el interior de la casa con repugnancia.

- Seguramente es una carta que manda mi "Adorable" madre¡Ay! – la lechuza le mordió el dedo indignada ante la manera burlona en que Sirius se refirió a su dueña - ¡Lárgate de aquí maldito animalejo! – le corrió Sirius después de desatarle la carta, pero la lechuza no se hizo esperar y al sentirse libre se alejo, eso claro después de golpearle la cabeza a Sirius con el ala - ¡Maldito animalejo...! – pero Remus alcanzo a quitarle una botella que había agarrado dispuesto a lanzársela a la lechuza con la única intención de golpearla.

- Tranquilízate Sirius, nada ganas golpeando a la lechuza – lo reprendió Remus dejando la botella sobre la mesa mientras se sentaba.

- ¡Claro que gano algo! – protesto Sirius molesto – Ganaría el hecho de que su estúpida lechuza no regresara con ella – y haciendo caso omiso a las miradas reprobatorias de Remus, miro la ventana deseando que la lechuza aun estuviera ahí parada.

Remus solo suspiro resignado, había cosas que ni con el tiempo cambiaban.

- ¿Qué dice la carta? – pregunto intentando cambiar el tema.

- Seguramente alguna tontería – contesto Sirius sin darle importancia al contenido de la carta mientras la tiraba sobre la mesa y se sentaba delante de Remus.

- Deberías abrirla y ver que es lo que dice – propuso Remus sonriéndole.

- Esta bien – respondió Sirius sin mucho animo mientras tomaba la carta y la abría.

Pasaron algunos minutos en silencio mientras Sirius leía la carta, y cuando por fin termino, la arrugo y la tiro al bote de basura.

- ¿Qué decía? – pregunto Remus curioso.

- Tonterías – respondió Sirius con fastidio.

- ¿Qué tipo de tonterías? – insistió Remus sin inmutarse.

- Juntas familiares – murmuro Sirius molesto y algo incomodo, no se había llevado bien con su familia desde que era pequeño, siempre había sido muy diferente en su dogma, esa era la razón principal por la que a los 16 años se había mudado a la casa de los Potter para luego comenzar su vida de soltero durante algún tiempo hasta que comenzó a vivir con Remus.

- ¿Iras? – pregunto Remus.

- ¡Claro que no! – exclamo Sirius molesto.

- ¡Accio carta! – dijo Remus señalando con su varita el bote de basura desde donde salió la carta hasta posarse suavemente en su mano. Sirius solo lo miro molesto.

Permanecieron nuevamente en silencio mientras Remus leía, y cuando termino:

- Pienso que debes ir, tu madre dice que la reunión es importante –

- Mi madre siempre dice que las reuniones son importantes, lleva diciéndome eso desde que me fue de la casa para convencerme de ir a sus estúpidas reuniones y no lo ha conseguido -

- Quizás seria bueno que fueras por lo menos a esta, así ves a tus parientes y hasta te puedes llegar a enterar de algo interesante – Sirius chasco la lengua en un gesto de desacuerdo.

- ¿Y quien se quedara con Harry? –

- Bueno, pues tendrás que llevarlo contigo, yo no puedo por que tengo que ir al trabajo – dijo Remus levantándose para servir el desayuno.

- No creo que a James le haga gracia que lo lleve con mi familia, además, puede que se aburra, así que lo mejor es que me quede aquí con él, de seguro no esta de humor para ir a la casa de semejantes víboras –

- ¿Víboras? – ambos hombres se volvieron al escuchar la voz de Harry, quien los mirada con interés desde el quicio del comedor.

- ¡Harry! – dijo Sirius sonriendo incomodo.

- ¿Desde hace cuanto estas ahí? – le pregunto Remus comprendiendo el incomodísimo de Sirius, pero aparentando mucho mejor que él.

- Acabo de llegar – respondió Harry sin prestar demasiada atención al comportamiento de ambos mientras se sentaba a la mesa al lado de su padrino.

- ¿Cómo te sientes? – le pregunto Sirius.

- Bien – respondió Harry sin mucho animo.

- Estábamos hablando de que Sirius tiene que ir a una junta familiar, y como yo debo trabajar, entonces te llevara con él – le informo Remus sonriendo, cosa que causo que Sirius hiciera una mueca de disgusto.

- Ya entiendo por que dijiste víboras – comento Harry sin mucho interés, pues mas de una vez había escuchado a Sirius hablar de lo mal que le caía su familia.

Remus solo se limito a mirar a Sirius con desaprobación.

- Si bueno... – Sirius se movió incomodo sobre su silla ante la mirada de Remus - ¿Quieres ir Harry? Si no quieres no hay problema, siempre podemos quedarnos aquí haciendo cualquier otra cosa –

- Esta bien, a mi no me molesta – accedió Harry ocasionando en Sirius un gesto de frustración y en Remus uno de satisfacción.


- ¿Sabes, me hubiera ayudado mucho si le hubieras dicho a Remus que no querías venir, así yo habría tenido que quedarme cuidándote para que no te quedaras solo – comento Sirius aun con fastidio mientras se detenían en la entrada de la lujosa mansión.

No era que estuviese enojado con Harry, jamás podría enojarse con él, mas bien estaba enojado consigo mismo por no haberse negado cuando pudo, y como castigo ahora tenía que estar ahí y escuchar a su loca familia decir puras idioteces.

- Aun así Remus habría hallado la manera de hacerte venir, Pudo haberte dicho que podrías dejarme en casa de Neville – observo Harry sin inmutarse en lo absoluto.

Sirius chasco la lengua molesto pero ya no dijo nada, su ahijado no sabia nada aun de la relación que estaba llevando con Remus, así que lo mejor era no decir nada por el momento.

Sin mucho animo toco el timbre y se acomodo a cierta distancia de la puerta esperando ansioso a que nadie abriera para poder marcharse, para su desgracia no fue así y un pequeño elfo domestico de enormes ojos verdes abrió las enormes puertas mirándoles asustado.

- ¿Traen invitación los señores? – pregunto temeroso.

- Aquí esta – dijo Sirius de mala gana entregando la invitación toda arrugada.

El elfo la leyó con atención antes de volver a mirarlos.

- Aquí dice que solo se invita al señor Sirius... –

- Es mi ahijado y va entrar¿Entendido? – interrumpió Sirius mirando con los ojos brillosos de rabia, cosa que hizo que el elfo diera dos pasos hacia atrás aterrado, sin duda no era la primera vez que lo trataban así al tener que recibir a la familia.

- Pero mi señora dijo que... –

- ¿Estas contradiciéndome sabandija de pacotilla...? –

- ¡Sirius! – le atajó Harry molesto al ver la forma tan injusta de tratar al elfo – Comprendo tu molestia al estar aquí, pero no puedes tratarlo así, no es justo – Sirius miro a su ahijado, pero antes de poder decir algo, una melosa voz femenina interrumpió.

- ¿Por que no me asombra que un niño de tan solo 6 años sea mas educado que tu, primo? – una hermosa mujer de cabello negro brillante apareció en el quicio de la puerta de un pasillo mirándolos con una sonrisa maliciosa.

- Hola Bellatrix – saludo Sirius con acidez.

- Me decepcionas primo, veo que no has cambiado en nada – dijo la mujer mirando a su primo, pero se detuvo al ver al pequeño que le acompañaba – Dime una cosa¿Si leíste bien la carta antes de venir? Decía que solo familia, a menos que este pequeño sea tu... –

- Es hijo de un amigo mío y lo estoy cuidando, pero como no tenía donde dejarlo tuve que traerlo, y si hay algún inconveniente nos marchamos ahora mismo – se apresuro a decir Sirius tomando a Harry de la mano dispuesto a marcharse cuanto antes.

- No seas tonto primo – intervino Bellatrix mirando a Harry con una dulzura maliciosa, por lo que Sirius se puso inmediatamente delante de Harry obligando a su prima a volver su atención a él – Solo era una pregunta amistosa, hace años que no te vemos y pudo haber pasado cualquier cosa. Déjalos pasar Dobby – solo fue una indicación, pero el pequeño elfo se aparto asustado como si aquella mujer le hubiera gritado furiosa – Vamos, te llevare a donde están los demás - Sirius murmuro algo parecido a: "Preferiría salir de este lugar cuanto antes" mientras tomaba a Harry de la mano y seguía a Bellatrix por un largo y elegante pasillo.

Harry miro sobre su hombro al elfo.

- Creí que iríamos a casa de tu madre – inquirió Harry que en ocasiones anteriores había visto la casa de la madre de Sirius y no se parecía en nada a esa lujosa mansión.

- La invitaron me la mando mi madre, pero la reunión seria aquí en la casa de mi prima Narcisa, la esposa de Lucius Malfoy: Un cretino imbécil – le informo Sirius sin darle gran importancia a lo que decía.

Al poco tiempo llegaron a un hermoso salón en donde había muchas personas vestidas elegantemente que conversaban entre si con educación y buen porte, mas lo que sorprendió a Harry no fue eso, había estado en muchas fiestas de gala como para sorprenderse de el buen comportamiento de los adultos, no, lo que le sorprendió fue el comportamiento de los pequeñines que se encontraban ahí: En fiestas elegantes a las que asistía, los niños se comportaban como tales, corrían y jugaban hablando en voz por de mas alta, mas en aquel lugar, los niños parecían pequeños adultos, algunos hablaban en voz baja, otros comían con mucho cuidado de no ensuciarse, y algunos mas solo estaban sentados con una postura muy elegante; El comportamiento de todos los presentes solo le hizo suponer a Harry una cosa: Ese era el tipo de familia que se sabia de memoria las reglas de etiqueta y las llevaba siempre a la practica para dejar entrever que eran una familia digna y respetuosa.

- Dan miedo¿Verdad? – inquirió Sirius mirando a todos los presentes con repugnancia, pero Harry no respondió, se limito a seguir contemplando.

Quizás en otras circunstancias le habría dado miedo aquello, pero también había asistido a muchas fiestas elegantes y aun que no usaba tan rígidamente las reglas de etiqueta como esas personas, se las sabia de memoria, además, él y Sirius venían vestidos para la ocasión, aun que al principio Harry había protestado de tener que ponerse la túnica de gala.

- ¡Sirius, que gusto verte! – Harry y Sirius se volvieron al escuchar aquella otra melosa voz femenina.

- Narcisa – saludo Sirius con la misma acidez con la que había saludado a Bellatrix.

- Vaya, parece que a ti ni el tiempo te arregla – comento la mujer deteniéndose y mirando a Sirius con ojo critico.

Era una mujer rubia, alta y delgada, y hubiera parecido guapa si no fuera por esa mueca de asco que hacia. De pronto, sus ojos se detuvieron en Harry a quien miraba sin poder disimular su asombro.

- ¿Es tuyo? – le pregunto a Sirius acercándose un poco mas a Harry.

- No, es de un amigo – respondió Sirius con fastidio.

- ¿Cómo te llamas pequeño? – le pregunto Narcisa con fingido interés.

- Me llamo Harry Potter, es un placer – saludo Harry haciendo gala de sus perfectos modales, cosa que dejo sorprendida a Narcisa, no solo por su apellido, si no por que a su edad sabia usar las complejas reglas de etiqueta con gran perfección, sin duda era un niño acostumbrado a eso. Sirius sonrió divertido al ver que su prima no tenía nada que criticar.

- La junta dará inicio en unos minutos Sirius – le dijo mirándolo molesta al notar la mirada divertida de este – Los pequeños no podrán estar aquí por que... –

- No hay problema, iré a donde los demás niños y esperare ahí – respondió Harry de inmediato y con la misma buena educación se despidió de Narcisa y se alejo hacia la puerta por la que salían los demás niños. Narcisa lo contempló sin poder disimular su asombro mientras Harry salía en perfecto orden tras el resto de los niños.


Harry salio junto con el resto de los niños, pero una vez ahí afuera permaneció cercas de la puerta, no quería alejarse demasiado y perderse en aquélla casa, la verdad era que no quería pasar mas tiempo del necesario en esa casa, la lujosa frialdad que la adornaban en verdad que asustaban.

En aquellos momentos se encontraba tan sumido en sus pensamientos que no se percato de que alguien lo observaba con interés mientras se acercaba con paso lento, casi cauteloso.

- Hola – Harry dio un respingo antes de volverse hacia el niño que le había hablado; Era el mismo niño rubio que había visto el día anterior en el Ministerio, y al cual Prudence había llamado: Draco.

- Hola – respondió sonriéndole por compromiso, cosa que no paso inadvertida por Draco, quien por mas raro que sonara, comprendía el por que del comportamiento de Harry.

- Encontré esto cuando salía del Ministerio – le informo metiendo la mano en la bolsa de su túnica de gala para sacar algo que cabía perfectamente en su puño – Intente buscar la manera de regresártela, pero no se me ocurrió nada... – el corazón de Harry dio un vuelco cuando Draco abrió el puño y la pequeña Snitch apareció desplegando las alas y dejando ver las iniciales H. P. gravadas en ella.

Harry contemplo la Snitch durante algunos segundos antes de tomarla entre sus manos con sumo cuidado para evitar que se diera a la fuga. No podía creerlo.

- ¡Gracias! – Draco casi se cae de espaldas cuando Harry lo abrazo emocionado.

Durante algunos segundos Draco no supo como reaccionar, no recordaba que nadie lo hubiera abrazado con aquélla cálida ternura jamás, pero se sentía muy bien y la verdad no quería que terminara, sin embargo lo habían educado con gran rigidez, enseñándole que los sentimentalismos eran una tontería, y que era aun mas tonto mostrarlos en publico.

- Tranquilo, es solo una Snitch – le susurro apartándolo con cuidado, intentando hacer caso omiso al hueco que se formaba en su estomago ante la separación de aquel cálido sentimiento que jamás había podido experimentar hasta el momento.

- ¡No es solo una Snitch! – protesto Harry mirándolo molesto – Bueno, si es una Snitch, pero para mi es mas que eso... – el brillo que cubrió aquellos ojos verdes le hizo entender a Draco que había dicho algo que en verdad había lastimado los sentimientos de aquel niño.

- Lo siento, yo... Bueno, esa no fue mi intención – no supo por que lo hizo, jamás en su vida se había disculpada, mas en aquellos momentos y por alguna extraña razón sintió la imperiosa necesidad de hacerlo, aun cuando aquello iba en contra de la rígida educación que había recibido desde que tenía 4 años: "Un Malfoy jamás pide perdón, pues un Malfoy jamás comete errores"

- No importa – respondió Harry fingiendo indiferencia, mas el brillo en sus ojos decía lo contrario.

- En verdad no fue esa mi intención – continuo Draco sin comprender aun por que se empeñaba en disculparse cuando jamás en su corta vida lo había hecho.

- No te preocupes, esta bien, y gracias por devolverme la Snitch – le dijo Harry sonriéndole ampliamente – Por cierto, me llamo Harry, Harry Potter – y le estiró la mano a Draco que lo contemplo indeciso.

- Yo soy Draco, Draco Malfoy – respondió por fin sonriéndole mientras estrechaba su mano; Una extraña alegría lo embargaba en aquellos momentos y aun que no sabia como describirla, lo hacia sentirse muy bien.


A media tarde ambos regresaron a casa, lo cual parecía tener de muy buen humor a Sirius.

- ¿Cómo les fue? – les pregunto Remus cuando los vio salir de la chimenea: Primero a Harry y luego a Sirius.

- Fue lo peor que e vivido – comento Sirius con aquel tono molesto que empleaba siempre que se refería a su familia, mientras se sentaba en otro sillón frente a Remus que lo contemplaba divertido.

- ¿Y tu Harry? – le pregunto Remus, pero fue Sirius quien respondió mientras su ahijado se sentaba en el tercer sillón que rodeaba la mesita.

- Debe de estar enfadado de estar rodeado de tanto chiquillo fresa con cabeza hueca¿Verdad, Harry? – Harry solo asintió, no creí prudente decirle a su padrino que se había divertido mucho con uno de sus familiares cuando él los detestaba. Remus lo miro y sonrió levemente.

- Yo creo que el que mas se aburrió fuiste tu, Harry es un niño y por lo tanto puede entretenerse con mas facilidad inclusive con la cosa mas simple – comento como quien no quiere la cosa, por lo que de inmediato Harry y Sirius lo miraron, uno asombrado y el otro molesto.

- ¡Nadie puede divertirse con esa escoria de magos! – exclamo Sirius molesto.

Harry se encogió sobre el sillón, sin duda no era buena idea decirle a su padrino que se había hecho buen amigo de Draco Malfoy...

- Cálmate Sirius, no tienes por que ponerte así – le dijo Remus con aplomo mientras le dirigía una imperceptible mirada a Harry.

Sirius no dijo nada, solo se cruzo de brazos y miro hacia donde estaba Harry, cosa que lo puso algo nervioso.

- Ya se – dijo Remus intentando llamar la atención del animago - ¿Por qué no vas a pedir algo para cenar? – Sirius lo miro de reojo molesto.

- Si, esa bien – respondió secamente y se levanto para dirigirse hacia la cocina.

Harry y Remus lo siguieron con la mirada hasta que se perdió de vista.

- Al parecer tu si te divertiste¿Verdad, Harry? – Harry lo miro levemente asombrado, pero sin saber que decir – No te preocupes, eres libre de decidir con quién haces amistad, muy independiente de lo que piensen los que te rodean – los que le rodeaban, esas palabras quedaron muy gravadas en su mente...

- ¡Van a venir o no! – les llamo Sirius desde la cocina.

- ¡Ya vamos! – respondió Remus mientras se levantaba del sillón.

- Remus... – le llamo Harry sin moverse del sillón.

- ¿Si? – pregunto el mago mirándole con interés.

- Encontré la Snitch... – le informo mientras la sacaba y se la mostraba sonriendo.

- Es bueno saberlo, de seguro estas contento¿Verdad? – inquirió Remus sonriéndole divertido. Harry solo asintió con la cabeza.


Paso la primera semana y Harry siguió acompañando a Sirius al Ministerio, aun que de vez en cuando prefería quedarse con Neville por que estar rodeado de tantas brujas que solo querían mimarlo como bebe chiquito le enfada.

- ¡Apresura o llegaremos tarde, Harry! – le llamo Sirius desde las escaleras.

- ¡Ya voy! – respondió Harry terminando de abrocharse la túnica para guardar la Snitch en la bolsa.

No había vuelto a ver a Draco después de la reunión familiar de su padrino, y por obvias razones no podía preguntarle a él directamente, de seguro si su padrino se enterara de que tiene relaciones amistosas con algún pariente de su familia se molestaría muchísimo.

- Ya – anuncio mientras bajaba las escaleras lo mas rápido que sus pequeños pies se lo permitían.

- Pues en marcha – le apremio Sirius acercándose a la chimenea mientras se acomodaba la capa.

Algunos minutos después Sirius y Harry llegaron al Cuartel General de Aurores, en donde aquel día había un caos especial: Todos los Aurores iban de aquí para allá, parecían especialmente preocupados y alterados.

- ¿Qué sucede, Sirius? – pregunto Harry mientras ambos intentaban llegar al cubículo de su padrino esquivando gente.

- Luego te lo explicare Harry – respondió Sirius al ver que Joshua se acercaba a ellos apresuradamente con varios documentos en mano.

- ¡Dios santo esto es un caos! – exclamo al llegar a donde ellos estaban mientras le extendía una hoja del periódico El Profeta - ¡Mas de 5 muertos, Sirius¡Y todos Muggles! –

- ¿Muertos? – repitió Harry mientras su padrino leía el titular del periódico que le acababan de dar.

- ¿Se sabe quien fue, Joshua? – pregunto dejando el periódico sobre su escritorio, por lo que Harry aprovecho para agarrarlo.

- No, usaron la maldición imperdonable: Avada Kedavra y sabes que esa no deja marca en la gente – respondió Joshua con un escalofrió – Para cuando llegamos ya no había rastro de quien pudo haber conjurado el hechizo, pero sabemos una cosa, no fue un solo mago, fueron cercas de 3... Y dejaron esa marca – señalo el periódico que acababa de agarrar Harry.

- Harry, no veas eso por favor – le pidió Sirius quitándole el ejemplar de El Profeta en donde se podía ver la imagen de una enorme calavera dibujada sobre el oscuro cielo mientras de su boca salía una serpiente que se enroscaba de manera macabra.

- ¿Qué es eso? – pregunto Harry sin poder contenerse después de que su padrino le quito el periódico.

- Aun no sabemos ni como llamarla – confeso Joshua avergonzado.

- Mira Harry, el Cuartel General de Aurores ahora tiene muchos problemas¿Por que no vas con Violeta al Cuartel General de la Liga de Quidditch de Gran Bretaña e Irlanda? – le propuso Sirius hincándose para quedar a su misma altura.

- Esta bien – accedió Harry encogiéndose de hombros y dando media vuelta para salir del Cuartel general de Aurores.

Sabia perfectamente en donde se encontraba el Cuartel General de la Liga de Quidditch de Gran Bretaña e Irlanda por que mas de una vez su padre lo había llevado, y así era como conocía a Violeta, una bruja muy agradable y cariñosa, quizás a veces demasiado cariñosa para su gusto.

Encogido de hombros salió del Cuartel General de Aurores y se dirigió al elevador, pero al llegar se dio cuenta de que aun estaba muy bajito como para alcanzar el botón de la séptima planta.

- Esto no puede ser – murmuro y se apresuro a salir del elevador antes de que las puertas se cerraran - ¿Cómo se supone que piensa Sirius que le haré para llegar a la séptima planta? – claro, una opción que tenía era quedarse ahí y esperar a que un mago usara el elevador para pedirle que presionara el botón por él, aun que eso podía tardar mucho.

Cruzándose de brazos se recargo en la pared aun lado del elevador esperando a que algún mago pasara, pero tras 10 minutos de esperar nadie paso.

- ¡Que nadie piensa usar el elevador! – exclamo molesto, pensando que después hablaría seriamente con Sirius sobre esto.

- Que estés bajito y no puedas presionar los botones de hasta arriba no es culpa de nadie – le dijo una voz conocida en tono burlón pero procurando no ser hiriente.

Harry dirigió la mirada hacia donde provenía aquella voz, y para asombro suyo vio a Draco Malfoy que se acercaba sonriéndole divertido.

- ¡No es gracioso! – le espeto molesto.

- ¡Oh, claro que lo es! – respondió Draco ampliando aun mas su sonrisa - ¿A que piso querías ir? –

- Sirius me mando con Violeta a la séptima planta – explico con cierto fastidio.

- Si, me imagino que en el Cuartel General de Aurores deben de estar muy ocupados por los últimos atentados que hubo a Muggles hoy en la mañana – comento Draco.

- Así es – confirmo Harry encogiéndose de hombros – De saber que tendría que pasar el resto del día con Violeta me hubiera quedado en casa de Neville –

- Mi papa también anda algo ocupado debido a eso y me dijo que me anduviera por ahí en lo que él termina... ¿Qué te parece si nos quedamos por aquí a platicar? Ninguno de los dos tenemos nada que hacer – le ofreció Draco mirándolo algo inseguro de lo que respondería.

- Mmm, me parece buena idea, de todas formas no tenía ganas de ir con Violeta – respondió Harry sonriendo divertido mientras comenzaba a caminar junto con Draco.


- Sirius¿Ya terminaste el reporte? – le pregunto una bruja bajita de cabellos blancos y ojos azules.

- No Emma, aun me faltan algunas cosas – le dijo Sirius sin mirarla.

- No olvides que al terminar eso deberás ir a la zona de los disturbios por que requieren de tu presencia – le recordó mirándolo con severidad.

- Si, ya lo se – respondió con fastidio.

- Entonces apresúrate – le apremio la bruja antes de irse.

Sirius la arremedo cuando le dio la espalda.


- Si, es mi mejor amigo, lo conozco desde siempre, de hecho vivimos en la misma calle – le dijo Harry sonriéndole divertido mientras jugaba con la Snitch que traía en la mano.

- Ya veo – respondió Draco mirando pensativo la Snitch.

- ¿Qué te pasa? – le pregunto Harry al verlo.

- No nada – respondió el rubio sin darle importancia mientras dirigía la vista hacia otro lado.

- ¿Seguro? – pregunto Harry mirándolo indagador.

- Si – se apresuro a responder secamente.

Harry creyó prudente no preguntar mas al respecto.

- Bueno, ya te conté algo de mi¿Que me dices de ti? – Draco lo miro asombrado.

- No hay nada que decir – respondió lacónicamente.

- ¿Nada? – repitió Harry mirándolo extrañado - ¿Seguro? –

- Si – volvió a responder cortante.

- ¿Ni un amigo...? –

- Los amigos no existen – le interrumpió de mala gana – Solo existen aquellas personas de las que puedes sacar algún provecho... – pero se detuvo al ver que Harry había dejado de caminar y lo miraba con cierta tristeza reflejada en sus verdes ojos - ¿Qué? –

- ¿En verdad crees eso? – le pregunto.

- Bueno yo... – sin saber por que, por primera vez en su corta vida dudaba en responder aquélla simple pregunta.

- Por que yo si te considero mi amigo... – confeso Harry encogiéndose de hombros.

Draco lo miro con la boca abierta, en otras circunstancias habría dicho que eso no le importaba y que para él solo era alguien mas del montón, por que eso le había enseñado su padre, la gente solo servia si le podías sacar algo reprovecho, que no existían estupideces como la amistad o el amor, es mas, que un Malfoy no se enamoraba ni tenía amigos, solo jugaba con la gente y la utilizaba todo lo que podía...

- ¿Y por que me consideras tu amigo? Solo nos hemos visto tres veces a lo largo de la semana, no es como si nos conociéramos de toda la vida – le dijo recordando lo que Harry le había dicho de aquel niño llamado Neville.

- Se que es extraño y de hecho no estoy seguro de poder explicarlo, pero una cosa es segura: Eres mi amigo y te agradezco mucho por que aparte me regresaste algo que es muy importante para mi – le dijo sonriéndole.

- ¿Por qué es tan importante para ti? – pregunto Draco sin comprender aun por que tanto cariño hacia una simple Snitch que cualquier persona podía comprar en una tienda de Artículos para Deportes Mágicos.

- Por que me la regalo mi papa – respondió Harry sosteniendo la Snitch sobre la palma de su mano con orgullo y cariño.

- Eso no justifica el hecho de que sea así de importante, estoy seguro de que tu papa te a regalado muchas otras cosas a lo largo de los años – repuso Draco no muy convencido.

- ¿A todo le tienes que buscar explicación? – le pregunto Harry de mala gana.

- Si – respondió Draco secamente.

Harry suspiro pero no dijo nada, claro que sabia por que apreciaba tanto esa diminuta e insignificante Snitch, pero al parecer Draco no lo comprendería, al parecer Draco no tenía nada que valorara de la misma manera que él y con el mismo sentimiento que él...

- ¿Acaso no hay algo que tu valores o aprecies? – le pregunto algo inseguro.

Draco tardo algunos segundos en responder.

- ...No... – dijo por fin mirando al suelo incomodo.

- ¿Ni un verdadero amigo? Me refiero a alguien en quien confíes plenamente, alguien a quien en verdad aprecies como amigo – inquirió Harry mirándolo con tristeza.

- ...No... – respondió Draco esquivando la verde mirada de Harry.

- A veces es difícil confiar en la gente por que no sabes si mienten o te dicen la verdad, pero también es bueno saber que cuentas con amigos que te apoyan en todo momento – comento Harry mirando hacia la pared como si hubiese algo realmente interesante ahí.

- No lo se... – dijo Draco sin mirarlo todavía.

- Vamos a jugar con la Snitch – propuso Harry intentando cambiar el incomodo tema.

Draco lo miro extrañado.

- Será divertido – se justifico Harry soltándola para dejarla alejarse.

La siguiente media hora se la pasaron jugando divertidos en busca de la Snitch hasta que cansados decidieron sentarse en unas sillas que había en el pasillo del Cuartel General de Aurores.

- Aquí estas Draco – ambos chicos se volvieron al escuchar aquélla voz, pero solo Draco la reconoció y se levanto de inmediato.

- Padre... –

- ¿En donde andabas, tengo mas de 5 minutos buscándote – le dijo mirándolo con reprobación.

- He estado con Harry, papa – explico Draco tratando de no parecer maleducado al dirigirse a su padre, pero pensando si había sido buena idea mencionar que había estado con Harry, pues sabia que su padre tenía gustos demasiado exigentes en lo referente a las amistades de que se rodeaba un Malfoy, y la verdad era que Harry le caía bien y no quería que su padre le prohibiera verlo.

- ¿Harry? – repitió Lucius posando sus grises ojos en Harry – Vaya, sin duda alguna tu debes ser Harry Potter, el hijo del gran James Potter – Harry frunció el ceño confuso, pues Lucius empleaba un tono sarcástico muy peculiar – Bueno, igual es hora de irnos, despídete de tu amigo y vamonos, Draco – y sin decir nada mas dio media vuelta y comenzó a alejarse ante la mirada atónita de su hijo.

- Bueno... ya me voy – le dijo a Harry aun intentando asimilar el hecho de que su padre no le había prohibido verle y muy al contrario lo había catalogado como "Su amigo".

- ¿Puedo escribirte? – pregunto Harry algo tímido.

- ¿Qué? Si, claro – accedió Draco emocionado ante la idea.

- Entonces nos mantendremos en contacto – le aseguro Harry sonriéndole mientras Draco se alejaba corriendo para alcanzar a su padre.

- Así que eres amigo del hijo del famoso jugador de Quidditch: James Potter – inquirió su padre cuando Draco lo alcanzo.

- Si... – respondió preguntándose que quería decir su padre con aquello.

- Sin duda una gran elección, Draco – comento su padre con el mismo tono frió e inexpresivo que tenía su voz.

- No comprendo padre¿Estas de acuerdo en que sea mi amigo? – pregunto aun confuso.

- Es verdad que el hijo de James es un "Sangre Mestiza", pero debemos recordar que los Potter fueron una familia de poderosos y respetables magos, eso sin mencionar que ahora son una de las familias mas ricas y famosas de la comunidad mágica, por lo tanto son demasiado influyente en el medio mágico – le dijo su padre mientras continuaban caminando por el pasillo hacia el elevador – Aun que sigue siendo una lastima que ese idiota de James se halla casado con Lily Evans que es una "Sangre Sucia" teniendo mas de donde escoger, pero bueno, los Potter siempre los prefieren a ellos que son basura del Mundo Mágico... – Draco miro a su padre confuso pero no dijo nada, se sentía alegre de saber que no tenía que dejar de ser amigo de Harry.


11 años, aquella mañana Harry Potter cumplía 11 años, y fiel a su promesa había seguido en contacto con Draco por medio de cartas. No habían tenido muchas oportunidades de verse, pero su amistad se había hecho muy fuerte durante aquellos años, y cuando se veían platicaban de muchas cosas.

Con suaves y limpios movimientos, la hermosa lechuza marrón se poso sobre el alfeizar de la ventana esperando a que le abrieran para permitirle pasar a dejar la carta de la que era portadora.

- Buenos días Lior – saludo alegremente Lily al abrirle la ventana para permitirle el paso.

La lechuza ingreso volando con su suave aleteo y se poso con elegancia sobre el respaldo de una de las silla vacías de aquélla mesa rectangular en donde bien podían caber 10 personas sin empujarse.

- ¡Vaya! El correo llego temprano esta mañana – dijo James sonriendo al ingresar al comedor mientras miraba a la lechuza con gran interés.

- Creo que trae la carta de Hogwarts – anuncio la pelirroja sonriéndole emocionada - ¿Y Harry? –

- Esta por bajar – respondió James quitándole la carta a la lechuza.

- ¿Me hablaban? – pregunto Harry apareciendo en el quicio del comedor. Los años habían hecho la diferencia, aun mantenía aquel aire inocente en sus verdes ojos que brillaban de sobremanera, eso sin mencionar lo guapo que se había puesto a tan corta edad.

- Feliz cumpleaños, Harry – le dijo su madre dejando de acomodar los platos sobre la mesa y dirigiéndose a su hijo para abrazarlo fuertemente.

- ¡Mama, me ahogas! – se quejo Harry.

- Lo siento pequeño – se disculpo su madre sonriéndole.

- Feliz cumpleaños campeón – lo felicito su padre dándole también un abrazo – Por fin tienes 11 años y esto llego justo a tiempo – Harry contemplo extrañado la carta que su padre le extendía.

- ¡Es tu carta de Hogwarts, Harry! – exclamo su madre emocionada.

- ¿En serio! – pregunto sin poder creerlo - ¡Genial¡Se lo haré saber de inmediato a Draco! – y sin decir mas salió corriendo del comedor.

- ¿Draco? – inquirió James mirando a Lily.

- Ni idea – dijo ella encogiéndose de hombros y volviendo a su tarea de acomodar los platos sobre la mesa.

- Espero que no se refiera al hijo de Lucius Malfoy – comento James acomodándose en la silla pensativo – No conozco a ningún otro Draco que sea de su edad y que él pueda conocer... Aun que no estoy seguro de que el conozca a ese niño –


El día paso tan rápido y divertido que nadie lo sintió: Sirius, Remus, Peter y la familia Longbottom asistieron a la celebración que le hicieron James y Lily a Harry, y entre los mejores regalos que recibió figuró la nueva y mas novedosa Nimbus 2000, regalo de James que sin duda supero a los demás.

- Es genial! – exclamo Neville viéndola asombrado cuando él y Harry se sentaron en la sala junto con Sirius, Remus y James.

Lily y Alice (La madre de Neville) se encontraban en la cocina terminando de preparar el postre, pero Frank (El padre de Neville) y Peter habían tenido que abandonar la celebración antes de tiempo por cuestiones de trabajo: El padre de Neville al igual que su esposa eran Aurores, mientras que Peter trabaja en la Oficina Contra el Uso Indebido de la Mágia.

- Sin duda una de las mejores escobas – comento Sirius sonriendo divertido al ver a ambos niños.

- En Hogwarts tendrás mas espacio para poder utilizarla – dijo Remus pensativo.

- ¿Intentaras entrar al equipo de la Casa que te toque, Harry? – le pregunto su padre mirándolo con una mezcla de interés y orgullo.

- ¡Claro! – respondió Harry mirándolo sonriente – Y voy a intentar ganar la posición de Buscador –

- Con los antecedentes que tienes no la tendrás nada difícil – aseguro Sirius sonriendo – Tu padre demostró ser el mejor Buscador de todos durante los Mundiales –

James le sonrió agradecido.

- ¿Y tu Neville? – le pregunto Remus mirándolo con interés. Todos lo miraron.

- También intentare ingresar al equipo de Quidditch de mi Casa, pero buscare la posición de Guardián – respondió Neville sonriendo.

- Pues espero que ambos logren ingresar a la Casa de Gryffindor y al equipo de Quidditch – les deseó Remus sonriéndole.

- Pues yo veo difícil eso de que los dejen ingresar al equipo de Quidditch estando en primero, casi todos los jugadores entran estando en quinto – comento James pensativo.

- Pues quizás quien le batalle será Neville, pero Harry tiene antecedentes históricos y es muy buen jugador, quizás a él le den una oportunidad – opino Sirius mirando primero a Harry y luego a Neville – No lo digo en mal plan Neville, es solo que viendo como están las cosas... –

- Pero el punto es que los dos harán su mejor esfuerzo para entrar al equipo de Quidditch, sea en el año que sea – se apresuro a decir Remus sonriendo.

Ambos chicos asintieron sonriendo.

- Ya esta listo el postre, será mejor que vengan – les aviso Alice asomándose a la sala sonriente.

Media hora después Alice y Neville tuvieron que irse a casa por que Frank había llamado a su esposa avisándole que debía estar en casa para recibir unos documentos de suma importancia que debía revisar, y como ya era algo tarde no permitió que Neville se quedara.

- Bueno, fue una fiesta muy buena – opino Sirius mientras terminaba su postre sentado a la mesa con James, Lily, Remus y Harry.

- Y pronto Harry ingresara a Hogwarts – comento James mirando a su hijo orgulloso.

- Si¿No te sientes emocionado, Harry? – le pregunto su madre mirándolo tiernamente mientras le revolvía con cariño el ya de por si alborotado cabello.

Harry solo asintió, pues en aquellos momentos un halcón ingreso por la ventana abierta y se poso en el respaldo de la silla de Harry con una carta en el pico.

- ¡Por fin respondió! – exclamo Harry emocionado mientras le quitaba la carta a aquella águila.

- ¿De quien es? – pregunto su padre curioso.

- De Draco – respondió Harry sin darle importancia mientras continuaba con la labor de desatarle la carta, razón por la que no se percato de las miradas que intercambiaron los 4 adultos.

- Harry... Cuando dices Draco¿Te refieres a Draco Malfoy el hijo de Lucius Malfoy? – inquirió su padre preguntándose si en verdad quería saber la respuesta.

- Si – respondió Harry logrando quitarle la carta al águila, razón por la cual el ave se apresuro a marcharse orgullosa por haber cumplido con su tarea.

- ¿Y como es que conoces a el hijo de Lucius? – quiso saber su papa.

- Pudieron haberse visto en el Ministerio – propuso Sirius de inmediato; Parecía nervioso e incomodo.

- Pero Harry casi nunca va al Ministerio – dijo Lily pensativa.

- Pues quizás en alguna de las pocas veces que James lo llevo – cada vez Sirius parecía mas nervioso.

- No, lo conocí cuando Sirius me llevo a casa de su familia hace 5 años... – demasiado tarde: Sirius que había levantado las manos para hacerle señas a Harry de que no dijera nada las bajo lamentándose el no haberle dicho nunca que no comentara aquello con sus padres.

- ¡Llevaste a Harry con tu familia! – exclamo James mirándolo molesto mientras se levantaba de la silla.

- Bueno, es que se suponía que estaría todo el tiempo conmigo... – se defendió Sirius.

- ¡Con tu familia! – repitió James aun mirándolo molesto.

- ¡No sabia que lo sacarían de la habitación! – repuso Sirius sin saber que mas decir mientras se levantaba también de su silla.

- ¡Pudieron haberle hecho algo! – volvió a exclamar James sin dejar de fruncir el ceño molesto.

- ¡Yo le dije a Remus que no te haría gracia que lo llevara pero él insistió! – Remus casi se atraganta con la taza de té que estaba bebiendo al escuchar lo que Sirius acababa de decir.

- ¿Yo! – exclamo entre sorprendido y molesto levantándose.

- ¡Te dije que a James no le gustaría nada que llevara a Harry! – se apresuro a decir Sirius señalándolo.

- ¡YA DEJEN DE DISCUTIR LOS TRES! – exclamo de pronto Lily alzando la voz sobre la de los 3 hombres que la miraron entre asombrados y asustados. James mas asustado que asombrado.

- Es verdad no creo que sea el momento adecuado para eso – repuso Remus guardando la compostura algo avergonzado mientras volvía sentarse, cosa que también hicieron James y Sirius.

- No creo que tengamos el derecho de prohibirle a Harry la amistad de Draco... – comenzó Lily, pero James bufo molesto, cosa por la cual Lily le dio un pisotón por debajo de la mesa – Así que lo mejor será simplemente advertirle que clase de gente es esa familia – Sirius tosió algo que se escucho mas a "Escoria", y esta vez fue Remus quien le propino un buen puntapié por debajo de la mesa.

- El caso es... – comenzó Remus dirigiéndole una mirada de advertencia a James y a Sirius - ...Que la familia Malfoy tiene la reputación de ser demasiado selectiva con sus amistades – Harry lo miro confuso.

- Veras cariño – le dijo su madre intentando explicar un poco mejor lo dicho por Remus – Lo que sucede es que las familias Malfoy y Black se distinguen por el orgullo que sienten hacia su "Limpieza de Sangre"¿Comprendes? Gente como esa no suele relacionarse con Magos hijos de Muggles o Magos que pueden llegar a tener parentesco con Muggles, para ellos esa gente es de un rango inferior, gente que no merece llamarse mago –

- Es gente como esa la que los llama "Sangre Sucia" y "sangre Mestiza"¿Verdad? – pregunto Harry comenzando a comprender el punto de su madre.

- Así es Harry, esos términos tan ofensivos son los que suele usar gente como la familia Malfoy o la familia Black, ya que se creen mas dignos y respetables – respondió su madre con seriedad.

- Pero Draco es diferente, no es como su familia... –

- ¡Todos son iguales, Harry! – le interrumpió Sirius cáusticamente – No hay ni uno solo de esa familia que sea humilde, no rodeado de todos esos... – pero antes de que dijera algo mas, Remus volvió a darle un puntapié por debajo de la mesa.

- ¡Tu eres diferente y vienes de esa familia! – protesto Harry molesto.

Sirius se quedo callado sin saber que decir mientras todos miraban a Harry con seriedad.

- Escucha Harry – hablo por fin James mirando a su hijo con aplomo – No creas que con esto te decimos que debes terminar tu amistad con ese chico, tienes todo el derecho de elegir tus amistades; Lo que queremos es que comprendas el ambiente en el que vive Draco y eso puede influenciarlo mucho – Harry miro a su padre con tristeza, comprendía muy bien lo que intentaban decirle, pero se había hecho tan buen amigo de Draco durante aquellos 5 años que no lo podía creer capaz de comportarse como su familia, el era distinto y lo sabia... ¿O no?


Para finales de agosto Harry visito el Callejos Diagon en compañía de sus padres para comprar todo lo necesario para su ingreso a Hogwarts; Ya habían comprado la varita y algunos libros, y mientras su madre terminaba de comprar los ingredientes para la clase de pociones, James lo acompaño a comprar las túnicas para el colegio.

- Iré a pagar, espera aquí – le indico su padre mientras se acercaba a la caja para pagar.

Harry se quedo en donde su padre le había indicado mientras paseaba la mirada por la tienda de túnicas cuando el sonido de la campañilla de la puerta anunciando la llegada de un nuevo cliente lo obligo a mirar quien era la persona que acaba de ingresar. Era una chica de su misma edad; Su enmarañado cabello castaño era del mismo color que sus ojos.

- Buenos días – le saludo Harry sonriendo.

- Buenos días – respondió la chica mirándolo con cierta desconfianza. Llevaba cargando algunos libros y la alargada caja que contenía su varita.

- Te ayudo... – se ofreció Harry apresurándose a quitarle algunas de las cosas que cargaba.

La chica al inicio pareció rehusarse, mas al ver la amabilidad del chico, termino accediendo y dejando de un lado su desconfianza.

- Muchas gracias – respondió sonriéndole.

- No te preocupes. Veo que también será tu primer año – inquirió sonriéndole.

- ¿Cómo lo sabes? – pregunto asombrada.

- Bueno, acabas de comprar tu varita y estos libros serán los mismos que yo llevare – respondió Harry sonriendo.

- Ya veo... –

- Me llamo Harry Potter, mucho gusto – se presento.

- ¡Caracoles hervidos, eres Harry Potter, el hijo del famoso James Potter, el mejor jugador de Quidditch! – exclamo Hermione al reconocer a Harry mientras lo miraba asombrada.

- Si, él es mi padre – respondió Harry sonriéndole divertido: Ya estaba acostumbrado a causar ese impacto al presentarse, aun que no dejaba de incomodarle un poco.

- Me llamo Hermione Granger – se presento la chica emocionada.


- ¡No te creo! – exclamo Hermione sonriendo divertida mientras caminaba al lado de Harry por el Callejón Diagon.

- Si, ya lo veras – afirmo Harry sonriendo mientras la tomaba de la mano y la jalaba con delicadeza por la calle concurrida de magos.

Hermione era hija de Muggles y como no conocía el Callejos Diagon, por lo que Harry se había ofrecido a darle un pequeño Tour después de terminar las compras, así que después de llevar las cosas a El Caldero Chorreante, salieron a pasear.

- ¡Ey¡Harry! – Harry y Hermione se detuvieron cuando Harry escucho aquélla voz levemente familia.

- ¡Draco! - exclamo al ver al rubio acercarse sonriendo, pero éste se detuvo al ver a Hermione de la mano de Harry.

- Lo siento, no quería interrumpir – dijo dándose media vuelta.

- ¡No, espera! – le pidió Harry agarrándolo por la muñeca – No estas interrumpiendo, solo le estaba enseñando a Hermione el Callejón Diagon, si quieres puedes acompañarnos –

- ¿Enseñándole? – repitió Draco confuso - ¿Acaso nunca ha venido? –

- Es que es la primera vez que viene al Mundo Mágico y no conoce muchos lugares – explico Harry sin darle mucha importancia.

- ¿Es la primera vez que viene al Mundo Mágico? – repitió Draco mirando a Hermione repentinamente con cara de asombro y asco - ¿Acaso es hija de Muggles? –

Hermione esquivo la mirada de Draco y se escondió detrás de Harry, quién no paso inadvertido aquel gesto por parte del rubio.

- Si, es hija de Muggles¿Por que? – pregunto mirándolo fríamente.

- No sabia que tuvieras esos gustos, Harry – inquirió Draco mirándolo también con cierta repulsión – Siempre te considere de mejor clase como para juntarte con magos "Sangre Sucia" –

- ¡Discúlpate inmediatamente por lo que acabas de decir, Draco! – exclamo Harry mirándolo molesto - ¡Lo que acabas de decir es ofensivo y no tienes derecho de llamarla así! –

- Y los defiendes – dijo mirándolo asombrado – Quizás me equivoque al juzgarte... –

- Quizás el que se equivoco fui yo – espeto Harry molesto – Creí que en verdad eras diferente de tu familia –

- Soy un Malfoy al final de cuentas, Harry – le siseo dando un paso hacia él con tono amenazante para después dar media vuelta y alejarse dignamente.

- ¡No, eres un imbécil! – le grito Harry colérico.

- Por favor Harry, no te enojes con tu amigo por mi culpa, en verdad a mi no me molesta... – le dijo Hermione con la mirada fija al suelo, pero éste pudo notar sus ojos brillosos por las lagrimas contenidas.

- No llores Hermione, no vale la pena, además, él no es mi amigo...Nunca lo fue en realidad... – le dijo encogiéndose de hombros mientras le daba unas palmaditas para animarla, pues se sentía culpable de lo que acababa de suceder y del mal rato que había pasado la chica...


Al llegar el 1º de Septiembre, James, Lily, Sirius y Remus acompañaron a Harry a la estación King's Cross para despedirlo en el anden 9 ¾ donde tomaría el tren escarlata junto con el resto de los chicos que asistirían a Hogwarts aquel año.

Pasar el anden fue muy fácil, y aquello provoco una rara pero agradable sensación en Harry¡Por fin asistiría a Hogwarts!

- ¡Harry! – aquélla era la de voz de Hermione, que al verlo corrió para saludarlo.

- Hola, Hermione – la saludo Harry cuando se acerco en compañía de sus padres que de inmediato se presentaron a los padres de Harry, a Sirius y Remus.

- ¡Estoy emocionada! – exclamo la chica mirándolo sonriente, pero Harry no tuvo oportunidad de responder, pues alguien a lo lejos comenzó a gritar su nombre y muchas otras cosas...

- ¡Harry¡Harry, por aquí¡Soy Neville, Harry! – si, sin duda alguna Harry reconocía la voz de Neville en cualquier lado, pero era algo incomodo escucharlo gritar teniéndolo a tan solo medio metro de distancia - ¡Estoy súper emocionado¡Nuestro primer año, Harry! –

- Creo que ya puedes dejar de gritar Neville, te escuchamos perfectamente – le dijo Harry sonriéndole incomodo, aun que no era el único, Hermione y los seis adultos que los rodeaban le miraban sonriendo incómodos, y ni que decir de los padres de Neville que venían detrás de él rojos de vergüenza pero súper orgullosos.

- Es mejor que suban – les apremio Lily e cuanto el tren silbo anunciando su pronto partida.

- Es verdad, si suben ahora tendrán tiempo de buscar un compartimiento vació – afirmo Alice sonriéndoles.

La despedida no tardo mas de 10 minutos pero fue muy emotiva, sobre todo viniendo de las mujeres que abrazaron a sus hijos al borde del llanto, de hecho James tuvo que separar a Lily de Harry para que éste pudiera subir al tren.

- ¡Cuídense mucho! – les pidió Alice cuando los 3 volvieron a asomarse para despedirse una vez mas antes de que la maquina avanzara.

- ¡Y pórtense bien, Harry! – exclamo Lily enfatizando el nombre de su hijo mientras lo miraba con severidad.

James y Sirius que se encontraban detrás de Remus y Lily comenzaron a hacer exagerados movimientos con los brazos negando lo que la pelirroja acababa de indicarles.

Harry, Neville y Hermione sonrieron divertidos.

- Esta bien, mama – accedió Harry dedicándole una tierna sonrisa al tiempo que la maquina de vapor comenzaba a moverse.


Harry, Neville y Hermione regresaron al compartimiento y pasaron un buen rato platicando animadamente sobre lo que encontrarían al llegar a Hogwarts y toda la cantidad de conjuros que ahora podían hacer, inclusive aprovecharon para demostrar los conjuros que eran capaces de hacer, pues durante el trayecto del tres se les tenía permitido usar mágia.

Harry y Neville sabían muchos conjuros que la mayoría aprendería hasta segundo o tercer curso, cosa que sorprendió a Hermione, pues ella había leído varios conjuros, pero solo podía hacer la mitad de los que ellos hacían.

- También esta el hechizo convocador – dijo Neville señalando un libro que Hermione tenía en el regazo – ¡Accio libro! – el libro voló hasta las manos de Neville ante el asombro de Hermione.

- Yo lo he intentado pero aun no lo controlo – confeso sonriéndoles mientras intentaba recuperar el libro usando el mismo conjuro, mas el libro se cayó al suelo a mitad del camino.

- Quizás no te concentras como debes – opino Harry a tiempo que los tres reían animadamente, mas alguien interrumpió sus risas al llamar a la puerta.

Era un chico pelirrojo de apariencia torpe y olvidadizo.

- ¿Si? – pregunto Neville mientras los tres lo miraban curiosos.

- Les molesta si me siento con ustedes... Es que... El tres esta lleno... – explico revolviéndose incomodo en su lugar. Daba la impresión de que temía que lo fueran a echar.

- Claro – respondió Harry levantándose sonriente – Pasa y siéntate – Neville y Hermione sonrieron para dar muestra de que aceptaban lo dicho por Harry, así que el pelirrojo entro al compartimiento y se sentó al lado de Hermione sonriéndoles agradecido y algo aliviado.

- ¡Yo te conozco! – exclamo de pronto Neville – Te he visto en el Ministerio, tu padre es Arthur Weasley y trabaja en El Departamento Contra el Uso de Objetos Muggles¿No es así? –

- Si – respondió Ron sonriendo avergonzado.

- A mi también te me hacías conocido – comento Harry sonriéndole divertido – Mira, el es Neville Longbottom – Neville le extendió la mano para saludarlo – Ella es Hermione Granger – Hermione le dirigió una sonrisa que produjo en el pelirrojo cierto rubor que cubrió sus mejillas – Y yo soy Harry Potter, mucho gusto –

- A ti si te conozco, te he visto en el Ministerio en otras ocasiones – le dijo Ron mirándole tímidamente. Harry solo sonrió.

El resto del camino se la pasaron hablando de muchas cosas y demostrando los conjuros que eran capaces de hacer: Harry y Neville destacaban asombrosamente con la cantidad de conjuros que sabían y dominaban a la perfección; Hermione no se quedaba atrás con los conjuros que sabia, pues aun que no eran ni la mitad de los que sabían Harry y Neville, los dominaba perfectamente; Ron fue el único que se mantuvo al marguen, pues no sabia hacer ningún conjuro, y aun que conocía algunos, no podía hacerlos o los hacia mal.

- Vaya, vaya, pero si aquí tenemos a el gran Harry Potter y sus rarezas, quiero decir, amigos – Harry cerro los ojos antes de abrirlos nuevamente y dirigir su mirada a la puerta que se había quedado abierta después de que Ron entrara, conocía muy bien esa voz, pero esperaba equivocarse.

Draco Malfoy los observaba desde el quicio de la puerta sonriéndoles con desprecio y superioridad acompañado por dos niños un poco mas altos y robustos que parecían tener la complexión de gorilas.

- Ahora si estoy convencido de que te gusta rodearte de gente rara, Potter – comento Draco con tono burlón y despectivo mientras contemplaba a Ron y Hermione – Mira que juntarte con magos de clase tan baja como los Weasley... – Ron bajo la mirada avergonzado – ...Y ni que decir de los "sangre Sucia" –

- ¡Largo de aquí, Malfoy! – espeto Harry levantándose molesto.

- Ve a molestar a otro lado, Malfoy – dijo Neville que también se había levantado y parecía molesto.

- No sabia que a los Longbottom también les gustara rodearse de la escoria del mundo mágico – comento sonriendo despectivamente.

- No Malfoy, no nos gusta rodearnos de la escoria del mundo mágico, por eso no somos tus amigos – le dijo Harry mirándolo mas que molesto; En aquellos instantes sus verdes ojos brillaban de rabia, quería golpearlo, lastimarlo para que sintiera lo que él sentía al ser traicionado de aquella manera por quién creía su amigo, pues en verdad pensó que era diferente y le dolía aceptar que se había equivocado, que Draco Malfoy no era su amigo y que nunca lo fue, que quizás solo lo había utilizado¿Qué no era eso lo que el mismo Draco le había dicho años atrás? "Los amigos no existen, solo existen aquellas personas de las que puedes sacar algún provecho..."

- ¿Sabes Potter? Mi papa tenía razón en algo, a ustedes les fascina rodearse de gentuza que no vale la pena y que solo esta con ustedes en busca de algo de honor o respeto – le espeto Draco mirándolo amenazadoramente; En aquel momento toda esperanza de volver a hacer amigos se había esfumado en Draco, pues por segunda vez Harry había demostrado que prefría la amistad de un mago de baja clase a la amistad de un mago de la alta sociedad como lo era un Malfoy, sobre todo era eso lo que le molestaba, que lo había cambiado por esa basura de gente... Pero no era de asombrarse, tiempo atrás su padre se lo había dicho¿O no? "Los Potter siempre los prefieren a ellos que son basura del Mundo Mágico..."

Aquélla tarde Harry Potter y Draco Malfoy se convirtieron en enemigos declarados, marcando su territorio y diferencias, peleando por ser quien sobresaliera, por aclarar cual de los dos era el mejor, por demostrar quien se había equivocado ese día...

End Flash Back

Si, recordaba todo eso, recordaba que fue amigo de Draco durante gran tiempo, pero no podía llamar amistad a aquello¿Verdad? Al final Draco jamás fue su amigo, solo lo uso como ahora usaba a todos esos idiotas que lo rodeaban...

- ¿Harry¿Me estas escuchando? – la voz de Hermione lo saco de sus profundos y mas secretos pensamientos.

- ¿Eh¿Qué decías? – le pregunto mirándola algo desorientado, pues se había dejado perder en aquel mar de recuerdos aparentemente mas tiempo del necesario, pues Hermione, Neville e incluso Ron estaban de pie con las mochilas al hombro.

- Que tenemos clase de Pociones¿Acaso no iras? –

- Quizás esta planeando como escaparse del castigo que Tom les esta preparando a él y a Malfoy – comento Neville burlón.

- Bueno fuera que hubiera una manera de librarse de ese castigo – dijo Harry levantándose de la silla y tomando su mochila para salir de la sala común junto con sus amigos rumbo a su clase de pociones, intentando volver a sepultar aquel recuerdo en lo mas profundo de su memoria, en donde había permanecido por mas de 3 años...


Hola!

¡Uf! Por fin lo termine

Esta largo ¿Verdad? Pero bueno, es que era la introduccion a un Mundo Alterno de como hubiera sido la vida de Harry Potter y compañia si Voldemort no hubiese existido desde antes de que él naciera, asi que contenia datos importantes que debian ser explicados en el primer capitulo, aun que descuiden, como el titulo de la historia lo dice: Al Final No Todo Cambia...

La idea surguio un dia cuando platicaba con una amiga, y como ella me ayudo a fomentar la narrativa y los hechos, pues creo justo que se haga cargo de parte de la historia, asi que este sera un Finc Compartido (Si Malfoy, escuchaste bien, tendras que hacerte cargo del siguiente capitulo... ¡Sorpresa¿A poco no te gusta mi sorpresita? n.n)

Dado que este sera un Finc Compartido, la narratica cambiara capitulo a capitulo; A mi me toco el primero, pero Malfoy escribira el que sigue, asi que esperemos que no se tarde mucho (Por que luego tarda años...Y sabes que es verdad, Malfoy...¬¬)

Espero que les halla gustado el primer capitulo de esta divertida y entretenida historia, yo me despido por de mientras, se cuidan y dejan Reviews! n.n

Atte: Lilit Yuu (Potter) y Aya Katze (Malfoy) n.n