Aquella tarde en el metro - Uhuru-Chan

Advertencias: Boys Luv, AU

Disclaimer: Hetalia y sus personajes pertenecen a Himaruya Hidekaz.

Beta: No tengo, nadie me quiere (?)

Hola hetalianas/os (?) esta es la primera vez que escribo en este estúpido y sensual fandom, hace días que quería escribir algo UsUk, pero tenía el cerebro seco, entonces hoy se mojó con la lluvia y me trajo inspiración xD Es corto porque…bueno ya verán por qué es corto.

¤º~º~º~º~º El Americano º~º~º~º~º¤

Aquella tarde, después de salir de su trabajo, se había puesto a llover violentamente sobre Londres. Era habitual que el día comenzara medianamente despejado y terminara con una torrencial lluvia, pero aquel día Arthur había olvidado su paraguas junto a la puerta de su casa al salir apresurado, y por ende se vio obligado a viajar de vuelta a su hogar en metro, puesto que la estación quedaba mucho más cerca que la parada del bus y no tendría que esperar su transporte bajo la lluvia.

Corrió lo más rápido que pudo, resguardando su bolso negro del agua, llevaba su computadora portátil ahí dentro. Llegó al subterráneo y comenzó a caminar después de sacudirse el agua de la ropa y cabello, pagó su pasaje y esperó el metro. El andén estaba atestado de gente que, como Arthur, había decidido viajar en metro para evitar mojarse de más y enfriarse en la parada del bus. Después de un par de minutos llegó el metro, el rubio subió al vagón más cercano y se abrió paso como pudo entre la multitud para acercarse a un asiento y afirmarse de la manilla que tenía este en el respaldo, se acomodó apenas en el pequeño espacio y suspiró cansado mirando hacia la ventana sin mirar realmente.

Estuvo de pie durante dos estaciones más, entonces el chico que iba sentado donde Arthur se afirmaba jaló su saco con suavidad. El británico bajó su mirada, encontrándose con dos hermosos ojos azules. Arthur tragó con dificultad al ver al muchacho ponerse de pie, demostrando ser un par de centímetros más alto.

-Siéntate- Ofreció el muchacho, sonriendo amistosamente.

-Gra…gracias.

Arthur tomó asiento algo azorado, se había sonrojado y lo sabía, sentía un desagradable calor en su rostro, miró hacia la ventana nuevamente, pero esta vez con intención de seguir observando al americano.

Era rubio, pero de un rubio dorado, no como el suyo que era más bien pálido, tenía rasgos algo aniñados, como si hace poco hubiese dejado de ser un infante, aunque las gafas que llevaba puestas le daban cierto aire de adultez. Su cuerpo no era para nada el de un niño, su espalda era ancha, más que la de Arthur, y parecía que bajo la chaqueta deportiva que traía puesta se ocultaban un par de musculosos brazos.

Dedujo que era americano por que la chaqueta que llevaba era de un equipo de futbol americano, y Arthur pensaba que nadie más en su sano juicio, aparte de los estadounidenses, gustaban de aquel absurdo deporte.

El joven encontró su mirada a través del vidrio y le sonrió cálidamente, Arthur fingió no haberlo visto, concentrándose en su celular que acaba de sacar de dios sabe dónde con una rapidez impresionante.

Pasaron tres estaciones más y la mayoría de la gente comenzó a descender del tren. El asiento frente al suyo se desocupó y el muchacho americano se sentó en él, dejando a una señora molesta, puesto que estuvo a punto de ocupar el lugar. Al final ella caminó hacia otro asiento vacío mientras despotricaba contra la juventud de hoy en día.

Arthur se sentía agitado, levantó un poco su mirada sin ver directamente a la cara del chico, él en cambio lo estaba mirando sin disimulo alguno, poniendo nervioso al mayor. El celular del menor comenzó a sonar y este contestó algo lento, Arthur abrió su bolso solo para disimular, en realidad estaba más interesado en la chillona voz del americano, quien hablaba algo sobre que no se perdería.

Solo faltaban dos estaciones para llegar a su casa, no resistió la tentación y dirigió sus verdes ojos al atractivo rostro del menor. Por suerte él estaba mirando un papel que había sacado de su bolsillo, tenía un pequeño plano dibujado en él. Arthur miraba extrañado el mechón rebelde que se erguía sobre su cabeza y que se agitaba cada vez que su dueño se movía. El menor guardó el papel y su celular y devolvió la vista a Arthur, le hizo sentir un cosquilleo en el estómago cuando le sonrió, pero el británico no siguió haciendo frente a aquellos azules ojos, por el contrario, huyó de ellos.

Arthur se puso de pie y se acercó a la puerta justo cuando esta se abría, salió casi corriendo y después de ello entró un puñado de gente desesperada por conseguir un asiento. No iba a voltear, pero de todos modos la tentación de mirar fue más fuerte y se giró para verlo a través de la ventana. Estaba de pie frente a la puerta que se estaba cerrando y le miraba con tristeza, se arrepintió de haberse bajado, caminó inconscientemente en dirección al tren, pero ya se había puesto en marcha, y lo último que vio fue como el americano sonreía apenas con su mano derecha sobre el vidrio.

El metro se alejó y aquella tarde en el metro fue la primera y última vez que lo vio.

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Bueno, eso fue la primera parte, falta la de Alfie.
Yo creo que a todos nos ha pasado alguna vez que nos enamoramos a primera vista en el bus o en la calle, la otra persona también nos mira y nos damos cuenta y al final nadie habla, es triste pensar en el que pudo haber pasado, ¿No?, creo además que nunca he leído sobre este tema en el fandom :3

Algo cortito para probar, mañana subo la otra parte, me da flojera pasarlo al netbook ahora.

Leave me a review, quiero saber opiniones de si estuvo bien o de si dejo el fandom por la paz xD (Y si es que me equivoqué en alguna palabra)
Bye bye my dears.