Advertencias: Los personajes son de Stephenie Meyer, la trama de la historia es mía. Todos son humanos, y poco (nada) tiene que ver con la trama de libro. Contiene escenas explícitas entre Bella y varios personajes, así como de Edward, abstenerse si buscas una historia totalmente romántica.

EL PADRE, EL HIJO Y EL OTRO HIJO

El señor y la ex-señora Cullen tienen tres adorables hijos: Edward de 19, Bella de 17 y Jasper de 16. ¿Pero que pasa cuando todo se enreda si Bella no es exactamente hija de ellos?

CAPITULO PRIMERO: LA HIJA

Habían vivido años. Siglos sin su madre. Carlisle y Esme Cullen se habían divorciado cuando el pequeño Jasper tan sólo contaba con 4 años. Edward trataba de recordar solo dos cosas. Sí es que había necesitado a su madre alguna vez y si recordaba alguna época todos juntos. Él se había críado desde los 7 años solmamente con hombres. Carlisle, Jasper y Edward conformaban un hogar solo de varones, con sus propias reglas autoimpuestas, y sin consideración a los ciclos femeninos, porqué simplemente habían pasado la mayor parte de su vida sin ellos desde que Esme se fue un día con las maletas y con Bella, su hermana de cinco años, insoportablemente tímida para él.

Por eso él y su hermano menor se sorprendieron cuando exactamente un día antes, Esme había llamado a Carlisle. Con mucha urgencia e insistencia.

- Ya sé que no te he visto desde casi 12 años, pero en verdad, necesito de ti- Esme en verdad sonaba desesperada. Carlisle insistió en que le explicara su problema, pero ella insistió más en que tenía que ser personal. - Te haré una visita mañana. Estoy tomando el primer vuelo hacia Fairbanks- y no dijo más. Carlisle no pudo negarse; a pesar de ser soltero y tener cosas de solteros, seguía siendo en muchos sentidos un caballero.

Y así, estaban los tres esperando la llegada de Esme desde el mediodía. Calculaban que esa sería la hora apróximada de su aterrizaje a Alaska, Fairbanks, una de las ciudades más frías de América. Carlisle era ya un hombre maduro que rozaba los 40 años, aunque a sus 38 años, tenía un aspecto maduro y jovial, que junto a su aspecto físico bien conservado hacían de él una fisonomía muy agradable de ver. Y que decir de sus dos muchachos. Edward, el mayor, tenía 19 años, el cabello cobrizo como su madre, tal vez el único rasgo distintivo que conservaba de Esme, y unos ojos verdes brillantes, que contrastaban muy poco con los verdes acuosos de su hermano menor, Jasper, de 16 años, rubio como su padre.

Carlisle se consideraba muy afortunado ante todo, aunque cuando tan solo habían pasado 6 años de matrimonio cuando Esme decidió que estaba harta de la ciudad de Alaska y sobretodo de las infidelidades de su marido. Esme era demasiado insegura, lamentaba Carlisle en ese entonces. Finalmente casi ninguna de esas atribuciones eran ciertas, pero fueron lo suficientemente convincentes. O al menos eso decía Esme. No tuvieron una lucha campal por los niños. Ella simplemente se llevó a Bella. Y claro, Esme siempre en todas las fechas importantes les envíaba dinero a sus hijos para regalos y para que compren sus pasajes a Boston. Pero ellos nunca iban y ella nunca reclamaba. Le sacaban un mayor provecho a ese dinero y ella parecía simplemente agradecerlo. Su trabajo como cheff principal en un gran restaurante de Massachussetts le era increíblemente redituable pero increiblemente agotador. A penas si sus hijos por raro interés le planteaban un viaje, ella siempre decía "¿No puede ser el próximo mes? ¡Este mes es el Gourmett Salad! ". Pero no se quejaban, porqué si la casa de Carlisle Cullen eran una de las mas bellas, mas conservadas y con tecnología más avanzada, salía del bolsillo de la Señora Esme. Aunque Carlisle aportaba lo suyo con sus consultas médicas. Y con Bella, no la habían visto nunca. Literalmente nunca. Siempre en los cumpleaños escuchaban simplementes dos frases femeninas tibias y sin interés: "Feliz Cumpleaños hermano" y "Gracias". Cada vez menos chillona mientras pasaba el tiempo. Y cuando Carlisle le planteaba el viaje, la situación era similar que la de los chicos. A diferencia que ella demostraba casi nulo interés.

Así era su vida, no se quejaban nunca. Entonces sonó el timbre.

-Yo abro- anunció Carlisle mientras se levantaba. Ambos adolescentes se revolvieron cómodamente en el sofá a la espera de ver a su madre llegar. El doctor abrió la puerta pero la imagen que encontró no era lo que había esperado. Esme estaba ahí sí. Pero detrás suyo había una muy agraciada adolescente de cabellos castaños, ojos color chocolate y mirada sufrida. No quería estar allí. Tenía los labios apretados con incomodidad mientras en ambas manos, tenía dos maletas que a simple vista estaban muy llenas, a diferencia de Esme que simplemente cargaba un bolso de cuero. Y tenía la cara transfigurada de preocupación

-¡Me han estafado!- anunció Esme sin dirigir ni un saludo de frente a Carlisle.

-Hola Esme- dijo Carlisle casi por inercia. Se fijo en Bella y luego en Esme y con toda la tranquilidad del mundo preguntó - ¿Qué sucede?

-TENGO QUE HABLAR SERIAMENTE CONTIGO- Carlisle estaba seguro que Esme estaba al borde de la desesperación. Sin decir nada, la agarró por ambos brazos y tranquilamente la sentó en medio de Jasper y Edward. Bella no movió ni un músculo. Parecía avergonzada por la actitud de su madre.

-¿Quieres discutirlo aquí en familia, o prefieres que sea en privado? - dijo Carlisle tratando de tranquilizarla. Su antigua esposa pareció reparar en que no estaba sola. Y miró a sus dos muchachos.

-¡Dios Bendito!¡Qué Grandes!- y por primera vez en todo el día, en meses, sonrió aliviada, llenando de besos a su cobrizo hijo y a su rubio hijo respectivamente. Luego de apapacharlos, miró al doctor que estaba complacido mirando la escena. - Preferiría que fuera en privado- mencionó más calmada y estiró su elegante cuello al fin de poder ver hacia la entrada -Querida, Isabella no te quedes parada ahí. Entra-

-Bella- masculló la adolescente. Y Edward constató que era la misma voz del télefono, solo que esta vez sonaba con mucha más vida. La castaña arrastró sus maletas hasta la puerta y miró a sus hermanos con ligero enojo - Si me ayudan...-

Edward y Jasper se miraron entre sí, y se levantaron a ayudarla en silencio. Entonces Carlisle reaccionó.

-¿Porqué Bella tiene maletas?- miró hacia Esme, que parecía perder la calma nuevamente

-Justamente de eso, te quiero hablar-


Estaban los dos mayores solos. Habían despachado a sus tres menores hijos hacia el supermercado de la plaza central a que vayan a comprar snacks y soda para festejar la llegada de los miembros femeninos de su disfuncional/ o funcional familia. Esme estaba sentada en un sofá, y Carlisle en el otro. Ella se retorcía de nervios.

- Le has dado un buen uso a mi dinero. La casa te ha quedado bellísima- dijo Esme mirando alrededor atentamente - ¿Contrataste a un diseñador de interiores?

-Se llama decorador- corrigió él. - Y no. Esme- dijo llamando su atención - Ahora dime que sucede. ¿Porqué Bella trajo maletas?¿Tú no te piensas quedar?

-¿Yo?¡Por supuesto que no!- anunció ella, riendo casi a la posibilidad a pesar de estar a punto de entrar en un estado de histeria - Mi vuelo sale en cuatro horas-

-¿Y Bella?- comenzó Carlisle. Esme cambió de semblante.

-Ese es otro asunto- carraspeó y miró alrededor asegurandose lo dos estar solos. Rídiculo, pensó Carlisle.

-Quise comprar un departamento en el centro de Boston que estaba a un maravilloso precio a un tal J. Jenks - Esme escupió las ultimas dos palabras -Sin embargo, debí sabes que tanta maravilla no podía ser cierta. Ese maldito, luego de cobrar mi cheque de adelanto, se fugó. La policía lo esta siguiendo.

-¿Cuánto diste de adelanto?- preguntó Carlisle cruzando los brazos. Esme pareció entrar a un grado más de histeria

-dos..-musitó. Carlisle veía venir lo peor.

-¿10...qué?-

-10 millones...-

-¿DIEZ MILLONES?- Carlisle miró incrédulo - ¿Como es posible que tengas esa cantidad en efectivo de dinero?-

-Eso es lo grave - dijo Esme estrujando su cartera de cuero. - Obviamente es una cantidad magistral de dinero - Carlisle coincidió con ese apunte - Pero es una gran parte de mis ahorros. Y de préstamos al banco-

-¿Y que tiene que ver esto con Bella?- preguntó Carlisle temiendose lo peor.

- Pues, 10 millones no se hacen humo de la noche a la mañana, así que la polícia confía en encontrar con el paradero de ese miserable...- empezó Esme - Apenas notifiqué el robo, el banco consideró que no sería capaz de pagar la hipoteca, así que se adueñaron de mi departamento antiguo - Esme suspiró lamentando su mala suerte- Y bueno, ahora mismo no puedo sacar más dinero del banco por el lapso de un mes, debido al préstamos, tengo que esperar un tiempo. Pero tengo en efectivo para vivir holgadamente en un hotel de Manhattan. El problema es, que desean los registros de la familia... TODA la familia. Y bueno, tengo que buscar a quien-tu-ya-sabes...nosé si logras comprender el riesgo que me quede con Bella en Boston

Y Carlisle comprendió la gravedad del asunto. Asintió.

-Ella aún es menor de edad y me la pueden quitar- Esme se mordió los labios - Así que necesitamos encontrarlos ya. Y probablemente tengamos que decirle la verdad. Los dos- apuntó Esme. Carlisle se quedó pensativo. Entonces se le ocurrió una idea.

-Esme, ¿y si viajó contigo?- ella rió ante la posibilidad

-¿quieres una reconciliación? -se burló

-No, quiero ayudarte- contestó él. Esme lo miró - Creo que puedo ayudarte a ubicarlos. Mientras tu ves todo el problema legal.

-¿Y los niños?- preguntó Esme no muy segura.

-Edward tiene 19 años. Y cualquiercosa pueden esconder a Bella, o pásarla por una prima. No te preocupes. A Ella le diremos que tienes un problema legal y que podrían llevarla a un centro de jóvenes. Te apuesto que accederá rápidamente a mi propuesta-apostó el rubio. Ella sabía que el tenía razón. Y respiró de alivio

-Gracias Carlisle, me has caído como un ángel del cielo-


Habían estado exactamente treinta minutos en el supermercado. Bella no había emitido ni una sola palabra, y Jasper estaba haciendo gala de sus habilidades con las guapas y regordetas cajeras. Edward solo había observado a su hermana.

Cuando regresaron, se hallaron con la sorpresa de que ambos padres iban a viajar. Y los tres sintieron inmenso alivio al sabes que estarían solos por lo menos unos días. Le explicaron a Bella sin mucho detalle la situación, y quedaron en que harían pasar a Bella como una prima. Bella totalmente muda y afirmativa. Cuatro horas luego, estaban solos tres adolescentes. Edward, había recibido instrucciones en colocar las cosas de Bella en el cuarto que siempre estubo reservado para ella, pero que nunca tuvo uso. La cama estaba prácticamente nueva, y se veía bonita a ojos femeninos, con esa colcha fucsia con detalles florales. Bella pareció pensar lo mismo.

-No es lo mismo que Boston, pero parece agradable- comentó porfin.

-Tú no hablas mucho verdad...-comentó hoscamente Jasper, quien estaba de brazos cruzados mirandola desde el marco de la puerta. Edward, quien estaba adentro con Ella, lo miró con los ojos entrecerrados a modo de advertencia.

-Solo soy sincero- se defendió ante las mudas amenazas del castaño. Bella rodó los ojos.

-No se peleen por mí- dijo mientras se sentaba probando la cama - Sería bueno llevar la fiesta en paz.

-Esta bien Holly- dijo Jasper, dejando de apoyarse y con una sonrisa de medio lado. Bella y Edward lo miraron directamente

-¿Como me llamaste?- dijo Bella frunciendo el ceño. Nisiquiera sentía que fueran sus hermanos.

- Holly- repitió el rubio. Miró las expresiones faciales de sus hermanos y lanzó una carcajada - Holly Cullen, nuestra adorable prima, ¿recuerdas?-

-Lo que no recuerdo es haber abrido un debate de mi pseudo-nombre- dijo Bella arrugando la nariz.

-¿Entonces cual quieres escoger?- concedió amablemente Edward. Bella encogió los hombros. No lo había pensado. Sopesó el nombre que le dió Jasper y suspiró exasperada.

-Holly esta perfecto-

-Bien- dijo Edward

-Bien- agregó satisfecho Jasper

-¿Bien?- añadió inseguramente Bella.

Tres adolescentes solos con sus padres a miles de kilómetros. Iban a ser unos interesantes días. Y aún entre ellos mismos no se concían. Todavía.


Hola, hola, hola. Por primera vez, voy a meter en una historia a papi Carlisle, a Edward y a Jasper, estoy acostumbrada a escribir sobre parejas nada cómunes, pero este bebé literario es una excepción... o algo así. Este fic es corto, máximo seis capítulos y ya desde el segundo las cosas se ponen interesantes. Como siempre, dejen reviews, para saber si esto sigue o va directo al borrador. Se que recién he colgado otra historia, pero así es la inspiración NUNCA SE DEBE CORTAR. Así que tomates, reviews, destructivos y constructivos :3 los espero en la próxima actualización y disfruten de este pequeño capítulo.