Hola, aquí Interval. Hoy (en Japón) es el octavo aniversario de Luka, así que decidí esforzarme un poco y hacer esta historia. Hace meses que no escribo nada, así que las formas narrativas pueden parecer algo…raras. A esto se suma que escribí desde los puntos de vista de Miku y Luka a la vez sin recurrir al "POV".

Sé que el titulo suena mal, pero es una historia bastante…curiosa. Siempre quise escribir sobre Magnet, pero no hallaba como hacerlo, así que espero que disfruten de mi versión de secuela para la canción. Tendrá tres capítulos, pero para su tranquilidad, el resto está listo. Aunque el dos y el tres aún son borradores, así que puede que los termine y suba durante la semana.

Disclaimer: Ninguno de los personajes de VOCALOID me pertenecen, ellos son propiedad de Crypton Future Media, Internet Co. Ltd., AH Software y 1st Place. (De cierta forma esto es un spoiler, jaja). La historia sí me pertenece, si deseas publicarla en otro sitio por favor pide mi consentimiento primero, o mínimo, dame los debidos créditos.


1. Mariposa de reencuentro

Atráeme a ti, como lo haría un imán…Incluso si un día nos separamos, nos volveremos a encontrar. Ya te he tocado, no puedo retractarme, y está bien que así sea…Ya que tú eres lo más preciado para mí.

—¿Uno…dos…? No, cuatro…han pasado cuatro años desde que me atreví a compartir semejante frase con lo que pensé que era…y sería…el amor de mi vida… —La pelirrosa suspira frente al espejo. —Déjalo ir, Luka…deja ir ese recuerdo adolescente, ella no va volver a ti, y tú tampoco tienes la forma de volver a ella…

Resuena un golpe seco. Es un puñetazo de frustración contra el espejo tras un monólogo que se repite cada cierto tiempo en la vida de Luka, una mujer de 24 años actualmente empleada en el rubro del modelaje.

—¡Aaaagh…maldición! Soy tan estúpida… —Revolviéndose los cabellos intenta sacar el enojo hacia sí misma. Suspira nuevamente, esta vez como si estuviese liberando una gran carga de sus pulmones. —¡Bien! Es hora de ir a trabajar.

Sale del baño, se arregla y se dispone a salir. Pero da un leve giro y regresa. Ha olvidado el perfume; una mujer madura como ella no puede olvidar un punto de encanto tan crucial como ese, aún si todo lo que logre atraer sean…hombres…

Levanta su muñeca izquierda para ver la hora, el episodio lamentable de la mañana le ha costado un leve retraso. Mira dubitativa la parada del bus y la estación de metro que se encuentra a metros de su apartamento. Al final opta por parar un taxi, ¿qué más da? Que lo pague la agencia, después de todo ahora es una modelo importante.

En la parada del bus una joven de cabellos aguamarina termina de bajar sus maletas de un bus. Mira a su alrededor algo confusa y cansada, acto seguido saca su celular para revisar una dirección. Mira el complejo de apartamentos y la estación de metro, luego gira y encuentra otro edificio de apartamentos. Es más antiguo que el que ha visto segundos atrás, pero es el que concuerda con la descripción.

—¡Miku-chan! —Una voz masculina joven la llama desde la dirección en la que debe ir.

—¡Ah, Len! —No alcanza a decir nada más debido al amistoso abrazo que ahora la envuelve. —Ha…pasado mucho tiempo…

—¡Ah, esto…n-no es lo que parece! Quiero decir…no era con esa intención…yo ya…superé el rechazo a mi confesión en preparatoria… —Len se revuelve los cabellos rubios de la nuca nerviosamente mientras intenta explicarlo todo con una sonrisa temblorosa.

—¿En…serio? Qué bueno… —Miku le devuelve una sonrisa neutral para luego susurrar. —…es poder superar cosas de preparatoria…

—C-Como sea…¿vámonos? Rin ya ha preparado el almuerzo… —Continua Len mientras toma dos de las tres maletas de Miku. —Debo reconocer que ha sido raro ver tanta comida en una sola olla…¡Pero no es que me moleste! Porque ahora estaremos juntos de nuevo...como en esos tiempos…

—Gracias…—Dice mientras toma la su última maleta, moviendo con la mano libre sus mechones aguamarina.

—No es nada…pero, ¿cómo es que tu padre ha accedido a esto?

—Está enfermo…tanto que mamá decidió volver para cuidarlo. Realmente no sé en qué estado está, tampoco es que me importe ahora, pero mamá me ha dicho que lo mejor para mí en este momento es empezar a hacer mi vida…de nuevo…

—Y-Ya veo. Bueno, entonces… ¡esforcémonos para tener una buena vida como adultos!

Ambos parten hacia el viejo complejo de apartamentos. Al llegar experimenta un leve deja vu al ser contenida amistosamente por Rin, la hermana gemela de Len. Luego de eso es prácticamente obligada a desempacar todo e instalarse en lo que será su nueva habitación.

Originalmente la intención de Miku era alquilar una habitación lo más barata posible para así tener más ahorros disponibles, lo que se traduciría en tener más tiempo para buscar un trabajo más digno que los que ha tenido en los últimos tres años. Pero la vida es caprichosa, motivo por el cual sus nuevos caseros terminaron siendo sus compañeros y amigos de preparatoria…los únicos que le quedaron tras el impulsivo "accidente" que interpretó en la entrada de la escuela en su segundo año. Ambos se negaron a aceptar la cuota original de alquiler, por lo que el trato fue cooperar en el hogar. Y si bien agradecía su calidez y amabilidad, el extraño frío que la llevaba invadiendo desde hace cuatro años parecía no disminuir en absoluto.

Cuando termina la enérgica invasión a su nuevo espacio personal se lanza hacia la cama, girando para poder ver el techo. Hoy su mente está más agitada de lo normal. Le angustia el hecho de empezar una nueva vida…libre. Simplemente suena demasiado bueno para ella, además ¿de qué le sirve tener tanta libertad? Si la única persona capaz de arrebatársela ya no está con ella…y no volverá. Cierra los ojos, dejando que un recuerdo termine por dominarla.

¡Luka! —Gritó al tiempo que se lanzaba hacia la esbelta figura femenina que se hallaba a un costado de la entrada de su escuela. —Realmente viniste…

Si tú me llamas, yo iré. —Respondió la aludida mientras correspondía el abrazo. Luego acercó su cara hasta el oído de Miku, agregando. —Eres mi dulce mariposa, ahora que te has posado en mí no hay manera de que no vaya hasta ti.

Y tras eso no había nada más que decir, solo quedaba soltarse, cogerse de las manos y caminar juntas hasta el parque. Pero hoy Miku tenía ganas de algo más antes de eso, quería hacerlo, en su pecho ardía la necesidad de hacerlo. Y lo hizo. Al separarse cogió la cara de Luka con ambas manos y la besó, y la siguió besando…hasta que los murmullos a su alrededor hicieron que volviera a la realidad. La cara de su novia estaba pálida y sus ojos nerviosos iban de un lado a otro. Le cogió la mano bruscamente y ambas huyeron a paso rápido, como si fuesen responsables de una atrocidad para la humanidad.

Golpes en la puerta interrumpen su memoria, hace pasar a Rin. La rubia le indica que irán a comprar, preguntándole si puede preparar el almuerzo entre tanto. Miku mueve la cabeza suavemente para señalarle que sí, la chica le sonríe ampliamente de vuelta y cierra la puerta. Suspira y se levanta, pensando que ya no tiene caso seguir recordando a Luka, sin importar si son recuerdos buenos o malos con ella.

Cuando el reloj de la oficina marca la hora de almuerzo Luka se encuentra terminando la sesión de fotos de una lencería de temporada…junto a un hombre...La cabeza le duele, últimamente todas las sesiones de fotos sobre lencería de esa marca debe hacerlas junto a un modelo masculino. ¿Eso hará que los hombres les compren los conjuntos a sus novias u amantes? No lo entiendo del todo, suspira involuntariamente.

—¿Está cansada, Megurine-san? —Le pregunta atentamente el hombre sobre el que se haya sentada.

—Ah…no…—Pasan un par de segundos y la serie de flashes a los que ya se acostumbró hace mucho tiempo la inundan.

—¡Bien, terminamos! —Grita el líder a cargo de la sesión. —Muchas gracias a ambos modelos por su paciencia.

Apenas escucha eso Luka baja de los muslos de su compañero de trabajo, al levantarse nota que una asistente ya le está colocando la bata. Con ella ya puesta camina hacia una improvisada mesa de buffet para buscar agua. Mientras se acerca escucha la voz del director de la agencia. Lo mira de costado para luego proceder a comer un par de galletas.

—¡Ah, director Kamui! Que oportuna visita, ¿quiere ver las fotos? —Le pregunta amistosamente el fotógrafo.

—Por supuesto... —Se encorva un poco para mirar la pantalla, como hoy lleva el cabello suelto varios mechones morados se escapan hacia adelante. —…Veamos si la extensión de la sesión ha valido la pena…

Pasados unos minutos vuelve a tomar una postura erguida, acto seguido recorre el set con la mirada. Al encontrar su objetivo le susurra un par de cosas al fotógrafo, este y un par de asistentes se alejan de la pantalla del equipo en que antes han estado viendo las fotografías.

—¡Luka!, ven aquí ahora! —Grita con voz firme, pero no molesta.

—Eh… —Confundida avanza hacia el director. Al llegar nota que este está haciendo zoom a una de las fotografías, para luego señalar con sus dedos su rostro.

—¿Puedes explicarme que significa esto?

—¿No le ha gustado ese tipo de expresión para la sesión, director Kamui? —Pregunta tranquila, ya se le ha hecho costumbre que Kamui la regañe cada vez que hace una sesión con una pareja masculina.

—Ese no es el punto…Pero siento que estás demasiado entregada, como rendida ante el hecho de que tu pose está invadida por la presencia de Kyo, ¿Siquiera intentaste alguna postura en la que pudieses sacar a relucir el aspecto dominante que te caracteriza? Porque lo único que me inspira esto es que quieres acabar lo más pronto posible e irte a casa…No es malo, pero se me hace simple…¿Me entiendes?...Hey, ¿por qué estás haciendo esa cara?

—¿Qué cara? —Luka no ha notado en absoluto que su ceño está fruncido y que sus labios se muestran reacios a hacer una expresión que no sea de rechazo.

—Luka… ¿acaso estás cansada de ser modelo? —Interroga Kamui mientras se acomoda los mechones tras las orejas.

—No, en absoluto. Estoy agradecida de la oportunidad que me ha dado, en serio.

—Entonces dime que te está pasando… ¿No te gustan este tipo de sesiones? ¿Es cosa del personal? —Hace una pausa para acercarse más a ella y susurra. —¿El modelo de hoy te desagrada?

—No es eso…es solo que… —Luka corta su frase, duda antes de terminar. —No me gustan los hombres.

—Ya veo. —Responde secamente el director tras unos segundos de crudo silencio. —Si reemplazo todas las publicidades de lencería con hombres por mujeres, ¿estarás bien?

—¿Perdón?

—Tal y como has escuchado, si dejo de emparejarte con hombres ¿podrás volver a tu nivel habitual?

—Eso…creo…

—Dilo sin dudar o no te creeré.

—Sí. Estaré bien si me hace trabajar solo con mujeres.

—Bien. Entonces tendrás que quedarte un poco más hoy, porque una nueva modelo necesita una pareja para promocionar ropa de estación.

—Entiendo.

Tras cambiarse se dirige a la zona de descanso, que tenga que quedarse hasta no es sinónimo de que su agenda esté precisamente llena. Mira el reloj. Podría almorzar, pero no tiene suficiente apetito. Se acuesta en el sofá y suspira, esperando que el director no haya entendido sus palabras de la forma en la que ella las entiende. Mira el techo y comienza a pensar en su primer encuentro con Kamui, cuando era una recién llegada en el distrito.

Tú, la que está barriendo. —Escuchó desde uno de sus costados mientras barría la entrada del minimarket en el que había logrado ser aceptada.

¿Sí? —Al girarse se topó de frente con un rostro algo afeminado que la miraba con detalle. —D-Disculpe… ¿podría alejarse un poco?

¿No te interesa convertirte en modelo? —Preguntó al tiempo que tomaba la cara de Luka con una de sus manos, examinando sus labios y ojeras con sus dedos. —Estás algo…arruinada, pero veo potencial en ti.

¿E-Eh? —Luka lo apartó tras reponerse de la sorpresiva pregunta y actitud del desconocido.

Mi nombre es Gakupo Kamui, soy director de una agencia de modelaje, esta es mi tarjeta. Si te interesa trabajar conmigo ve a esa dirección.

Yo no…

¡Ah! Pero si vas a aparecer más te vale arreglar esos labios partidos y esas ojeras de oso panda…¡Y tus uñas! Asegúrate de que tengan un largo decente.

Comenzó a reír levemente. Esa sí que había sido una fuerte impresión. Recuerda pensar cosas como ¿aquella persona era un hombre o una mujer?, e indignarse al ser descrita como "arruinada"; si bien por aquel entonces era la encarnación de dicha palabra. Pero aun así decidió intentarlo. Su jefe no expresó problemas, diciendo que "prefería verla trabajando en eso antes de verla pudrirse en un minimarket". El director Kamui resultó ser bastante amable, aunque excéntrico en la misma medida. Sin darse cuenta el tiempo avanzó, y pasó de ser una novata desconocida a una modelo veterana que salía en varias revistas mensuales y semanales.

—¿Te importaría compartir el chiste conmigo, Luka? —Pregunta una voz femenina madura.

—Meiko-san…no sabía que hoy estaría aquí.

—La sesión se hizo más corta de lo que esperaba, eso es todo.

—Como se esperaba de usted…

—Oh, basta. Tú y yo estamos al mismo nivel ahora.

—No, no…a mi aun me falta madurar…sobre todo en lo que respecta a trabajar con hombres…

—¡Megurine-san, necesito que reemplaces a Merli, su sesión de "Bodas de Primavera" se alargó y la agencia que nos contrató no quiere reagendar! —Gritó la subdirectora desde una de las puertas que conectaba la sala con los sets.

—Voy…Ah, Meiko-san, lamento que nuestra conversación termine así.

—No te disculpes, ve y haz lo que mejor sabes hacer. —Le dijo amigablemente mientras le guiñaba un ojo.

Ser reemplazante de sesiones también era algo a lo que ya se había acostumbrado, pero la temática de hoy sin duda la ha tomado por sorpresa.

—"Exotic Arabic" ¿Qué demonios significa eso?

—Es para promocionar afrodisiacos importados desde esa parte de Oriente… —Le susurra una de las asistentes al ver que Luka sigue mirando las escasa partes de su traje.

—Agh…

—Esfuércese, Megurine-san, la subdirectora cuenta con usted.

—Lo sé, lo sé…

Y así es como Luka se ve envuelta nuevamente en lo que ya es su trabajo regular. La sesión se retrasa por una serie de motivos, y su dolor de cabeza empieza a aflorar de nuevo. Debido a las constantes interrupciones no puede ponerse la bata, y el aire acondicionado comienza a calarle la piel de una forma para nada agradable. Ve a los fotógrafos susurrar.

—Ahm…Megurine-san, no es nuestra intención retenerla en exceso, pero sucede que para el tipo de producto necesitamos algo más…atrevido.

Luka arquea una ceja, haciendo caso omiso del resto del discurso de los fotógrafos. Está cabreada. ¿Más atrevido? ¿Acaso la sobreexposición corporal en la que se encuentra no es suficiente? Suspira amargamente.

—¿Qué tal esto? —Pregunta al tiempo que se sienta sobre la mesa, pasando a llevar algunos objetos de escenografía al abrir sus piernas. Acto seguido coloca sus manos al frente, exponiendo su pecho. —¿Esto es suficiente?

—¡S-Sí, gracias! —Tras una pausa por pura debilidad masculina el fotógrafo reanuda sus tareas. Luka rueda sus ojos con expresión asqueada antes de hacer una cara que vaya acorde con su pose actual.

—¡Waaah, que erótico! —Escucha desde la entrada, pero no se gira a mirar hasta que el fotógrafo da por terminada la sesión. Al hacerlo nota que el director Kamui se encuentra junto a la mujer de la que ha de haber venido tal comentario.

—Luka, que bueno que ya terminaste. —Dice el director con tono amistoso, dándole una suave palmada en su hombro. —Esta es Lily, es la nueva modelo de la que te hablé.

—¡Hola, Luka, he visto y oído mucho de ti hoy, espero que seas tan interesante como creo!

—Ah… —Luka se lleva una mano a la cien, la chica de larga cabellera rubia que se encuentra frente a ella se ve como una amenaza a su ritmo de vida en la agencia.

—¿Pasa algo, no te sientes bien? —Interroga Kamui al tiempo que posa una de sus manos en la frente de Luka. —Tienes algo de temperatura…¿cancelamos la sesión con Lily?

—N-No…solo necesito descansar un poco, desde la mañana que he tenido dolor de cabeza.

Con su cuerpo nuevamente protegido por su ropa y una manta delgada sobre sus hombros, Luka toma asiento en el sofá de la sala. Meiko ha desaparecido, lo cual no es sorpresa, después de todo aparte de modelo es actriz. Ahora solo se encuentra acompañada por Lily, quien sentada a su lado parece bastante entusiasmada leyendo una revista. Su atención se dirige a ella al escucharla silbar de asombro, al girarse sus ojos se topan con la revista abierta en las páginas…donde salen fotos de ella mostrando un par de trajes de baño de pre-temporada.

—Luka, te ves tranquila pero…¡en realidad eres bastante sex-...aaaagh! —La rubia se ve interrumpida por la revista, que con la fuerza ejercida por la pelirrosa del otro lado ha terminado estampada en su cara. —No te enojes, solo intentaba romper el hielo.

—¿De dónde vienes? No pareces una novata en absoluto.

—¿Eh? ¿En serio el comentario de la revista funci-?

—No.

—Lo supuse. Me echaron de la otra compañía por no cumplir bien los protocolos. El director Kamui me reclutó a los días, diciendo que mi carrera no podía terminar por algo tan estúpido como un puñado de reglas. Su actitud me agradó, así que acepté sin pensarlo mucho.

—Ya veo. —Luka se toca la frente solo para confirmar sus sospechas, la temperatura le ha subido de nuevo.

—Si tienes fiebre, ¿por qué llevas una manta?

—Tengo problemas de circulación…así que a veces mi cuerpo se enfría más de lo normal…

—¡Waah, eso te queda perfecto!

—¡No es algo para reírse!

—Sí, sí, lo siento. —Lily junta sus manos frente a ella en señal de arrepentimiento. —Sabes…tenía otra pregunta para romper el hielo, pero pensé que podía tener el efecto contrario…así que…como tienes fiebre, la haré…

—¿Qué con esa lógica? No tiene sen-

—Eres lesbiana, ¿verdad? —Lily ha cambiado el tono de su voz, al igual que la mirada que le dirige. Está completamente seria mirándola a los ojos. Luka está con la boca abierta, devolviéndole la mirada con ojos confusos y ansiosos.

—¿C-Cómo…?

—¡Ah, así que estaba en lo correcto! Qué bueno…Waah, vaya momento de tensión. —La rubia vuelve a tomar su tono despreocupado mientras cruza sus manos por detrás de su nuca. —Yo soy bisexual, aunque actualmente estoy tirando más por las chicas…Jeje, todo es culpa de ese Café que abrieron hace poco. ¿Te gustaría ir conmigo? ¡La pasaremos bien, hay un montón de chicas lindas!

—Eh…no, yo no…

—Este es mi número de celular. —Lily no hace caso a la escasa protesta de Luka y pone su teléfono frente a ella. —¿Qué esperas? Muéstrame tu número.

—Ah, sí…

Tras intercambiar sus números Lily comenzó a hablarle del café, de las chicas que más prefería y de varias cosas más que no pudo asimilar bien. Su nueva compañera era una explosión de energía y ego, justo lo contrario a ella. Pasaron varios minutos así, hasta que el director Kamui apareció para anunciar que era hora de empezar.

—Luka, será mejor que no participes hoy, podrías empeorar. —Anuncia el pelimorado con seriedad.

—No, estaré bien, no me siento tan mal.

—¡Como se esperaba de mi querida amiga!

—No somos amigas…

—Que poco honesta eres, y eso que esta maravillosa persona te está ofreciendo su amistad.

—Sí, sí, como sea. Solo hagamos esto pronto.

La sesión duró lo justo y necesario, y Luka tuvo que reconocer a regañadientes que se había divertido. Lily era una persona realmente graciosa, pero que emanaba cierta madurez. Pensó que probablemente la respetaba por poder llevar tan libremente el tema de su orientación sexual. Cuando se despidieron Lily prometió enviarle un mensaje para comprobar si seguía viva. No la tomó en serio y simplemente partió a casa para hacer la otra parte de su rutina.

Toma el metro, se va a los lugares donde quede menos expuesta. Llega a su estación, baja rápidamente, camina hacia la salida usando las escaleras normales. Da un respiro al llegar al exterior y continúa su marcha hasta el edificio en el que se haya su apartamento. Al llegar se quita los zapatos sin cuidado, igual que la ropa. Se lanza sobre la cama y busca su pijama a tientas, entonces el rugido de su estómago le recuerda que hoy no ha hecho nada más que comer snacks. Busca algo ligero y procede a comer mientras mira por la ventana principal del comedor. Su celular da un leve bip que rompe con la paz de su hogar: es Lily…y un mensaje tan explosivo como ella. Le responde, bromean un rato y se despiden. Se queda observando el chat, que es el único que tiene puesto que la aplicación al que pertenece la ha descargado por insistencia de la rubia. Sonríe.

—Así que somos amigas, eh… —Hace una pausa antes de bloquear el teléfono. —¿Hace cuanto tiempo que no tengo a alguien a quien pueda llamar amigo?...Bueno, supongo que nada malo puede salir de esto…

Termina su jornada yendo al baño. Como de costumbre se pasea por la casa mientras se cepilla los dientes para cerciorarse de que todo está en orden. Hecho eso se lanza a la cama nuevamente, esta vez dispuesta a que el cansancio la haga dormirse.

Llegan nuevos días, que se traducen pronto en semanas, y Luka comienza a arrepentirse de decir que nada malo puede salir de aceptar más abiertamente a Lily como su amiga. Su trabajo se siente más ajetreado que antes, incluso en sus descansos. No obstante, ha tenido que dejar de hacer oídos sordos a los comentarios sobre que se le ve más alegre que antes. Hoy, como de costumbre, en el descanso de almuerzo la rubia saca un nuevo tópico de conversación.

—Luka… —Comienza antes de enterrar su tenedor en la ensalada que tiene frente a ella. —¿Cuál es tu tipo?

—¿Tipo…? —La pelirrosa la mira confundida mientras se lleva a la boca la otra mitad de su sándwich. —¿De…mujer?

—¿De qué otro tipo podría estar hablando? A mi normalmente me gustan las mujeres mayores….ya sabes, como Meiko-san…¡No hagas esa cara! ¿O me vas a decir que no la encuentras atractiva?

—No es eso. —Lily la mira fijamente, como esperando que revele lo que en verdad quiere decir. —Bueno, no puedo negar que es linda.

—Aaah, me gustaría al menos hacer una colaboración con ella, pero siempre parece estar ocupada… —Hace una pausa para mirar a su alrededor. —…en más de un sentido. Después de todo está prácticamente comprobado que gusta de divertirse con personas más jóvenes que ella…sean hombres o mujeres.

—Meiko-san es increíble... —Es todo lo que atina a decir Luka, quien ha comenzado a notar que fuera de su burbuja depresiva hay todo un mundo de adultos, y que ahora ella está empezando a ser parte de este.

—Gracias por esas palabras, Luka.

—¡M-Meiko-san! —Lily se pone de pie con torpeza, esperando que la castaña no lleve demasiado tiempo escuchando. —Justo estaba hablando de lo maravilloso que sería poder hacer una colaboración con usted…

—Tú eres… Lily, ¿no es así? Tu estilo es bastante distintivo, tal vez podrías acompañarme en alguna sesión en un futuro. Eso también aplica a ti, Luka. —Concluye guiñándole el ojo antes de pasar hacia la puerta que lleva a la oficina del director.

—¡Hey, hey, hey, ¿qué rayos fue eso?! —La rubia se abalanza sobre Luka, zamarreándola por los hombros.

—¿Q-Qué cosa?

—¡Meiko-san te guiñó el ojo! ¡La modelo más destacada de esa agencia te guiño el ojo!

—Ah, eso lo hace desde hace un tiempo. No veo donde está lo increíble. —Continua, apartando a Lily en el proceso.

—¡Eeeh! ¿Eres idiota o algo? Sí, definitivamente eres idiota. Meiko-san te está coqueteando, ¡y desde hace un tiempo!

—Pff…Jajaja, a veces puedes ser bastante irracional con tus chistes Lily.

—Luka, estoy hablando en serio. —Tan pronto como escucha eso Luka se percata de que su amiga ha entrado en su modo de mujer confiable. —No deberías tomarte esto tan a la ligera. Ya te dije que a Meiko-san le gusta divertirse con hombres y mujeres por igual, que te coquetee no significa que quiera amarte…probablemente quiera juguetear con tu cuerpo un rato…

—E-Eso suena bastante…comprometedor, en cierto sentido…

—Me alegra que lo entiendas. Como sea, seguiremos nuestra conversación en el Café. ¡Ya cancelaste la salida dos veces, así que ni se te ocurra desaparecer de nuevo! —Y dicho esto termina apresuradamente su almuerzo y se marcha.

Luka mira el reloj, el descanso está terminado. Se da prisa y parte hacia la primera planta, hoy la sesión es en el exterior. Cuando termina queda completamente libre, por lo que decide esperar a Lily en el parque que está sobre la estación de metro en el que han acordado reunirse.

—Tú, la pelirrosa de la banca, ¿no quieres pasar un buen rato conmigo? —Dice Lily mientras se echa el flequillo largo hacia atrás, en vano porque un par de mechas vuelven por inercia hacia adelante.

—Idiota.

—¡Que aburrida eres! Pudiste seguirme el juego aunque fuese un poco. Bueno, no importa…el Café es ese de ahí.

Ambas se dirigen hacia el lugar indicado anteriormente por Lily. Mismo lugar en el que Miku ha terminado hace días su entrenamiento como mesera. Aunque no ha terminado de acostumbrarse al excéntrico personal y al ajustado traje. Pero ambas cosas pierden relevancia cuando recuerda que el horario, la paga y la ubicación son demasiado buenos como para simplemente dejarlo.

—¡Miku-chan! Es hora de que aprendas a preparar postres. —Una peliverde de enérgicos aunque algo desinhibidos modales la llama hacia la barra de los postres. —Partamos por uno fácil… ¡Ah! Este lo piden seguido, es una bomba de chocolate, literalmente. Solo tienes que poner salsa, dos bolas de chocolate amargo…¡y bañarlo en chocolate especial hasta que se vea como si una roca gigante bloqueara el resto de la copa!

—Aaaah, y-ya veo… —Miku ha tomado atentamente nota de esto, al igual que lo ha hecho con el resto de las instrucciones, pero no ha terminado de entender a qué se refiere con "roca gigante".

—Y eso es todo por hoy.

—¡¿Eh? G-Gumi-san! ¿Solo me enseñará a preparar uno?

—Eres una novata, ya aprenderás el resto. Aunque si me llamas Gumi-san de nuevo puede que no dures demasiado aquí. —Una sonrisa amenazadora acompañada de un tono igual de violento le hielan la sangre por un par de segundos. Sí, definitivamente no podrá acostumbrarse a la excentricidad de la gente de este lugar.

—No te preocupes Miku-chan, yo era mucho más torpe que tu cuando llegué y pude lograrlo. Solo hace lo mismo que haga Gumi y estarás bien. —Una chica de cabello rosa pálido le da una palmada de aliento en la espalda antes de partir a coger órdenes.

—No sé si IA es confiable o solo idiota…

—Puede que sea un poco de ambas, pero eso es precisamente lo que la hace linda, ¿no lo crees? —Desde el mesón que conecta la barra de postres y lozas con la cocina una chica de cabellos violáceos le hace tal comentario mientras le extiende un plato. —Es una orden para la mesa cuatro.

—¡Sí, Yukari-sa…! —Hace una pausa para mirar su reacción, viendo que esta hace una cruz con sus brazos. Sonríe y parte hacia el destino del plato que lleva ahora en su bandeja. Se corrige mentalmente: puede que no sean excéntricos…solo, particularmente amables.

—¡Ah, darling! —Escucha Miku a su espalda mientras deposita la orden en la mesa. Es la voz de Gumi. Siente un escalofrío por el tono dulce y coqueto de la voz. —¿Mesa para dos? Es raro que vengas acompañada aquí…Eeeh, así que es tú mejor amiga… ¡Jajaja, lo ha negado en tu cara!...Ah, son el mejor duo cómico que he visto…No te preocupes, ¡nos aseguraremos de darle un buen servicio también!

Lily y Luka toman asiento en la última fila de mesas de la ventana, que cuenta con asientos acolchados en vez de sillas. Una vez instaladas la pelirrosa la interroga. Así se entera que la chica peliverde es una de sus "chicas favoritas", y que si bien coquetean desde hace un tiempo no están saliendo. Luka suspira, reconociendo que Lily le lleva bastante ventaja en lo que respecta a vida social y romántica.

—Pero espera…¿cuál es tu otra chica favorita? Dijiste que eran dos… —Se atreve a preguntar, ya que la curiosidad la supera. Apoya su cabeza en uno de sus brazos, dejando el otro sobre la mesa, sosteniéndole levemente el codo.

—Ah, la otra…probablemente venga junto a Gumi después, casi siempre están juntas, aunque no sé por qué.

—¡Darling-chan, ¿qué vas a pedir hoy?!

—¡IA, justo estaba hablando de ti!

—Eeeeh, ¿en serio? Eso me hace feliz…

—¿De verdad?

—¡Sí, que pienses en mí me hace feliz!

Luka carraspea para detener el meloso ambiente que se ha comenzado a formar frente a ella. Lily se disculpa y pide postres para ambas. La pelirrosa ya le ha dicho que no bebe, así que la única opción restante era pedir algo dulce o salado; y presiente que, a pesar de su apariencia, su amiga preferirá lo primero.

—¡Miku-chan, es tu día de suerte! Dos personas pidieron el mismo postre…¡Y es el que te enseñó Gumi! Es tu momento de brillar.

IA le entrega el papel con las órdenes y el número de la mesa. Suspira pensando que enseñar es una palabra que le queda grande a la explicación de la peliverde. Se pone en marcha intentando contener sus nervios, después de todo es su trabajo. Tardando más de lo que debería termina ambos postres, entendiendo en la acción a lo que se refería Gumi con "roca gigante". Coloca ambas copas en su bandeja y procede a caminar hacia la mesa indicada.

—¡Aquí está su or-! —Al levantar la vista las palabras dejan de salir de su boca, dando paso a un shock que la hace temblar levemente. Lily la mira confusa, intentado llamar su atención con su manos. Pero no la ve, lo único que está en sus ojos ahora mismo es la caprichosa imagen que se haya sentada frente a la rubia, mirando por la ventana con desinterés. —¡L-Lo siento, he olvidado las servilletas!

—¿Eh? Pero si las mesas tienen servilletas. Vaya mesera nos ha tocado ahora, de seguro es nueva por aquí, ¿no piensas lo mismo, Luka? —La rubia se gira para mirar a su acompañante, pero nota que esta no le responde. —¿Luka? ¿Me estás escuchando? ¿Luka?

Nota que la pelirrosa se haya petrificada, su cuerpo está tenso, y el brazo que se mantenía apoyado sobre la mesa ahora está presionando con sus dedos y uñas el brazo en el que apoya la cabeza. La rubia la llama, pero no hace caso, está demasiado choqueada pensando que aquella particular voz no ha sido una alucinación suya.

—¡Luka, pedazo de idiota, tu brazo está sangrando! —Lily desarma su posición bruscamente, tomando rápidamente un montón de servilletas para apoyarlas sobre las heridas que se ha hecho la pelirrosa.

—Ah…yo…no me di cuenta… —Dice al fin saliendo de aquel momento de trance, extiende más su brazo para que la rubia pueda limpiarle la sangre correctamente, siendo regañada entre palabras preocupadas e insultos. —Así que esto significa tener un amigo…

—¡No es momento para decir idioteces! ¡¿Qué demonios te ha pasado antes?! Esa mesera y tú han estado bastante extrañas…Espera…No me digas que conoces a esa chica…¡Eh! ¿P-Por qué estás llorando?

—Ella…Ella es mí…No, era mí…novia…

—¡¿Eeeeeeeh?!

—¡Hey, darling! —Una bandeja le golpea la cabeza levemente a la rubia. —Estás haciendo mucho ruido.

—Ah, lo sient- —Una pieza de chocolate le invade la boca, impidiéndole hablar. La muerde un poco y prosigue—¿Esto no era para otro cliente?

—Sí, lo era, pero ahora tengo ganas de dártelos a ti. —Gumi le guiña un ojo cariñosamente, luego con sus dedos gira la cara de Lily, continuando. —Además creo que a tu amiga le vendrán bien.

—Gracias, Gumi, eres la mejor.

—Ya lo sé. —Responde la peliverde, lanzándole un beso antes de partir en busca de otra orden igual a la que ha entregado "por error".

—¡Darling-chan! —IA aparece segundos después, golpeando la cabeza de Lily con algo más suave que una bandeja. —Esto también le vendrá bien a tu amiga.

Lily termina con una bandejilla de chocolates y una caja de pañuelos extra suaves sobre su mesa. Con cuidado le extiende ambas cosas a Luka. Esta las recibe lentamente. Pasan un par de minutos en silencio.

—Luka, ¿te sientes algo mejor? ¿Puedes explicarme aunque sea un poco?

—Ella y yo estuvimos juntas hace cuatro años…Muy…juntas…

—¿Quieres decirme que lo hicieron?

—No lo digas de esa forma…

—Eh, pero a estas alturas es algo normal para hablarlo, después de todo ambas somos adultas y de seguro tú has estado con más de una persona… —Su voz comienza titubear al ver que Luka evade su mirada mientras un sonrojo se apodera de su rostro. —No me digas que…ella fue tu…¿primera vez? ¡Ah, lo siento! No quise burlarme con lo que dije antes…

—Lo sé. —Aún sonrojada, toma una pieza de chocolate.

—Así te ves bastante linda…¡Agh! No me lances chocolate en la cara…

—¡Darling-chan, aquí está tu orden! —La voz de IA salva a Lily de ser bombardeada por macizas piezas de chocolate.

—Yo no pedí un café helado…

—¿No crees que eso es lo que necesita ahora, Lily? —Le susurra con seriedad para luego perderse entre otras mesas.

—En serio…este lugar tiene el mejor servicio. —Suspira con una sonrisa en su rostro. —Como sea, ¿qué tal si me cuentas todo…desde el principio?

—Tardaré.

—No me importa, después de todo somos amigas.

Al final del Café, en la zona de bodega, Miku intenta controlarse en varios sentidos. Siente que su pecho duele más con el paso de los minutos, y que su respiración se vuelve irregular a momentos. No cree en lo que ha visto, y tampoco en el hecho de que ha huido. Las piernas le tiemblan levemente. Se cubre la boca con una mano, como para no dejar escapar el grito silencioso que la inunda en este momento.

—IA-chan… —Yukari llama a la desaliñada mesera desde la barra de la cocina.

—¿Qué pasa, Yukarin? ¿Quieres un beso? —Pregunta inocentemente. La aludida suelta una leve risa.

—Me abstendré. Es sobre Miku…se ve algo alterada, ¿qué tal si vas a verla?

—Eeeh, pero no soy buena en esas cosas…

—Entonces dile a Gumi que lo haga.

Apenas la peliverde es informada comienza a avanzar raudamente hacia la zona de bodega. Cuando llega encuentra a Miku intentando contener sus lágrimas. La abraza. Nada más. La deja llorar. Pasados un par de minutos le limpia la cara y la obliga a recomponerse lo suficiente como para darle una explicación.

—G-Gumi yo, lo siento…no puedo, no sé cómo decirlo…yo, soy una cobarde…

—No entiendo absolutamente nada de lo que te pasa, pero mientras trabajes aquí tendrás mi apoyo y el del resto del personal, ¡así que saca valor de alguna parte y haz lo que tengas que hacer! —Al decir esto le da una sonora y dolorosa palmada en la espalda, marchándose a la misma velocidad con la que ha llegado hasta ella.

—Que saque valor y haga lo que tenga que hacer…así suena fácil…No, Gumi tiene razón, por más que no lo entienda tiene razón…Si no cambio ahora no lo haré nunca, qunque ahora falta que convenza a mi cuerpo de eso.

Concluye mientras toma asiento en un banco, apenas puede mantenerse de pie, sus ojos se han enrojecido y sus manos también han comenzado a temblar. A metros de dicha lamentable escena Lily se haya escuchado atenta y seria la dramática historia de amor de Luka.

—Darling…¡Darling! —Gumi la llama pero la rubia no responde, intentando negarse a sí misma que está celosa le toca el hombro, apenas la rubia se gira le toma la camisa y la besa. La aludida parpadea un par de veces, intentando hablar. —Estás faltando a la ley principal del Café…Si no consumes no puedes quedarte aquí.

—A-Ah, es cierto… —Lily saca su billetera torpemente. —Entonces…tráeme un Green lips…quiero decir…un Mint Lips y otro café helado. Y el resto déjalo para cubrir alguna otra cosa en caso de que nos quedemos más tiempo.

—¡Gracias por tu orden!

—Eso te tomó desprevenida…

—¿Y a ti no te sorprendería? C-Como sea, continua, ¿qué pasó después de que su padre se enteró?


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Quiero dar una curiosidad de la historia desde ya, y es que al principio pensaba ponerle nombres de mariposas a los capítulos. Pero esos nombres no sonaban bien, así que al final los reemplacé por unos más típicos.

Este se llamaba Mariposa pyrrhogyra otolais… ¿Y por qué? Porque es una mariposa mayormente oscura cuando miras su dorso y blanca con algo de rojo cuando aprecias su reverso ¿No es genial? Es justo como el amor de Luka y Miku en este momento, que parece muerto por fuera, pero que aún tiene vestigios de pasión si miras detenidamente. Era una buena mariposa para empezar la historia, creo.

Nos vemos en el siguiente capitulo~