Disclaimer: Todos los personajes pertencen a J.K Rowling.
Ella le hacía bien, ella era distinta, ella era ella, y era única. Puede sonar cursi, pero es lo que siente y por primera vez se atreve decírselo, ella sabe que le cuesta expresarse, pero lo entiende y no lo presiona. Porque en realidad para el mundo es una persona y para ella otra totalmente distinta.
Ella le devuelve toda la alegría que hace años perdió, toda esa alegría que la guerra le quitó, todo lo que por un poco de poder le arrebataron, pero no fue por gusto que lo hizo, fue por obligación, y también por protección, porque su madre no merecía sufrir, pero aun así lo hacía.
Su padre se hallaba es Azkaban hasta un próximo juicio, donde decidirían si quedaba libre o no, le daba igual, si se quedaba en Azkaban le iban a quitar el alma, pero si quedaba libre ya no iba a ser tan importante como antes, ni tan respetado, iba a ser un mortífago que obligó a su hijo de dieciséis años a unirse a las filas del Señor Tenebroso.
-¿Mortificándote otra vez? -preguntó Astoria mirando a su novio y acariciándole la mejilla.
-No, solo pensaba -mintió Draco, pero no la iba a engañar, lo conocía demasiado.
-Sabes que mientas, no debes pensar más en esas cosas -le decía abrazada contra el pecho de él.
-Es inevitable, vos no viviste la guerra como yo -decía el terco como siempre.
-Lo sé, pero pelee en ella y vi gente morir, todavía tengo pesadillas -decía la chica con lágrimas en los ojos.
-No llores por favor -decía Draco mientras la abrazaba fuertemente, nunca le gustó que alguien llore estando con él, ya que era pésimo consolando.
Astoria se secó las lágrimas y miró a su novio a los ojos y le dio un beso que él correspondió gustoso.
-Te amo -dijeron al unísono, soltaron una risita y se volvieron a besar.
-Sabes, nunca pensé que iba a llegar a amar tanto a una persona -le decía Astoria con una sonrisa.
-Ni yo- contestó Draco con otra, en ese momento alguien tocó la puerta, Draco bufó y con Astoria se sentaron bien.
-Pase -dijo Draco. Por la puerta apareció Narcissa Malfoy, madre de Draco.
-Oh, lo siento, no sabía que te encontrabas aquí Astoria -se disculpó la mujer.
-Está bien, ¿Cómo se encuentra Señora Malfoy? -dijo la chica educadamente.
-Bien, y te dije miles de veces que me llames Narcissa.
Draco miraba la escena con una sonrisa, le gustaba que su novia y su madre se lleven bien. Siempre se vio casado por conveniencia y no por amor, imaginaba a Astoria vestida de blanco y caminando hacia él, un segundo... ¿¡Desde cuando se imaginaba casado!? Cuando volvió a la realidad, su madre estaba invitando a Astoria a cenar.
-Nos vemos en la cena -Narcissa salió y otra vez la pareja se quedó a solas.
-¿En qué pensabas? -preguntó ella a su novio.
-Te imaginaba vestida de novia caminando hacia mí -Astoria estaba claramente sorprendida.
-¿Eso es una indirecta? -preguntó todavía con la sorpresa en la cara.
-Puede ser -contestó Draco con voz seductora, para luego robarle un beso.
