Caía la nieve en la Madriguera, hacía frío y la piel suave y pálida se le congelaba ante el mínimo roce con la nieve. La fiesta de Navidad ya había terminado, era la madrugada y todos sus familiares dormían, pero ella estaba jardín.
La Navidad de los Weasley siempre era hermosa, cálida y sobretodo mágica. Todos los Weasley amaban la Navidad. Desde James Sirius hasta el tío Percy. Sin embargo, Victoire Gabrielle Weasley Delacour sabía que faltaba algo.
Todos dormían y los regalos estaban depositados bajo el enorme árbol que había traído Hagrid. El pavo y el pudding de la noche anterior habían estado perfectos, la abuela Molly se había lucido. Tampoco habían faltado los típicos sweaters, todos habían obtenido uno. Y a pesar de el odio que le tenía su madre, Celestina Warbeck había cantado la misma canción una y otra vez.
Pero era algo lo que faltaba, más bien alguien.
¿Creíste que no vendría, Vic? – la dulce voz que provenía de atrás de ella, la llamó a darse vuelta para quedar encerrada en un hermoso beso bajo un muérdago que no había notado.
Cuando los labios de Victoire se separaron de las de su amor de toda la vida, Teddy Lupin, él no pudo hacer más que sonreírle, pues había notado que detrás de ella estaba la abuela Molly viendo la romántica escena.
Claro que sabía que vendrías – dijo la rubia, al notar ella también a su abuela.
Los jóvenes se unieron nuevamente a un tierno beso.
*Horas después*
- Chicas, vengan. Tengo una noticia. Despierten! – exclamó Lily Luna, la chismosa, a sus primas.
- Que sucedió? – preguntó Roxanne, la morena.
- Si, Domi despierta se los cuento – respondió la chiquilla pelirroja.
Molly II, Rose, Roxanne y Lucy comenzaron a gritar a Dominique, con tal de enterarse de las frescas noticias de su prima menor. Finalmente, la rubia en cuestión despertó.
Cuando me desperté con el aroma a galletas de la abuela, vi a Vicky besándose con Teddy.
Teddy vino desde Australia para saludarla! Qué tierno! – dijo Rose.
Cómo que desde Australia? – preguntó Lucy, quien nunca se enteraba de las novedades.
Fue a Australia para realizar una misión que le dio mi padre como autor – dijo la niña Potter, que ya no era tan pequeña.
Las primas, conmovidas por el tierno gesto de Teddy, bajaron a la cocina para ver a la pareja reunida. Notaron que ya muchos estaban desayunando y abriendo los regalos navideños. Teddy y Vic estaban en una punta, abrazados mientras hablaban con la abuela Molly. Ella siempre había estado segura de que estarían juntos, a pesar de los últimos meses de peleas entre los dos una de las razones que había impulsado a Teddy a tomar la misión de autor).
Bueno, aquí llegaron las niñas – dijo la abuela Molly.
Ahora la Navidad está completa, Vic? – preguntó Teddy.
Lo está desde que llegaste – respondió ella antes de unirse a otro beso.
