Hola a todos. Este es mi primer fanfic en el mundo de Harry Potter así que siento si hay alguna incongruencia a la historia original además de las faltas ortográficas que pudiese haber.
Es un Snarry y al principio de la historia Harry está en su quinto curso en Hogwarts pero la acción romántica comenzara cuando el ya tenga dieciséis años. Dumbledore es malvado y la historia puede ser victima de algunos clichés a lo largo de su escritura.
Ya hay demasiados finales tristes en la vida real para que en la ficción sea igual
Disfruten su lectura ^.^
Harry Potter caminaba por los pasillos de forma rápida y constante, si alguien lo miraba pensaría que El-Niño-Que-Vivió tendría prisa por llegar a tiempo antes del toque de queda o algo por el estilo pero en realidad era por algo completamente diferente.
Harry aun no podía creer como el que creyó ser uno de los magos más buenos y poderosos del mundo mágico se convirtió en alguien tan manipulador y de una mente tan maligna, aun no era capaz de concebir lo que había logrado ver en el pensadero de Dumbledore y además como éste no lo había pillado curioseando en algo que no debía.
Harry estaba en el campo de Quidditch, como cada noche practicando un poco en solitario. La snitch tenía un hechizo iluminador para que Harry fuese capaz de verla. Harry sabia que Ron estaba molesto con él desde que empezó a bajar solo después de la cena, pero Harry quería este momento concretamente para eso. Para estar solo.
Había acabado de entrenar y de bajar de la escoba con la snitch en mano cuando sucedió. En un primer momento no se dio cuenta, estaba demasiado distraído quitando el hechizo iluminador en la snitch pero cuando una gota roja cayó en una ala de la aún rebelde snitch se extrañó. Un momento después estaba agarrándose la cabeza mientras caía al suelo, victima de un profundo dolor y antes de que se diese cuenta estaba en la cabeza de Voldemort y lo que vio, fue completamente horrible, más que todas la cosas que había presenciado antes a causa de las visiones.
Cuando se recuperó lo suficiente para poder correr se dirigió sin pensar mucho al despacho de Dumbledore. Dijo la última contraseña que sabia, dando gracias a que no hubiese sido cambiada. Cuando entró, no había nadie excepto Fawkes dormitando en su percha quien no hizo caso a Harry.
Harry miró alrededor y decidió sentarse para esperar a que el director llegase para intentar confirmar sus sospechas, cuando ese momento se dio cuenta de que el pensadero de Dumbledore estaba a la vista, con varios frascos con recuerdos a su alrededor, algunos incluso caídos al suelo. Sabía que no debía, no podía repetir lo que hizo en su que había hecho hace unos meses pero tenía que confirmar que todo era una visión creada por Voldemort para confundirle.
Cuando salió del pensadero no sabia si hubiese sido mejor quedarse en la ignorancia.
Bajo rápidamente hacia las mazmorras intentando no cruzarse con nadie ya que no era muy normal ver a Harry Potter por esos lares e incluso era aun más raro para Harry, quien solo recordaba estar por aquí cuando él y Ron se trasformaron en Goyle y Crabbe para averiguar si Malfoy era el heredero de Slytherin.
Antes de que se diese cuenta ya estaba delante de la puerta de las habitaciones privadas del profesor Snape. Tocó varias veces de forma rápida y sin coordinación a causa de su estado de nerviosismo.
Dos minutos después la puerta se abrió, revelando a un hombre vestido completamente de negro arqueando una ceja de manera burlona.
- Señor Potter, no tenemos pociones hasta el jueves y nuestras clases particulares son los sábados, me resulta interesante el por qué está molestando a solo cinco minutos del toque de queda.- Severus Snape habló de forma parsimonia pero con un toque burlesco e irónico. Antes de que se diese cuenta era empujado y un Harry Potter demasiado descarado entró en sus habitaciones privadas cerrando la puerta detrás de él.
Se giró para ver fijamente a Snape, inútilmente intentando controlar las lágrimas que quería arrojar ya que segundos después un reguero estaba cubriendo sus mejillas.
Severus odiaba tales muestras de debilidad de una persona y siempre que veía a alguien llorando lo examinaba con una mueca despectiva y se iba rápidamente, pero en esta ocasión fue diferente.
- Señor Potter , ¿se puede saber qué demonios le ocurre?- dijo sin saber exactamente qué hacer y sólo pudiendo mirarle fijamente hasta que Harry controló sus lágrimas y miró fijamente a los profundos ojos negros.
- Profesor Snape, tenemos que irnos de aquí lo antes posible.- en ese mismo instante Severus comprendió que algo muy malo tenía que estar ocurriendo para que Potter quisiese irse de su antes calificado hogar.
