Disclaimer: Sólo las ideas aquí planteadas son mías. Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.

No me gusta que me gustes.

Lárgate, ahora, te ordeno que te salgas de ahí en este mismo instante. ¡Fuera de mis pensamientos! Que daría yo por saber lo que haces tú colado en ellos.

Me niego a aceptar la realidad: no admitiré el hecho de que tu voz resuena con frenesí en mi cabeza, y que mis fosas suplican que tu olor regrese en el momento en que das un par de pasos para alejarte de mí. Jamás vas a escuchar de mis labios un: "Te quiero" Porque no voy a aceptar que me gustas. Ni aunque sea a causa de una lucha por mi vida lo voy a admitir.

Estoy cansada de esto, de que cuando cierro los ojos veo tu estúpido rostro, con tus pupilas fijas en mí y yo sólo pudiendo centrarme en las piedras color lavanda albergadas en tus cuencas. Me siento harta ya de no poder pensar en algo que no seas tú, de desconcentrarme y perder la noción de todo cuando apareces en mi imaginación.

Largo, salte de ahí que ya no lo soporto ¿yo enamorada de ti?... No, no lo voy a aceptar. Ahora, me voy a terminar lo que interrumpiste. Eres tan impertinente.

—¡Testarudo!

—¿Qué? Hoy no te he dicho nada.

—¡No volveremos a hablar del tema! Hmp... —apresuro el paso para adelantarme a Sasuke y Juugo, dejándote más atrás.

—Esta mujer está loca.

—¿Loca yo? —jamás me dejaré vencer por ti, ni en las discusiones ni en... No me vas a vencer y punto.

—Sí, loca tú.

—Ahí van otra vez. —Sí, lo siento por Juugo, pero nunca dejaré de discutir tu impertinencia, Suigetsu.