Summary: Todo fue muy confuso… un momento estaban allí y al siguiente se encontraban atrapados dentro de un mundo de cuentos de hadas. Para salir deberán descubrir por qué están allí… y dejarse guiar por el Amor.
~ :cursi:
Bien, pongamos las parejas en claro:
NaruHina
LeeTen - ligero NejiTen
ShikaTema
Ino¿? (Aún no me decido… tal vez con Chouji, ¿o alguna sugerencia?)
Y mi favorita: KakaSaku. Pero habrá ligero SasuSaku, aunque lo odio.
Sasuke algún día será un solterón, calvo y obeso, que vivirá solo en un apartamento lleno de gatos… y sus serpientes se comerán a esos gatos (T~T)
Disclaimer: ¿Por dónde empezar…? Naruto y sus personajes, símbolos y eventos no son míos… Los Cuentos de Hadas que voy a manejar son una mezcla de los Grimm y otras tradiciones populares y los Disney, que son bien conocidos por todos.
Mejor incluso que los originales ¬-¬
Aunque ahora que lo pienso, contados son quienes conocen los originales-originales, es decir, las historias que se contaban los borrachos en las tabernas.
Dicen que esas son realmente tétricas… ¿alguien sabe dónde puedo encontrar alguna?
Me dejo del "blablablayakirishmakirish" y los dejó con la historia, que es lo que vinieron a leer (¿en serio? ¿A nadie le interesa leer las notas de autora de Eleos Argentum, un montón de estupideces que ni siquiera son graciosas? Wow! ¡Estoy anonadada!):
Érase Una Vez en Konoha.
Capítulo Uno.
Rosas para las Chicas Lindas.
Érase una vez en el País del Fuego, en una pequeña aldea ninja escondida entre las hojas… Una pequeña aldea ninja que había pasado por años de gran dolor, causados por los repetidos intentos, tanto de Akatsuki como de Orochimaru, por destruir a la pequeña aldea y sus habitantes; pero al final, el bien había triunfado: aquellos que anhelaban la ruina de Konohagakure y la perdición de sus aldeanos finalmente habían sido derrotados.
Se necesitaron sacrificios, es cierto; muchas fueron las vidas que se perdieron y mucho el sufrimiento vivido. Pero así como hubo dolor también hubo esperanzas.
Y esas esperanzas finalmente redituaron frutos, como por ejemplo, el retorno de un hermano perdido hacía mucho.
Ahora, tanto los ninjas como los civiles de la Hoja podían respirar la paz y hacer a un lado sus preocupaciones y sus penas; enfocarse en las delicias del hoy y dejar ir las tristezas del ayer.
Y eso era exactamente lo que los jóvenes shinobis estaban haciendo.
Hinata sonrió al oír los ladridos de Akamaru y las carcajadas de Kiba. A su lado, Shino resopló.
Aquella era una escena que se había repetido sin cesar desde que eran gennins, y cada vez que ocurría, Hinata sonreía tal y como hiciera la primera vez. De la misma manera en la que Shino refunfuñaba y gruñía por el escándalo que ahuyentaba a sus insectos y de la misma manera en la que a Kiba y Akamaru esto los tenía sin cuidado.
Al ver cómo, en medio de su loca carrera, sus amigos más salvajes se libraban por centímetros de chocar contra el más misterioso, la joven heredera de los Hyuuga cerró los ojos y se concentró en sentir las cálidas caricias del sol de la mañana.
Era tan agradable… Rodearse de amigos y disfrutar de la vida…
Un suave soplo de brisa revolvió su largo cabello y causó un cosquilleó en su nariz. Captó un dulce olor, sin lugar a dudas el aroma de una rosa. Pero en esa parte del bosque no había de esta clase de flores…
-Kiba…
-¿Eh? –La llamada de la joven interrumpió el regaño del heredero de los Aburame.
Y no es que Inuzuka estuviera tan al pendiente del regaño como de la cerilla que sacaba de su oído.
-¿No te parece que huele a rosas? –preguntó Hinata suavemente.
El chico ni siquiera tuvo que aspirar; bastó que su compañera la nombrara para que su fino olfato identificara el olor de la flor.
-Ahora que lo mencionas…
-No es temporada de rosas, ni se dan por esta zona –informó Shino.
-¡Vamos a investigar! –proclamó Kiba antes de echar a correr, seguido de cerca por Akamaru.
El chico bicho suspiró con resignación y la joven de ojos lavanda dejó escapar una pequeña risa.
Los buenos nuevos tiempos…
-o-o-o-
El equipo más energético de la Hoja se hallaba en uno de los campos de entrenamiento, haciéndose más fuertes de lo que eran el día anterior.
En ese momento se encontraban en medio de una pelea todos contra todos. Lee y Neji habían estado intercambiando golpes hasta que una lluvia de kunais y shurikens les hizo recordar que era un serio error olvidarse de Ten-Ten. Instintivamente, Neji utilizó el Hakesho: Kaiten, creando un escudo de aire a su alrededor y alejando de si las peligrosas y bien apuntadas armas.
Uno de los kunais dibujó una elipse en el aire antes de descender mortalmente sobre un espinoso arbusto de fragantes flores rojas.
Los tres chicos se detuvieron, observando la rosa roja que acababa de ser cortada.
-No es temporada de rosas –observó Ten-Ten con extrañeza.
-Ni ese arbusto estaba aquí hace un momento –gruñó Neji.
Lee olfateó el aire.
-Huele muy bien –comentó al tiempo que cerraba los ojos…
-o-o-o-
-¿Cómo dejamos que nos convenciera de esto? –refunfuñó Chouji mientras reubicaba (por decimosexta vez en un lapso de veinte minutos) un voluminoso arreglo floral en un enorme y pesado jarrón de fina porcelana.
-Tomamos el camino que no era –gruñó Shikamaru, enderezándose hasta hacer tronar su espalda.
Él estaba quitándole las hojas marchitas a veinte docenas de claveles blancos y otras tantas de rojos y rosados.
-¡Shikamaru! ¡Deja de perder el tiempo! –ordenó Ino, levantando la vista de su uñas a medio pintar-. ¡¿Acaso crees que todo el trabajo se va a hacer solo?
-No, estoy esperando a que algún idiota venga para enjaretarle el trabajo –murmuró el chico.
-¡¿DIJISTE ALGO?
En lugar de contestarle, el joven Nara volvió a inclinarse sobre las flores.
-¡Y tengan cuidado con las rosas! –ordenó la rubia-. Son un pedido especial que vale mucho dinero.
Shikamaru volvió al trabajo, sin dejar de suspirar.
-o-o-o-
-Buenos días, bella jovencita.
Un tirón en su manga hizo que Temari se diera cuenta de que el saludo estaba dirigido a ella.
-¿No le gustaría una rosa?
La anciana campesina, de sucios ropajes y escasos dientes torcidos (los dientes, no los que estaban torcidos) le tendió una hermosa flor roja a aquella kunoichi del desierto.
-No, gracias –contestó Temari, dispuesta a seguir su camino hasta la Torre Hokage.
¿Por qué Gaara siempre la elegía a ella de recadera…?
-Por favor, acéptela –rogó la vieja-. Mire que fresca y rozagante, que ardiente color…
Que dulce aroma.
-Ya le dije que no –rezongó la chica.
-Por favor…
-o-o-o-
Lugar: Campo de Entrenamiento del Antiguo Equipo Siete.
Hora: Mucho Después de lo Acordado.
Maldito Kakashi-sensei…
Sakura resopló, agitando un travieso mechón rosado que le hacía cosquillas en la nariz. A su lado, Sasuke permanecía en actitud "cool": recargado contra un árbol, un tanto encorvado, brazos cruzados, mirada fría de "tengo mejores cosas que hacer con mi valiosísimo tiempo"…
Naruto se entretenía en formar rasengans en su mano, variando velocidad, tamaño, consistencia…
-¿Quieres dejar de hacer eso? –espetó Sakura-. Me pones nerviosa…
-Lo siento, Sakura-chan –se disculpó el muchacho, haciendo desaparecer la esfera de chakra de su mano.
Siguieron quince minutos en el más total silencio…
-¿Qué excusa creen que vaya a usar esta vez? –preguntó Uzumaki, cruzando los brazos tras la cabeza y dejándose caer sobre el pasto.
-Algo ridículo –bufó Sasuke.
-Será lo del gato –comentó Sakura-, o tal vez la viejita.
O la viejita con el gato y las bolsas de compras…
Recordó a medio camino que dejó algo en el horno…
Tsunade-sama lo llamó para preguntarle sobre la forma de una nube…
El vendedor se equivocó y le dio el periódico de ayer y Kakashi-sensei creyó que había viajado en el tiempo y que la cita era hasta mañana…
-Esa última fue bastante buena –comentó Naruto sonriendo-. No sé puede decir que Kakashi-sensei no sea creativo.
Sasuke se limitó a resoplar y reacomodarse en el árbol.
-Tal vez deberíamos irnos…
Sakura se acomodó un mechón de cabello tras la oreja y miró al cielo: algodonosos pedacitos blancos se recortaban claramente contra el azul vibrante; tres pájaros elevaron vuelo desde un árbol cercano…
Entonces llegó el olor…
Una ráfaga de viento y los tres shinobis se vieron rodeados de pétalos de rosas, rojo escarlata, más intenso que la sangre…
-¡¿Qué es esto? –espetó Naruto.
El sharingan de Sasuke ya estaba activado y en acción
-No es genjutsu –declaró-. No hay señal de quien sea que lo esté haciendo.
Katon: Housenka no Jutsu.
Una lluvia de fuego brotó de la boca del Uchiha y corrió al encuentro de los pétalos.
¡Nada! Las llamas se limitaban a acariciar los pétalos ¿Qué demonios pasaba?
¿Probar con el Amaterasu?
Antes de que Sasuke tuviera oportunidad de hacerlo…
Otra historia que lleva demasiado tiempo en el horno, aunque mi razón para no haberla subido antes consiste en que este primer capítulo ¡no acaba de gustarme!
Tsk... Por favor, díganme que opinan de esta introducción.
En el siguiente capítulo, ¡viene lo bueno!
