Espero que les guste la nueva historia, nota al final.

Advertencia: AU Occ
Disclaimer: Inuyasha no me pertenece si no a su creadora la maravillosa Rumiko Takahashi, a excepcion de los creados por mi.

Capitulo I

Estaba sobre la acera, sus ropas ensangrentadas daban un indicio de que estaba muerta, o al menos eso parecía, detuvo su andar, para el no estaba bien aquella imagen, se agacho y con cuidado de que la hermosa bufanda blanca no rozara el suelo le tomo el pulso, aun estaba viva, pero en que condiciones tan deplorables, la tomo en brazos, no podía creerlo, el no debería estar ayudando a una extraña, que sabia que tarde o temprano no le iba a agradecer nada, camino sereno con la chica en brazos hasta el estacionamiento, ¿Quién era? Esperaba saberlo pronto, la subio a su elegante auto negro y partió hacia el hospital, al menos no era una situación que lo haría emprender carrera contra la muerte, estaciono con toda calma y entro con ella en brazos, la enfermera en recepción llama a un camillero quien lo ayudo rápidamente, la subieron sobre la camilla y comenzaron a arrastrarla—Buenos días, soy la enfermera Hatsumomo, me podría dar los datos de la joven—el negó, —No sé nada de ella, tiene media hora que la encontré tirada en un callejón, tal vez cuando despierte ella se los pueda dar—la enfermera asintió—De todos modos usted tiene que esperar al menos a que ella recupere la conciencia, al traerla usted, usted se hace total mente responsable de lo que a ella le pueda suceder, así que cual es su nombre—suspiro, sabía que no debía de haber hecho, que aunque una buena acción era, no tenía nada que ver con el—Sesshomaru Taisho—contesto por fin, la enfermera sonrió y lo anoto en la hoja de registro—Listo ahora puede esperar en ese sala, le avisare todo lo que me informe el médico, o de ser necesario lo hará el—asintió y vio como la señorita avanzaba hacia lo que leía sobre la puerta "Solo personal autorizado" se sentó en una de las butacas anaranjadas, y espero y espero y espero, miro su reloj, diez para las once, bufo, estaba ahí desde las siete de la mañana, que les demoraba tanto, se levantó dispuesto a ir a buscar algún café—Señor disculpe, el medico lo quiere ver—se exaspero, no lo podía dejar ir por una maldito café y ya, camino resignado, la enfermera lo guio, veía a las personas, algunas estaban agonizando, otras estaban por salir y el apenas iba a ver a alguien que no conocía, la enfermera se detuvo y corrió la cortina azul—Doctor este es quien la trajo—el doctor asintió—Buenos días, soy el doctor Takemaru y yo atendí a la señorita Kagome—bueno había sido un avance ya conocía su nombre—Sesñor Sesshomaru le tengo que decir algo, la joven a tenido una pérdida de la memoria, no sabemos si es temporal o permanente, pero al parecer recibió un golpe lo suficiente mente fuerte que afecto su memoria, lo único que recuerda es su nombre, pero de ahí en fuera nada, asi que usted se tendrá que hacer cargo de ella, supongo—se maldijo en su interior sabía que no debió haber hecho tal estupidez—Claro—cedió más resignado que nada—Claro que el alta ya la tiene firmada, asi que se pueden ir cuando gusten, además tenga la receta, tomara estas pastillas solo cuando el dolor sea muy fuerte, y solo dolor de cabeza, en caso de que se desmaye necesito que la traiga de nuevo al hospital, ¿correcto? —asintió de nuevo, el doctor se retiró y en la miro, era una joven linda, lo miraba extrañada, ¿Quién era? —Buenos días, mi nombre es Sesshomaru Taisho—ella ladeo la cabeza—Mi nombre es Kagome—el asintió—Eso ya lo sé, no recuerdas algo más, ¿tu dirección? ¿Tus apellidos? ¿Tu familia? Algún número telefónico—ella negó—Solo recuerdo que me llamo Kagome—sonrió como si eso fuera lo mejor del mundo—Está bien Kagome, al parecer pasaras una "temporada en mi casa" hasta que recuperes la memoria—ella lo miro dudosa— ¿Qué es una casa? —suspiro derrotado, al parecer sería más difícil de lo que parecía—Vamos te llevare ya—ella se puso de pie y comenzó a andar tras suyo—Se-ssho-ma-ru—el volteo—¿Qué quieres? —sacudió la cabeza—Nada solo quería repetir tu nombre—suspiro, salieron al estacionamiento, se metió en el coche, pero ella estaba parada frente a la puerta de el, agacho la cabeza, se bajó, la tomo del antebrazo—Mira, jalas esto abres la puerta y te sientas, ella asintió y lo hizo, el cerro la puerta y avanzo a su lugar, se subió, introdujo la llave y le dio vida al motor, la miro extrañado, estaba imitando sus movimientos—¿Qué haces Kagome? —ella no le prestó atención, estaba más concentrada en imitar sus movimientos, suspiro, eso sería muy difícil.

Suspiro, la miro como imitaba sus movimientos con gracia y facilidad, miro sus ropas, estaban sucias y rotas, además se veía que no eran nada abrigadoras, necesitaba comprarle ropa, dio la vuelta a la derecha y se dirigió a una plaza comercial—Vamos Kagome—pronuncio mientras estacionaba, ella estaba por abrir la puerta—¡Espera! —grito, ella se detuvo, después de que se estaciono—Ya te puedes bajar—ella sonrio y se bajó, el suspiro, su vida sería dura, la tomo de la mano y comenzó a caminar, se detuvo en una tienda de ropa de mujer, ella miraba los maniquís—Kagome entra—ella no sabía para que—¿Para qué Sesshomaru? —hizo una mueca—Necesitas ropa, pero al parecer ni de eso te acuerdas, vamos—dijo jalándola al interior, el miraba los largos pasillos, ni él sabía qué hacer, nunca había tenido que hacer algo así, vio a una joven trabajadora—Disculpa—la chica volteo y cuando lo vio no pudo evitar sonrojarse—Se le ofrece algo—el asintió—La podrías ayudar a escoger ropa y esas cosas—ella asintió—Síguela Kagome, yo esperare sentado por haya—la azabache sonrió y siguió a la joven.

Se sentó en uno de los sillones de cuero negro, cerró los ojos y sin querer se quedó dormido, sintió un leve toque en su mejilla—Rin…—susurro— ¿Quién es Rin? —abrió los ojos alarmado—Nadie que te importe—ella lo miro con extrañeza—Disculpe señor como se ve—después de todo al fin Sesshomaru le puso atención, miro que traía un vestido no muy corto de color verde, de mangas largas, parpadeo sorprendido, realmente se veía lindo—Te vez linda—ella sonrió, la vendedora también—En un rato regresamos—el asintió y volvió a cerrar los ojos, pero esta vez no dejo que el sueño le ganara—Listo señor—miro a Kagome, se veía feliz, es todo, ella asintió—Vamos a pagar—ella lo sigue, ella espera afuera mientras ve como el entrega un pedazo de plástico, el sale y le estira unas bolsas, ella las toma y comienzan a caminar.

Él se detiene frente a una tienda de ropa interior, la mira, nunca había tenido que hacer algo asi, la toma de la mano y rápidamente entre en la tienda, se acerca a la vendedora más cercana—Disculpe la podría ayudar, si gracias—el la deja y sale como alma que lleva el diablo, ve que la vendedora le hace señas, el se acerca y le tiende la tarjeta de crédito, ella suspira pero la toma, al poco rato sale la azabache con pequeñas bolsas de color rosa y su tarjeta en la boca, el se la quita y la guarda—¿Por qué no entraste conmigo Sesshoamru? —el la fulmina con la mirada—No es un lugar donde los hombres puedan entrar—ella asiente, entra a el supermercado, pasean en los pasillos, él no sabe que cocinara, ya no tiene nada de comida en la nevera, toma un paquete de carne y varias verduras, Kagome carga la canasta obedientemente, el sigue su andar—Kagome ten—estira la mano, pero la bolsa no es tomada, voltea y no la encuentra a su lado, una vena comienza a saltarle en su frente, camina retomando sus pasos y hasta que la encuentra mirando un peluche—Kagome—ella no responde—¡Kagome! —ella voltea lentamente y el queda atrapado en sus ojos marrones—Dime ¿Qué son estas cosas tan bonitas? —él se acerca—Peluches—ella sonríe—Los peluches son hermosos—ella lo toca—Son suaves—suspira—Tómalo—ella lo mira con duda, el enojado toma el peluche y le quita la canasta y le deja el peluche en los brazos—Vamos Kagome—ella lo sigue en silencio, van a la caja, pagan y van por las bolsas, ella lo ayuda a cargar y van al automóvil, el abre la cajuela y comienzan a meter las cosas—Súbete—ella asiente y sube con el peluche, suspira por, perdió la cuenta de cuantas veces lo había hecho en el día—Es como una niña de cinco años—sube al auto—Vamos a mi casa—ella se acomoda y abraza el peluche y se queda dómida, estaciona afuera del edificio donde vive, la mira, por el subir y bajar de su pecho sabe que está durmiendo profundamente, se baja y la toma en brazos, con dificultad cierra la puerta y entra al edificio, llama al ascensor, mientras espera la observa, sus largas pestañas rosando sus mejillas, sus labios rosadas, su nariz tan delicada, el ascensor se abre, abre y presiona el piso siete, espera a que las puertas se cierren y este comience a andar, las puertas se abren y sale, saca las llaves de su pantalón y abre, patea la puerta para cerrarla y va a su dormitorio depositándola en la mullida cama, va por cobijas y la tapa, la mira de nuevo, sale y baja por las bolsas, vuelve a hacer el mismo recorrido, deja la comida sobre la isla de la cocina y deja la ropa en la sala, se sienta en el sillón, cierra los ojos y se queda dormido.

10:07 pm 02/11/2014 ¿Reviews?

Espero que les agrade, ya se van a decir que me copio y esas cosas, pero les pido como un gran favor que no lo comenten, ya que mi historia talvez va por ese rumbo, pero saben que las cosas dan un giro, y que las personbas no pensamos igual, nos leemos pronto.