Capítulo 1
–Mami –dijo un niño de 5 años de edad. Era un pequeño de tez blanca, ojos azules, cabellos negros algo largos, haori blanco, hakama azul y botitas negras.
– ¿Que pasa mi cielo? –preguntó una joven de unos veintitantos años, era blanca como la nieve, ojos cafés, cabellos largos de color negros, una voz amable y cortés, llevaba puesto un kimono blanco con bordados de sakura de color rojo y rosado, obi de color fucsia y sandalias.
– ¿Porque no tengo papá? –preguntó sentándose junto a su madre que se encontraba bajo un árbol.
–Mi vida… la verdad ni yo sé si está vivo o dónde se encuentre tu padre, no… logro recordarlo de alguna manera, quizás ni siquiera sepa que… –la joven no termino de hablar ya que le empezó a doler la cabeza y se llevó una mano a ella.
–Mami ¿está bien? –pregunto el niño algo preocupado al ver a su madre.
–Tranquilo mi cielo no es nada… y también lo siento... el que no sepas de tu padre, la verdad trato de recordarlo pero no puedo... –se disculpó la azabache con su hijo. Y era verdad, ella no recordaba al padre de su hijo, no sabía si él estaba enterado de que iba a ser padre, no recordaba mucho en lo que se refería a él u otras cosas de su pasado que se relacionara.
– ¿Kaoru? ¿Estás bien? –preguntó otra mujer un poco mayor que ella a la joven azabache al verla un poco tambaleante.
–Si… tranquila Misaki ya estoy bien… sólo es lo que siempre ocurre –dijo con una sonrisa mientras se recuperaba de su dolor de cabeza.
–Cariño, tu mamá… bueno ella no recuerda a tu padre… no es que él no quiera estar contigo o que tu madre no quiera que lo veas, sólo que no sabe dónde se encuentra él, y puede que también él ni sepa dónde está tu mamá y tú –dijo la joven castaña de ojos negros al niño azabache.
– ¿Enserio?… –preguntó el niño, no es que no estuviera feliz con su madre o extrañara a su padre, la verdad nunca lo tuvo cerca. La cosa era que miraba que los niños de la aldea cercana siempre estaban jugando al cuidado de su madre y su padre, él no sabía qué era un padre, sólo fue cosa de unos meses atrás cuando se enteró que aquellos hombres que estaba junto a las madres de esos niños eran sus padres.
Flashback
Era un día normal en la región del Este, y como todo día normal, en una casa grande que se encontraba alejada de una aldea se encontraba un niño de ojos azules jugando por los alrededores en compañía de su madre, en unas de su carreras que daba el jovencito, logro acercarse a la aldea lo suficiente como para ver a unos niños que corrían por los alrededores de la aldea, un pequeño del grupo cayó al suelo por tropezar con una piedra, el pequen empezó a llorar, una señora que al parecer era su madre, fue hasta el niño que aún estaba en el suelo llorando, lo alzo y lo llevo a donde se encontraba su esposo, el pequeño al ver a su padre, quiso ser alzado por él, y así el hombre lo alzo y empezó a tranquilizar al niño. Aquella escena, el niño azabache de 5 años la miro desde el interior del bosque, sin comprenderla.
–Mami ¿quién es ese hombre que está con la mamá de ese niño? –preguntó jalando un poco el kimono de su madre.
–Cariño, él es el padre del niño, y ese pequeño se siente seguro cuando esta con ambos, tanto con su madre como con su padre –respondió una joven azabache a su pequeño hijo.
–Y yo… ¿también tengo un padre? –preguntó el pequeño apuntándose a el mismo con su manecita.
–Claro que si –le dijo con una sonrisa– pero no se encuentra aquí… –finalizo la joven de ojos cafés.
Luego de eso el niño miro nuevamente aquella escena "Así que eso es un padre… Me pregunto si yo conoceré al mío" pensó el pequeño.
End Flashback
–Sí mi vida, pero aunque tu padre no esté, no importa mucho tú eres muy especial y yo te daré el cariño por los dos, tanto el mío como el de tu padre –dijo la azabache abrazando a su pequeño. Su hijo era fuerte, y al no tener un padre quizás otros niños no estarían muy felices, pero su hijo era feliz tanto con o sin su padre, ella se sentía mal por ese detalle, pero se alegraba que su pequeño no se sintiera solo por eso.
–Kaoru es mejor regresar a casa, ya terminé todo en este pueblo –dijo la joven castaña levantando a su amiga del suelo.
–Claro está bien. Mi vida, es hora de regresar – dijo a su hijo al tiempo de cargarlo para irse.
Al llegar a su casa, que estaba en un claro del bosque que se encontraba lejos de esa aldea, Kaoru bajó a su hijo para que él caminara o jugara en los jardines de la entrada.
–Misaki… –dijo la azabache mirando a la castaña.
– ¿Qué pasa? –preguntó Misaki con una sonrisa a su amiga.
–En verdad gracias por haberme dado un lugar donde quedarme en estos… últimos 5 años –dijo la joven azabache.
–No es nada… –dijo la joven castaña a su amiga.
–Pero… dime Misaki, enserio no sabes… sobre… –dijo Kaoru algo dudosa de preguntar, lo normal era evitar todo ese tema, pero su hijo empezaba a preguntar y eso…
– Kaoru…t tan solo encárgate de tener una vida tranquila, vale –dijo la castaña con una sonrisa mientras entraba en la casa. "una vida nueva…" fueron los pensamiento de la castaña al momento de entrar por la puerta a la casa.
–Pero… –dijo la azabache al momento de ser interrumpido por su pequeño.
–Mami, podemos ir al río, ¿sí?, di que sí –insistía su pequeño oji-azul con una sonrisa infantil.
–Claro mi niño –respondió con una sonrisa y caminó junto a su hijo al río que estaba a nada más 15 minutos de esa gran casa donde vivían.
Luego de unos 20 minutos, Kaoru se encontraba recostada en un árbol cercano al río mirando con una sonrisa como su pequeño intentaba atrapar un pez desde la orilla.
–Estás bien – dijo su madre al ver como su hijo se había caído sentado en el agua y fue a ayudarlo.
–Si mami, solo me resbala –respondió el pequeño empapado de pies a cabeza, y cuando ya se había parado gracias a su madre notó algo en la mano izquierda de esta– mamá –preguntó el niño mientras miraba la muñeca de la mano de su madre.
– ¿Qué sucede? –preguntó la azabache mientras lo sacaba del agua.
– ¿Porque tienes esa marca en tu muñeca? –Preguntó mirando aquella peculiar marca – no sé por qué pero… –el niño no termino de decir ya que no encontraba palabras para describirlo.
–Esto –dijo la azabache mirando la marca de su muñeca– no es nada mi niño, de seguro es una marca de nacimiento nada mas –dijo en respuesta a su hijo oji-azul– bueno, será mejor volver, estás empapado y será mejor cambiarte la ropa que traes puestas –dijo su madre tomando la manecita de su hijo para regresar a casa.
En esos momentos en aquella casa grande donde vivían, que pertenecía a Misaki…
–Emily… ¿cuánto crees que dure? –preguntó una castaña con cara de preocupación.
–No lo sé Misaki, quizás dure un año más, nada más –dijo una joven rubia de orejas puntiagudas, ojos verdes, piel como la porcelana, que vestía un kimono azul con bordados negros y obi también negro y unas botas hasta los tobillos de color rojo.
–Así que la verdadera forma de ese niño será retenida por un año más –dijo Misaki tomando su té.
–Así es, gracias a ese campo que hay en ella y su hijo, su olor no se siente en el aire pero dentro de aproximadamente un año o menos se sentirá –dijo mirando por la ventana como se acercaba Kaoru y su hijo– me pregunto si ella lograra recordar todo lo que le pasó –dijo mirando a Misaki.
–No lo sé, creo que después de 5 años, quizás empiece a recuperarse de su amnesia que ella no sabe que tiene –dijo Misaki– será mejor que vuelvas a poner tu campo de protección para parecer humana; ¿no lo crees Emily? –dijo mirándola con una sonrisa.
–Está bien Miko, quién lo diría una miko y una youkai trabajando juntas con un único propósito en común –dijo con una sonrisa de lado, para luego poner una barrera que ocultaras sus rasgos de youkai.
–Y dime Emily, ¿volverás al oeste? –pregunto la miko castaña.
–Tal vez… aun no –dijo levantándose para saludar a Kaoru– será mejor ir, ya viste al cachorro, está empapado y así se ve tan tierno –dijo de una manera dulce, quería a ese niño como si fuera de su especie, como si fuera su hijo.
–Sabes… él ya está preguntándose por qué no tiene un padre –dijo Misaki siguiendo Emily al jardín trasero de aquella gran casa que parecía una mansión (y en efecto lo era, era una pequeña mansión) para reunirse con Kaoru cuando termine de cambiar a su lindo hijo.
–Eso... quizás sea bueno, pero tan bien no, ya que su padre... –dijo las palabras al viento mientras caminaba por el pasillo, si llegaran a encontrarse con él... no se sabía cómo reaccionaría aquel sujeto...
Bueno aquí les vengo con un nuevo fic, si lo sé seguro no entiende casi nada de lo que pasa, pero a partir del capítulo ya entenderán todo.
Bueno díganme que les parece, quieren saber el pasado de Kaoru, ¿que tienen que ver estos personajes con el anime Inuyasha?, pues ya lo sabrán.
Sayonara
