Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no es mío, es de Amano Akira. Hago esto con motivos de entretenimiento.
"Memoria"
Prologo
Si miraba con atención, podía notar la interesante mezcla de culturas que ya empezaba a filtrarse a la vista. Y esto, inconscientemente, le causaba un extraño retorcijón en el estomago. No era desagrado ni mucho menos fastidio como bien delataban otros ojos menos discretos; era más bien un sentimiento de nostalgia, de dolor que por más que lo intentara no podía hacerlo desaparecer.
¿Cuántas veces ya se lo había preguntado? ¿Cuántas noches había pasado en vela recordando con amargura lo que sucedió al final?
Arrepentido de no haber podido conservar a todos unidos.
De los errores que cometió.
De haberles fallado a quienes habían confiado en él.
¿Había hecho lo correcto en abandonarlo todo? ¿En salir del país y empezar en otro como si nada hubiera pasado?
Otro retorcijón; una herida emocional que se volvía a abrir un poco y que sabía, que no importaba cuánto pasara, nunca iba a cicatrizar por completo.
- ¿Sawada-san? - dio un pequeño brinco, la súbita voz lo saco de sus pensamientos y lo tiró devuelta a la realidad - ¿Está bien? No tiene buena cara.
- Nada en especial, sólo un pequeño dolor de estomago. Ya pasará - contestó - Agradezco su preocupación - el hombre lo miró unos momentos antes de asentir con la cabeza, despedirse haciendo una cortés reverencia y volver a caminar en dirección hacia su propio hogar.
Suspiró. Ni siquiera se había dado cuenta de la presencia de aquel conocido suyo hasta que habló. Supuso que era algo bastante descortés, pero esperaba que él lo tomara como uno de esos pequeños lapsos donde una persona hacia lo acostumbrado de donde había nacido.
- ¡Otosan, otosan! - cambiando la mueca de cansancio por una sonrisa cariñosa casi al instante, volteó hacia la entrada de su hogar y vio a un pequeño de cabellos rubios corriendo animadamente hacia él.
- Yoshimune*, ¿qué haces aún despierto? - preguntó, contiendo una risa ante el gran abrazo que le daba su hijo - ¿No deberías estar ya dormido?
- Okasan me dio permiso - respondió, rompiendo el contacto y mirando a su padre con ojos brillosos y expresión entusiasmada. El mayor arqueó una ceja ante la emoción que contenía el niño - ¡Eso significa que puedes contarme de una vez quienes son ellos!
Pas. Como un balde de agua fría que de pronto le fuera aventado sin ninguna advertencia. Había esperado al menos tener la noche para meditar bien lo que iba a decir, ahora eso no era posible.
"Aki*, cariño. ¿Tenias que darle permiso para dormirse tarde justo hoy?" Pensó para sí mismo.
- ¿Otosan? - dijo dubitativo. No le gustó el cambio repentino en el rostro de su padre cuando menciono lo de aquello - ¿Te encuentras bien?
- ¿Estás seguro de querer escucharlo ahora? - sin responder a la pregunta de su hijo, contestó con otra interrogante - La historia es bastante larga y-
- ¡No importa que lleve toda la noche! - interrumpió con ahínco - ¡De seguro es una historia impresionante, todos ellos se ven bastante geniales!
Y ahí estaba, no tenía escapatoria. Menos aún con la ojitos esperanzados del pequeño que le rogaban le contara quienes eran esas personas que estaban en la foto de su reloj de bolsillo, que significaba la leyenda "Givro eterna amicizia" que se podía leer marcada en el reloj detrás de la imagen, de que era el escudo que sobresalía en la tapa y porque las manecillas se encontraban paradas en la hora 12:04.
En contra de su naturaleza, maldijo por lo bajo el momento en que Yoshimune tuvo que encontrarlo mirando con una extraña sonrisa y mirada (a las propias palabras del menor, aunque él las definiría más bien como una gran añoranza y melancolía) al reloj. Que el niño haya logrado ver la fotografía y que muy ingenuamente haya accedido a dárselo para que le diera una pequeña ojeada con la condición de que fuera en extremo cauteloso con el aparato. Notando la seriedad de sus palabras, Yoshimune había observado el reloj como si fuera el objeto más frágil y delicado del mundo; fue entonces cuando le pidió que le contara el origen de éste.
Lo malo era que, aún no se sentía con el valor de contarlo todo. Tal vez podría narrar sin ningún problema el primer deseo, los primeros encuentros y las primeras bromas, e incluso reírse ante los recuerdos; pero no estaba seguro de poder relatar los últimos capítulos de aquella historia sin soltarse a llorar de pesadumbre.
Pero se lo había prometido a su hijo, y después de tantas promesas que dejo inconclusas no tenía ganas de añadir otra a la lista, por más pequeña que fuera.
Al menos, seguía y siempre seguiría honrando y cumpliendo el pequeño juramento grabado en su preciado reloj de bolsillo.
Así, Sawada Ieyasu, mejor conocido en Italia como Giotto Vongola, tuvo que recordar los momentos más decisivos, preciados y ahora también un poco dolorosos de su vida.
Rebeliones por aquí y por allá, sociedades secretas, conflictos, invasión por parte de Francia, Austria y dios sabrá que otros países mas quisieran ponerle una garra encima a aquella tierra.
Muertos por aquí, muertos por allá.
Italia se encontraba en el caos y la anarquía. Las batallas eran cosa de todos los días junto con el abuso y la pobreza de la clase más baja. No importaba que tanto "sentimiento nacionalista" hubiera o que tantos esfuerzos se hicieran, parecía que la miseria no se acabaría, y de hecho llegaba continuamente como olas tormentosas en forma de desesperación a los más necesitados.
Y era en esos momentos cuando un niño observaba la desgracia a su alrededor y su corazón se encogía; mirando con suplica a su abuela, preguntándole con los ojos si había algo que pudieran hacer para ayudar a esas personas. Ella negaba con la cabeza y le pedía seguir caminando, siempre lo hacía.
Se dice que las personas se acostumbran a su ambiente, que después de un tiempo todo lo que ocurre en éste se les hace normal y cotidiano, aunque dichos acontecimientos o acciones pudieran significaran algo cruel o incluso bizarro a ojos más conocedores. Pero Giotto, quien vivió gran parte de su infancia rodeado de males lúgubres nunca logro naturalizarse a ellos, si no todo lo contrario; cada día se incrementaba en su interior una pequeña llama que ardía con el deseo de ayudar a los demás.
Esa pequeña llama, sería el comienzo de todo.
Y crecería tan fuerte y poderosa en una familia que sería considerada la número uno en todo el mundo, pero que había sido fundada con el anhelo inocente de brindar auxilio a los demás.
Este es el comienzo de la Familia Vongola.
* Sawada Yoshimune: Cuando se muestra el árbol genealógico de Vongola, ese es el nombre del hijo de Giotto.
* Aki: En japonés significa "otoño", se me hizo un lindo nombre para la esposa de Giotto en Japón.
Ciao a todo aquel que lea esto. Antes que nada, me gustaría agradecer que llegaran a leer este pequeño prologo de la historia.
¿Qué puedo decir? Adoro a la Primera Generación con todo mi ser y su historia se me hace de lo más interesante (y corta venas, en lo que a mí concierne), es una lástima que Amano no nos diera mas de ellos en el manga, suerte que esta la saga de la herencia en el anime para calmar un poco las ansias.
Desde hace un tiempo, quería realizar un fic de cómo se fundó Vongola pero por "x" o "y" razón no me atrevía. Agradezco a una amiga mía por darme más ideas y decirme que lo escribiera. Aunque si soy sincera, creo que yo misma terminare haciendo sufrir a mi corazón con esto, pero bah, ¡vale la pena! -risas-
El titulo, lo saque el ending 1 de Fate Zero. La letra es muy bonita a mi parecer y creo que, tanto ésta como la tonada le queda a la Primera Generación.
Este prologo es pequeño, justo por ser una introducción a la historia, pero no se preocupen, me gusta hacer los capítulos lo suficientemente largos para saciar el interés pero sin resecar los ojos. Además, tenía ganas de poner un poco de Giotto luego de abandonar Italia y sentar su vida en Japón, que ¡hey! de entre todos los fics de él aquí en , solo he encontrado uno que hace eso. Muy lindo por cierto.
Antes de que se me olvide mencionarlo, ubico este fic por mitades del siglo XIX. Históricamente se me hace la época más parecida a lo que se alcanzo a mostrar de los Primeros. El porque creo esto, lo iré explicando en detallitos conforme pasen los episodios.
No sé que más decir, sólo que espero contar con el apoyo de todos para esta historia.
¡Gracias por leer!
Atte: ElenaMisaScarlet
