Personaje: Jaime Lannister/Cersei Lannister.
Desclaimer: Ningún personaje me pertenece, todos son de George R. R. Martin.
Línea temporal: Cuando Jaime es prisionero de los Stark tras perder en Aguasdulces.
Aviso: Este fic participa del desafío de noviembre "La batalla de hielo y fuego" del foro "Alas negras, palabras negras".
Invierno
Si Jaime era franco, podía decir que no había escuchado bien el discursillo que le había dado el hijo de Ned Stark, tras ir a visitarlo a su celda. Pero bien recordaba —o creía recordar—, dijo algo de… que estaban ganando, de que ahora él era un prisionero, escupió su apellido como si se tratara de un insulto, y claro, como punto final dijo la frase típica de su familia: "Se acerca el invierno".
Lo que sí se puede asegurar, es que el pequeño Stark —el que no es tullido ni bastardo, que conste—, había dicho lo último —la gran verdad es que lo otro puede que no, a Jaime ya le daba hasta pereza escuchar sus diálogos que no le servían de nada—, y a base de eso, Jaime también debía admitir, que por poco no aguantó la risa— que sonrió sí, y fue insultado por eso… también, pero no se rió—, ya que… le parecía un sinsentido.
Él que era un orgulloso Lannister —hecho de oro y piedras preciosas—, no andaba por ahí, diciendo: "Oye mi rugido", como si fuera el mejor diálogo que podría dar a cada momento. En ese instante por ejemplo, le parecía mejor, decir a su carcelero que su celda olía a mierda y que no sean tan mezquinos y flojos, como para no vaciar su urinal. Aunque bueno… igual ya cada uno tenía libertad de lo que decía… suponía. Hasta podría ser que ese invierno del que tanto hablaban al final, sí llegaría, tal vez era su tiempo y todas esas cosas —la verdad no encontraba tanto problema a un poco de frío—.
Aunque eso sí, Jaime creía que cuando este largo verano acabara, no sería muy grato seguir en una celda. En su mente, la mejor cura para las noches frías, no era nada más que una cama caliente, y… claro, la piel caliente de Cersei, y ahora que el marido de ella estaba muerto— gracias a los Siete—, creía que era el momento oportuno para tenerla al menos por un maldito día, por toda la noche —diciendo que la estaba consolando y esas sandeces—, y mientras con ella planeaba la forma de alzarse en el trono que tanto adoraba ella —y que en realidad para él, no tenía mucho encanto—, comerían carne de venado en nombre del difunto gordo con el cual a Cersei le obligaron a contraer nupcias.
Jaime creía fervientemente, que una vez salido de ese lugar —sin importar la estación que fuera —, él iría donde su hermana, y ahí… todo estaría bien. Y… no olería a mierda, ah, no espera, ellos vivían en el Desembarco y no el Roca Casterly, pero bueno… no todo puede ser tan perfecto.
Quería hacer algo con Catelyn, pero ese venado maldito no entró de forma alguna en la historia –maldito libro, que me dijo el menú completo de la boda roja, y donde no había venado-, y bueno… al final me resigné y agarré a unos de mis amados Lannister.
Yo… no quería meter más Jaime/Cersei, y tenía la intención de ampliar un poco más mis horizontes, pero… al final no, las cosas quisieron ser así, esta pareja sigue queriendo drabbles míos, hasta que les dé una verdadera historia. Oh, bueno, espero no haber cometido Ooc, y también haber cumplido todos los requisitos.
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