A/N: Una nueva historia. La cual está dedicada a Ana, ya que cuando estaba pensando en el apellido que le iba a colocar a la chica de la historia, el primero que vino a mi mente fue Scheving, por Magnus Scheving, del cual Ana es una super fan. Para ti Ana, con mucho cariño.

Espero que sea de su agrado.

Disclaimer: Es obvio, ¿no?

Red Soul

Capítulo 1

"Mujer. Su nombre es Cameron Scheving. Tenía 42 años. Era paciente de esquizofrenia; específicamente de psicosis paranoide. Fue encontrada tendida en la cama de su habitación por su hija menor. No hay signos de violencia. Se encontró un frasco de medicamentos, antidepresivos para ser exactos." Explicó Rigsby en medio de la habitación dirigiéndose a su jefa.

"¿Envenenamiento?" Preguntó Lisbon.

"Así parece." Contestó Rigsby.

"Entonces no hay caso." Sentenció Cho estando en la puerta.

Jane caminaba con lentitud observando el entorno de la habitación. Se daba golpes suaves en sus muslos mientras lo hacía.

"Entonces, si es tan obvio, ¿por qué nos llamaron?" Preguntó el hombre de cabellos rubios rizados con tono de intriga.

"Quizás no vieron el frasco de medicamentos." Contestó Lisbon mirando a su asesor.

"Mmm…" Murmuró Jane mientras continuaba inspeccionado el lugar. "¿Estando justo al lado de ella? Hasta un ciego lo hubiese notado." Dijo con sarcasmo.

Lisbon rodó los ojos.

El consultor se detuvo frente a la cama y miró por unos segundos el cuerpo en esta. El equipo lo observó.

"Parece feliz." Dijo Jane en voz baja sin quitar la vista de la mujer. "Digo… no parece una mujer que estuviese con una depresión terrible y quisiese suicidarse…." Finalizó.

"Padecía de psicosis paranoide… ¿quizás creía que si lo hacía se encontraría con…." Rigsby comenzó a hablar en tono de broma y sarcasmo, pero al ver las miradas fulminantes de todos se detuvo. "…con nadie."

Había algo que definitivamente llamaba la atención del consultor. No había un vaso de agua encima de la mesita de noche, sino dos.

"Dos vasos de cristal, uno terminado y uno a medio terminar." Dijo Jane pensando en voz alta. "¿No es extraño?" Dijo acercándose a la mesita de noche a la vez que apuntaba hacia los vasos y miraba al equipo.

"Quizás tenía 'visita'." Dijo Cho.

Jane tomó el frasco de medicamentos.

"Jane, no toques. Es evidencia." Dijo Lisbon en tono cansino.

"Hushh..." La mandó a callar Jane. "Es un suicidio, ¿no? No hay nada de qué preocuparte." Añadió. Miró la etiqueta del frasco y la leyó. Derramó las cápsulas en su mano y las contó. "Mmmm…" Murmuró.

"¿Qué?" Preguntó Lisbon secamente.

"Quedan veinte capsulas en el frasco. La etiqueta dice que la receta es de cuarenta."

"¿Y?" Preguntó Rigsby.

"Hay dos vasos de agua. Uno terminado y uno a medio terminar… Aún queda la mitad de la receta aquí." Dijo Jane levantando el frasco.

"¿A dónde quieres llegar?" Preguntó Cho.

"Es obvio." Comenzó a decir Jane. "Romeo y Julieta iban a suicidarse juntos. Ella lo hizo, pero él se arrepintió en el último momento… o quizás ni siquiera lo había pensado hacer desde un principio..." Dijo mirando a Lisbon a la vez que pestañeaba suavemente.

"Oh… por favor. Estás delirando." Dijo Lisbon con cansancio.

"Ella tenía pareja, ¿no? ¿Dónde está que no lo veo?" Preguntó Jane en tono sublime como si estuviese en un teatro. "¿Qué dijo su hija?" Preguntó esta vez en su tono normal luego de lanzar el frasco con suavidad en la cama nuevamente.

xXx

"¿Por qué sigues ahí?" El espíritu de la mujer miraba al consultor hablando mientras daba vueltas por su habitación. "Cariño… habíamos llegado a un acuerdo. ¡Habíamos hecho una promesa! Tú y yo. Juntos. Por siempre. ¿Por qué me has engañado? ¿Por qué te has arrepentido? Pensé que me amabas como yo te amo a ti. Ya veo que me equivoqué."

El espíritu de la mujer se posó justo al lado de Patrick Jane y lo observaba mientras este hablaba tranquilamente dentro de la habitación ignorando completamente de lo que sucedía.

La mujer trató de acariciar el cabello del hombre sin éxito, y es que para la mala suerte de Jane, la pareja de la mujer era muy parecida a él, demasiado. Era rubio, de cabellos rizados, ojos azules, piel blanca, estatura mediana y cuerpo delgado, pero esbelto. Su nombre era Peter Murray.

"¿Por qué me haces esto? ¿Por qué?" Preguntaba la mujer completamente dolida a su lado.

xXx

Patrick Jane dejó de hablar de golpe y se mantuvo en silencio.

"¿Pasa algo?" Preguntó Rigsby al ver su cambio repentino.

Jane sintió un leve, pero frío roce cerca del lóbulo de su oreja derecha y luego un escalofrío subió por toda su columna vertebral haciéndolo sobresaltar un poco.

"¿Qué te pasa?" Preguntó Lisbon mirándolo intrigada.

La palidez en la cara de Jane era evidente. El hombre miró a la agente por unos segundos y luego contestó.

"Nada." Contestó Jane haciendo ademanes con las manos. "Deberían investigar donde anda el marido de la occisa." Dijo ahora saliendo de la habitación.

xXx

Caminando por el patio de la casa hacia la carretera, Jane colocó el dorso de su mano en el medio de su espalda baja e intentó estirarse hacia atrás lo más posible.

"¿Seguro que estás bien?" Preguntó Lisbon mirándolo de reojo.

"Yep. Es solo una contracción muscular." Dijo suspirando y caminando hacia el auto.

"Estás pálido."

"Mehh… El cambio climático."

"Claro." Dijo Lisbon con sarcasmo.

Justo cuando iban a cruzar la calle, ambos se detuvieron para esperar que un auto pasara. Luego Jane sintió algo colocarse en su espalda y empujarlo hacia la carretera.

A continuación: la ensordecedora bocina del auto; el chillido de gomas de este; un grito de Lisbon; un gemido de Jane; y la caída fuerte de ambos en el pavimento húmedo.

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