Ninguno de los personajes que aparecen mencionados en este capítulo me pertenece. La hermana de Harry es sacada de mi imaginación (su imagen, quiero decir) pero ya existen tantas hermana de Harry Potter que no merece la pena decir que me pertenece.

Esto lo hago sin ningún ánimo de lucro. El único fin de este escrito es entretenerme, vaciar mi cabeza de fantasías y entretener a las personas que lo lean y espero disfruten.

Esta historia es "original". Con "original" quiero decir que la escribí hace años con otra cuenta que tenía creada en esta misma página pero a la que, por desgracia, no puedo acceder. En ese tiempo esta historia se quedó inconclusa por lo que ahora, y con algunos (muchos) arreglos espero finalizar.

Sin más dilación, empieza la historia y espero, el disfrute.

Saludos.

Capitulo 1: Llegada "triunfal".

En el numero 4 de Privet Drive Harry se levanta para ir al lavabo, llevaba toda la noche sin poder pegar ojo, sin parar de dar vueltas en la cama, algo lo mantiene inquieto. Sin querer y a pesar de que estaban hablando bajo escucha la conversación que mantienen sus tío Vernon con su tía Petunia.

- ¿Que te pasa? estás muy extraña desde esta mañana- preguntaba el hombre.

- Nada - respondió rápidamente tía Petunia- Es sólo que… - hizo una pausa - Creo que ella está allí… ya sabes… llevaba mucho tiempo sin tener noticias suyas pero hoy me ha llegado una carta… dice que está en Inglaterra y pienso que está en Hogwarts.

- Pero Petunia piensa bien lo que dices. Eso imposible - replicó el hombre, un poco acalorado. - Es, completamente imposible. - Parecía que trataba de convencerse a si mismo más que a su mujer.

- ¿Por qué estás tan seguro de que es imposible?- preguntó al mujer - El hecho de que haya estado todos estos años sin aparecer no significa que no lo vaya a hacer nunca. Ya sabes que prometió no hacerlo hasta que fuese conveniente. Quizá piensa que ya es el momento y quizá ella este allí, en Hogwarts, esperándolo.

Harry abrió la boca más de lo que creía nunca sería capaz. Su mente no podía terminar de procesar ni terminar de creer lo acababa de oír. El tenía completamente prohibido mencionar esa palabra y ella acababa de usarla como si hubiese dicho "cuchara" o "jarrón". Definitivamente, esa situación era extraña. De repente tembló, quizá eran dos mortífagos disfrazados de sus tíos. Tan rápido como la idea llegó, la desechó, el sabía que la orden hacía vigilancias permanente, que dos mortífagos hubiesen entrado a la casa era un pensamiento totalmente ridículo. Bostezó. Seguramente sería eso, estaba adormilado y no había entendido bien lo que habían dicho, sin poder, ni querer evitarlo, siguió escuchando la conversación, esta vez con atención y curiosidad.

- Pero Petunia - ahora volvía a hablar tío Vernon - Piénsalo bien. Si ella estuviese allí, en Hogwarts, el chico ya no estaría con nosotros, habría venido a recogerlo, hace algunos años que debe ser mayor de edad y, por dios, es su hermana, no iba a abandonarlo. Aunque… pensándolo bien, nunca lo ha llegado a conocer, tampoco sería tan extraño si no quisiese saber nada del chico, pero sería una pena, porque tendríamos que seguir cuidándolo - El hombre se había sumido en sus pensamiento y Petunía prefirió ignorarlo.

-¿¡QUE!?- estuvo a punto de gritar Harry. Se suponía que estaban hablando de él. ¿De quién si no?. Nunca desearían que alguien se llevase a Dudley pero… "…y, por dios, ella es su hermana…" - esa frase no paraba de resonar y dar vueltas en su cabeza. Era completamente imposible. ¿Él? ¿Una hermana?. ¡Se habría enterado! ¡Dumbledore se lo habría dicho! - "…Ya sabes que prometió no hacerlo hasta que fuese conveniente…" - Esa frase… estaban hablando de porqué ella no había aparecido en años… Quizá a ella también la buscaban los mortífagos… pero eso no tenía sentido, no había lugar más seguro que Hogwarts, no se habría ido. Una hermana… una hermana mayor con la que podría vivir pero, no podía ser cierto, tío Vernon tenía razón ella no lo abandonaría ¿no? - "…nunca lo ha llegado a conocer, tampoco sería tan extraño si no quisiese saber nada del chico…" - Esa frase… ¿podría ser verdad? Para ser mayor de edad sólo debía tener dos años más que él - "…hace algunos años que debe ser mayor de edad…" - No podía tener más de cuatro años que él por lo que, haciendo cálculos a lo grande, cuando Voldemort asesinó a sus padres ella debía tener unos siete años, los cuatro años siguientes debió haberlos pasado en casa de sus tíos por lo tanto, habían tenido algún contacto,¿ tan rápido se había borrado el cariño compartido durante cinco años? Decidió finalmente que estaba demasiado cansado para seguir pensando sobre algo que no tenía claro. Quizá el sueño le había jugado una mala pasada y había escuchado mal. Finalmente, sin si quiera haber ido al baño, volvió a su habitación y se acostó, sin conseguir dar una sola cabezada a causa de la información que acababa de oír.

Mientras en Hogwarts el director Dumbledore, la profesora McGonagall y el profesor Snape discutían en el despacho del primero sobre la nueva profesora que Dumbledore quería contratar..

-Pero… pero ella no puede ser profesora. - Decía nervioso Snape. Lo que menos quería en esos momentos era tenerla a ella allí… no otra vez, pero no le podía decir eso a Dumbledore, el simplemente le diría que la ignorase - No tiene los conocimientos necesarios. No tiene una edad adecuada ni la práctica requerida…

- Creo, Severus, que no eres el más indicado para tirar por ese camino- Dijo Dumbledore seriamente - Tú eras más joven que ella cuando entraste a trabajar en Hogwarts y tampoco tenías mucha práctica - le sonrió - Y sabes perfectamente que tiene, de sobra, los conocimientos necesarios para impartir la materia. - hizo una pausa - Entiendo perfectamente que no te haga gracia que ella esté, no otra vez, pero comprende que es lo mejor para todos y que no podemos negarle, eternamente, el ver a su familia. Sé que te duele su parecido con Lily Evans pero… - Snape lo cortó rápidamente, casi a punto de estallar.

- No se parece en nada a Evans, ¿entiendes? En nada - Dijo lentamente, intentando que su voz sonase lo más peligrosa posible.

- Llevas demasiado tiempo sin verla - fueron las palabras de Dumbledore antes de ser cortado por McGonagall.

-¡Por Merlín! ¡Albus! - Intervino McGonagall - Cuando el chico se entere… - Albus iba a cortarla por lo que alzó la voz - Y créeme, se enterará, va a ser un shock para él… Quince años sin ninguna noticia… No esperes que se lo tome bien ni que lo entienda, es demasiado tiempo y todos los aquí presentes sabemos que no lo ha pasado bien todos estos años en aquella casa. Así vas a conseguir que nos odie a todos y que odie Hogwarts. ¿Te imaginas lo que puede pasar si decide irse del colegio? - Decía la profesora McGonagall angustiada.

- No se irá Minerva, todos sabemos que no se irá. Ella… lleva separada de él mucho tiempo, nosotros la obligamos a hacerlo - Dumbledore parecía cansado y más viejo de lo normal - Ahora tenemos que asumir nuestra responsabilidad. Él tiene derecho a saberlo y a elegir… quizá, incluso, hubiese estado mejor con ella… nadie ha sabido de su existencia excepto nosotros tres, Sirius y Remus… quizá… hubiese sido más difícil de localizar si hubiese estado con ella… - Suspiró - Definitivamente él tiene derecho a saber… son mis últimas palabras.

- Supongo que es una batalla perdida de antemano, Albus - Dijo Minerva más calmada - Sólo te pido que lo reconsideres. Entiendo que ella quiera verlo, estar con el, pero, sigue sin ser una buena idea.

- Sé, Minerva, que no es una de las mejores ideas que haya tenido nunca, pero también sé que cuanto más demoremos esto, peor será después. Como ya te dije antes, tienen el derecho de conocerse y eso no lo podemos evitar. Lo único que intento es hacerlo de forma segura. Ella… quiere estar con él, sea como sea, y lo menos conveniente es que se aparezca en la casa y se lleve a Harry, los pondría en peligro a los dos y que ellos desarrollen la relación que deben desarrollar requiere tiempo. No podemos simplemente dejar que haga algunas visitas esporádicas y ya. Es una situación complicada y trato de llevarla lo mejor posible - Dumbledore dejó de hablar - Severus, no siempre las cosas son como nosotros queremos y sé que tú serás capaz de llevarlo perfectamente, has pasado por cosas peores.

- Claro, Albus - dijo secamente el aludido.

- Albus - habló McGonagall - Espera al menos un tiempo prudencial, ya sabes, ver si se llevan bien, que construyan algún tipo de relación, que ella se gane su confianza… para que le sea más fácil de aceptar.

- Esta bien, Minerva, no puedo negar que en eso llevas razón, facilitaría bastante las cosas, la verdad. Y bueno, creo que eso es todo por hoy, dentro de poco llegará y creo que deberíamos darle una bonita bienvenida ¿no? - Sin decir nada más, Dumbledore se levantó y se dirigió a la puerta de su despacho.

Pocas horas después de esta conversación una joven muchacha hacía su aparición en Hogwarts. Los nervios la carcomían mientras avanzaba por los amplios terrenos que la separaban del castillo. Hacía frío y una pequeña llovizna caía desde hacía algunas hora, aún así, había decidido recorrer el camino a pie con el propósito de tener más tiempo para pensar. Tenía miedo al rechazo, tanto a su rechazo como al de los que iban a ser sus compañeros de trabajo. Hacía meses le había escrito a Dumbledore pidiéndole que se le permitiera verlo y este le había contestado afirmativamente pero con la condición de dar clases en Hogwarts. ¡Que locura! Ella dando clases en Hogwarts, era ridículo y sabía que así se lo parecería a algunos de sus compañeros pero, no le quedaba otra salida, ya había esperado durante muchos años y no pensaba esperar más le pareciese bien o mal a quien le pareciese. Por fin había llegado a las puertas del colegio, las abrió lentamente y entró. La recibió la típica calidez reinante en todo el castillo. Una sonrisa asomó en su cara sin que pudiese evitarlo, era como estar de nuevo en casa después de un larguísimo viaje.

Miró a su alrededor sólo para comprobar que no había nadie. Sin saber muy bien lo que hacer, decidió dirigir sus pasos al despacho del director. Seguramente lo encontraría allí y si no… si no ya se le ocurriría algo. Andaba con paso ligero, recorriendo con la mirada los pasillos ya conocidos, pensando lo poco que había cambiado Hogwarts desde que ella había entrado. Tras subir algunos pisos, recordó porque odiaba tanto que Dumbledore la llamara a su despacho, desde luego el director debería plantearse trasladar su despacho a un planta más baja.

Estaba ya llegando al rellano del séptimo piso cuando las escaleras decidieron cambiar, por lo que la chica echó a correr y dio un salto para alcanzar el rellano sin poder evitar chocar con una persona que caminaba en la dirección contraria.

- ¡Auch! - fue lo único que pudo decir desde el suelo. La caída había sido dolorosa pues aún no había llegado a tocar el suelo cuando chocó con la otra persona. - Malditas escaleras… - Miró hacía arriba sólo para quedarse más pálida de lo que estaba después de la caída - Profesor Snape - dijo con un hilo de voz.

El hombre se había quedado absorto en cuanto reconoció con quien había chocado. "No puede ser ella, no ha podido cambiar tanto" pensaba para sí mismo mientras una voz en su cabeza le decía que todo el mundo cambiaba con los años. "Sé que te duele su parecido con Lily Evans" "No se parece en nada a Evans ¿entiendes? En nada" "Llevas demasiado tiempo sin verla". Resonó la conversación con el director en su cabeza. Enfadado con éste y consigo mismo tuvo que admitir que la chica aunque no completamente igual a su madre, era la viva imagen de ella.

La chica viendo que no le hacía caso se puso de pie y pasó la mano por delante de su cara. Nada, no reacciona, ¿le habrá pasado algo con el choque? se preguntaba.

- Profesor Snape ¿esta usted bien? - volvió a hablarle. El aludido la miró como si le hubieses puesto delante un cubo de gusanos, no podía permitirse flaquear delante de ella. No iba a hacerse ilusiones. No iba a caer y pensar que el mundo le había brindado una nueva oportunidad de tener a Lily frente a sus ojos.

- ¿Profesor Snape? - preguntó - Pensé que hacía años que me había librado de su destructiva presencia en mis clases. - No podía dejar de mirarla. Definitivamente había cambiado demasiado.

- Perdón - se disculpó - Es la costumbre. - dijo secamente - ¿Cómo debería llamarlo a partir de ahora? - preguntó con la voz más fría que pudo. Desde luego sabía desde antes de entrar que él sería uno de los que la rechazaría pero al menos podría haber esperado a saludarla educadamente y después seguir con la frialdad acostumbrada.

- Puesto que vamos a ser compañeros, Rose, podrías llamarme por mi nombre y tutearme - sonrió irónicamente - No creo que nuestra posición de ahora deba ser tan… respetuosa… como la de hace años.

- Esta bien, Severus, como quieras - dijo la muchacha girándose - Encanta de haberte re-encontrado y ahora si me disculpas voy a ver si encuentro al director en su despacho - y comenzó a caminar lentamente.

- Encantado también - dijo lo suficiente alto para que lo oyera - Creo que iré a mi despacho a celebrarlo con una doble ración de veneno.

- Maldito - masculló la chica por lo bajo - Lidiar con el durante todo el año iba a ser, sin duda, una ardua tarea.