Disclaimer: Naruto no me pertenece, es creación de Masashi Kishimoto.
"Relatos de amor, cariño y amistad"
Capítulo 1: La fuerza de mamá.
— ¡Vámonos a comer!
Sarada Uchiha no pudo evitar fruncir el ceño. Aburame sensei no había terminado lo que iba a decir y ella quería escuchar más detalles acerca de la tarea que había dejado. Suspiró, se acomodó los lentes, tomó su refrigerio y salió del aula.
Caminó hasta una banca. Alrededor no había ningún chico de su academia... le pareció perfecto.
Sarada no tenía amigos en la academia y nunca tuvo tiempo siquiera de entablar alguna conversación con alguien. Sarada era menor que sus compañeros, la habían adelantado un año por sus notas sobresalientes y habilidad ninja.
En su anterior aula tampoco había hecho amigos; algunos se acercaban a ella con la intención de que les explique algunas cosas y otros más desvergonzados le pedían copiar su tarea. Al terminar las clases ella corría a su casa, le gustaba que su madre le aclarara algunas cosas de la academia; pero si algo le emocionaba demasiado era encontrar a su padre y almorzar con él.
Cuando a Sasuke Uchiha le llegó la noticia de que su hija sería adelantada un año en la academia ninja solo atinó a sonreirle mientras posaba su mano sobre su pequeña cabeza. Un día le comentó a Sarada que sería un genio como su tío; solo con ese comentario hizo que su hija se dedicara el doble a sus estudios.
Sarada suspiró, de verdad quería volverse un ANBU a los 14 años, o por qué no, antes de los 14. Tomó el bento donde su madre le había mandado el refrigerio y lo intentó abrir. No pudo, lo intentó de nuevo, nada.
— ¡Shannaro!— exclamó molesta.
...
— Escucha Sarada, no abras tu comida antes porque se puede enfriar, luego puedes enfermar y… — Sakura quien hablaba rápido paró de pronto, se veía afligida— ¡Shannaro!— cerró el bento— Seré médico ninja pero no soportaría verte enferma.
Sí, su mamá solía preocuparse demasiado cuando tenía que ver con la salud, tanto con su hija como con su esposo. Ello, sumado al dramatismo propio de ella era explosivo.
— Nunca abro mi comida antes, mamá.
...
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Era la fuerza sobrehumana de Sakura. A veces cuando se emocionaba no podía controlar su fuerza y solía romper cosas o en este caso, volver inaccesible la merienda de su hija.
— ¿Acaso no piensas comer' ttebasa?
Sarada lo miró con sorpresa, no había sentido su presencia, ¿qué clase de ninja era si no podía sentir la presencia de un escandaloso como Bolt Uzumaki?, se recriminó.
— ¿Qué haces acá? — pronunció seria.
Bolt no sabía qué responder, simplemente la había visto alejarse sola y aislarse de los demás. A Bolt no le gustaba eso, la soledad… le daba escalofríos con tan solo pensar en ello.
— Te vi forcejear con tu bento, ¿qué pasa? ¿Acaso la gran Uchiha no puede abrirlo? — soltó con burla.
— Claro que puedo.
— A ver.
Sarada se avergonzó, no quería que Bolt la viera fracasar. Porque no solo bastaba con heredar casi todos los rasgos físicos de su padre, también había heredado su orgullosa personalidad.
— Ya no tengo hambre— la pequeña se cruzó de brazos.
— El gran Uzumaki lo abrirá.
Bolt tomó el bento de Sarada, ella quiso arrebatárselo pero se le vino una idea a la cabeza: "Ni en mil años Bolt logrará abrirlo, se humillará solo". Y en efecto, Sarada pudo ver cómo Bolt intentaba hasta con los dientes sacar la tapa. Ella sonrió, pero no fue una sonrisa maliciosa, era una verdadera, alguien aparte de su familia se preocupaba por ella.
— Déjalo— Sarada estiró el brazo para que le entregara el bento.
— ¡Vas a comer… y eso es una promesa' ttebasa! — el niño levantó el pulgar hacia arriba, tal como lo hacía su padre.
Bolt siguió intentando abrir el bento sin éxito durante los próximo tres minutos, incluso había tomado una piedra sin darse cuenta que solo estaba cerrando más el bento. Sarada intentó advertírselo pero lo vio innecesario, igual no lo abriría. El rubio se sentó a su lado agotado, se agachó y colocó entre ellos un bento, el suyo.
— Te prometí que comerías y lo cumpliré.
Bolt abrió con facilidad su bento, Sarada miró la comida pero no observaba en sí el contenido del bento. Bolt podía ser el niño más revoltoso, escandaloso y con la voz más chillona de todo Konoha, pero no podía negar que tenía un gran corazón.
Si bien no había logrado abrir el bento, literalmente estaba cumpliendo con su promesa.
— No puedo aceptar, yo…
— Yo nunca rompo mis promesas' ttebasa, siempre las cumplo, ese es mi camino ninja.
Sarada quedó perpleja, ese niño al cual había subestimado ya tenía trazado su camino ninja, realmente iba a ser un gran ninja, de eso no había duda. Sarada tomó con timidez una bola de arroz y comió en silencio. Bolt hizo lo mismo solo que él hacía ruidos al masticar, esta vez la Uchiha lo dejó pasar por alto. Escucharon la campana que anunciaba el regreso a clases, Sarada tomó el bento destrozado (debido a los intentos fallidos de su compañero por abrirlo) pero aun así cerrado.
— No puedo llegar tarde— Sarada se paró y empezó a correr, a solo unos metros paró en seco— Gracias.
Y sin más salió corriendo. Hoy Sarada había descubierto dos cosas:
Uno, Bolt no solo era estúpido, era un terco-estúpido de buen corazón; y dos, jamás nadie en el mundo debía de subestimar la fuerza de su madre.
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Aviso: Este fic ha sido escrito antes de ser publicado el Naruto Gaiden.
Aclaraciones: Este fic sigue una línea temporal. Se centra en la infancia de Sarada, y en cuanto al grado de romance, es poco, precisamente infantil. Los capítulos están intercalados, uno es Borusara, el siguiente InoSara, y el tercero SasuSaku, la secuencia se repite hasta el final.
Espero que les haya agradado la historia y, sino es mucha molestia, me gustaría saber su opinión, un review no los hace más pobres :'(
Buen día :B
