-¡Qué dolor de cabeza! –Se quejaba Sheldon al despertar –Con una mente tan brillante como la mía, este dolor equivale a diez veces más que el promedio.
Abrió los ojos aunque la luz todavía le molestaba. Su boca estaba seca y sentía la engua pastosa. Pero eso no era lo más molesto esta mañana, la incomodidad mayor que sentía era el no poder recordar con cabalidad los hechos del día de ayer en la noche.
Al observarse se dio cuenta de que no tenía puesto el pijama del día sábado. De hecho no llevaba nada puesto. Es un escándalo, se dijo a sí mismo al momento en que se volvió en la cama y se dio cuenta de que no estaba solo.
