Este fic participa en el reto Fobias del foro La Aldea Oculta entre las Hojas.
Didaskaleinofobia: Es la fobia de ir a la escuela/colegio.
Drabble, 499 palabras ;_; casi no lo logro xDDD
Disclaimer: Naruto ni sus personajes me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.
Kankuro siempre, siempre había odiado la academia. No le gustaba ni mirarla cuando pasaba cerca. Sentía palpitaciones, no podía respirar, la taquicardia amenazaba con infartar su corazón y sudaba frío cada que era hora de entrar a clase.
Nadie lo entendía, ni su padre, ni Temari, y aunque en ese momento no hablaba con Gaara, estaba cien por ciento seguro de que él tampoco lo entendía, pero todos llegaban a una precipitada y errónea conclusión.
—Deja de ser tan llorón, Kankuro, él no te matará.
Su padre le había soltado las palabras con dureza e incluso con irritación palpable. No le gustaba que su hijo mayor lo molestara con niñerías.
—Ya estás grandecito, quédate en clases y aprende.
—Pero padre, n…no es por él, es…
—Vete al colegio entonces.
Habían tenido la misma discusión durante mucho tiempo, y aunque su hermano le causaba escalofríos, él no era la razón.
Se escapaba constantemente, odiaba quedarse ahí atrapado, siendo juzgado y observado, como rata en laboratorio.
El punto de quiebre lo obligó a someterse a su terror.
—Es la última vez que te escapas, Kankuro —le había dicho su padre, tomándolo del cuello de la camisa y llevándolo a rastras—. Tienes que vigilar a tu hermano.
Le decía vigilar, como si tuviera que cuidar y proteger a su hermano menor, pero él sabía que no era así, tendría que observarlo de lejos y encargarse que no hiciera nada peligroso, que no se durmiera… Pero ese era el menor de sus problemas si tenía que estar ahí, en ese edificio odioso. Prefería estar en cualquier otro lugar, en medio del desierto, en un cementerio, o en una habitación pequeña con Gaara.
Tuvo que vivir con mareos, agitación, paranoia…
Y ahora, graduado y con mucha experiencia, tendría que volver. Había puesto un montón de pretextos, y lo había podido posponer durante un tiempo, pero ya se le habían acabado las excusas. Era hora de enfrentar la academia.
—Kankuro, no tienes por qué ir —Le dijo Gaara antes de salir—.
Su hermano menor se limpiaba los dedos con la servilleta en el desayuno y miraba la mesa, diciendo las palabras como alguien mencionaría el clima o comentaría el nuevo corte de cabello del vecino.
El marionetista tuvo que retener su sorpresa, sabiéndose descubierto, y con cuidado procedió a responder.
—Está bien, Gaara. —dijo de pronto, sintiéndose aliviado, recordando que justamente Gaara tendría miedo de ser rechazado—. Está bien, sólo son mocosos.
—No tienes qué ir, si te da aversión.
Kankuro rió, cada vez más tranquilo.
—Eh, tengo que ir. Tengo que vigilarte.
La pequeña sonrisa en su hermano bastó para borrar su miedo.
O bien, casi todo.
.
—Oh, Kankuro, eres todo un caso —Remató Temari observándolo en cunclillas—.
Después de dejar que los alumnos entrenaran por su cuenta, Kankuro se escurrió a la enfermería y suplicó por una pastilla para la ansiedad.
—No molestes, sigue acariciando mi cabello.
Kankuro se recostó mientras Temari se reía y pasaba sus dedos por su cabeza.
¡Hola! Uhhh, mi primer reto, ¡Qué nervios! Lo importante es participar (?) Nah, ya en serio, ojalá les guste. Y si algo no les gustó, tienen duda o sugerencia, háganmelo saber con un comentario para seguir mejorando. ¡Gracias!
(¡Mi reino por un review!) ¿Quién dijo eso? (...)
