Disclaimer: Ninguno de los personajes de Teen Titans me pertenece.
Prólogo.
Ella sabía que él se encontraba ahí, al pie de su cama, observándola. Comenzó a sentir su presencia algunos días después de haberla ingresado, y lo más probable es que fuera después de dar a conocer algunos "pequeños incidentes". Los primeros días aquel no-invitado la apremiaba a despertar en su presencia, a que se mostrara y se presentara, sin embargo, la muchacha opto por ignorarlo, y recibió dosis de sedante más fuertes. Pronto se dieron cuenta que estaban cometiendo un error.
Pero no él no estaba al tanto del poder que aquella joven manejaba. Ella podía adivinar sus intenciones con su sola presencia, igual que en ese momento se daba cuenta que estas habían cambiado mucho.
Abrió los ojos y se irguió, dispuesta a escucharlo.
— Al fin me deleitas con tu presencia. – Había una nota de molestia en su voz.
— Al fin estas dispuesto a negociar. – Contraataco, y se sintió satisfecha al ver el cambio que aquello produjo en su interlocutor.
— ¿Quién te ha dicho..?
¿Acaso era pánico lo que noto? — Nadie, – interrumpió— tengo mis medios para enterarme de las cosas. – Dijo restándole importancia.
Quizá le había subestimado. — Si sabes que quiero negociar, también sabrás que es lo que ofrezco. – Lo dijo en un tono amable, relajando la postura.
— Quizá, – pensó un momento, y sabía que si salía de ahí no podría seguir durmiendo en paz en mucho tiempo si no hacía algo también por los demás — pero pediré lo justo, y quiero que no sea solo él y yo, sino todos.
Sabía que se estaba arriesgando, que quizá estaba dejando ir la oportunidad de salir de ahí. Pero para ella estaba claro: era todo o nada.
— Muy bien,– le respondió serio— ¿y si la respuesta es no? No es más que suficiente tu libertad.
Se quedó callada, sopesando la posibilidad. Al final de cuentas, no conocía personalmente a nadie que estuviera ahí, pero había visto sus sueños, o por lo menos, muchos de ellos.
— No es suficiente.– Fue lo único que dijo y volvió a costarse y cerrar los ojos.
