Sucedió hace unos días atrás. Sin estar herido, perdido, tampoco sin que un Akuma este detrás de Marinette, Chat Noir apareció en la casa de la aludida, quien desde ese momento empezó a seguir yendo cada tarde o noche que podía. En ese ínterin Marinette notaba que Chat Noir estaba raro y no era por el principal hecho de que fuera a su casa a visitarla sino era por las actitudes que mantenía cuando estaba ahí.

La más notoria de todas es la de que Chat parecía como si un gato estuviera husmeando la habitación, fisgoneando de la forma más discreta posible, pero Marinette se daba cuenta que miraba todo a su alrededor con una mirada curiosa e inquisitiva.

Al menos la primera vez que apareció pudo –con ayuda de Tikki– retirar todas las fotos de Adrien, como apagar su computadora para que el gatito no encuentre la evidencia de que le gusta o piense que es una acosadora.

No obstante ahora y luego de unas cuantas visitas del minino aun no sabía lo que quería, aunque él le dijo que quería su amistad, el invadía mucho su espacio personal para que quiera eso, ademas de que si eso es lo que realmente quería a Marinette le pareció un poco raro, ya que ha pasado tiempo desde la última vez que se han visto.

Es por eso que en este momento al bajar como habitualmente hacia desde que el minino empezó a visitarla para traerle un vaso de leche y galletas. Ella le pidio anteriormente a Tikki que se quede y vigile al gatito para que luego le informe lo que hacía en su habitación cuando no estaba.

Sin embargo a llegar con la bandeja, el gatito no estaba y aunque lo buscaba por todos lados, no aparecía y cuando subió las escaleras para ir a su cama por si por algún motivo se encontraba ahí, se dio cuenta que le faltaba algo.

¿Dónde estaba su almohada?

Se preguntó estupefacta, mirando a todos lados, para encontrarse a Tikki fingiendo como un muñeco. La cual todavía no se movía.

— ¿Que sucedió Tikki? —Le pregunto, aunque ella no contesto, estaba inmóvil desde que presencio eso.


Minutos antes

Al instante en el que Marinette se fue, el gatito subió por las escaleras donde estaba la cama y se lanzó hacia la misma, estampando la cara con su almohada roja con lunares negros, mientras sus fosas nasales aspiraban su aroma, con una boba sonrisa surcándole por su rostro y emitiendo gritos de fangirl en su interior, mientras giraba en su cama y la abrazaba efusivamente. Luego de unos segundos se retiró la almohada de su cara y miro para los dos lados sonrojado. Trago saliva y apretó más la almohada contra su pecho para abrir la escotilla e irse con la almohada bajo el brazo.

Ante la mirada incrédula de Tikki, quien ya tenía los ojos desorbitados.


Por eso en ese preciso momento la Kwami se preguntaba que le diría a Marinette, al menos de algo estaba segura...

Se había resuelto el misterio de los objetos perdidos.