Titulo: Blind
Resumen: Basado en la película del mismo nombre. Porque el amor es ciego.
Parejas: GinnyxDraco
Proceso: 1/5
Blind
Capitulo I: Ella
Narcissa Malfoy camino con paso lento y cansino por el pasillo de su deplorable mansión. En sus mejores años la mansión Malfoy había sido un lugar de congregación para la clase alta de Londres, todo eso había sido cuando su marido vivía, ahora, mientras vivían de la herencia dejada por este, la mansión había perdido su brillo.
La mujer dejo de caminar al llegar hasta la ultima puerta del pasillo, la golpeo con parsimonia, pero no hubo respuesta. Abrió la gastada puerta con cautela, al parecer la habitación estaba vacía, Narcissa no se fío, camino entre la cama y el gran espejo que había del otro lado, recogió un poco de ropa que había en el piso, y fue allí cuando sintió el frío aliento de su primogénito. Draco Malfoy único hijo de Narcissa y Lucius Malfoy, desde antes de nacer su destino había sido escrito, el embarazo de la joven mujer rubia había sido muy delicado y los doctores le habían dicho que el niño nacería enfermo y que moriría, Draco rompió esas expectativas, aunque había nacido ciego para malestar de sus padres, y desde ese entonces había estado recluido en aquella habitación.
- Sal de aquí – Le espeto el joven, su madre se giro para verlo. A la vista de cualquiera Draco era un joven atractivo, cabello rubio platinado, blanco, de complexión delgada y musculosa, nariz aristocrática y pómulos masculinos, lo único que lo hacia delatarse, eran sus ojos grises carentes de vida.
- No lo hare Draco, ya lo sabes. Vine a darte una noticia – El joven rubio dio la media vuelta y se tiro en la cama, sin prestarle mas atención a la mujer.
- Lárgate - Le volvió a espetar sin siquiera mirarla. La mujer solo soltó un suspiro resignado, su hijo había crecido con un mal genio, huraño, y violento.
- Desde mañana vendrá una joven a leerte – Draco gruño con disgusto, él no necesitaba que alguien le leyera, obviamente él no se encontraba capacitado para hacerlo, pero aún así no quería que una tonta chiquilla viniera a hacerlo por él. – Haz todo el escándalo que quieras nadie te ayudara – Fue lo último que le dijo la señora Malfoy antes de irse de la oscura habitación. Draco se quedo allí tendido en esa cama, que había sido su único refugio en todos estos años, mañana tendría que echar él mismo a aquella joven, fuera o lo que fuera.
A la mañana siguiente una joven iba caminando por las nevadas calles, sus gastadas botas hacían ruido al pisar sobre el hielo, usaba una capa de color gris. Camino sin apuro hacia la mansión Malfoy, cuando llego toco la puerta sin una pizca de nerviosismo. La puerta fue abierta por una mujer de unos cincuenta años, con un cabello rubio, y ojos penetrantes, Ginevra la identifico como la señora Malfoy.
- Me llamo Ginevra Weasley – Fue lo único que le dijo. La mujer la observo por un momento, la joven era bonita, no exultante, pero bonita de una manera rustica, con su cabello rojo desprolijo, unas pecas en su nariz y unos ojos marrones. Después de analizarla abrió la puerta para que pasara, así lo hizo la muchacha, inspeccionando todo con sus ojos.
- Acompáñame –Le invito, comenzó a subir las escaleras y caminar por el pasillo hacia la habitación de su hijo. Ginevra la siguió en silencio. A llegar hasta el ultimo cuarto se detuvo – Mi hijo es una persona agresiva, tienes todo el derecho de defenderte como tú puedas, deberás leerle un libro al día, con eso tu trabajo estará hecho, ¿Haz entendido? – Se giro para mirarla, la chica solo la veía con ojos inexpresivos.
- Si señora – Musito, con una voz suave. La señora Malfoy le abrió la puerta para que ingresara, la pelirroja miro el cuarto, en el centro había una cama matrimonial desecha, las cortinas gruesas y oscuras no dejaban pasar ni un rastro de luz solar, lo cual le daba un toque sombrío, no parecía haber nadie en el cuarto, hasta que se fijo en la oscura figura de un chico, sentado en una silla en un rincón oscuro. Ginevra lo analizo rápidamente, el chico parecía ser mayor que ella por un año o algo así, era guapo, no deslumbrante como Harry, pero tenia un aire de misterio que lo hacia atractivo. El chico ni siquiera se dio vuelta cuando su madre se acerco a él, parecía una estatua viviente.
- Ella es Ginevra – Le dijo al rubio. El muchacho bufo en respuesta. – Ven a buscar un libro conmigo a la biblioteca, y empezaras con tu trabajo.
La joven la siguió muda mientras salían de la habitación y caminaban a un cuarto cercano, la biblioteca de la mansión Malfoy era mas grande que la que poseía la comunidad londinense. Ginevra se extasío cuando vio los estantes llenos de libros, y es que si había algo que ella amara tanto como a su familia eran los libros. Antes que la señora Malfoy la contratara, ella trabajaba en la biblioteca municipal, cualquier joven de su edad, debería estar buscando un buen marido para sentar familia, pero ella no era como las demás. Ginevra venia de una familia pobre, de varios hermanos, la posibilidad de casarse no había sido tan remota como lo era en la actualidad, antes cuando había sido mas joven había tenido el sueño de casarse con Harry Potter, un chico de buena familia que no le importaba su escasa belleza ni que viniera de una familia pobre, él veía su alma, pero eso cambio cuando el joven se encontró con una exótica extranjera, ella supo de inmediato que no podría competir con esa joven, toda su vida le habían dicho que no era bonita, y que su pobreza solo resaltaba eso. Por eso ella se había rendido al matrimonio y había comenzado a trabajar, para ayudar a su familia.
Después de haber escogido un libro no demasiado difícil de seguir, Ginevra se encamino hacia la habitación del joven Malfoy, la señora la había dejado para atender asuntos importantes.
Entro al cuarto con cautela, buscando al rubio con la mirada, este permanecía en el mismo lugar donde lo había visto recién, no parecía darse cuenta de la presencia de Ginevra. La chica abrió las persianas para que la luz pasara, pero no contó con la reacción inesperada del rubio. El chico se irguió repentinamente y camino hacia ella, con un paso pesado y agresivo, Ginevra no se inmuto cuando se coloco frente ella y le alzo la voz.
-¿Qué crees que haces? – La voz de Draco surgió agresiva y tosca desde su garganta.
- La señora me contrato para leerte, y para leer necesito luz, es algo lógico - El rubio se sorprendió de que la chica no se inmutara por su tono. La sintió, curioso mientras esta se sentaba cerca de su escritorio, casi sin usar, y abría el libro. Con rabia tiro el libro de sus manos haciéndolo caer a unos cuantos pasos de ellos, ni siquiera pudo reaccionar antes que sintiera la pequeña mano de la chica contra su mejilla, perplejo escucho como se dirigía a él con una voz suave pero enojada.
- Los libros no son para tirarlos, son para leerlos – Le reto, Draco se sintió como un niño pequeño siendo regañado, la ira aumento, él no era un niño pequeño para que una niñita viniera a decirle que cosas podía hacer. Lo admitía era ciego, pero no por eso lo hacia ser menos que ella, aun en plena oscuridad, podía saber con exactitud donde estaba la chica y movilizarse sin chocar con nada, el olfato era su vista.
- ¡Lárgate, estupida niñita! – Ginevra aguanto las nuevas ganas de pegarle, no estaba bien que le agrediera cada vez que la sacaba de quicio, así nunca seria un trabajo medianamente agradable.
- No me iré – Fue lo único que le respondió. Comenzó a leer sin importarle que Draco empezara a gruñir o hacer ruidos, al poco rato el chico se había cansado de incomodarla y había escuchado la lectura.
Cuando termino el libro Ginevra alzo la vista para buscar al chico, no lo había sentido moverse y pensó que seguía allí, frente a ella, pero no fue así. No parecía estar en ninguna parte, lo busco en los rincones más oscuros de la habitación, suponiendo que allí se encontraría, mas no lo vio. Camino dispuesta a irse, ya habiendo terminado su libro diario, al llegar a la puerta sintió el cuerpo del chico arrinconándola a ella, Ginevra sudo frío, rezando para que no le fuera a hacer algo indebido y ella recurriera a agredirlo de nuevo.
- Hueles bien, para ser pobre – Le susurro en el cuello, la chica sintió un montón de cosquillitas recorrerle la espina dorsal, sus mejillas se tiñeron de rojo por la indignación.
- Que sea pobre no significa que sea sucia, Malfoy – Le espeto, se dio la vuelta bruscamente y tomo el brazo del chico, doblándolo y empujándolo bruscamente contra la puerta – No vuelvas a tocarme, se muy bien defenderme – Y no mintió, Ginevra había crecido rodeada de seis hermanos varones y había asistido a una escuela donde había solo tres mujeres, su hermano Bill había tenido que enseñarle a defenderse y ella no duraría en hacerse respetar. El chico se soltó de su agarre y se dio la vuelta, quedando frente a frente.
- Vete, ahora – La pelirroja no lo pensó dos veces, y salio por la puerta. Ese hombre era un pendenciero, y un desquiciado. Al llegar a la primera planta se encontró con la Señora Malfoy, parecía esperarla.
- ¿Cómo se comporto? – Pregunto sin mirarla, seguramente se esperaba un grito desesperado, o un chillido desesperado.
- Bien Señora – Mintió la chica, hizo una pequeña reverencia y salio de la casa.
Narcissa vio a la joven irse como si el mismo demonio la persiguiera, sabia que le había mentido, Draco nunca se comportaría de manera amable con ninguna persona, había sido criado así. No se sorprendió al escuchar a su hijo hablar detrás de ella.
- Esa chiquilla no volverá a esta casa, hare lo posible para que así sea Madre – Y Narcissa pensó que así seria, porque su hijo hablaba con una convicción, casi malévola.
Nota Autora: Mi primer Fic de esta categoria y de esta pareja, es la primera vez que escribo sobre ellos y todavia no se muy bien como caracterizarlos, espero sus comentarios, cualquier critica sera aceptad, con tal que sea constructiva. Muchos Saludos.
