Hola,

No se ni por donde comenzar, estoy muy feliz del recibimiento que tuvo Love in the Dark, siempre lo pensé como un one shot y fue creciendo gracias a ustedes por sus hermosos comentarios, no creo que en ninguna de mis historias me hayan pedido tanto que la continúe como con esta.

Siendo honesta, me encanta el final de Love in the dark, para mi ahí terminaba la historia, cada uno seguía su camino hacia la historia oficial que todos conocemos, pero, inspirada por todo su apoyo, decidí continuar y es así como les traigo este capítulo.

Espero que les guste dejen su review y cuénteme todo, que les parece, que mas quiere ver y no me queda nada mas que agradecerles y decirles que los amo.


La noche estaba fría, estaba sentada sobre el suelo de la torre de astronomía con una caja de chocolates a un lado, era san Valentín, estaba molesta e indignada por Cormac y su intento de conquistarla contra su voluntad, tenía la sensación de que esperaba a alguien, no sabía a quién, pero estaba ahí por una razón.

Dejó escapar un suspiro cuando un aroma extraño la atacó, era el perfume de un hombre, de eso estaba segura, olía como a menta o pino, no podía distinguirlo con precisión, pero su corazón latía con rapidez, alguien atravesó la puerta de la torre, el dueño de aquel aroma que le aceleraba la respiración, era una imagen borrosa, no podía distinguir nada, solo un par de manos pálidas.

Tal como ese sueño llegó, se esfumó y otro la invadió; esta vez estaba recostada sobre el suelo de la torre de astronomía, alrededor de ella había muchos cojines y una manta que la protegían de la frialdad del suelo, pero ella no sentía frio, pues las pálidas manos que lograba distinguir estaba acariciando su cuerpo, quemando todo por su paso y ella misma estaba quitándolo la camisa a aquel hombre, su atención se centró en el brazo del muchacho, pero no entendía porque "Esto no te hace quién eres" se escuchó a si misma decir, sorprendida por la emoción en su voz.

Las manos de ella se concentraron en el botón y cierre del pantalón de la persona frente a ella, se sonrojó, estaban en ropa interior; no podía distinguir al muchacho, su cabeza estaba completamente borrosa, él se inclinó para quitarle sus calcetas del uniforme, le quitó la primera y comenzó a besar sus piernas, una vez que sus piernas estuvieron desnudas se concentró en liberar sus pechos, los tomó entre sus manos y ella soltó un gemido.

Agitada se sentó en la cama, sudor escurriendo por su frente, sus manos estaban temblorosas y sentía calor en su estómago, estaba llorando y ni siquiera había estado consciente de cuando Harry había llegado a su lado, acostado a su lado y abrazándola, esperando a que ella se calmara.

No era la primera vez que esto sucedía, de hecho, la mayoría de las veces que dormía se despertaba en esas condiciones, por eso, dejaba que Harry descansara mientras ella vigilaba que nada les sucediera, cuando él estaba listo para continuar, ella dormía un par de horas y su amigo estaba ahí para darle soporte cuando despertaba tan vulnerable.

Su amigo siempre le preguntaba sobre sus sueños, cuando eran cosas triviales le contaba al respecto, pero el sueño de esa noche no podía contárselo, al menos no el segundo. Eran tan reales, desde hace un tiempo había llegado a la conclusión que no eran sueños, eran vivencias, recuerdos quizá, el problema es que ella nunca había vivido nada de eso, cada vez que intentaba armar teorías, terminaba con un terrible dolor de cabeza, una sensación de vacío y una extraña sensación en el pecho, así que evitaba pensar con regularidad en su propia situación, enfocándose en sobrevivir.

Llevaban un año escapando de los carroñeros y de Voldemort, enfocándose en dos cosas solamente: Horocruxes y sobrevivir. Las cosas no iban bien últimamente, Ron los había abandonada en un arranque de celos, no lograba comprender porque Harry le brindaba tranquilidad después de sus sueños y el no, le parecía difícil entender el vinculo fuerte y profundo que tenían entre ellos.

Si bien Ron era parte del trio, entre Harry y ella había demasiadas similitudes que les permitían entenderse a la perfección, habían encontrado entre ellos un vinculo que va mas allá de la sangre, una hermandad especial y Ron, había estado intentando demostrarle que quería una relación amorosa entre ellos, no es que el muchacho no era guapo, carismático y podría brindarle ese cariño que ella sentía que le hacía falta, pero había algo en ella que no le permitía verlo mas que como un amigo, era algo difícil de explicar, pues sentía que su corazón le pertenecía al muchacho que invadía su inconsciente, era una locura, ya que ni siquiera sabia quien era y porque se presentaba cada vez que cerraba los ojos, lo peor era la sensación que dejaba en ella, anhelo.

Cuando estuvo tranquila, su amigo se sentó frente a ella y tomó sus manos entre las de él, a ambos les confortaba sentir el contacto del otro, eran todo lo que tenían, uno al otro, en medio de un bosque, con pocas horas de sueño, con poca comida en sus estómagos, con la paranoia, el miedo, la esperanza de acabar con todo, solo se tenían uno al otro.

-Cuéntame que soñaste – dijo con dulzura, pero ella negó – Bien, no hace falta que me lo digas, supongo que el chico misterioso aun no se deja ver

-Son tan reales, quizá estoy volviéndome loca

-Por supuesto que no, si hay alguien mas cuerdo en esta vida, eres tú

-Quisiera tener una noche en que esto no suceda

-Hermione, he estado pensando mucho sobre esto – carraspeó – como verás, tenemos mucho tiempo libre para pensar y sé que me has dicho en repetidas ocasiones que esto no es una prioridad, pero debería serlo, es imposible que lleves un año con esto y es demasiada la coincidencia que esto comenzó una semana después de la muerte de Dumbledore y mi intuición me dice que hay algo que no estamos viendo, yo no estaba ahí, pero Nott te encontró inconsciente y a los días esto comienza a ocurrir y lo peor es que no tienes idea de que sucedió ese día

-Ya te dije que estuve en la biblioteca todo el día después de que nos reunimos con el resto, no recuerdo en que momento quede inconsciente, gracias a merlín Theo estaba ahí para ayudarme y ambos sabemos que tuvimos mucha suerte al aceptarlo en la orden, si para eso debía de encontrarme de esa manera, valió la pena

-Tienes razón en cuanto a él, pero todos dijeron que estabas muy confundida y luego – gruño con frustración – esa mañana cuando te despediste de mí, había algo en tu mirada, llevaba un tiempo sospechando que algo me ocultabas y ese día, podría jurar que estabas disculpándote por adelantado, te conozco tanto como me conozco a mi mismo

Ella se quedó en silencio contemplando las palabras de Harry, mientras que él la observaba, no le había contado sobre la conversación que escuchó entre Malfoy y Dumbledore aquella noche, no le había dado importancia comparado con todo lo que estaban viviendo, pero después de un mes en que su amiga despertaba llorando, sudando y sintiéndose abatida, comenzó a atacar ciertos cabos, las noches que Hermione desaparecía, su repentino desinterés en Ron, su reacción al ver a Draco lastimado por su propia mano, lo feliz que se miraba y luego, Dumbledore preguntó ¿Qué pasara cuando sus recuerdos se han regresados? Y las palabras del slytherin retumbaron en su cabeza "ella podrá salir adelante sin dedicar un pensamiento en mi"

-¿y si fue un obliviate? – preguntó sin detenerse a pensarlo

-Harry, ¿quién haría tal cosa? – dijo ignorando el nudo en su garganta, ella había hecho tal cosa con sus propios padres y vio la cara desencajada de su amigo al darse cuenta de lo que le había recordado

-Lo siento, se que es un tema sensible para ti, pero no encuentro otra explicación. Tú al menos implantaste en tus padres deseos y otros recuerdos, por lo cual supongo fue la razón que se mudaron inmediatamente a Australia, pero quien sea que te haya hecho esto, solo borró los recuerdos, eso debería explicar el vacío que me dices que sientes.

-Hay cosas mas importantes en que pensar, además, seamos honestos, jamás tendría una relación y no contarte sobre ella

-¿y si fue con alguien con quien creías que no debías estar? ¿alguien quien creías que no aprobaría?

-Déjate de tonterías – comentó levantándose de la cama para poner distancia entre ella y su amigo, había caminado unos pasos cuando él volvió a hablar

-Draco Malfoy, por ejemplo.

Tal vez fue una reacción rápida e inconsciente, pero Harry pudo notarlo, se puso rígida por unos segundos, se giró para verlo y juró que podía ver en su mirada un rastro de reconocimiento, pero inmediatamente desapareció haciendo que ese brillo que se había asomado en sus ojos fuera remplazado por esa tristeza que parecía no abandonarla.

-Tu mismo me dijiste que Malfoy bajó su varita y que no quería matar a dumbledore, tal vez no sea tan despreciable como creemos y siendo honesta, siento lastima por él, tal vez nadie le mostró que había más opciones además de ser mortifago y creo que es un peón más para la guerra al igual que nosotros, pero de eso, a tener una relación secreta con alguien como él y no morir en el intento – rio- eso debe ser la idea más absurda que has tenido, considerando que tuviste la brillante idea de permitirme que te cortara el cabello y no salió nada como queríamos.

-Solo considéralo, escuche algo esa noche ¿sabes? Dumbledore implicó que Malfoy estaba enamorado de alguien que no aprobaría sus acciones y mencionó que ya no la tenía para guiarlo

-Basándose en eso, consideras que soy yo – negó con la cabeza – mejor ve a dormir antes de que me provoques una migraña con tus teorías.

-Nah, vuelve a la cama – se levantó de la cama- apenas llevabas una hora dormida, me siento descansado

-Okay, con cuidado

Siempre, Granger – sonrió de manera que pudiera imitar la sonrisa de malfoy para provocar algo en ella.

La vio contemplarlo y sacudir la cabeza, volvió a la cama para seguir durmiendo. Ya no le quedaban dudas, la chica a la que se había referido Dumbledore esa noche era Hermione, si bien no brincaba de emoción de saber que había mantenido una relación con un mortifago, él había sido testigo de lo vulnerable que estaba esa noche, del dolor en cada una de sus palabras y ahora, también había entendido porque el exdirector había mencionado que esperaba que todos entendieran sus razones y lo perdonaran, ahora sabia que aquel comentario casual había sido para él, por eso le hombre lo había mirado de tal manera cuando lo dijo; le había pedido que no juzgara al chico frente a él, que no le condenara por sus acciones porque detrás de ellas habían razones, a las que ahora podría considerar puras, detrás de esas acciones estaba Hermione, que justo ese día había sido encontrada inconsciente y confundida, Draco Malfoy le había robado sus recuerdos.

Por primera vez desde esa noche, pudo sentir lastima por su compañero, quizá si el mismo hubiera tenido un padre como Lucius Malfoy y nadie más a quien admirar o tener como ejemplo sería igual que él, en su caso, el no tuvo a sus padres, pero su mamá se había sacrificado por él, tenía a Lupin, tuvo por un tiempo a Sirius, a Hagdrid, a Dumbledore y sobre todo, siempre tuvo el amor incondicional de sus dos mejores amigos, y Molly Weasley se había encargado de hacerlo sentir parte de su familia. En cambio, Malfoy siempre vivió en ese mundo obscuro en el que nació, entendía porque debía sentirse obligado a continuar en ese mundo y, de hecho, se alegraba si había encontrado en Hermione toda esa luz que se le había negado, sinceramente el no encontraba el atractivo en el muchacho, pero si Hermione fue capaz de estar en una relación secreta con él, no debía de ser tan malo.

Sentado fuera de la tienda sobre el húmedo suelo del bosque, sus pensamientos estaban todavía en esa inesperada revelación cuando vio una luz a lo lejos, enfocando su mirada pudo distinguir la forma de un ciervo, un patronus. Se levantó, dedicando una ultima mirada hacia dentro de la tienda, donde su amiga estaría probablemente dormida, se dispuso a seguir a la criatura.

Hermione paseaba de un lado a otro fuera de la tienda, había despertado no por sus sueños de siempre, sino porque algo había hecho clic en su cabeza, recordó el símbolo que llevaba el padre de Luna en la boda de Bill y Fleur, el mismo símbolo que estaba trazado sobre el libro de cuentos infantiles que le había dejado Dumbledore en su testamento, tenía una pista al fin, sabía que debían hacer, pero cuando salió en busca de Harry, no estaba por ningún lado, no sabia si sentirse furiosa o preocupada.

Ingresó a la tienda a preparar un poco de té, lo que sea con tal de ocupar su mente y sus manos, no quería que sus pensamientos la llevaran al muy lógico razonamiento de Harry acerca de sus sueños o los miles de escenarios que su cabeza crearía si su amigo no regresaba pronto, además de que ella se encontraba sin su varita y eso la hacia sentir a un mas ansiosa.

-¡Hermione! ¡Hermione – escuchó a Harry llamarla, salió corriendo a su encuentro

-¿está todo bien? – preguntó cuando su preocupación pudo mas que su furia

-Todo bien, de hecho, todo está más que bien – dijo señalado atrás suyo

-Hola – sonrió Ron, entonces la furia regresó, corrió hacia él y comenzó a golpearlo

-¡eres un completo idiota! Desapareces por semanas y llegas aquí como si nunca nos hubieras abandonado ¿Dónde está mi varita, Harry? ¡quiero mi varita! – gritó y su amigo retrocedió temiendo lo que seria capaz de hacer con su varita en mano

-No sé, no sé dónde esta

-¡Harry Potter, entrégame mi varita!

-¿porque Harry tiene tu varita?

-¡eso no te importa! – estaba a punto de gritarle un poco más cuando su atención se enfocó en el objeto en la mano del pelirrojo - ¿Qué es eso? ¿lo destruiste? ¿Por qué tienes la espada de Gryffindor?

-Es una historia un poco larga

-Da igual, esto no cambia las cosas

-Por supuesto que no – rodó los ojos – solo destruí un maldito horocrux que llevábamos meses intentando destruir

-Eso no borra que nos dejaste

-Intenté regresar inmediatamente, pero no sabia como encontrarlos

-¿Cómo nos encontraste? – preguntó Harry después de comprobar de ya no había peligro

-Con esto – saco el desiluminador que Dumbledore le heredó – no se como funciona, pero la mañana de navidad estaba en un bar intentando esconderme de unos carroñeros y fue ahí cuando lo escuché

-¿Qué cosa? – el azabache estaba muy intrigado

-Una voz, a ti Hermione

-Exactamente que fue lo que dije – se burló

-Mi nombre, pero esa manera en la que me haces sentir cuando sabes que he hecho algo mal y aun así eres capaz de perdonarme, siempre has sido la voz de la razón de los tres y entonces presione esto – les mostró el desiluminador nuevamente – una luz brillante salió de él, entonces supe que todo estaría bien y que me llevaría a donde debía estar, aparecí cerca de aquí en unas montañas esperando que alguno de los dos se mostrara y Harry lo hiso. Es como si Dumbledore hubiera imaginado que haría algo así y me dejó algo para encontrar el camino de regreso a casa.

-No eres al único al que Dumbledore le dejó cosas que nos ayudarían, al fin entendí porque me dejó el libro, esta mañana lo descubrí e imagina mi sorpresa cuando me encontré sola y preocupada – fulminó con la mirada a Harry

-Lo siento, lo importante es que hay un horocrux menos y aparentemente tenemos un plan

-Y yo tengo varitas que robé a un carroñero, una gran idea, parece.

-Vamos adentro, les contaré y ambos descansan un poco antes de partir.

Todo se había ido al carajo en cuestión de minutos, Hermione supo que algo andaba mal desde el momento que vio a Xenophilius Lovegood tan nervioso y aun mas fuera de si de lo común, cuando le preguntó por Luna, pudo ver el miedo en su mirada.

Necesitaban información, por eso se habían quedado, el té que les ofreció era la cosa mas horrenda que había probado, eso que habían pasado varios días sin comer algo apropiado. Les explicó sobre las reliquias de la muerte, y de como la fabula de los tres hermanos era más que un simple cuento para la hora de dormir.

Cuando se dispusieron a irse, el hombre se volvió loco, les dijo que se habían llevado a Luna y la única manera de recuperarla era si los entregaba a ellos, intentaron salir de ahí, pero el señor Lovegood había dicho el nombre de voldermort alertando a los mortifagos y comenzaron a ser atacados, se tiraron sobre el suelo, cubriéndose lo más que podían, se tomaron de la mano y desaparecieron.

Hermione tenia un mal presentimiento desde el momento que sus pies tocaron el suelo del bosque, al igual que en la casa del excéntrico hombre, todo parecía demasiado tranquilo, demasiado fácil para ser verdad.

-Traicionero, cobarde ¿no podemos confiar en nadie? – escupió Ron

-La raptaron porque él me apoyaba, está desesperado – negó Harry con tristeza

-Haré los hechizos

Ella sacudió sus jeans, no confiaba en que pudiera decir algo, el nudo en el estómago le estaba advirtiendo algo, caminó cuesta arriba esperando encontrar un buen lugar para colocar la tienda y descansar después de esa tarde en la que estuvieron cerca de ser atrapados, se detuvo cuando vio a un hombre frente a ella, con la bufanda que una vez había dejado como señal para Ron.

-Hola, Bonita – no se detuvo a ver si sus dos amigos la seguían, comenzó a correr – No se queden esperando ¡atrápenlos!

Escuchó el suelo crujir bajo sus pies y los de sus amigos, se giró para comprobar la distancia entre ellos y los carroñeros, se maldijo por haber dejado aquella bufanda, maldijo el momento en que se pusieron en esa situación después de haber sido tan cuidadosos, no sabía lo que esos hombres harían con ellos, sus piernas casi le fallan al solo imaginar lo que harían con ella.

Dejó escapar un grito cuando uno de ellos lanzó un hechizo que casi le da, esquivo los mas que pudo, su único pensamiento era lograr que Harry no fuera capturado, él era quien debía salir de esa, a lo lejos vio como Ron caía al suelo con sus piernas sujetas por cadenas, no podía detenerse, debía ayudar a Harry.

Se detuvo cuando vio que un mortifago ya la esperaba a unos metros, no había salida, se giró para ver a Harry correr cuesta abajo, levantó su varita y le lanzó un hechizo tan potente que su amigo se fue hacia atrás cayendo al suelo, casi nadie conocía a Ron y a ella, pero el rostro del elegido estaba por todos lados, corrió a su lado, se hincó quitándole los lentes y metiéndolos en su abrigo.

-Las reliquias existen, está buscando una, la última y sabe dónde está - dijo ignorando la manera en la que las manos de ella temblaban o como su respiración se volvía mas agitada, pues él no podía ver que detrás de ellos los carroñeros estaban listos para atraparlos – la tendrá esta misma noche, sabe donde esta la varita.

La tomaron bruscamente del hombro izquierdo haciéndola ponerse de pie, la lanzaron hacia otro hombre que la sujeto rápidamente, uno de ellos golpeo a Ron en el abdomen, fue ahí cuando el pánico comenzaba a apoderarse de ella, pero no necesitaba estar tranquila si iba a encontrar una ruta de escape.

-¡Déjenlo!

-A tu novio le va a ir mucho peor si no aprende pronto a comportarse – rio el líder, luego se giró a ver a Harry - ¿Qué te pasó, feo? ¿Cómo te llamas?

-Dudley, Vernon Dudley – respondió rápidamente

-Revísalo – ordenó

-¿y tu como te llamas? – le preguntó a ella mientras acariciaba su mejilla con uno de sus sucios dedos

-Penélope Clearwater, mestiza – su respiración se contuvo cuando el hombre se acercó demasiado a su rostro, como si quisiera besarla

-Aquí no hay ningún Vernon Dudley – interrumpió uno de sus secuaces y no podía estar mas agradecida

-Oíste, Feo no estas en la lista – gruño Greyback- porque no quieres que sepamos quien eres

-La lista está mal, ya dije quién soy – los retó, el líder se alejo de ella para contemplar al azabache, ella intentó luchar para llamar la atención, pero ya no había vuelta atrás

-Cambio de planes, no llevaremos a estos al ministerio.

Si hubiera tenido algo digno que vomitar en ese momento, lo hubiera hecho, el hombre creía saber que se trataba de Harry Potter, su estómago se revolvió a un mas cuando aparecieron frente a una enorme y obscuras rejas de una mansión, reconoció a la mujer en la entrada, Bellatrix Lestrange.

Los hicieron pasar a una sala en la que la familia Malfoy estaban esperando a excepción de Draco, supuso que el chico no tardaría en aparecer, podía ver que, al igual que ellos, la familia estaba en las mismas condiciones, como si llevaran huyendo un año, quizá era así. Bellatrix mandó a traer a su sobrino, tal vez eran las teorías de Harry, pero sus piernas temblaron al escuchar que había sido convocado.

Lo vio entrar a la sala, ahogó un gemido de asombro, el muchacho no era para nada como ella recordaba, estaba mas pálido de lo usual y más delgado que un año anterior, podía ver como sus manos estaban temblando, su cara estaba contrariada y esquivando ver a su dirección, caminó pasando a su lado e inmediatamente fue atacada por el aroma con el que tantas veces había soñado, quizá Harry tenía razón.

-¿Y bien?

-No estoy seguro – dijo con voz firme mientras miraba al chico sobre el suelo

-Draco, mira con atención – Lucius Malfoy miró hacia atrás esperando que sus siguientes palabras no fueran escuchadas por los carroñeros – si somos quienes entreguen a Potter al señor tenebroso, nos perdonará y todo volverá a ser como antes

-No olvidaremos quienes lo atraparon en realidad ¿verdard, señor Malfoy? – interrumpió el líder,

-¡Te atreves a hablarme así en mi propia casa! – gritó el patriarca de la familia, Narcisa se acercó a su esposo, tomándolo de la mano para calmarlo

-No seas tímido, cariño – sonrió de una manera retorcida la tía del joven – ven acá

La mujer lo tomó de la mano guiándolo para que viera aun mas de cerca a Harry de rodillas sobre el suelo, en ese momento Hermione quiso creer que la teoría de su amigo era correcta y que Draco Malfoy no iba a entregarlos, pero ella no podía estar segura de ellos, así que deseo que aquel muchacho hiciera lo correcto, por una vez en su vida, fuera un hombre valiente y no hiciera lo que se le pedía. Su excompañero se hincó frente a su amigo, su corazón latió con rapidez.

-Si no es quien creemos, Draco y le llamamos, no matará a todos– dijo la mujer como si le estuviera hablando a un niño pequeño – debemos estar seguros

Draco Malfoy había sido un doble agente exitoso por meses, se comunicaba con Theo cada vez que tenía información nueva que compartirle, a su vez, su amigo le contaba que no tenia noticias de ella, pero él la conocía bien y sabia que su chica era astuta, que nadie daría con ella si dependía de ella, pero su corazón casi se paraliza cuando unos minutos atrás, había sido llamado por su tía, practicó en el espejo su mascara de frialdad que le estaba costando cada vez más usar, no estaba seguro si algún día podría borrar de su mente todas las cosas que había visto.

Su mundo se vino abajo cuando vio a una mujer castaña removerse en los brazos de un carroñero, su aroma lo invadió y pensó en atacar a aquel hombre y salir corriendo de ahí con ella en sus brazos, pero sabía que la estaría condenando al hacer eso, por eso había borrado sus recuerdos es primer lugar, para no tener que estar en la situación que estaba en ese momento, al menos sabia que si tu tía quería usar legeremancia en ella, no encontraría nada que pudiera darle una causa mas para matarla. Al estar frente a Potter, vio su mirada suplicante y con una mirada le dio a entender que lo hiciera por Hermione "así que Potter sabe" pensó

-¿Qué le pasó en la cara? – preguntó esperando ganar mas tiempo

-Si, ¿Qué le pasó?

-Así lo encontramos, suponemos que algo le pasó en el bosque

-O le hicieron un embrujo punzante ¿fuiste tú, linda?

A Draco se le heló la sangre al ver a su tía caminar hacia la mujer se su vida, asintió ligeramente a Potter, tan sutilmente que solo el elegido podría ser capaz de ver el movimiento de su cabeza. El intercambio silencioso se vio interrumpido cuando su madre tocó su hombro, haciendo que se pusiera de pie.

-Chequen el ultimo hechizo en su varita – su tía rio como demente – ah, te descubrí

De pronto la tensión en el ambiente se triplicó cuando Bellatrix dejó escapar un grito de sorpresa, se giró para ver a todos los presentes con asombro.

-¿Qué es eso? ¿Cómo la obtuviste? – preguntó a uno de los carroñeros

-Estaba en la bolsa cuando la registramos, pero ahora es mía – ni bien termino de decir cuando ya había salido disparado hacia atrás, le arrebató la espada y de su varita salió un látigo que dio con el resto de los carroñeros – ¡lárguense, salgan de aquí!

Si Draco había creído que podrían librarse, esa esperanza se había esfumado en cuanto su tía comenzó a caminar por la sala contemplando sus siguientes movimientos, lo que dijo a continuación cambió el rumbo de su vida para siempre.

-Cissy, encierra a los chicos en el sótano – se acercó a Hermione – voy a tener una conversación con ella, de chica a chica

Su madre lo miró cuando perdió el balance al escuchar a si tía, y tomar a la chica del cabello, Narcisa Malfoy era una mujer astuta, se acercó a su hijo bajando la varita que el inconscientemente estaba preparando para proteger al amor de su vida, apretó su mano cuando el primer crucio le dio sobre el pecho a la castaña.

Quiso dar un paso hacia adelante, su madre se lo evitó, estaba al borde de las lágrimas, eso no debía de estar pasando, durante meses habian hecho lo imposible para protegerla, la había traicionado para cuidarla, le había borrado lo que ella le suplicó que no hiciera. Tres crucio más tarde, pensó que había terminado, era una mujer fuerte, no había dejado escapar ningún grito, pero eso había enfurecido mas a su tía.

Se colocó sobre la chica que estaba recostada sobre el suelo, tomó una daga y comenzó a carvar una palabra sobre su brazo izquierdo, haciendo que la sangre de la chica se derramara sobre el suelo, se detenía después de cada letra para lanzar otro cruciatus

-Esa espada debería estar en mi cámara en gringotts ¿Cómo la obtuviste? ¡Qué otras cosas sacaron tu y tus amigos de mi bóveda!

-No saque nada – negó – por favor

-No te creo – los gritos de Hermione invadieron la mansión y retumbaron en su corazón

Era suficiente, no podía soportar más, utilizando magia sin varita, le lanzó un hechizo a la castaña para compartir su dolor, sus rodillas se doblaron cuando sintió el intenso dolor que ella estaba sufriendo, su madre lo había sostenido, solo por eso no cayó de rodillas sobre el suelo.

-¡habla niña! – gritó

Hermione no iba a hablar así la mataran, no solo no tenía la información que le querían extraer a base de dolor, sino que no le daría la satisfacción a todos los presentes de verla quebrar, se preparó para otra oleada de dolor, pero no fue tan fuerte como los anteriores, movió la cabeza hacia la izquierda queriendo alejar el olor de la mujer, vio a Draco Malfoy sosteniendo su varita con fuerza, sus nudillos blancos, vio a su madre mirarlo extrañada, observó los ojos cerrado del muchacho con fuerza y el sudor de su frente. Había sido él, la estaba ayudando y con ese pensamiento su corazón latió con esperanza, nada la preparó para lo siguiente, el hombre abrió los ojos y sus miradas se conectaron justo en el momento que Bellatrix lanzó otro cruciatus.

Sintió que algo en su mente estalló, su cuerpo comenzó a convulsionarse, escuchó a lo lejos la risa siniestra de la mujer, pero nada de eso importaba porque en su mente se estaba llenado de imágenes que nunca creyó que existieran.

El hombre que besaba sus piernas desnudas era Draco Malfoy, quien se sentaba con ella en la torre de astronomía, el chico cubierto de sangre dormido sobre su regazo mientras ella jugaba con su cabello, los pasillos que en sus sueños estaban desiertos, ahora veía a Draco mirarla con deseo, la persona con la que abatía en un duelo era él. La persona que le susurraba que la amaba, el que le pedía perdón cientos de veces, quien la celaba y abrazaba, ahora podía oler con claridad el caldero de armotentia, la persona a quien le suplicaba que se quedara y a la que juró que nunca iba a perdonar; sus ojos se llenaron de lágrimas, era él quien había dejado ese vacío en ella.

-Draco – dejó escapar en un susurro

-¿Qué dices, linda?

-Creo que sería conveniente que traigas al duende, querida hermana – interrumpió Narcisa cuando escuchó el nombre de su hijo salir de los labios de la niña sobre el suelo

Bellatrix se concentró en extraer información del duende, dejando finalmente a la castaña tranquila, lo único que Draco quería hacer era tomarla en sus brazos, con tristeza vio como la palabra "sangre sucia" adornaba su brazo, aun con sangre goteando de ella.

Hermione no podía hacer nada, su garganta estaba en llamas después de tanto gritar, el dolor en su brazo era insoportable, pero el dolor de su corazón era aun peor, Draco le había arrebatado todo, por un año estuvo soñando con él, por un año estuvo volviéndose loca por el anhelo de encontrar a ese hombre que la hacia tan feliz en sueños. No podía hacer nada más que estar en el suelo dejando salir sus lágrimas, sin dejar de ver al hombre que tanto amaba y que ahora sabia, lo mucho que había extrañado.

Todo pasó muy rápido, escuchó a Ron gritar un hechizo desarmando a la mujer, Harry lanzó un desmaius al señor Malfoy dejándolo inconsciente. Narcisa y Draco se comenzaron a abatir en duelo con sus amigos, pero ella podía ver que Draco no se estaba esforzando mucho, al igual que su madre. De pronto Bellatrix la tomó del cabello haciéndola levantarse, poniendo la misma daga con la que había trazado la palabra en su brazo, sobre su cuello.

-¡alto! Suelten las varitas ¡que las suelten! – Draco miró a Harry con complicidad y tomó las varitas del suelo

-Vaya, vaya ¿Qué tenemos aquí? es Harry Potter y esta como nuevo otra vez, justo a tiempo para el señor tenebroso ¡Draco, llámalo!

El rubio tragó saliva, no tenía la menor intención de llamar a nadie, así tuviera que pagarlo muy caro después, lo importante era sacar al trio de su casa, con vida y rápido. Su padre que había reaccionado, se acercó a él, colocó una mano sobre su hombro, estaba desesperado por la aprobación y el favoritismo de su amo. Levantó la manga de su fina camisa, estaba a punto de tocar la marca, cuando un ruido hiso que todos enfocaran su atención para ver hacia arriba.

Dobby, está sentado sobre el majestuoso candelabro de la sala, en un solo movimiento lo hiso caer al suelo, haciendo que Belltrix soltara a Hermione, quien corrió al encuentro con sus amigos, miró a Draco con la misma adoración con la que solía hacerlo y el chico casi se deja caer al suelo, no entendía de donde venia eso ahora.

Harry se acercó al rubio haciendo un espectáculo de arrebatarle las varitas, el chico se las dio sin resistencia, asintiendo al elegido. El azabache corrió hacia sus amigos, Hermione solo estaba de pie gracias al agarre de Ron, Draco no hubiera querido otra cosa mas que acercarse a ella y besarla, probablemente por ultima vez, quien sabe que seria de ellos ahora que estaban a punto de dejar escapar al gran Harry Potter, la castaña no le quitaba la mirada de encima.

Dobby y su tía estaban gritándose uno al otro, pero para el no existía nada mas que ella, estaba viva y eso era lo único que importaba, miró hacia todos lados, asegurándose de que nadie le prestara atención, movió los labios para que Hermione pudiera leer el movimiento de ellos "perdóname". Si bien ella nunca sabría que no se refería solamente a lo que acaba de suceder, podría enfrentar lo que viniera tranquilo, sabiendo que al menos ella vería arrepentimiento en él.

Con chasquido de los dedos del elfo, comenzaron a desaparecer, su tía lanzó la daga hacia la dirección de ellos, estuvo a punto de atravesarse en el camino de aquel objeto, pero su madre lo detuvo nuevamente.

Sin saber si esa daga había dañado a alguien, Draco dejó escapar un suspiro esperando que todos estuvieran lejos del alcance de Voldemort y de la loca de su tía, no podía decir lo mismo de él. Ahora que la había visto después de un año de no saber de ella, la convicción de terminar con esa guerra se había incrementado, ella le dijo una vez que debía tomar coraje de su amor y así lo haría, sabiendo que la próxima vez que la vería seria en la guerra de la que tanto huyeron.

Varios días habian pasado desde que escaparon de Malfoy manor, habian enterrado a dobby y habian tomado ese tiempo para recuperarse, Fleur y Bill habian ayudado en todo lo que podían, ella se sentía mejor, el dolor de su cuerpo se había ido y solo podía recordar cuando Draco llegó en esas condiciones una noche, había subestimado la condición de él en aquel entonces.

No había hablado con nadie, estaba muy ocupada acomodando todos sus recuerdos en su lugar, todos le habian dado su espacio sabiendo por lo que había pasado, pero Harry estaba cansado, así que entró a su habitación.

-¿Cómo estás? Se que lo que pasó es algo difícil de digerir, pero quiero que sepas que aquí estoy y que todos te amamos.

-Lo sé, te lo agradezco- carraspeó – tenías razón

-¿sobre?

-Draco, tenías razón - él asintió

-Si, lo confirmé cuando vi su rostro al vernos en su casa y luego, no nos quiso entregar y lamentó que no tengas recuerdos sobre lo que pasó entre ustedes, pero lo que hiso por nosotros, no sé cómo pagárselo

-Harry, lo recuerdo todo. – soltó – su obliviate no fue tan fuerte, por eso podía tener sueños al respecto, con mis padres me preparé y me convencí de que lo hacía por amor y protección, al igual que Draco, pero mi magia peleó contra el hechizo y no le permitió seguir su curso y cuando Bellatrix me torturó, el dolor liberó mis recuerdos.

-Vaya, ahora entiendo porque has estado aislada, es mucho que procesar

Hermione compartió por primera vez todo lo que había vivido a lado de Draco, le contó a Harry todos los detalles dentro de lo que podía contarle, le contó sobre los planes que tenían y las últimas palabras que Draco le dijo, lo que hiso esa tarde para quitarle el dolor que su tía estaba provocando.

-Tiene una manera muy retorcida de protegerte

-Es la única manera que conoce

-¿es cierto? – preguntó en un susurró

-¿Qué cosa?

-¿Nunca vas a perdonarle?

-Eventualmente lo haré, entiendo que sus acciones venían del miedo y la desesperación ¿Quién lo culparía? Viste la condición en la que estaba su familia, puedo entenderlo

-Se que no quieres mi opinión, pero si alguien esta dispuesto a tomar un cruciatus por mí, vale la pena conocer más y perdonar, quizá a eso se refería Dumbledore cuando dijo que esperaba que todos entendiéramos sus razones y el perdón fuera algo que le pudiéramos conceder.

-Quizá, pero aun así sigue pelando para ya sabes quien

-¿estás segura de eso? Si fue capaz de borrar tus recuerdos, de ayudarnos en su casa a sus posibilidades ¿realmente crees que su corazón está en ello?

No comprendía en que momento Harry se había convertido en un hombre tan sensato, su amigo tenía razón y puede que no conociera lo que estaba pensando Draco en esos momentos, como estaba o que debía hacer para estar en el lugar que estaba, pero le quedaba desear volver a verlo y seguir su propio consejo; Tener fe en el amor que sentía y seguir hacia adelante, esperando que sus caminos se encontraran nuevamente.