N/A: Pequeño Aokise que tenía hace un tiempo y quería subir.
De fábulas y de delirios
En alguna que otra oportunidad, divagando, Aomine se había puesto a pensar en lo bonito que era Kise. Dentro de ello, lo finos que eran sus rasgos, y lo delicado de su mirada.
Por lo que había llegado a una conclusión: de haberse encontrado en cuento de hadas, Kise habría sido definitivamente un príncipe.
Dejando de lado lo bonito de su exterior; era carismático, bueno con las chicas, talentoso, y tenía ese algo que lo hacía destacar sobre los demás. Tal cual la si perteneciese a la realeza.
Y como una cosa lleva a otra, también se había tomado la molestia de meditar cual habría sido su propio rol en dicha historia.
Luego prolongados momentos de de contemplarse al espejo, había llegado a la conclusión que con certeza sería un malvado hechicero o alguna otra especie de antagonista.
No era motivo de sorpresa, puesto que sus facciones eran toscas, para nada como Kise. Su carácter no era el mejor, e incluso en el pasado, había sido horriblemente cruel con él.
«Probablemente hubiésemos sido enemigos» pensó, al reparar en la idea.
Y no pudo sentirse más feliz de que esa no fuese su realidad.
Porque probablemente ahora, en el en la fábula, Kise se encontraría entre los brazos de alguna doncella, siendo consentido por la misma.
Pero aquí, en el mundo real, la muchacha podía irse bien al demonio.
¿Por qué? Porque Kise estaba con él, y aunque tuviese que hacer uso de la más oscura de las magias, el malvado hechicero pretendía mantenerlo a su lado.
