Titulo: El destino.
Summary: Después de más de diez años de no reunirse los elegidos son reencontrados gracias a las últimas personas que imaginaron… sus hijos.
Disclaimer: Ni Digimon si sus personajes me pertenecen y hago esto sin fines de lucro.
Nota: Hola a todos lo que nunca me habían leído. Me presento, mi nombre es Luz Andrea y este fic que estoy subiendo lleva en mi cabeza varios años, sin embargo hasta ahora lo empece a escribir y ya lo he terminado todo por lo que ya puedo subirlo tranquilamente
Quizas al principio halla varias dudas o les resulte un poquito extraño pero aun asi les pido que le den una oportunidad pues me esforcé mucho en el y le tengo mucho cariño.
Este fic trata básicamente de la vida de los Elegidos ya con mas años e incluso con sus hijos, a los que al principio veremos mucho pero luego la historia pasara a enfocarse mas en como resuelven su vida los padres. Desde ahorita del aviso que estas serán las parejas finales: Sorato, Takari, Mishiro, Miyaken.
Bueno espero que lo disfruten mucho y yo entiendo que al principio se pueden revolver un poco y tener muchas dudas pero con el tiempo se va a ir aclarando todo. Cualquier pregunta pueden dejarme un review. Ahora si los dejo con la lectura:
Capitulo 1. La nueva escuela.
-Creo que si no te levantas no llegarás a la escuela, princesita.
La llamada princesita se revolvió en su cama adormilada mientras escuchaba la lejana voz de su madre llamándola. La luz del sol le molestaba los ojos pero aun así no quería tener que despertar. No aún.
-Mama, quiero dormir un poco más. –rogó la niña de nueve años moviéndose entre las sabanas, su sueño era muy bueno como para interrumpirlo.
-Vamos Kazumi, no seas perezosa.
-No soy perezosa, Gatomon. –replicó Kazumi con su vocecita adormilada. –Salamon y yo nos desvelamos guardando todos nuestros útiles para la nueva escuela. –mintió la castaña. La verdad la causa de su desvelo era que se había quedado conversando con Salamon hasta tarde.
-Debiste hacerlo en la tarde, hija. –le replicó su madre mientras encendía la luz del cuarto.
La luz de la lámpara molestó aún más a los pequeños ojos de Kazumi que no tardó en despertar por completo.
-Perdóname por despertarte tan temprano hijita. –Se disculpó Hikari Yagami. –Pero es mi primer día como maestra en tu escuela y no quiero retrasarme.
-Mamá, pero no me gusta que des clases en mi escuelita. –se quejó la pequeña.
-Ya lo sé hija. –respondió Hikari mientras que Gatomon y Salamon se espabilaban. –Pero entiende que el jardín de niños donde yo trabajaba clausuró y desde hace tiempo me piden que de clases en esa escuela. Además ni siquiera será tu grupo, no te quejes tanto.
Kazumi bufó.
-Bueno.
-Vístete que vivimos al otro lado de la ciudad y si no nos damos prisa no llegamos más.
-Me hubieras metido a la escuela de más cerca otra vez, madre. –opinó la niña castaña parándose sobre la cama.
-La primaria de Odaiba siempre me traerá buenos recuerdos, hija. –dijo Hikari con nostalgia. –Deja de conversar y empieza a vestirte, te haré algo de desayunar.
-Sí mamá. –afirmó la niña de nueve años sonriente.
..
–Mami ¿Por qué Salamon no puede venir a la escuela conmigo?
-Porque vienes aquí a estudiar hijita, no a jugar. Para eso está la casa. –le respondió la maestra. – Además Salamon está bien en el Digimundo, Gatomon está con él. Ven te llevo a tu salón.
La castaña de ojos rojizos se colgó bien su mochila rosada a los hombros y siguió a su madre, Kazumi estaba nerviosa, era su primer día como estudiante de tercero de primaria y además en una escuela nueva, no tenía ni un solo amigo y estaba asustada. La niña había demostrado ser especialmente madura para su edad pues ya era una chica tranquila con la que se podía tener una plática civilizada fácilmente.
Entró al salón y vio a sus nuevos compañeros, la mayoría de su estatura y de su complexión. Se fijó especialmente en un niño con el cabello más llamativo que los demás al ser de un color diferente. Todas las niñas tenían ya sus grupos y como ella era la nueva no podría encajar en ninguno así que sentó atrás sola.
-¿Eres nueva, verdad?
Kazumi levantó la mirada para ver frente a ella a dos niñas de pelo castaño que hace un rato estaban justo en frente.
-Sí. –respondió simplemente y regresó la mirada al libro que hojeaba, su cuento favorito.
-Hola, nosotras somos Sayumi y Sakura Tamada. –dijo la de la derecha con una sonrisita.
Hasta ese momento Kazumi las observó con más detenimiento, eran completamente idénticas. Como clones o gemelas.
-Somos las más bonitas de la clase. –dijo la de la izquierda y su gemela asintió.
-Ah… -dijo Kazumi sin interés.
-Mírame cuando te hablo. –le ordenó con arrogancia la gemela llamada Sayumi. Kauzmi se sintió molesta. Varias veces mamá le había dicho que no debía ser tan malhumorada pero es que perturbar su lectura favorita con algo tan tonto como aquello la irritaba.
La pequeña Kazumi Yagami suspiró rendida y miró a la chica.
-¿Qué deseas, clon Tamada?
Sakura abrió la boca escandalizada y Sayumi frunció el entrecejo molesta.
-Pero que creída eres. –soltó Sakura dándose la media vuelta y marchándose.
-Yo no soy creída. –replicó Kazumi ligeramente ofendida.
-Si lo eres y muy grosera.
Tras decir eso Sayumi siguió a su hermana hasta el frente del salón dejando a una Kazumi desorientada. Solo era el primer día y dos niñas ya la habían llamado creída grosera, así jamás tendría ni una amiga.
Volvió a mirar el libro, ella no podía leer tan rápido como Kari y le gustaba más que fuera su madre quien se lo leyera pero es que cuando mama lo hacia se le ponían los ojos rojos y se iba a llorar a su cuarto y a Kazi no le gustaba verla triste por lo que se había propuesto leer el libro ella solita. Principalmente porque este hablaba de cosas que su mamá siempre le contaba, de aventuras, de amistades, de los Digimon.
-Hola.
La voz sonaba alegre y simpática, Kazumi volvió a despegar la vista del libro para mirar a su interlocutor, un chiquillo de su edad rubio de ojos azules con una enorme sonrisa en la cara que lo hacía verse muy agradable
-Hola. –respondió secamente, un poco intimidada.
-Ese libro es el mejor ¿No? –preguntó sentándose en el banco de enfrente.
Kazumi se sorprendió de que el rubio ese conociera su tan preciado tesoro, o sea aquel libro. Le sonrió un poco recordando que su mamá le había dicho que así haría amigos más rápido.
-Sí. Es buenísimo, mi mamá me lo lee siempre. –respondió la castaña.
-¿Cómo te llamas? –cuestionó.
-Kazumi Yagami. –dijo ella. -¿Y tú?
-Reiki Takaishi.
-Mucho gusto. –masculló la hija de Hikari.
-¿No te gustaría conocer al que escribió el libro? –indagó Reiki.
-Eh… -ella titubeó. –Eso es imposible ¿Tú lo conoces?
-Por supuesto, Kazumi. –afirmó el. –Es mi padre.
..
-Muy buenos días, mi nombre es Hikari Yagami y seré la maestra de la clase preescolar. –decía la mujer frente a una clase de niños que la miraban casi todos con una sonrisa. –Espero que seamos buenos amigos porque seré su profesora todo este año. ¿Hay otra cara nueva además de mí?
Un niño alzó su mano tímidamente.
-¿Cuál es tu nombre?
-Ayako Ishida. –respondió.
La profesora asintió recordando vagamente a alguien más apellidado de la misma manera, varias coincidencias.
-Vivía con mi mama en Shinjuku pero estoy viviendo con mi papá –explicó tras que Hikari le preguntara.
A Hikari le encantaban los niños, en especial los más pequeños y ahora que habían abierto hace tres años un jardín de niños incorporado a la primaria de Odaiba se había decidido unir al plantel docente.
La profesora les había mandado hacer un dibujo que los representara para así conocerlos mejor y ahora supervisaba su trabajo.
-Qué bonito dibujo. –halagó la maestra a un niño de cabello azul y anteojos que había dibujado a su familia y a él en la playa.
-Gracias profesora. –respondió sonrojado.
-¿Cuál es tu nombre?
-Ryota. –contestó aun mas sonrojado.
-¿Por qué no te sientas con los demás, Ryota? –cuestionó Hikari observando el panorama.
De un lado estaba todo el salón comentando en voz baja –como les había permitido Kari. –Sobre sus dibujos, el niño pelirrojo y nuevo estaba en una esquina y Ryota en otra sin hablar con nadie.
-Es que… -el peli azul balbuceó un poco y volvió a enrojecer. –ellos no son mis amigos.
-¿No?
-No. No me hablan.
-¿Por qué? –preguntó Kari preocupada.
-Porque dicen que soy un llorón y que nunca juego a nada divertido. –contestó entristeciendo la mirada.
-Eso no es verdad. –aseguró Yagami. –A mi pareces un niño muy atento y muy simpático, Ryota.
El pequeño de cinco años se volvió a sonrojar violentamente mientras se centraba en su dibujo.
Hikari camino hacia los demás niños para vigilar sus trabajos y que no levantaran tanto la voz mientras veía de reojo como Ayako Ishida se paraba de su asiento y se colocaba junto a Ryota sonriendo tímidamente. La profesora ante esto sólo pudo atinar a imitar al niño y sonreír.
-Hola. –saludó Ay tímidamente.
-Hola.
-Qué bonito pintas. Yo no pinto así pero mi mama sí. –confesó el pelirrojo. –Ella dibuja ropa.
Ryota se sorprendió.
-¿Por qué alguien dibuja ropa? –indagó confuso.
-Ah es que luego la hacen y la venden. – Ay explicó brevemente el negocio del diseño de modas.
-Que genial. Yo también quiero que mis dibujitos se vendan. –exclamó Ryota emocionado.
-Puedes ser un pintor ¡Asombroso! –sonrió el chiquillo.
-¡Sí!
-Oye señor pintor ¿Cómo te llamas? –cuestionó Ayako.
-Ryota Kido. –respondió el de cabello azul. -¿Tú eres Ayako?
-Si pero dime Ay. Odio mi nombre pero papá lo escogió. –explicó.
-Bueno entonces puedes decirme Ryo si quieres. –sugirio Ryota. -¿Oye porque dijiste que vivías con tu mamá y ahora con tu papá? –curioseó.
-Es que mis papitos no viven juntos. –respondió el de ojitos color rubí. –Mamita vive en Shinjuku y papito vive aquí pero viaja mucho mucho porque es astronauta y va a la Luna.
-¡Wow! –se maravilló Ryota. -¡Astronauta, que genial!
-Si mi papi es el mejor. –aseguró el niño. –Ahorita es el que vigila y dirige todo y no va a viajar y por eso lo pidió a mi mama que nos dejara venir a Odaiba un tiempo a mí y a mi hermanita. –finalizó con una enorme sonrisa. –Hermanita estaba un poquito triste pero yo me puse muy feliz.
-¿Tu hermanita es mas chiquita? –preguntó Ryo.
-No, es grandota, grandota. –le corrigió Ay.
-¡Oye Ishida! –le llamó a Ay un niño de pelo negro bien peinado. –Siéntate con nosotros un ratito. Dice Marín que escuchó que tu papá es astronauta ¿Es verdad?
Ayako se mostró sorprendido ante la atención y Ryota bastante desanimado. Justo cuando pensaba que iba a tener un amigo justamente se lo querían llevar con los demás.
-Sí es verdad. –contestó Ay. –Pero ahorita estoy con Ryo así que me quedo con él.
Ryota sonrió. Jamás había estado más feliz, por fin tenía un amigo.
Nota Final: Hasta aquí llego el primer capitulo. Bueno ya vieron un poco de Hikari y su hija Kazumi que ya hizo amistad con un tal Reiki hijo de un escritor (Un poco obvio ¿No?). También aparecieron Ayako y Ryota que yo creo que la mayoría se imagina hijos de quienes son. El próximo capitulo será un poco mas interesante y aparecerán mas personajes. Yo creo que si usan bien sus deducciones de inmediato se dan cuenta de quienes son ellos y sus padres, pero bueno eso será hasta el próximo capitulo.
En fin, si te gusto, si tienes alguna critica constructiva, duda o pregunta o si quieres comentarme algo ya que llegaste aquí ¿Por qué no dejar un review? Gracias por leer
