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NIÑO MAGICO
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Harry james Potter, un muchacho flacucho y pequeño para su edad, de piel blanca y cabello negro azabache tenía dos características muy específicas las cuales eran un par de ojos verde esmeralda, realmente hermosos, detrás de unos anteojos que se sostenían solo de cinta adhesiva y una cicatriz característica en su frente con la extraña forma de un rayo, huérfano desde el primer año de vida se encontraba escondido entre los arbustos de su tía materna Petunia Dursley, no estaba ahí por justo, no señor, estaba hay evitando la ira de su tío político Vernon Dursley, lo cual era todo de lo mas bizarro, Harry ni siquiera sabía porque se ocultaba, solo había oído gritar a su tío que le daría una paliza y él por auto reflejo e instinto de supervivencia había salido corriendo de su casa y se había refugiado entre los arbustos, no es que el muchacho le agrada estar escondido tan cerca de su casa pero si él se separaba demasiado corría el riesgo de que los Dursley cerraran todas las puertas y lo dejaran a la intemperie toda la noche. Harry intentaba no hacer ruido a la vez que se concentraba en un vago intento por recordar alguna travesura o cualquier otro motivo que hubiera desatado la ira de su tío, lamentablemente en un descuido Vernon lo localizo y tomándolo de su cabello negro azabache el cual era imposible peinar lo llevo a rastras hasta la puerta trasera de la casa, al lado de la manguera, luego de tirar a su sobrino sobre un charco de lodo tomó la manguera y comenzó a golpear a Harry con esta, el muchacho solo atino a cubrirse la cabeza con sus brazos para que la manguera no golpeara su rostro y mientras se encontraba en el suelo cubierto de lodo y con un dolor insoportable recorriéndole el cuerpo escucho la voz de su tía desde el interior de la casa
-¿querido como te fue en el trabajo?- Vernon respondió entrecortadamente, realmente estaba exhausto por golpear a su sobrino
-el imbécil de mi jefe no me dio el ascenso-
-oh querido es una lástima, ¿te apetece un pastel de chocolate?, debes estar completamente frustrado por aquel idiota ¿no?- al oír eso Vernon sonrió de lado
-no te preocupes calabacita ya me he desecho de toda mi frustración- y con esas palabras Harry lo comprendió, comprendió porque su tío lo había golpeado, él no había hecho nada malo solo lo había lastimado por gusto de la misma forma como su hijo siempre lo lastimaba, por gusto, Harry era el saco de boxeo de la familia Dursley y debido a eso una impotencia indescriptible se acumuló en su interior, Harry usando toda su fuerza de voluntad logro sentarse en el fango y miro con toda la rabia que pudo a su tío directamente a sus ojos antes de hacer la gran pregunta
-¡¿me medio mataste por qué no te dieron el ascenso?!- para sorpresa de Harry Vernon ni siquiera se inmuto
-¿y qué?, ¿crees que alguien se preocupa por ti?, podría matarte y enterrarte en el jardín y nadie te extrañaría, no eres mas que un perro ante mis ojos- Harry no podía creer lo que oía, ser tratado de esa forma, ser tratado como basura por aquel tipejo, de un momento a otro la ira nublo la mente de Harry y el dolor desapareció, Harry logro ponerse de pie y se acercó lentamente hacia donde se encontraba su tío, mientras caminaba logro ver a Petunia con los brazos cruzados parada en el umbral de la puerta y a su hijo Dudley detrás de ella con una gran sonrisa, para su primo lo máximo en diversión era ver cómo le daban una paliza, Harry al fin había llegado frente a Vernon y luego de mirarlo directamente a los ojos le susurro
-deseo con todo mi corazón que tu cabeza explote y tus sesos queden esparcidos por todo tu maldito jardín- Harry logro ver una sonrisa de suficiencia en el rostro de su tío antes de que su cabeza explotara y el cuerpo sin vida de Vernon Dursley callera en el piso a los pies de Harry. Cabe señalar que a Harry no le importo que su tío yacerá muerto a sus pies aunque él no podía negar que un sentimiento de felicidad lo envolvía, pudo ver como la desesperación apareció en el rostro de Petunia al ver semejante escena (y el hecho que tuviera parte de su esposo en el delantal de cocina no ayudaba) y además se regodeo al ver a Dudley vomitando debido a la impresión, luego de observar con detenimiento todo, Harry se dirigió a la casa pero en el umbral aún se encontraba petunia y luego de unos segundos ella recupero la voz solo para comenzar a discutir con su sobrino
-¡tú lo mataste, llamare a la policía!- Petunia había dado media vuelta y se acercaba al teléfono de pared cuando Harry le hablo
-veo que no te preocupa la vida de tu hijo- esas palabras consiguieron detener a Petunia Dursley con lo cual Harry prosiguió –la verdad es que no sé cómo hice para matar a tu esposo pero ten por seguro que si le dices a la policía algo que me perjudique lo averiguare en tu hijo- al oír eso Petunia se llevó las manos a su boca para luego buscar con su mirada a su pequeño Duders, se llevó toda una sorpresa al verlo en el piso inconsciente cubierto de su propio vómito, su pequeño había vivido demasiadas experiencias traumáticas en tan poco tiempo.
Petunia siguiendo instrucciones de Harry llamo a la policía para informarle que su esposo había sido asesinado, cuando la policía llego a la casa de los Dursley se percató de inmediato de lo horrible que debió de haber sido la escena, según el relato de la mujer ella y su hijo se encontraban en el umbral de la puerta mientras veían a Harry y a su esposo Vernon conversar cuando sin motivo aparente la cabeza de Vernon fue destruida en cosa de segundos, la policía no comprendía de qué forma fue asesinado el señor Dursley ni porque, por suerte la investigación dio a conocer que Vernon Dursley compartía el mismo nombre de un traficante de armas bastante odiado en el mundo por lo que la policía supuso que por alcance de nombres Dursley fue víctima de alguna venganza, siguiendo esa línea el gobierno había contactado con el otro Vernon y después de llegar a un acuerdo Petunia Dursley y su familia serian indemnizados por el traficante de armas. Todo esto resulto ser perfecto para Harry porque a pesar de lo que odiaba a su familia él no estaba dispuesto a verlos en la calle mendigando para comer.
Ahora Harry sentía un poder fluyendo constantemente dentro de él, los primeros días luego de la muerte de Vernon el muchacho los había usado para comprender en que consistía su poder, para su sorpresa comprobó que no solo le servía para destruir cráneos, con solo desearlo Harry podía hacer que los objetos levitaran sin importar el peso del objeto, él conseguía que estos estuvieran en el aire, pocos días después de descubrir la levitación Harry comenzó a mover dichos objetos a voluntad, Harry fue a una biblioteca y descubrió que su habilidad era llamada telequinesis. Una semana después de la muerte de Vernon la investigación policial llego a su fin, eso significo la ausencia de personas externas en el número cuatro de Privet Drive, la ausencia de curiosos le permitió a Harry estudiar sus poderes con mayor intensidad, obviamente Harry no mostraba sus poderes a nadie ni siquiera a su tía porque creía que si esta los veía constantemente perdería su miedo a estos y lo terminaría entregando a las autoridades
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Unas semanas después de la muerte de Vernon Harry se encontraba en un parque cercano cuando oyó a unos niños gritar, al acercarse al lugar se percató que los niños corrían despavoridos alejándose de una pequeña arboleda, Harry quien siempre había sido curioso se acercó con sigilo hacia aquel lugar y después de unos minutos buscando la causa de los gritos se encontró con una serpiente de un metro de largo, esta era un color gris metalizado y en cuanto abrió la boca para intimidar a Harry este se percató que era total mente negra, Harry la observo por varios segundos, por un extraño motivo esta no asustaba al muchacho cosa que no pasó desapercibida por la serpiente, para sorpresa de Harry la víbora no encontró nada mejor que conversar con él
-¿Por qué no me temes muchacho?-
-¿y por qué debería temerte?- Harry creyó que si mantenía una conversación casual con la serpiente esta al final se aburriría de él y por lo tanto lo dejaría marchar, para su sorpresa la víbora parecía estar fascinada con su persona
-vaya, vaya, eres un niño mágico- no era una pregunta era una afirmación
-¿niño mágico?- en la cara de Harry solo abundaba su sed de conocimiento
-eso es correcto, solo los hijos de la magia pueden hablar con nosotras las víboras- las palabras de la serpiente encendieron una luz en su cabeza, no era telequinesis lo que el realizaba, no señor era magia, ahora un mundo nuevo se abría ante los ojos del muchacho, él había planeado pulir su habilidad de telequinesia y vivir de ella pero ahora que sabía que lo que el realizaba era magia significaba que no había limite a su habilidad, no habia limite a su poder, podría hacer cualquier cosa, el hecho de poder mover objetos solo era la punta del iceberg, siguiendo esa línea de pensamiento Harry se sentó frente a la serpiente y decidió interrogarla
-¿me estás diciendo que hay mas como yo?-
-hay mas niños de la magia pero muy pocos tienen la habilidad de hablar con nosotras las serpientes- Harry prosiguió el interrogatorio y supo que habían colegios destinados a la enseñanza de magia, también que muchos de los animales míticos existían en realidad, Harry estaba completamente complacido de la información que la serpiente le entregaba pero debido a la vida que a este le había tocado vivir se había vuelto sumamente desconfiado y una pequeña voz en su cabeza no para de repetir "todo esto es demasiado bueno para ser verdad"
-dime víbora, ¿Por qué debería confiar en ti?-
-las serpientes en su totalidad son seres mágicos, y si nos encontramos con hijos de la magia estamos obligadas a decirles la verdad- Harry medito unos minutos las palabras de la serpiente antes de continuar
-¿siempre debes decirme la verdad? , ¿Acaso no hay forma de evitar eso?- para su sorpresa la víbora parecía feliz de que el muchacho aun desconfiara de ella
-hay una forma de evitar esa regla…solo si la serpiente tiene un amo puede evitar servirle a otro mago- Harry la miraba perplejo por lo que el animal prosiguió con su explicación –si una serpiente (o cualquier otro animal) hace un pacto de sangre y jura lealtad a un mago este animal pasa a ser su "familiar" y por lo tanto solo le debe lealtad al mago con el que está unido- al oír eso a Harry la cara se le ilumino
-dime víbora ¿desearías unirte a mí?-
-¿así sin mas me pides que me una a ti?, vaya te sobrevalore- para sorpresa de la serpiente el muchacho soltó una pequeña risa
-no me mal interpretes, si me atacas te matare y con lo referente a la sangre- en ese momento Harry se llevó su mano izquierda a la boca y con una mordida corto una de sus venas –tendrás que recibirla mientras esta cae- Harry estiro su mano hacia adelante y pudo ver como caía de esta un hilo de sangre hasta llegar a la boca de la serpiente, luego de eso Harry sintió una corriente que le recorría el cuerpo y lo unía a la no tan pequeña víbora que se encontraba en el suelo
-bien serpiente necesitas un nombre-
-en la casa en la que me encontraba me llamaban Mamba Negra, además debo agregar que soy macho-
-creo que Mamba Negra es tu raza y eres macho… ¡ya se! Te llamare Apophis como el dios de las serpientes egipcio- Harry de inmediato se percató que su serpiente estaba encantada de ser llamada como un dios, algo que le hizo bastante gracia
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Harry se encontraba en su habitación practicando su magia (la había conseguido luego de la muerte de Vernon), ahora conseguía cambiar el color de las cosas lo que era fabuloso, además Apophis resulto ser la mejor de las adquisiciones, esta le explico que la lengua para hablar con las serpientes era llamada Pársel y que entre mas la utilizara mejor resultados tendría, además le había explicado cosas básicas sobre su magia y el tal llamado mundo mágico. Todo esto solo conseguía confundir al muchacho, él no lograba comprender como una serpiente podría saber tanto pero cada vez que le preguntaba a Apophis sobre esto el decía que era gracias a su magia. Después de varios meses desde que Harry había descubierto que era un mago una carta llego por el correo, al leer la carta que iba dirigida a él supo (sin sentirse muy bien por haber desconfiado de su víbora) que efectivamente era un mago y que tenía una plaza reservada en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, también supo que tenía una gran cantidad de oro para sus estudios herencia de sus difuntos padres y también que todo esto era un "recordatorio" porque sus tíos estaban al tanto de toda esta información. Ese hecho hizo que su magia se descontrolara, con una ola de magia Harry destruyo varios cristales (entre ellos las ventanas de su propia habitación y una araña colgante del pasillo), indignado Harry llamo a Apophis, el cual siempre se escondía entre sus ropas, y bajo las escaleras dirigiéndose a la cocina donde se encontraba su tía y su primo Dudley, una vez que Harry entro Petunia le miro de forma despectiva aunque no alcanzo a abrir la boca porque en ese momento Harry estiraba el brazo izquierdo en dirección a su hijo y para sorpresa de Petunia vio como una serpiente salía de él (la verdad era que salía desde sus ropas pero ella no lo sabía) la serpiente se irguió en su totalidad sobre la mesa enfrente de Dudley el cual se quedó completamente petrificado (es un decir) Petunia dirigía su vista entre su sobrino y su hijo sin poder creer lo que estaba sucediendo. Aprovechando la confusión de su tía Harry llamo una silla y luego de sentarse le extendió el papel que llevaba en su mano derecha
-lo que te acabo de pasar es una carta en la cual se explica que soy un mago, que tengo oro en un banco y que tú y tu esposo eran totalmente consientes de este hecho- el tono de voz de Harry era tranquilo pero expresaba una frialdad que calaba los huesos
-eso, eso es correcto- Petunia había comenzado a temblar mientras leía la carta
-Petunia- la voz de Harry era bastante grave –quiero que te expliques-
Petunia Dursley debido al miedo comenzó a soltar todo, le conto a Harry sobre un tal Dumbledore el hombre que lo había dejado en esa casa, además le conto que dicho hombre le explico en una carta (¿una carta, enserio?) que sus padres James y Lily habían sido asesinados por un mago tenebroso llamado Lord Voldemort, además le explico que por orden de Dumbledore Harry no debía ser conocedor de la magia hasta llegado el momento (el cual precisamente era la llegada de la carta), Petunia le explico también que ese oro del cual Harry hablaba no podía ser tocado por nadie aparte de el mismo y que ese era el motivo por el cual nunca había sido utilizado antes. Luego de escuchar todo eso Harry solo tenía una pregunta mas
-¿cómo puedo entrar a ese callejón Diagón?- al oír eso Petunia dio un respingo
-la entrada está en un bar llamado El Caldero Chorreante en Charing Cross Londres, pero la gente que no posee magia no puede entrar en el- Harry se sorprendió de lo bien informada que estaba su tía y también dedujo que debido a ese "pequeño problemita" era que su oro no había sido tocado por los Dursley. Luego de eso Harry le pidió a su tía que lo llevara a Londres y después de prometerle que su serpiente no tocaría a Dudley (claro está, si este se comportaba como era debido) había conseguido un cese al fuego en el cual ambos bandos salían ganando.
Mientras Harry subía a su habitación Petunia Dursley no pudo evitar recordar que no le había dicho a Harry sobre la magia protectora que rodeaba la casa, esto sin duda le daba a Harry un enorme poder sobre ellos porque el anciano les había advertido en la carta que ahora que Harry era un objetivo de los magos tenebrosos ellos no dudarían en usar ningún método que les hiciera con Harry, entre esos métodos torturar y asesinar a los familiares del joven Potter si era necesario, Petunia dudaba que Harry saldría en su auxilio debido a la vida que este había sufrido, pero ella como buena madre no permitiría que su hijo pasara semejante calvario y la única forma en que la protección se mantuviera activa era que Harry viviera en dicha casa
Harry se encontraba en su habitación con una hoja en su mano, aquella hoja había llegado junto con las cartas de admisión del colegio y su lista de compras, la hoja era una carta de advertencia en donde se explicaba claramente que no se podía hacer magia fuera del colegio, para Harry aquello lo incomodaba, no había parado de hacer magia desde que la había descubierto y solo ahora, diez meses después se le advertía que eso era ilegal, algo no cuadraba, por suerte Harry tenía una enciclopedia andante
-Apophis- Harry llamo a su "familiar" el cual se encontraba bajo su cama, de forma suave pero veloz esta se irguió y quedo de frente a su amo –se me ha informado que no puedo hacer magia fuera del colegio, ¿tú sabes porque se me informa ahora?-
-si amo, es por el palito-
-¿por el palito?, ¿de qué hablas? Explícate- la serpiente pareció que suspiraba, le había jurado lealtad al mocoso con menos conocimiento que cualquier otro mago, sin embargo esto lo justificaba con su enorme poder
-cuando se entra al sistema se le exige a los alumnos que posean un palito mágico- al oír eso Harry comenzó a buscar en su lista de útiles de lo que hablaba Apophis y encontró para su sorpresa una varita mágica, ya entendiendo mejor de lo que hablaba su serpiente le hizo un gesto para que prosiguiera –este palito le sirve para canalizar su poder pero también sirve para controlar, con este palito todos pueden saber dónde se hace magia- Harry estuvo cinco minutos en silencio antes de volver a abrir la boca
-¿me dices que gracias a las varitas mágicas se puede saber quién hace magia y cuándo?- Apophis afirmo con un movimiento de su cabeza -¿mi magia sin varita no la pueden detectar?-
-dentro del escudo no, amo-
-¿Qué escudo?, ¿de qué estás hablando?-
-del escudo que rodea la casa del amo- como Harry parecía estar perplejo Apophis prosiguió –alrededor de esta casa hay un escudo el cual tiene la misma frecuencia mágica que la magia del amo, por ese motivo la magia sin palito no puede ser detectada, sin embargo si el amo hace magia fuera del escudo esta será detectada de inmediato de la misma forma como la magia que traspase la protección del escudo también será detectada- todo esto era una sorpresa y si Harry no contara con Apophis le habría sido imposible saber todo eso, Harry solo podía afirmar una cosa, esa serpiente era lo mejor que le había pasado en la vida
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Petunia había dejado a Harry a fuera del Caldero Chorreante, ella seguía insistiendo que no veía nada y Apophis que poseía una habilidad para detectar magia y mentiras corroboraba eso, Harry le había pedido a su tía que lo fuera a buscar en unas cuatro horas mas y ella acepto aunque con cierto miedo en su voz, sin embargo Harry se percató que Dudley no lo miraba con terror sino todo lo contrario parecía que lo admiraba lo cual Harry simplemente decidió pasar por alto. Una vez dentro del pub Harry se percató que no tenía ni idea de adonde dirigirse así que después de barajar una serie de posibilidades decidió pedir ayuda al tabernero
-hola que tal soy John y me preguntaba si me podría ayudar a entrar en el callejón Diagón señor- el tabernero miro interesado al joven de cabello negro azabache con anteojos pero luego de unos segundos le dedico una sonrisa
-claro joven John, mi nombre es Tom y deduzco que eres hijo de muggles- mientras el hombre hablaba con Harry unos de los clientes se acercó e interrumpió al tabernero
-oye Tom sigue sirviendo mas cerveza yo ayudare a tu pequeño amigo- a Tom aquello no le agrado pero Harry le hizo un gesto para que no se preocupara y siguió a su nuevo guía. Ya fuera del pub en un pequeño callejón el hombre se mostró tal y como era
-odio a los de tu calaña maldito sangre sucia- a Harry el tono de voz del sujeto no le agrado y el hecho que Apophis estuviera inquieto solo reforzó su incomodidad
-¿sangre sucia?-
-así es, no tienen ni una gota de sangre mágica en sus venas todos ustedes- dicho eso el hombre saco su varita –supongo que no tendrás problemas en que practique contigo mi magia- aquello fue un error y el hombre se percató de aquello demasiado tarde, antes incluso de agarrar con fuerza su varita el niño frente a el extendió su brazo izquierdo y desde sus ropas una serpiente de un metro y medio salió disparada y enrosco su cuerpo alrededor del suyo, debido al estrangulamiento el hombre perdió el equilibrio además de su varita y cayó al piso como un saco de arena, pero lo mas aterrador fue ver la mano derecha del muchacho levitando una gran cantidad de ladrillos, era magia sin varita y él en sus veinticinco años de vida nunca había visto magia como aquella por lo que en su cabeza se repetía solo un pensamiento "voy a morir"
-¿Qué quieres de mi niño?- Harry sonrió al percatarse como el tono de voz de aquel sujeto irradiaba terror
-solo quiero practicar mi magia-
-no por favor, fue una broma yo jamás…- pero las palabras jamás terminaron porque en ese momento la cabeza de una serpiente se mostraba frente a su cara y el paladar negro de esta había conseguido aterrorizarlo de sobremanera
-Apophis dice que no eres mas que basura y que deberíamos simplemente asesinarte- el hombre estaba en el piso, la víbora ya no lo estrangulaba pero el terror de la escena lo mantenía rígido, el sabía que si hacia un movimiento extraño tanto el niño como su víbora lo atacarían
-¿Qué debo hacer?, ¿Qué debo hacer para ganarme tu perdón?- al oír eso el muchacho sonrió
-debes jurarme lealtad, completa y absoluta lealtad- el hombre en el piso no podía creer lo que oía, ¿es que acaso el mocoso estaba completamente loco?, quizás si lo estaba y era eso lo que asustaba tanto al hombre, además el hombre jamás lo admitiría pero el hecho que el muchacho hablara Pársel solo conseguía hacerle ensuciar sus pantalones
-de… de acuerdo, lo hare- el hombre en el suelo creyó por un momento que podría engañar al muchacho y podría escapar, que iluso había sido
-bien- Harry lo miro unos segundos antes de proseguir –juraras por tu magia y tu vida- el hombre abrió los ojos horrorizado al oír eso –y ni se te ocurra intentar atacarme o Apophis te matara en menos de un segundo- y respondiendo a las palabras de su amo la serpiente tomo una actitud mas agresiva.
Harry en ningún momento permitió que dicho sujeto se levantara, de hecho Harry puso su pie sobre el pecho del hombre y lo dejo acostado en el suelo boca arriba, siguiendo a su amo Apophis coloco todo su peso sobre las costillas del hombre y llevo su cabeza hasta la altura de su cuello dándole a entender que cualquier movimiento que este hiciera terminaría en su muerte, después de tomar posiciones Harry hizo levitar la varita que se le había caído de su mano otra vez a su dueño, aunque bastante alejada por lo que el hombre para tomarla tuvo que estirar su brazo en la dirección opuesta al muchacho, una vez que el hombre tomo su varita se percató que no había vuelta atrás aquel muchacho lo tenía bailando sobre la palma de su mano y sabía que no importaba que tan rápido fuera él, la serpiente que rondaba en su cuello seria mas rápida por lo cual el hombre respiro hondo y comenzó su juramento
-YO BRAD ADAMS JURO POR MI MAGIA Y MI VIDA SERLE FIEL A MI AMO…- en ese momento Brad se silenció esperando que su nuevo amo rebelara su nombre
-Potter, Harry Potter- al oír dicho nombre Adams aguanto la respiración, no podía creer que el salvador del mundo mágico le estuviera obligando a jurar lealtad, pero de inmediato se percató que a Harry no le importaría matarlo si el se negaba a cumplir con su acuerdo por lo que reinicio el juramento
-YO BRAD ADAMS JURO POR MI MAGIA Y MI VIDA SERLE FIEL A MI AMO HARRY POTTER HASTA EL DIA QUE EL DECIDA LIBERARME- en ese momento una descarga eléctrica recorrió el cuerpo de Brad prueba irrefutable de que el juramento estaba en funcionamiento, y para sorpresa de él vio como Harry y su serpiente se alejaban para que este se pudiera levantar
-bien Brad ahora me podrías mostrar como entrar al callejón Diagón-
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Luego de dejar a Brad en la entrada del callejón Diagón Harry prosiguió su tour acompañado solamente por Apophis, el joven Potter se había dirigido directamente al edificio mas grande y hermoso de todo el callejón, el banco de magos Gringotts, al entrar Harry se sorprendió por las criaturas que vio atendiendo a los clientes, estas eran pequeñas, orejonas e inclusive bastante feas a sus ojos, Harry supuso que si existían magos también era posible que existieran otras criaturas mágicas por lo que dedujo que aquellas criaturas deberían ser duendes a lo cual acertó, después de estar unos segundos maravillado por la magnificencia del banco Harry se acercó a un mostrador donde un viejo duende estaba trabajando
-disculpe señor- al oír eso el duende de inmediato dejo de hacer lo que estaba haciendo y le dedico atención completa a su interlocutor –he recibido una carta- Harry le mostro la carta la cual no era enviada directamente por el banco de magos, sin embargo daba información referente a este por lo que Harry no se equivocaba al pedir ayuda de un duende. Después de que el duende leyera la carta le dirigió la palabra al joven mago
-¿tiene por casualidad la llave de su bóveda?- Harry negó con la cabeza –pues entonces tendrá que retirarse- Harry frunció el ceño aquello no le agradaba para nada
-¿Dónde puedo conseguir una copia?- el duende rio por lo bajo
-no hay copias de llaves en este banco- el duende vio como el muchacho estaba bastante confundido por lo que decidió dar mas detalles –si usted es verdaderamente Harry Potter le informo que la llave de su bóveda está en manos de Albus Dumbledore director del colegio Hogwarts- el duende no podía saberlo pero sus palabras no habían sido nada acertadas
-¿me puede explicar porque ese viejo tiene la llave de mi bóveda?- en ese momento acompañando las palabras del muchacho un frio inundo por completo el lobby del banco, el duende miro horrorizado como la magia abandonaba el cuerpo del muchacho aunque esta no lo hacía de forma descontrolada lo que produjo que la escena fuera aún mas aterradora, el duende fue a replicar, quizás creyó que el no tendría problemas en controlar a un mocoso pero en cuanto abrió la boca para hablar la cerro de inmediato porque había visto la cabeza de una víbora salir de las ropas del muchacho lo que había vuelto aún mas aterradora toda la situación. El duende barajo un sin número de posibilidades hasta que consiguió encontrar una que los beneficiaria a ambos (en especial al muchacho)
-se…señor Potter, si me permite le puedo dar una solución a su problema- en ese mismo instante la magia dejo de fluir por el cuerpo del muchacho lo que sorprendió aún mas al pequeño y anciano duende, el muchacho controlaba a voluntad su magia –si me acompaña a mi oficina podremos usar un método muy antiguo para demostrar perfectamente que su bóveda es suya y por lo tanto tendrá acceso total a esta- siguiendo al duende Harry se encontró dentro de las instalaciones del banco las cuales eran tan elegantes como el mismísimo lobby, Harry entro en una de las oficinas siguiendo al duende y una vez que estuvo hay, tuvo que esperar varios minutos hasta que el duende saco de unos estantes muy viejos un también viejo pergamino
-señor Potter ante usted tiene un pergamino de sangre familiar, al agregar unas gotas de su sangre el pergamino detectara si usted es verdaderamente un Potter, en el caso que el pergamino detecte su linaje usted tendrá acceso total a su bóveda y en el caso que no, se verá obligado a traer la llave para poder acceder a dicha bóveda- Harry acepto los términos del duende y sin previo aviso llevo su mano izquierda hasta su boca para luego cortar una de sus venas con sus dientes, un hilo de sangre cayó hasta el pergamino, luego la sangre se fundió con este, entonces un pequeño encabezado salió a la luz "descendiente de Marcus Favio Potter". El duende estaba completamente sorprendido, Marcus Potter había vivido hace unos 600 años y por increíble que fuera la sangre del joven Potter se mantenía aun en una forma pura, pero lo mas sorprendente de todo era la actitud de Harry, el duende al ver como este se cortaba la mano con sus propios dientes de inmediato había intentado curarlo, para su sorpresa la víbora que el muchacho llevaba a cuestas había abandonado sus ropas y sin previo aviso mordió la mano de su amo lo que produjo que el color del duende desapareciera, sin embargo el joven Potter no cayó muerto sobre su escritorio sino que simplemente la herida cortante había desaparecido por completo
-no debe preocuparse señor- le decía Harry con total calma –Apophis es mi familiar y por lo tanto sus cualidades mágicas han despertado y estas me son útiles en su totalidad- el duende hablo sin poder apartar los ojos de la mano del muchacho
-¿dice que esa serpiente es su familiar?- Harry solo asintió con su cabeza –pero eso es imposible, hace siglos que los magos dejaron de confiar en los animales- Harry ladeo la cabeza al parecer pensando la mejor manera de contestar al duende
-pues si eso es verdad daría a entender que los magos son unos idiotas- el anciano duende abrió sus ojos como platos, aquel muchacho frente a él era completamente distinto a cualquier mago que hubiese conocido con anterioridad. Luego de ese pequeño intercambio de ideas la conversación giro a un entorno completamente económico
-bien como he podido verificar usted es un Potter en todo derecho y por lo tanto debo explicarle todo lo referente a su herencia mágica, primero: usted solo puede hacer uso de su bóveda juvenil el resto de las bóvedas de su familia solo podrán ser abiertas cuando usted sea mayor de edad, segundo: posee tres propiedades mágicas las cuales se encuentran en el valle de Godric, otra en las tierras de Gales y la ultima en el sur de Francia las cuales solo podrán ser devueltas a usted hasta cuando sea mayor de edad y tercero: debido a que usted no posee un tutor legal el jefe del Winzengamon Albus Dumbledore es quien se hace cargo de sus bienes y por lo tanto de su herencia- al oír todo eso Harry simplemente se mantuvo en silencio, Albus Dumbledore parecía querer tener la vida de Harry sobre sus manos lo que no pasó desapercibido a los ojos del muchacho y luego de meditar todas las opciones Harry decidió jugar sus cartas con astucia
-señor…- Harry dejo el comentario en el aire, él quería saber el nombre del duende que lo atendía
-Gornuk-
-señor Gornuk quisiera poner una objeción a lo que me acaba de decir- Harry espero pero como el duende mantuvo el silencio decidió proseguir –debo declararle que yo si poseo un tutor legal, es mi tía Petunia hermana de mi difunta madre y la persona que me cuida- Harry preferiría que Petunia Dursley no tuviera nada que ver en lo referente a su herencia pero debido al caso de que ese tal Dumbledore estaba involucrado Harry decidió dejar su futuro en un diablo conocido que en uno por conocer, para su sorpresa el duende Gornuk parecía estar muy interesado en la historia del muchacho
-joven Potter ¿tiene alguna prueba que certifique que sus palabras son verdad?-
-por supuesto- Harry entonces le entrego la carta de Hogwarts la cual poseía no solo su dirección sino que además una pequeña explicación sobre lo que sus tíos debieron haber hablado con él. Luego de leer la carta Gornuk parecía ser una persona (duende) distinta
-con esta información el banco puede de inmediato cortar su relación financiera con Dumbledore y colocar todo en orden para que sea su tía la encargada de su herencia- el primer paso estaba completo, ahora Harry debía jugar su segunda carta y comodín
-señor Gornuk, ¿hay posibilidades de mantener esto entre nosotros?, vera me explico- Harry se acomodó en su silla antes de continuar –por lo que he deducido no hay ningún problema en que yo me encargue personalmente, digo sin un tutor, de mi bóveda juvenil- Harry vio como Gornuk le afirmaba esto con un movimiento de cabeza –y debido a que a mí solo al ser mayor de edad se me permitirá tener acceso a toda mi herencia, me preguntaba si habría alguna forma de usar mi herencia congelada para beneficio mutuo- a Gornuk le brillaron los ojos y Harry sonrió de lado, había dado en el clavo –usted sabe mejor que yo cuanto oro tengo en mis bóvedas congeladas, ¿Qué le parecería que usted invirtiera todo mi oro y que las ganancias que se recibieran por dicha inversión fueran mitad y mitad (50/50), obviamente tengo que declarar que este arreglo solo será válido hasta el día que yo sea declarado legalmente un adulto además de un compromiso previo de que en el peor de los casos yo no perderé ni siquiera una moneda de oro- Gornuk estaba completamente extasiado, sin embargo aún parecía dudar de dicho arreglo
-señor Potter lo que usted me pide es ilegal, si el Winzengamon o el ministerio se enterasen de esto podría ir a parar a Azkaban-
-señor Gornuk el único que pondría reparos seria Albus Dumbledore ¿no es cierto?- Gornuk solo afirmo con un movimiento de cabeza –entonces no habrá problemas, usted puede presentar el pergamino de linaje mágico como prueba además de una carta en donde se le pide a la señora Petunia Dursley presentarse en el banco para el cambio de tutor, dejando de esa forma a Albus Dumbledore fuera de la ecuación, obviamente la carta nunca será enviada a mi tía y Dumbledore al no ser legalmente mi tutor y no tener pruebas de que haya un manejo ilegal de bienes jamás tendrá acceso a mis registros bancarios mas que a mi bóveda juvenil ¿o acaso me equivoco?- Gornuk estaba con la boca abierta, la mente del muchacho frente a él era, en una sola palabra, extraordinaria
-señor Potter me ha engañado por completo, jamás pensé que tendría semejante conocimiento sobre la ley y la economía mágica- Harry solo sonrió
-mi querido señor Gornuk, la burocracia es solo burocracia, aquí o en el mundo muggle todo es posible, solo falta desearlo-
…
Luego de terminar su reunión con Gornuk y firmar unos papeles (era un negocio ilegal pero aun así a los duendes les gusta las cuentas claras) Harry fue escoltado a su caja de seguridad por un duende llamado Griphook y el muchacho se llevó la sorpresa de su vida al ver semejante cantidad de oro, además mientras hablaba con Griphook logro averiguar que poseía otras tres cajas de seguridad las cuales se encontraban congeladas, mientras Harry sacaba oro y lo guardaba en un monedero mágico (obsequio de Gornuk) se percató que no sabíacuánto oro era necesario realmente para su uso en ese momento por lo cual decidió pedirle ayuda a Griphook
-señor, ¿sabe cuánto oro será necesario sacar para mis compras?- quizás era debido a sus modales pero el duende no tuvo problemas en ayudar al muchacho
-déjame ver tu lista de útiles- luego de mirarla unos segundos el duende se la devolvió –alrededor de quinientos galeón- al oír eso Harry medito un momento
-está bien, me llevare el triple- una vez que Harry dijo eso en voz alta la cantidad de oro que faltaba para cumplir su meta se movió por sí solo y entro en su monedero dejando a Harry totalmente perplejo
Después de despedirse cortésmente de Griphook Harry comenzó a hacer sus compras, resulto que mientras había estado en Gringotts había perdido cerca de una hora por lo que le quedaban menos de tres horas para terminar sus compras ante que llegara su tía a buscarlo, lo primero que Harry hizo al salir del banco fue buscar una varita, luego de preguntarle a un vendedor donde se encontraban las mejores varitas este lo envió a Ollivander's argumentando que allí encontraría las mejores de toda Britania. Una vez que llego a Ollivander´s le pareció que le había tomado horas el encontrar la varita perfecta para él, sin embargo la sorpresa fue tremenda cuando supo que esa era la varita hermana de la de Lord Voldemort
-es interesante que usted posea esa varita señor Potter, pues verá usted, la hermana gemela de aquella varita perteneció a un hombre que cometió un sinfín de atrocidades aunque era muy talentoso debo admitir- Harry evaluó al anciano unos segundos antes de preguntar
-¿Qué clase de atrocidades?-
-el mato mucha gente, incluso lo intento matar a usted- dicho eso el hombre le apunto, específicamente apunto hacia su cicatriz
-vaya, vaya ¿entonces Voldemort poseía una varita igual?, me alegra oír eso porque cuando lo mate será como si lo matara con su propia varita- al oír eso el señor Ollivander quedo en estado de Shock, pero se recuperó cuando el joven de pelo negro y ojos verde abandono su tienda, sin embargo no pudo evitar pensar que aquel jovenzuelo era tan poderoso como lo había sido en su momento Tom Riddle
…
Después de comprar su varita Harry fue a comprar un baúl, la lista de útiles le pedía un baúl simple, sin embargo Harry prefirió gastar tres veces mas y comprar un baúl de lujo el cual no solo tenía los mismos complementos que el baúl estudiantil sino que además venía con cuatro cuartos para estudios mágicos, estos consistían en una habitación para preparar pociones otra que cumplía las condiciones de un invernadero y la tercera que era un salón para estudiar magia práctica, además tenía una pequeña habitación que poseía una gran cantidad de repisas la cual era perfecta para usar como biblioteca, todo esto era perfecto y Harry suponía que si el hacía magia en dichos compartimientos esta no podría ser detectada por el ministerio lo cual era un bonus track, una vez que Harry poseía su propio baúl fue en busca de sus libros, compro todos los libros que le exigían para dicho año además de unos cuantos que le parecieron interesantes, "introducción al mundo mágico"," como pelear efectivamente contra las artes oscuras", "introducción al duelo" y "grandes magos tenebrosos de todos los tiempos". Después fue a comprar su caldero y sus ingredientes para pociones, cabe recalcar que Harry en todo momento fue sumamente ordenado a la hora de comprar y luego guardar sus nuevas pertenencias en su baúl, luego se fijó que se le permitía llevar alguna mascota a Hogwarts pero el simplemente evito esa tarea, el ya posea a Apophis y la verdad es que no estaba dispuesto a cambiarlo por nada, Harry se percató que al final de la calle había una farmacia, solo por curiosidad el muchacho fue a dar un vistazo, se sorprendió enormemente el ver en la vitrina de exhibición lo que podría ser el fin de uno de sus peores problemas, un tónico para mejorar la visión, Harry hace años que había aprendido que si perdía sus gafas era legalmente un hombre ciego, sin embargo detrás de un vidrio estaba la cura a su ceguera y mientras entraba a la tienda y se preguntaba cómo había tantos magos que usaran lentes si había una mejor salida, se percató que esa salida no estaba al alcance de cualquiera, 672 galeones valía dicha poción (un galeón equivale a un poco mas de $7 dólares americanos, así que saquen la cuenta) y luego de que Harry leyera el reverso de dicha poción se percató, ademas, que solo aseguraba restaurar la vista entre un 85 a un 90% dependiendo de la enfermedad del mago, además advertía claramente que durante 24 horas el dolor sería tan insoportable que el individuo en cuestión desearía la muerte, nada de eso alegraba mucho a Harry pero como el tenía claro que en cuanto perdiera sus anteojos estaría muerto decidió correr el riego,ya terminada la lista se dio cuenta que lo único que le faltaba era las túnicas del colegio, por suerte se encontraba justo en frente de una tienda llamaba TUNICAS PARA TODAS LAS OCACIONES DE MADAME MALKIN, ya corto de tiempo y arto de recorrer el callejón Harry entro y decidió que ese sería el lugar donde compraría lo que le faltaba, Harry se subió a una pequeña tarima mientras la que el creía era Madame Malkin le tomaba las medidas para confeccionar su túnica, al lado de Harry se encontraba un muchacho de su misma edad con el pelo rubio platinado, Harry se mantenía callado pero aquel chico parecía querer conversar
-supongo que tú también empiezas Hogwarts este año- Harry miro al chico unos segundos pero decidió que sería de mala educación no contestar por lo cual se agregó a la conversación
-eso es correcto-
-¿dime donde están tus padres?- a Harry aquello no le gustó mucho pero dedujo que el chico no tenía mala intención por lo que contesto con sinceridad
-soy huérfano-
-oh, lo siento- el joven Potter se dio cuenta que el chico no era sincero
-¿y los tuyos?-
-están comprando mis libros- pasaron varios minutos en silencio mientras Madame Malkin tomaba medidas y colocaba agujas, ambos chicos se mantenían erguidos sin mover un musculo, lamentablemente para Harry el rubio decidió seguir interrogándolo
-¿Cómo murieron tus padres?- Harry soltó un bufido, pero de igual forma contesto
-fueron asesinados por Voldemort- esas palabras produjeron una reacción en cadena, Madame Malkin clavo una de sus agujas en un muslo de Harry mientras que el oxigenado trastabillo y se cayó de la pequeña tarima ambas personas miraron a Harry con miedo en sus ojos
-muchacho, muchacho- Madame Malkin estaba completamente nerviosa –no se llama a esa persona por su nombre se le dice "el que no debe ser nombrado" o "quien tu sabes"- al oír eso Harry estallo en una carcajada
-oh por favor, ¿me dicen que le temen incluso al nombre de ese desgraciado?,… ¿me pregunto que pasara si digo su nombre tres veces? VOLDEMORT, VOLDEMORT, VOLDEMORT- ambas personas miraban a Harry totalmente aterrados lo cual lejos de causarle gracia comenzó a irritarlo, una vez que termino de medirse la ropa Harry tomo su baúl y guardo en el sus nuevas túnicas para luego erguirse totalmente y mirar de forma desafiante a las dos personas que no le quitaban los ojos de encima –no sé porque le temen tanto a ese mal nacido,… pero les puedo asegurar que un día lo matare- después de su palabras Harry produjo un siseo extraño que ni el rubio platinado ni la dueña de la tienda lograron comprender, segundos después una sombra salió de la nada y se encaramo en el cuerpo del muchacho, para su sorpresa se pudieron percatar que se trataba de una serpiente y a la vez dedujeron que aquel muchacho era un hablante de Pársel
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