Notas iniciales: Un fanfic de IE, quién lo diría. -En serio, me sorprende que vuelva al fandom luego de tanto- Pero. No hay fanfics de mis otp's, y siempre he sido un poco indulgente conmigo misma respecto a eso. ¡Anyway! Con cariño para Shizu, el fanfic que te prometí.

Advertencias: Ooc, no beta, que esté intentando explorar temas que no creí que haría antes o que intente hacer un long-shot otra vez, entre otras

Disclaimer: IE no es mio, todo de level-5


It's not right, but it's ok


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Amargo como una taza de café

Kirino tomó un sorbo del café que había pedido por pura obligación, nada acostumbrado a tomar cosas como esas a esta hora de la mañana.

Sin embargo, como Masaki había parecido muy emocionado ante la idea de visitar el nuevo local que habían abierto cerca al Raimon, no se había podido negar.

Desvió la mirada, solo un poco, para poder observar por un lado el rostro de su novio fruncirse en un claro gesto de desagrado al tomar el amargo café que había pedido. Kirino tuvo ganas de reír, sólo un poquito, sabía que a Masaki no le iban las cosas agrias, sin embargo él había insistido en pedir un expresso.

—Masaki—dijo con ese tono calmado que normalmente usaba cuando estaba de buen humor, mientras se acomodaba mejor en el amplio sofá de la cafetería, acercando su cuerpo al de su novio. Dejó el café en la mesita que descansaba delante de ellos al tiempo que con sus dedos ahora libres tomaba un sobre de edulcorante y apoyaba su cabeza contra el hombro del más pequeño—¿no quieres que te ponga un poco de azúcar?—preguntó con expresión jocosa, mientras agitaba el sobre entre sus dedos delante del rostro del peliazul.

Pudo sentir claramente un estremecimiento de parte de Kariya, un poco suave, pero allí estaba. El mentado le miró de reojo, con las mejillas sonrojadas y Kirino no pudo hacer otra cosa que reír de nuevo, bajito como sólo lo hacía cuando estaba a su lado.

—Así está bien—respondió sin embargo Kariya, con una expresión que claramente mostraba que estaba o enfadado o avergonzado. Pero Kirino, quien le conocía muy bien, sabía que lo más probable era que fuera un poco de ambas— Y no hagas eso—dijo, para luego moverse un poco, como intentando quitar la cabeza de Kirino del lugar que había ocupado.

— ¿Hacer qué?—preguntó mientras alejaba un poco su rostro, con una mirada de confusión.

Kariya hizo una pequeña mueca.

—Pegarte tanto—respondió—tu cabello, me pica.

Kirino parpadeó un par de veces, oh cierto. Aún con el tiempo pasando con el paso veloz que tenía, algunas cosas no habían cambiado. Como por ejemplo, el gusto que tenía por usar el cabello largo. Ya no lo tenía en coletas como soliera en un pasado, ahora lo arreglaba como una sola cola baja de caballo con unos mechones rebeldes saliendo por aquí y por allá.

—Lo lamento—dijo con tono gracioso, mientras acomodaba su postura nuevamente y se disponía a dejar el sobre de edulcorante y tomar su bebida nuevamente. Kariya a su lado sólo asintió un poco, para luego y como quien no quiere la cosa dejar que su cuerpo cayera contra el costado de Kirino, usándolo de apoyo.

Ranmaru sonrió, su novio a veces era un poco difícil, pero finalmente sólo era como un gatito que necesitaba ser mimado en los momentos correctos.

—No es como si tuvieras que disculparte—Kariya bufó mientras acercaba su bebida y daba un largo trago. Kirino escuchó el quedo sonido de disgusto que soltó Masaki, y hubiera soltado un nuevo comentario volviendo a ofrecerle el azúcar, de no ser porque su mirada captó una figura conocida caminando por fuera del lugar.

—Shindou—dijo, sin poder evitar que una sonrisa se dibujara en su rostro. Kariya a su lado, sin embargo, sólo sintió como si alguien le tirara una cubeta de agua fría en la cabeza. En ese momento sólo podía pedirle a todos los dioses habidos y por haber que su antiguo superior siguiera con su camino, a donde sea que fuera, ya que reconocía muy bien ese destello en los ojos de Ranmaru. Eso sólo significa que está muy feliz…

Sin embargo, era como si la suerte nunca hubiera estado muy del lado de Masaki, pues tan sólo después de pensar en eso y desear que su novio no fuera tan cabeza dura como para ponerse de pie y salir a llamar a su viejo compañero de equipo, el mentado Shindou ya se encontraba entrando al café. Tenía la expresión seria que siempre le recordaba y un par de centímetros más en el cabello.

Su mirada viajaba de un lado a otro del lugar, como si buscara a alguien no muy disimuladamente.

— ¡Hey, Shindou!—Y ese era Kirino, quien como durante todos los años en la secundaria Raimon parecía repetir el nombre del castaño al menos unas veinte veces al día. Kariya habría deseado golpearse la cara.

El mentado dio un pequeño salto ante la sorpresa de escuchar su nombre, para luego girar un poco el rostro y saludar a su ex compañero de equipo con un movimiento de mano.

—Kirino.

Y sin tan siquiera ser invitado, ya se encontraba caminando en su dirección. No puede ser. Parecía que ese día, el destino tenía muchas ganas de divertirse a expensas de Kariya.

—No te veo como hace una semana, ¿qué haces aquí?—cuestionó el ex defensa, mientras abandonaba su lugar junto a Kariya en el sofá, poniéndose de pie y dándole a su mejor amigo un amistoso apretó en el hombro.

Mejor si no lo vieras por lo que queda de año. Dijo una pequeña voz molesta dentro de la mente de Masaki, pero decidió que podía guardarse al menos ese comentario.

—Culpa de la escuela, realmente consume todo mi tiempo… y sólo pasaba por aquí, se me ocurrió que podría tomar algo—fue la disculpa de Shindou.

—Claro, la escuela—Y por el tono que usaba su novio, Kariya supo que no creía ni una sola de las palabras del muchacho. Shindou sin embargo, sólo aclaró su garganta con tono afectado.

—No me gusta tu tono, Kirino—riño, aunque no sonaba para nada convincente. Y sólo entonces, el antiguo capitán de la secundaria Raimon pareció caer en cuenta de su presencia—Kariya—saludó, aunque con un tono mucho más formal del que usara para Kirino—No te había visto, ¿cómo va la escuela?

El mentado sólo acomodó su posición en el sofá, no deseando ponerse de pie. Dibujó la mejor de las sonrisas que hubiera practicado incluso en sus días de primer año de secundaria y respondió tranquilamente.

—Muy bien, aunque ahora tengo más tiempo libre desde que dejé el club de fútbol.

Kirino suspiró tan pronto él terminó de decir aquello.

—Y pensar que habrías podido continuar al menos este año, siempre fuiste un gran defensa…

El más joven sólo hizo un pequeño mohín con los labios, no tenía pensado decir que ahora que Kirino ya no estaba presente en el club, él tampoco tenía motivos para estarlo.

—Tenma y el resto se las apañan bien, o eso es lo que Hikaru siempre me dice—aunque Kariya no preguntara precisamente. Pero desde sus primeros en los años habían desarrollado una amistad por demás curiosa. Así que, aunque no pareciera, Kariya siempre estaba dispuesto a escuchar –al menos un poco-de la chachara de Hikaru sobre las actividades del club. Lo único que lograba dilucidar al final era Tsurugi esto, Tenma aquello. Pero como no veía que la sonrisa desapareciera del rostro de Kageyama, Kariya suponía quizá muy correctamente que los entrenamientos iban viento en popa.

—El club de fútbol eh— habló Shindou entonces, con un tono por demás nostálgico. Desde que hubieran empezado preparatoria, Shindou había emprendido camino hacia otra escuela. Una con un mejor programa de música, valía recalcar. Al final, no muchos de sus antiguos amigos habían decidido seguir algún camino relacionado al fútbol. Si esto fuera un drama, Kariya lo habría encontrado hasta un poco triste—Tantos recuerdos…

— ¡Cierto!—intervino Kirino, antes de que Shindou pudiera completar lo que fuera que quisiera decir—Deberías visitarnos algún día. Aunque Masaki y yo ya no estemos en el equipo, sería bueno que viéramos a los chicos nuevamente.

Shindou pareció reticente por unos segundos, y Kariya le rezó a todos los dioses que conociera y a los que no también, que declinara. Que algo en su apretada agenda de niño rico le impidiera pasar más tiempo del necesario alrededor de ellos. Pero, nuevamente, parecía que ese día se divertía restregándole su mala suerte en la cara.

Pues, y después de unos segundos, Shindou asintió con algo que Kariya no supo identificar en sus ojos.

—Claro, eso me gustaría.

—Entonces no olvides escribirme, para saber cuándo vendrás. Yo también trabajo, no lo olvides—acometió mientras agitana su dedo índice de un lado a otro.

—En un combini…

No pudo evitar soltar Kariya, con un pequeño tono de malicia, pues los viejos hábitos no mueren fácil.

Kirino se sonrojó un poco, mientras le miraba acusadoramente.

—Pues el dinero que saco está pagando ese café, Masaki—dijo, con las mejillas un poco infladas.

Y tanto Kariya como Shindou soltaron una pequeña risa en conjunto. Quizá la única vez que a Masaki no le molestaría compartir algo con el castaño.

—Bueno, ten por seguro que lo haré—Dijo Shindou con una expresión mucho más relajada, para luego elevar la muñeca y observar su reloj—Oh, pero ya es hora de que me vaya. Estaremos en contacto Kirino, Kariya.

Hizo una pequeña reverencia a modo de despedida y rápidamente emprendió sus pasos hacia el exterior del local.

Los dos ex defensas parpadearon al mismo tiempo.

— ¿No que había entrado a tomar algo?—Cuestionó Kariya, no que le interesara lo que Shindou hiciera o dejara de hacer, pero ese actuar había sido por demás extraño. Sin embargo, Kirino sólo rió un poco, como si alguien le hubiera contado un chiste muy gracioso. Finalmente, volvió a dejar caer su cuerpo al lado del de su novio.

—Bueno, no me sorprende que se fuera así.

Kariya colocó una expresión de circunstancia.

— ¿Qué quieres decir?

Sin embargo, Kirino sólo sonrió mientras murmuraba.

—Secreto.


—La práctica de hoy fue extenuante—Dijo Hikaru, mientras caminaba lado a lado junto a Tenma y Shinsuke. Los colores rojizos del atardecer ya se cernían sobre ellos y el viento fresco se sentía agradable contra su piel.

—Pero conseguimos muy buenos resultados, ¿no crees?—animó el pequeño portero. Su capitán asintió, más no dijo nada más.

El pensamiento conjunto de los otros dos muchachos fue el mismo. Tenma está extraño.

Y eso quería decir mucho más extraño que cuando daba algún extraño discurso sobre la amistad y el fútbol –pues esos con el tiempo los habían aprendido a apreciar, y hasta dirían que siempre eran divertidos de escuchar- Sin embargo, últimamente, el capitán parecía haber perdido un poco de la chispa que le caracterizaba. ¿Estaría preocupado por algo? Fue el pensamiento que invadió rápidamente la mente de Hikaru. Cuando Kariya tenía alguna clase de problema con Kirino-senpai, normalmente adoptaba la misma clase de actitud. Sólo que un estilo mucho más… Kariya.

Estaba a punto de abrir la boca para preguntar, porque después de todo esa era la única manera en la cual lograba sacarle respuestas a Masaki, con Tenma debería funcionar de la misma manera. Empero, fue detenido por el vibrar del móvil en el bolsillo.

"¿Cómo se supone que lidio con el destino cuando siempre se anda riendo en mi cara?"

Era todo lo que el mensaje tenía escrito, y Kageyama no necesitó leer el remitente para saber que era de Kariya.

"¿Mal día?"

Preguntó, tecleando lo más rápido que sus dedos le daban. Después presionar el botón de enviar, regresó su vista hacia el capitán del equipo, quien ahora hablaba animadamente con Shinsuke de algo que no terminaba de entender. Su teléfono vibró de nuevo.

"Malo no, sólo molesto. Odio el café puro, ¿por qué rayos pensé que venir aquí sería buena idea en primer lugar?"

Hikaru frunció un poco el ceño, Kariya mismo había sido quien no había dejado de hablar –disimuladamente- durante toda la semana de la cita que tenía con Kirino-senpai aquél día. Y ahora, parecía de lo más molesto.

"¿Pasó algo con Kirino-senpai?"

Esta vez, la respuesta tardó un poco más en llegar.

"Shindou…"

Oh. ¿Cómo no lo vio venir? Era mucho más que obvio. A pesar de que la relación de su amigo ya tuviera un tiempo de establecida, Kariya parecía aún no haber superado el facto Shindou de la ecuación.

¿Quieres que hablemos de eso, puedo ir a tu casa?

Normalmente eso sería lo mejor, tratar de escuchar a Kariya y sus quejas. Aunque Hikaru sabía muy bien que sólo eran cosas de la imaginación de su amigo, él podía decir tranquilamente que se notaba lo mucho que Kirino-senpai se preocupaba por Masaki.

"No…"

Hikaru esperó unos segundos.

"Bueno sí"

Y un par más.

"En realidad ya estoy en tu casa, ¿dónde demonios estás? Me muero de hambre"

Hikaru soltó una pequeña risita, bueno, eso sí era más como Kariya.

Y si no hubiera estado tan ocupado con los ojos puestos en el teléfono, quizá hubiera notado, que no muy lejos de allí la mirada del delantero estrella del Raimon los seguía desde hacía un rato. Kyosuke Tsurugi ciertamente hacía mucho se había convertido en un compañero fiel y por demás preocupado por el equipo. Pero no deberían culparle por comenzar a adoptar esa vieja faceta suya nuevamente, esa que parecía soltar un aura de confusión y misterio encima. Después de todo, era la primera vez que se sentía de esa manera.


Takuto golpeó el suelo con el zapato, una, dos veces. El camino a casa le había sabido particularmente largo ese día. Sin embargo, sentado en la amplia reja que separaba la calle de la puerta de su casa, fue la figura encorvada de Ibuki, quien parecía descansar en el suelo.

—Ibuki—llamó con voz parca, quizá más de lo que le hubiera gustado.

El mentado abrió los ojos lentamente, al parecer sólo había estado descansando los ojos. El muchacho se puso de pie, limpiando su ropa con una de sus manos sin muchas ganas.

—Tardaste mucho…

—Creí que estarías trabajando—Interrumpió Shindou, antes de que el jugador de baloncesto pudiera terminar su frase. Ibuki le miró un poco sorprendido, como si no hubiera esperado que esa fuera la frase que abandonara los labios de Takuto—Empezabas hoy, ¿verdad?

—No, en realidad empiezo mañana…—dijo, hasta que algo hizo contacto en su cabeza—Espera, llegaste tarde… ¿acaso fuiste a verme al trabajo?

Takuto dibujó una pequeña expresión ofendida en el rostro, aunque con el rosado que decoró sus mejillas bronceadas realmente era más irrisoria que otra cosa.

—Sólo pasaba por allí.

Ibuki rió, con su voz profunda y con gracia, mientras avanzaba los pasos que le separaban del otro muchacho. Shindou tuvo que forzarse a levantar la mirada, Ibuki era alto, eso le molestaba un poco… tener que levantar el cuello para hacer contacto visual…

—Y pensar que no quieres irme a ver a las prácticas en la escuela…—susurró mientras, con mucho cuidado, dejaba caer sus manos sobre las caderas del músico—No pensé que te tomaras la molestia de ir a verme hasta allí…

—Yo sólo pasaba por allí, ya te lo dije.

Pero nuevamente, con un sonrojo en el rostro, era difícil de creerle.

Ibuki sonrió un poco más.

—Claro que sí—Murmuró antes de dejar un pequeño beso sobre los labios de Takuto.


Notas finales: Cough, esto esta pensado como Long-shot. Último año de bachillerato, relaciones en las cuales uno siente que necesitan dar el siguiente paso. Finalmente, entender el romance o la amistad nunca ha sido muy fácil -mentira, sólo que massiel disfruta haciendo tonteras en sus fics.