Amigos míos tengo que aceptar la cruz de mi dispersión crónica. Solo he acabado con un par de mis historias y ya voy a comenzar otra.

Tenía la más firme intención de seguir solamente con mis historias en curso. Intenté no distraerme, pero los benditos comentarios y mensajes privados me fueron llevando cada vez más a esto.

Así que, voy a empezar con esta nueva historia. Ni modo. No puedo hacer otra cosa.

¿Saben? Los comprendo si me odian. Pero les voy a suplicar que se abstengan de reprocharme. No puedo ir contra mi propia naturaleza, y sé que, a pesar de todo, iré sacando las historias de alguna manera.

Tres cosas respecto a la nueva historia:

Uno: va a ser contada en primera persona por Lincoln Loud. Es él quien va a hablar directamente con ustedes. Es un Lincoln en plena madurez que en el momento de iniciar tiene 43 años de edad. Le ha ocurrido de todo en la vida, y por eso su lenguaje y sus costumbres han cambiado. Para defenderse a él mismo y a su familia, se ha vuelto bastante grosero y confrontativo. Habla con muy pocos pelos en la lengua, y no tiene ningún empacho en decir una buena cantidad de vulgaridades. Pero no se engañen: sigue siendo el mismo tipo amable, tierno y considerado que conocemos; y no es nada grosero cosas con su familia. Por eso, sus hermanas lo siguen adorando; y lo mismo sus hijos. Aunque a veces lo quieran matar :-)

Dos: esta historia va a tener lemon en abundancia. Advierto esto para que nadie se sorprenda. A los que no les guste, son muy libres de dejar de leer.

Tres: el ritmo de actualización de esta historia será muy irregular.

Así que, espero que esta historia también guste. Solo les pido que recuerden que es una obra de imaginación, y son muy libres de leer o no leer. Tiene una estricta base en la realidad romántica y amorosa, al margen de lo que algunas mentes estrechas y limitadas quieran pensar (créanme: los niños de 12 años sí tienen relaciones sexuales: vi chicas embarazadas con menos de esa edad todos los días, cuando trabajaba en hospital. Y solo una parte de ellas habían sido violadas o forzadas).

Ya dije, pero repito: esta historia va a estar llena de peladeces, vulgaridades, lenguaje soez y confrontativo. Van a conocer un aspecto de mi literatura que no les es familiar, y estoy seguro de que algunos no van a soportar la experiencia.

Si no puedes con esta historia, te pido cordial y amablemente que te retires.

YA DIJE. Están todos avisados y debidamente advertidos.

Los que decidan quedarse, lean; y ojalá disfruten. Es la esperanza de todo autor. Y la mía también, por supuesto :-)

Octware.


1. Este soy yo (por culpa de ustedes)

¡Qué bien, cariño! Acaba el biberón. Sí... Unas palmaditas en la espalda y ahora, eructa...

¡Ups! ¡Estuvo de campeonato, cariño! Ya ni tu tía Lynn se los echa así...

Oh... ¡Hola! Así que allí están, ¿eh? Muchos años sin vernos, ¿cierto?

Claro, ¡A mí también me da gusto! ¿Qué dice su buena vida?

¿Qué? ¿Que quienes son estos bebés? ¡Ah, claro! Estas dos preciosidades son mis hijas menores. Lulú y Leyla. Sus madres salieron de compras con el resto de mis hijas, y yo me quedé cuidando a las pequeñas. ¡Ya no cabemos en la van familiar! Vamos a tener que comprar un microbús, o algo por el estilo.

Disculpen un momento, por favor... ¡Hijita! Es hora de dormir, amor. Baja de mi cabeza, te puedes caer.


Bueno, ya está. ¡Por fin se quedaron dormidas! Ahora sí podemos platicar a gusto, amigos. Tenemos cosa de un par de horas antes de que mis esposas vuelvan.

¿Qué? ¿Que cuántas esposas tengo? ¿Que si me volví mormón? ¡No frieguen! Ustedes lo saben tan bien como yo. Mejor que yo, en realidad. Finalmente, ustedes son los que me metieron en este puto enredo...

No se hagan los inocentes, por favor... ¿Cuántas pinches historias Loudcest han leído o escrito? ¿Cuántos cómics? ¿Cuántas imágenes han visto? Les apuesto a que hay mucho más historias Loudcest que no Loudcest en todo este puto fandom...

Así que, ¿qué le sorprende? ¡Soy una caricatura, pajilleros! Hoy en día, ya ni siquiera soy lo que el levanta faldas de Chris Savino quería que fuera...

Les voy a contar un secreto: yo y todos los personajes animados somos lo que el fandom quiere que seamos. ¡Si me he cepillado a todas mis hermanas, es por culpa de ustedes!

¿Que no? ¡Se los voy a demostrar, cabrones!

A ver, tú, que te gusta el Lucycoln: ¿A poco no has leído historias lemon de Lucy y yo? ¿A poco te importa un comino el que mi hermana tenga nueve años, como para que terminemos en la cama?

Ustedes, que les encanta dibujarme y verme dibujado con Leni, ¿En cuántos de sus pinchis dibujos le doy un besito tierno, o un abrazo de hermano? Ni madres, ¿verdad? Siempre la seduzco, la engaño, la amarro o me la violo; y me aprovecho de todas sus formas de inocencia para follármela hasta por las orejas, ¿o no?

¿A poco no había un fanfic en el que me cepillé a Lily, siendo una bebé? Asqueroso, ¿verdad? ¡Pero ustedes lo leyeron, perros! ¡Y uno de ustedes lo escribió, y hubo otros que lo resubieron valiéndoles madre las políticas de contenido de la plataforma que sea!

Carajo, ¡han ahorcado el ganso leyendo comics donde me repaso a todas mis hermanas, así tengan cuatro, seis o nueve años! ¡Se la jalan viendo imágenes donde les ponen tremendos pechos a mis hermanas! ¡Han visto yuri y yaoi de nosotros y nuestros rule 63! ¿O, no? Incluso el perro del Octware los ha visto, aunque diga que no puede escribirlos.

¡Claro que sí, y no se hagan pendejos! ¡Son los fics que tienen más vistas, perros!

¡Ahhh! Pero yo soy el pervertido, ¿verdad, cabrones? ¿Y qué hago, si me shippean hasta con la Madre Tierra, con Peppa Pig y hasta con una puta lámpara?

O peor... Con la tía Ruth. ¡Puaj!


Entonces, ¿qué esperaban? Si ahorcan el ganso leyendo relatos e historias porno protagonizadas por mis hermanas y yo, ¿qué les sorprende el que hoy en día las tenga a todas por esposas y tenga hijos con todas ellas? ¿De qué se quejan?

Pues sí: las diez son mis esposas. Mis diez hermanas. Y tengo hijos con todas ellas. Encontré una sacerdotisa bien loca y muy bonita que accedió con mucho gusto a casarnos a todos. Y agradezcan que Linka y Liberty no son mis hermanas de verdad, por qué de seguro ni ellas se salvaban...

Pero bueno... eso de salvarse, en realidad no aplica. Verán: les encanta hacer sus historias pajilleras sobre mí. ¿Pero alguien se ha molestado en preguntarme mi versión de las cosas? ¿O la de mis hermanas?

Voy a decirlo de una vez, perros: yo amo a mis hermanas. A las diez; por más que se hayan aprovechado de mí durante muchos años. No forcé a ninguna. No abusé de ninguna, ni tampoco ellas de mí. Ninguna me amarró la cama, mas que cuando ya íbamos en juegos sexuales avanzados. Ninguna me violó, y mucho menos trató de matarme, como en los fanfics esos en donde Luan me ha violado hasta con un foco. ¡Entre mis hermanas y yo solo ha habido amor! Amor de verdad, por más que nos hayamos separado y desencontrado con algunas durante muchos años.

Y sí, cabrones. Aunque mis encuentros amorosos con mis esposas estuvieron llenos de amor, ternura y pasión; todas ellas y yo sabíamos que estábamos haciendo algo prohibido. No somos idiotas, ¿saben? Incluso, el código penal del estado de Michigan penaliza e incesto y lo castiga con cárcel. Por eso nos mudamos a Canton, Ohio. Aquí, el código penal solo castiga el incesto cuando uno de los protagonistas es el padre. Si no es así, no hay problema.

Saben, ahora que lo pienso... ¿Por qué será que mi hija Lupa insiste en que nos mudemos a New Jersey? Ni idea. Esa niña anda demasiado sospechosa últimamente...

Pero bueno. Ese es otro problema.

El caso es que no somos idiotas, amigos. Nunca lo hemos sido. Así que siempre nos hemos esforzado mucho en mantener el secreto. Nos hicimos cómplices unos de otros, hasta que ya no pudimos ocultarlo más. Ahora tengo a las diez durmiendo conmigo, y un cuartito muy privado para llevarme a una o a dos para jugar juntos y divertirnos cada noche. Pero hubo momentos de la vida en que solo tuve a una, o a tres, o a seis. Incluso a ninguna.

Pero me estoy adelantando demasiado. ¿Quieren conocer la verdadera historia?

¡A huevo! ¿Verdad? Para eso están aquí, pinches pajilleros.

Bueno, pues yo se los voy a contar. Eso sí: van a tener que aguantar vara, muchachos. Esto está bastante grueso e increíble. Solo les pido que si esto no cabe en sus estrechas mentecitas... ¡Váyanse mucho a donde los quieran, putos! Este es un relato para mentes abiertas que saben disfrutar dejando de lado sus prejuicios. Si no pueden hacerlo, fuera de aquí. No van a aguantar. Se los aseguro.