Dedicado a Nochedeinvierno13(Trici), que ama esta pareja.
Obligado escuchar "Ciego, de Reik".
Jon suspira al viento al recordar a Sansa Stark. Se siente miserable y desdichado, un maldito. Si las cosas hubiesen sido diferentes…
A su mente vienen retazos de lo vivido: la primera vez que se besaron, los encuentros a escondidas en el bosque de los dioses, la pelea de bola de nieves en invierno... y cuanto la amaba.
Su corazón se oprime al percatarse de que ya nunca más volverá a ver sus cabellos rojizos ondeando al viento, el ceño fruncido cada vez que él le jugaba una mala pasada. O como sus ojos etéreos parecían penetrar hasta su alma, husmeando en cada rincón de sus pensamientos. Sus manos jamás volverán a trazar la delicada línea de su rostro angelical, ni sentirá en sus labios el sabor de sus besos.
En el pasado quedarán las noches de amor, las promesas que fueron vanas, pero estaban tan llenas de esperanza. Las palabras acumuladas como monedas de oro, guardadas en el cofre que era su corazón. Si un "te amo" valía mas que la vida misma.
Mas su alma se hizo añicos al apartarse de ella. No obtuvo más opción que dejarla ir, además, ella se comprometería con otro.
—Nunca estaremos juntos—le dijo Jon, besando la coronilla de Sansa—Pero quiero que sepas que—bajo la vista, para observarla directamente a los suaves ojos—te quiero y siempre te amaré.
—Yo también Jon—respondió Sansa, entre sollozos—Jamás te olvidaré.
Sus labios se unieron en un beso doloroso, triste, apasionado. Los copos de nieve fueron testigos de su adiós.
¡Y ahora sí que la había perdido para siempre! No sabía donde se encontraría, si sufriría o le echaría de menos… ¿Adonde buscar cuando las pistas se las lleva el viento? Abraza la locura de salir de aquel castillo helado, e ir en su búsqueda. Cruzaría desiertos, mil mares, senderos sin salidas, e incluso se enfrentaría a los Otros, todo, todo por encontrarla. Todo por Sansa.
—Soy un Lord Comandante—se dice a sí mismo, sin apartar la vista del bosque encantado—No puedo hacerlo. Por más que me desespere, por más que la ame… no puedo.
La impotencia inunda su ser, azotándolo como el frío viento que parece cortar sus mejillas. Solo le ha quedado un paisaje helado en su corazón roto.
Es un ciego sin sus ojos, que lo guían en la vida. Sin ella no sabe vivir, y por ella, él ha de morir.
N/A: Ojalá te haya gustado Trici. Sé que es algo cortito, pero ya te escribiré otro.
