Y Por Si Te Encuentro…

Capitulo Primero

La guerra comenzó diez años después de haber encontrado la carta de Balthazar.

Los seguidores de los caminos de Merlín se agruparon mientras lo que seguían a Morgana destruían todo y a todos lo que encontraban que tuvieran alguna relación con el viejo maestro. Balthazar Blake se volvió el blanco más buscado, y su aprendiz el valiente Dave. Pocos conocían del paradero de ambos y durante meses las noticias presentaron sus fotos; sus cabezas tenían un precio muy alto al finalizar el año.

La humanidad se vio arrastrada a la guerra, ya que los seguidores de Morgana hicieron un caos en medio de la Gran Manzana. New York sirvió de escenario para la primera batalla; los clanes de las trece colonias ya mendigaban la ciudad, buscando rastros de aquellos que habían abandonado el orden por su propio placer y cuando los primeros hechizos fueron lanzados en el Parque Central, frente a una multitud de humanos indefensos, el caos comenzó a reinar. Los humanos que sobrevivieron describían la escena como una batalla de guerra nuclear, no importaba lo que había, quien era o que hacia, los hechiceros decimaban todo en su batalla. Salían de todas partes, algunos protegiendo y otros destruyendo, y los humanos los reconocían como sus vecinos durante anos. Un panadero de Brooklyn, una estilista de la quinta avenida, un hombre de negocios en Wall Street, un repartidor de paquetes. Después de la gran explosión que devasto la ciudad, muchos sobrevivientes se ocultaron en edificios que sobrevivían, la mayoría cubiertos por viejos hechizos aun ligados a sus dueños, quienes protegían el área y se aseguraban de que los sobrevivientes pudieran salir de la ciudad en algún transporte militar o civil.

Este era el caso de Veronica y Becky. Su casa se había perdido durante la explosión y lo único que pensaron fue en volver al antiguo Arcana Cabana. Cuando llegaron allí, solas y fingiendo ser solo humanas, encontraron el edificio intacto, aun cuando a su alrededor la mayoría de las casas habían sido totalmente destruidas. Entraron a la morada, encontrándola intacta y trataron de mantenerse en silencio por algunas semanas. Pero como seguidoras de Merlin fieles, no podían soportar la injusticia que estaba ocurriendo. Poco a poco fueron creando un pequeño refugio para humanos, consiguiendo conexiones con los militares que le proveyeron comida y salida a los humanos por protección contra los hechiceros. Desde la terraza que Veronica tanto extraño, y con el circulo de Merlín bajo sus pies ambas mujeres protegieron el área. Había historias similares por toda la costa, y por todo el continente.

Hubo escases de cosas básicas, hubo enfermedades, hubo batallas entre humanos y hechiceros, hubo quienes se mantenían a la par, otro que se ocultaban. Becky luchaba con algunos grupos pequeños que seguían a Merlín, mientras Veronica trataba de mantenerla en casa por miedo a que algo le sucediera. Cuando eso que Veronica temía sucedió un par de hechiceros jóvenes arrastro el cuerpo ensangrentado de Becky a la parte trasera de la tienda, haciendo que Veronica se volteara a mirar la situación. La cabellera de Becky aun brillaba, aun cuando le faltaba agua y comida, Becky lograba mantener su cabello limpio y brillante. Esto fue lo que hizo que Veronica callera en sus rodillas, llorando por lo que le sucedió a su aprendiz. Veronica no podía llorar, no tenia lágrimas por estar deshidratada, y solo sollozo a secas. Otra hechicera logro acercase a Becky para tratar de sanarla, pero por las misma condiciones que Veronica no podía sanar totalmente las heridas. Y eran demasiadas. Veronica trato de seguir sanando, pero su energía y su concentración mental se habían perdido en el dolor de ver a su hija, la niña que crio y cuido y entreno, en esa condición tan devastadora.

Una hora antes de morir, por que Veronica sentía la vida filtrarse del joven cuerpo de Becky gota a gota, un hechicero llego al Arcana Cabana. Era un hombre alto, guapo pero cicatrizado por las batallas. Observo la situación y se acerco a Veronica.

"Puedo salvarla." Le dijo sin titubeos y mirando a Veronica a los ojos. La mujer le miro por un minuto, tratando de analizar lo que acababa de decir. Veronica pregunto como y el saco un pequeño frasco con un liquido claro de su abrigo. Ella reconoció el líquido y apretó a Becky contra su pecho, comenzando a sollozar de nuevo. "Solo debe beber esto y se salvara." Veronica no podía controlarse y cuando el le acerco el frasco a Becky ella se alejo.

"Veronica." Le dijo la enfermera que también era hechicera, sin saber lo que el liquido era. "Deja que trate." Ella no lo quería, pero no tenia fuerzas para luchar. Los otros hechiceros le quitaron a Becky de las manos, la aguantaron mientras ella comenzaba a gritarle que no lo hicieran y dieron a Becky la mezcla del pequeño frasco.

Becky despertó algunas horas después, totalmente sana. Logro sentarse en la cama que compartía con su maestra y la vio sentada al final de la cama, ojos abiertos pero opacos. Cuando le pregunto como se había salvado Veronica la miro, le sonrió y se acerco para abrazarla. Tomo un par de minutos, mientras Veronica sollozaba sin lágrimas, para que Becky entendiera lo que había sucedido. Nunca estarían solas, siempre se tendrían una a la otra y si su destino era encontrar a Dave en algún momento del futuro podría estar con el por el resto de sus vidas.

Fue una época triste para la humanidad.

Rumores de lugares seguros comenzaron a esparcirse. Especialmente en áreas remotas, como las montañas de Irlanda, el Tíbet, China… Los lugares altos donde los elementos eran demasiado fuertes para sobrevivir el viaje. Otros rumores hablaban de una torre de cristal que se levantaba en el cielo durante las noches, y aquellos que podían verla lograban ocultarse donde Blake y Stutler estaban. Muchos querían llegar, pero pocos lograban comenzar el viaje.

Veronica conocía de las leyendas, de las historias, de los lugares seguros que rumoraban; pero ya tenia tan poca esperanza que lo único que la animaba era contarle a los niños normales, a los pequeños humanos, sobre las historias escritas en su Encantus. Becky estaba en turno de vigilancia, oculta en la seguridad del círculo de Merlin en el techo, mientras otros hechiceros se ocupaban de sanar a los heridos en lo que era la tienda de Balthazar. Veronica siempre llevaba los niños al sótano, donde había luz y un piso más cómodo creado para que pudieran ocultarse en caso de algún altercado. Ella se sentaba contra la pared de las escaleras, siempre con el gran libro de magia sobre su falda y comenzaba a leerle historias a los chiquillos, cambiando los finales para no decepcionarlos. En las últimas paginas su historia con Balthazar había sido escrita, como parte importante, como causa de un importante efecto. Veronica nunca leía mas allá del año 1900.

Durante las noches Becky y Veronica compartían la misma habitación, el cuarto de Balthazar. Las pocas cosas que Dave había dejado Becky las había arrastrado al armario en el cuarto y en alguna noche solía buscar alguna camisa que le quedar ancha, aun con el olor a Dave intacto por algún hechizo que ella misma había creado y solía dormir en su lado de la cama, acurrucada mientras su nariz estaba inundada con olor del joven que se había marchado hacia mucho tiempo. A veces lloraba, pero había aprendido hacerlo sin hacer mucho ruido, por que Veronica necesitaba descansar para las vigilancias durante el amanecer.

Algunas noches solo se abrazaban y se mantenían alertas, compartiendo sus sentimientos para evitar el volverse locas. Como dos veteranas de guerra batallaban contra los seguidores de Morgana, demostrando que podían ser tan capaces como cualquier otro hechicero. A veces hasta mejores. Pero todo se fue cuesta abajo cuando el edificio fue atacado por un grupo enemigo sumamente poderoso. Era temprano en la madrugada, pocos estaban despiertos y Veronica hacia guardia, sintiendo el aire cambiar de dirección. Se volteo y mira a la calle donde cuatro hechiceros levantaban sus manos…

La explosión sacudió el edificio, cada pared tembló y antes de que alguna callera los hechizos que Balthazar había colocado en los cimientos se activaron, enderezando la casa de manera temporal. La alarma para evacuar se escucho sonar, mientras Veronica atacaba sola a los enemigos, Becky logro llegar hasta ella, después de evacuar los humanos a los túneles y cerrando con un poderoso sello la entrada al sótano y comenzó ayudar a Veronica, quien aunque era del nivel 777, no podía continua luchando. No estaba en su mejor condición física, no podía aclarar su mente, y peor aun estaba agotada. Ambas tenían puesta ropas de los hombres que alguna vez vivieron en la soledad del edificio y cuando el piso bajo de ella se agrieto y exploto, ambas lograron caer al suelo con algo de dignidad. Como un gato lanzado al aire ambas lograron caer en sus piernas, volteando y huyendo de la escena.

El ultimo recuerdo del Arcana Cabana fue el como se volvió una montaña de escombros.

Habían logrado huir a la bahía, donde barcos de la marina y otras ramas del ejercito evacuaban humanos. Lograron pasar como refugiadas, por que los militares no permitían la evacuación de los hechiceros, escondiendo sus anillos en su lugar mas intimo, algo avergonzadas. Pero ya no podían continuar en América. Este continente se había vuelto tierra de nadie. Becky lloro contra el hombro de Veronica, quien observaba en silencio como el gran portaviones las saco de la bahía del rio Hudson y poco a poco vieron New York volverse solo una triste memoria en el fondo del horizonte. Veronica insistió en evitar España, por rumores de la nueva Inquisición, la gran nave no pudo llegar al puerto de Portugal por ataques en los mismos y la última opción fue llegar hasta Inglaterra.

Esta era la tierra ancestral de ambos Balthazar y Veronica, y aunque Veronica podía navegarse por las calles mejor que Balthazar las cosas habían cambiado. No tenían dinero, no había forma de conseguir trabajo sin que los demás se dieran cuenta de que eran hechiceras y si se ponían sus anillos serian deportadas de vuelta a la batalla. En Inglaterra los clanes habían cerrado sus puertas y no había refugios. Habían batallas todas las noches, y tenían que ocultarse en casas destruidas y edificios a punto de caerse.

Estaban delgadas, aun con la ropa de Dave y Balthazar puesta, y si pudieran, muriendo lentamente. No tenían energía ni para crear rayos de plasma. Una noche, mientras se cubrían de la lluvia con unos cartones, Becky pregunto si morirían de esta triste manera; olvidadas y hambrientas.

"No. No moriremos." Le dijo Veronica, abrazándola, la cara de Becky estaba contra el cuello de su tía, mientras el mayor continuo hablando. "Nos haremos mas fuertes."

"¿Tal vez deberíamos buscar la torres de cristal?"

"¿La que?"

"Torre de Cristal. Algunos hechiceros en América decían que ahí estarían Dave y Balthazar. Tal vez si la encontramos, nos reuniremos con ellos." Veronica miro la lluvia caer sobre los pequeños vasos que habían rescatado de la basura, casi llenos del agua de lluvia. Al menos tendrían algo de beber. "¿Crees que aun nos odien por todo el mal que les hicimos?"

Veronica no pudo evitarlo y sonrió. Hacia mucho que no sonreía. Pero el pensar en esos dos idiotas que se marcharon sin explicación alguna era causa de risa en este momento. "No, no creo que nos odiaron. Tal vez, se molestaron, pero no creo que nos odien."

"Espero que no. Por que si veo a Dave, no podría aguantar las ganas de besarlo."

Veronica se sentía de la misma manera, si en algún momento volvía a encontrarse con Balthazar no podría aguantar acariciar su cara. Veronica levanto los vasos, ya llenos de agua cristalina, y brindaron por lo pudiera pasarles básicamente entregándose a su propio destino. Ya no lucharían contra su suerte.