Holaaa holaa :D
Aquí he vuelto con otro fics largo :) esta vez de Cazadores de Sombras
Es un Magnus x Alec x Sebastian que surgió mientras hacía un ensayo para la universidad sobre los dioses griegos y me entretenía con la historia de Eros (Cupido para los romanos) aunque admito que realmente no tiene nada que ver con eso xD
Disclaimer: Cazadores de Sombras pertenece a Cassandra Clare; si fuera mio Alec tendría un harem de chicos a su disposición y Mark no estaría sufriendo con la caza salvaje Y_Y
Advertencia: para los que no les quedó claro, el fics es de contenido yaoi/slash es decir ChicoxChico si no les gusta entonces no lean :D
¡SPOILERS! La trama inicia al final de CoLS y a lo largo de ella se presentaran sucesos de CoHF según convenga; incluyendo (en algún punto hacía los últimos capítulos) el asunto del hermano Zachariah, por lo que si no has terminado TMI y TID lees bajo tu propio riesgo.
En fin, les dejo leer :P
PARTE I: Amor y otras fantasías
La fantasía, aislada de la razón, sólo produce monstruos imposibles.-
Francisco De Goya
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Capítulo 1: Pociones
*Culpable cupido que llega, que flecha y no dice cuándo.*
El flechazo de cupido interprete Fernando Tovar
Alec a veces se preguntaba cómo era posible que todavía tuviesen algo de "normalidad" en sus vidas; especialmente cuando Jace estaba desaparecido junto a Sebastian y estaban atados al punto de que lo que lastimara a uno lastimaría al otro; no cuando Clary había huido para unirse a ellos o cuando no hacía ni dos día que habían ido contra la ley al invocar a un demonio mayor en esa misma sala en la que ahora se sentaba con una taza de humeante café; pero ahí estaba, mirando a Magnus trabajar, por una vez en algo que no tenía que ver con Jace, y el brujo parecía relajarle el cambio porque incluso silbaba despreocupadamente mientras utilizaba la cocina como laboratorio de pociones mientras él solo lo observaba con una sonrisa agradada.
Sabía que toda esa calma terminaría pronto: tenían a Gloriosa gracias a Simon y en cualquier momento el enfrentamiento contra Sebastian sería inevitable; pero justo ahora no quería pensar en eso, solo quería disfrutar de los ronroneos de Presidente Miau que se restregaba en su pierna intentando llamar la atención y congelar esa escena hogareña para siempre.
La sonrisa disminuyó considerablemente de sus labios
Siempre…
Odiaba esa palabra; la odiaba con todo su ser porque no podía darle todo el significado que conllevaba; porque sabía que su "siempre" no era igual al de Magnus; no duraban lo mismo.
- Pásame esos viales de allá Rol de Canela – Pidió Magnus sonriente; Alec le tiró un cojín del sofá que el brujo ya esperaba y con un chasquido de los dedos lo detuvo en el aire. – Solo estoy probando.- Se excusó.
- No lo hagas – Lo riñó Alec levantándose para buscar los viales que le había pedido. - ¿Qué preparas, por cierto? – Cuestionó deteniéndose por una seña de Magnus antes de lograr acercarse. El brujo chasqueó los dedos haciendo levitar las ollas hacía la mesa de centro de la sala. Alec enarcó una ceja mirándolas.
- Los calderos no cuadrarían con el diseño de la cocina. – Se excusó el brujo encogiéndose de hombros.
- Sin duda ollas de estofado con algo dorado y burbujeante o que parece lodo caliente si – Dijo Alec con una sonrisa.
- Al menos se ve más apetitoso que los intentos de estofado de tu hermana – Bromeó el brujo; Alec sonrió tendiéndole los viales.
- ¿Qué es? - Preguntó
- Un trabajo para unos vampiros – Dijo y se explicó – Sentía que debía distraerme y este tipo de pociones son divertidas de preparar y aún más de usar.
- ¿Qué tipo de pociones? – Cuestionó mirando con desconfianza la que parecía lodo caliente.
- Poción de amor – Señaló la dorada; y luego la de lodo – Y poción de odio; los subterráneos suelen utilizarlas para ciertas fiestas. – Explicó – Su efecto dura un par de horas si las bebes o un par de días si caen en alguna herida; suelen ponerlas en las bebidas para causar situaciones…interesantes.
- No imagino que alguien pueda poner esto – Señaló la poción parecida al lodo, la de odio – En mi bebida y no notarlo.
- Se disuelve bastante bien; dependiendo de cuanto se diluya puede crear desde un simple desagrado hasta un sentimiento de rechazo total hacía la primera persona que vea frente a frente o incluso en fotografias si la conoce – Magnus sonrió coquetamente en dirección a Alec – En cambio la otra poción, funciona al contrario, puede ir desde un simple agrado hasta un estado de atracción casi obsesivo y un alto nivel de lujuria. – Su dedo largo y su uña adornada con purpurina se introdujeron por la camisa del Nefilim desabotonándola y recorriendo el marcado pecho de este lentamente; Alec se ruborizó – Pero si ya estoy enamorado del primero al que veo, funciona como un potente afrodisiaco.
- ¿Qué tan potente?- Alec se ruborizó por completo ante su propia pregunta; Magnus sonrió felinamente, asiéndose con uno de los viales que acababa de llenar con poción dorada y tomándoselos de un trago antes de lanzarse sobre el ojos azules haciéndole quedar acostado con medio cuerpo sobre el sofá; y acercando sus labios a su oído para susurrar casi en un ronroneo.
- ¿Recuerdas aquella vez en Dubai, cuando usaste una runa sin miedo y remarcaste la de resistencia? – Preguntó, casi ronroneó moviéndose rítmicamente sobre el chico para que sus caderas friccionaran; Alec asintió tragando con dificultad - ¿Qué te parece diez veces más? – La única respuesta que recibió fue un gemido del chico Lightwood ante el mordisco juguetón de Bane que no pensaba desperdiciar ni un segundo de ese par de horas.
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- ¡Deja de pervertir a mi hermano, brujo depravado! – El grito de Izzy se debió escuchar en todo el edificio o eso pensó Simon pálido como lo cera; claro, eso si los gemidos de Magnus y Alec lo habían dejado escuchar.
El vampiro estaba preguntándose justo en ese momento porque Maryse no solo había llamado a su hijo por teléfono en lugar de enviarlos a ellos a buscarlo y pensó que realmente Alec le debía agradecer a Isabelle por haberse ofrecido a buscarlo en lugar de su madre, es decir, dudaba que a Maryse le hiciera mucha gracia escuchar lo que él estaba escuchando; no que a él le hiciera gracia alguna.
- Alec te estamos escuchando desde acá – Gritó Izzy pateando la puerta aún más fuerte – ¡Es importante! Es sobre Jace y Sebastian.
Lo ruidos fueron cesando y tras un rápido correteo Alec finalmente abrió la puerta; estaba agitado y totalmente ruborizado, sin camisa y el cabello en todas direcciones
- ¡Izzy! - Exclamó con sorpresa enrojeciendo hasta las orejas - ¿Qué haces aquí?
- Venimos por ti Caramelito - Lo apartó su hermana de la puerta para entrar, usando uno de los apodos que acababan de escuchar. Simon entró tras ella algo avergonzado, especialmente cuando vio a Magnus tan agitado y alborotado como Alec, recostado en el sofá con solo un albornoz.
- ¿Pasó algo?
- ¿Qué es esto? - Preguntó su hermana viendo las pociones; parecían extrañas a su manera de ver, y sin preguntar tomó una de las flechas de Alec para usarla como paleta y remover la poción de amor.
Alec se la arrebató de las manos dejando la flecha impregnada de líquido dorado en la mesa.
- ¿Para qué viniste?
- Además de para interrumpir el mejor orgasmo que he tenido en la década – Gruñó Magnus nada feliz; Alec tampoco parecía estarlo pero por el comentario.
-¡Magnus! -El brujo hizo un gesto de "tengo razón"
- Clary se comunicó: Maryse nos envió por ustedes; sabemos dónde estará Sebastian esta noche. Nos enfrentaremos a él hoy. - Dijo Simon; si no lo decía nadie lo haría. Alec se enserió de inmediato.
- ¿Y Jace?
- Tenemos a Gloriosa; esperemos que sea suficiente - Alegó Izzy aunque se veía su preocupación - Esta noche recuperaremos a nuestro hermano.
Alec se vistió a prisa listo para la batalla; incluso Magnus, con una armadura bastante colorida y brillante estaba preparado: no iba a dejar a su Nefilim luchar solo contra Sebastian y sus demonios.
Alec tomó sus flechas incluyendo la que estaba en su mesa aun con restos de poción dorada; esa noche recuperaría a Jace, su parabatai; y acabarían con la vida del monstruo que asesinó a su hermanito Max costase lo que costase.
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Todo en Burren era un caos; las armas nefilim tenían buenos resultados contra los cazadores de sombras oscuros y además los lobos los ayudaban; pero los oscuros eran más rápidos y fuertes.
Alec no dejaba de disparar su arco, protegiendo desde la distancia a los que luchaban cuerpo a cuerpo: odiaba cada vez que lanzaba una flecha porque el objetivo era acabar con personas que alguna vez fueron nefilims: cazadores de sombras que por culpa de Sebastian ya no lo serían más; madres, padres, parabatais que no reconocerían ya por lo que alguna vez lucharon; pero que estaban en ese estado por su ambición de poder, perdiendo su libre albedrio. Ahora para ellos todo giraba en torno a Sebastian y lo que él quisiera...
...Igual que Jace.
Una flecha surcó los aires clavándose en la frente de un cazador oscuro; evitando que este atacara a Simon que llevaba la espada Gloriosa hacia Clary. Él había visto a Izzy y Magnus junto a Simon minutos antes pero ahora el vampiro diurno estaba solo; buscó a su novio y su hermana con la mirada conforme lanzaba otra flecha. Su corazón se había hinchado de autosuficiencia cuando Magnus se ufanó con emoción y orgullo "ese es mi novio" había dicho luego de su primer tiro antes de empezar toda esa batalla; y justo ahora, que lo consiguió con la mirada, viéndolo inmóvil en el suelo con Izzy a su lado, el corazón de Alec se detuvo por completo.
No; Magnus tenía que estar bien. Dejo en el carcaj la flecha que había estado por tomar; notando que era la última, y corrió a prisa bajando de la tumba sobre la que estaba para llegar hasta Magnus; no podía perderlo: Magnus no podía morir antes que él; ni en la peor de sus pesadillas lo había considerado alguna vez.
Se detuvo junto a su novio y su hermana, dejando el arco a un lado, sintiendo que el aire le volvía a los pulmones al ver que aun respiraba. Izzy nunca había sido buena en los primeros auxilios, demasiado confiada en las runas como para prestar atención pero él si y a prisa se dio el trabajo de quitar la armadura a Magnus para hacer presión en la herida.
Isabelle se apartó un poco dándoles espacio cuando Magnus abrió los ojos; la chica volvió a la batalla manteniéndose cerca de la pareja para evitar que algún cazador oscuro fuera a por ellos. Buscó con la mirada a Simon mientras con su látigo rebanaba la mano de uno de los Oscuros: Lewis había llegado ya hasta Clary y le había dado la espada pero Jace ahora se interponía entre la pelirroja y Sebastian. Izzy miró a su hermano y Magnus, sopesando si podría dejarlos solos para ayudar a Clary con Jace.
Alec y Magnus estaban tomados de la mano y una luz clara salía de esa unión; cada uno concentrado en el otro; bufó ¿Que hacían esos dos viéndose a los ojos cuando estaban en medio de una batalla?
Un fuerte resplandor de luz y un grito desgarrador detuvo todas las batallas; Isabelle sonrió con triunfo: era el grito de Sebastian ¡Clary lo había logrado! Pero al girarse y ver a la pelirroja atravesando con Gloriosa a Jace y como su hermano empezaba a arder, el horror no hizo más que apoderarse de ella.
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Alec podía sentir su energía correr por sus dedos y pasar a Magnus; podía ver como la piel de su novio dejaba de palidecer tanto y recuperaba un poco su color; vio como su herida dejaba de sangrar. Era una sensación agradable, el cosquilleo en sus manos; y el saber que Magnus se pondría bien y que él había podido hacer algo para lograrlo.
Y entonces algo cambio: sintió como si alguien le atravesara el pecho con una espada y su runa de parabatai arder; un resplandor inundó todo Burren a la par que un grito se dejaba escuchar pero Alec solo intentaba soltar su mano de Magnus.
El brujo lo soltó notando que algo andaba mal; Alec se mordió el labio intentando no gritar: no entendia que pasaba, su lazo parabatai ardía pero al mismo tiempo se recomponía: ya no había interferencia entre él y Jace pero eso quería decir que era Jace quien estaba sufriendo ese fuego que abrazaba.
- ¿Alec, que pasa? – Preguntó Magnus asustado.
- Jace... - Dijo a duras penas buscando a su parabatai con la mirada; pero en la piedra principal solo veía a Clary sujeta a la espada "Gloriosa" a la altura del pecho de quien supuso era Jace envuelto en llamas - ¡Jace! - Gritó intentando ponerse de pie pero las piernas no lo sostuvieron; estaba débil. Magnus se incorporó como pudo, sujetándolo - ¿Que ha hecho Clary, Magnus? - Exclamó desesperado - ¡Tenia que matar a Sebastian! ¡No Jace!... ¡Sebastian!
Alec lo buscó con la mirada: todos en el Burren veían a Jace arder y nadie se preocupaba por el hijo de Valentine. No podían dejar que Sebastian aprovechara eso para escapar.
Lo vio, inclinado sobre sí mismo, apoyado en Amatis que a pesar de estar herida lo ayudaba a escapar. Alec no lo pensó dos veces: Tomó su arco a prisa y la flecha en su carcaj: la última que le quedaba
Disparó y por un segundo sintió como todo pasaba en cámara lenta: la flecha surcó los aires con un silbido antes de clavarse en el pecho de Sebastian, justo en el corazón. Este levantó la mirada con incredulidad y sus ojos negros se encontraron con los azules del nefilim antes de desaparecer de las ruinas junto con Amatis.
Los cazadores de sombras oscuros desaparecieron también ante los ojos de todos; pero no importaba, Sebastian moriría, tenía que morir: le había atravesado el corazón.
- Vamos - Lo llamó Magnus mucho más recuperado, sirviéndole de apoyo para ponerlo de pie - Un magnifico tiro; por cierto - Le sonrió. Alec asintió demasiado preocupado por lo que estaba ocurriendo con Jace como para decir algo: el dolor había disminuido pero aun sentía el lazo de parabatai quemándole.
Se encaminaron juntos hacia donde todos veían a Jace y Clary; Alec notando algo pegajoso en la mano con que había tomado la flecha; se miró confundido al ver un líquido dorado en sus dedos que se limpió en sus pantalones sin prestarle mucha atención.
_O_O_O
¿Que les pareció?
Espero les haya gustado y me lo hagan saber ;D
Nos leemos pronto
Besos :3
