奇跡(Kiseki)

Los milagros no siempre ocurren directamente, ni se dan de manera rápida. A veces suelen estar allí, solo que el dolor del alma no lo ve. Ella se convirtió en la luz dentro de su oscura alma, en su milagro de fe. Por eso a sí tuviera que pactar con el mismo demonio nunca dejaría que se la llevaran de su lado.

Carmina Lehahiah


1· Milagro

No podría decir si el destino lo había planeado.

El sol mañanero, brillante y cálido se filtraba por las aberturas de la fina cortina color vino-tinto que adornaban aquella alta y grande ventana. La poca luz dio de lleno en el rostro pálido y varonil de aquel muchacho tendido boca arriba en la cama matrimonial situada en pleno centro de la habitación. Una habitación grande y sin muchos lujos. A un lado de aquella cama, encima de la mesa de noche justo en el afeitar del mueble un despertador digital comenzó a sonar.

Una mano cubierta de vendas lo tiro de lleno contra el piso. El pequeño aparato cayó haciendo un golpe seco contra el suelo, haciéndose pedacitos. El muchacho de unos ojos profundamente negros sin inmutarse por lo sucedido, continúo observando fijamente el techo blanco de la habitación, como venia haciendo toda la noche. Cerró la mano en un puño sintiendo el dolor punzante de las heridas en sus nudillos, luego debajo de su rodilla pudo sentir también el ardor que había logrado causarle aquel bate de beisbol.

No sabe cuanto tiempo duro de aquella manera estática que tampoco había sentido el dolor en su nariz, labios y costado izquierdo. De repente un fuerte golpe se escucho en la habitación. La puerta se abrió de par en par y él se quedo impasible como había estado durante toda la noche.

—¡¿A que hora llegaste anoche?!— pregunto el intruso irritado. El chico le hecho una mirada rápida y sin prestarle mucha atención volvió de nuevo a fijarla en donde antes lo hacia. — ¡Maldita sea! Te estoy hablando Sasuke. —El intruso estaba enojado, muy enojado. Se adentro de una vez a la habitación y halo las cortinas, dejando entrar por completo la luz solar.

El muchacho en la cama se sentó. Llevándose una mano a sus azabaches cabellos lacios. Cortos atrás, largos delante enmarcando su pálido rostro. El otro soltó una exclamación de sorpresa al verlo claramente. Se acercó al muchacho alargando su mano hasta aquella mejilla llena de raspones.

—Déjame en paz, Itachi—de un grosero manotón Sasuke alejo el gesto del otro.

—¿Otra pelea cierto? —reprocho Itachi, un joven parecido a Sasuke. Ojos negros, piel blanca, un poco más oscura y cabellos negros lacios, largos amarrados a una coleta justo en la nuca. — ¿Es que no te cansas te meterte en problemas? ¿Qué diablos te pasa, Sasuke? —

—¡Largo de mi habitación!—

Sasuke, más bajo que el otro, lo empujo camino hacia la puerta. Sí Itachi estaba enojado, él estaba peor. No solo estaba enojado, estaba completamente cabreado, con aquel frente a él. ¿Quién era él para decirle algo? Nadie, no era absolutamente nadie para decirle nada.

—Debo tratarte esas heridas— trato de conciliar Itachi, un poco calmado y preocupado.

—No te metas en mis asuntos.— impuso el mas bajo, sacándolo por completo de la habitación. Aventó la puerta con fuerza y luego dio un golpe a la misma. Hiriéndose aun mas las heridas de la mano.


Al salir del baño se quedo observando la prenda doblada, perfectamente planchada y limpia. El uniforme escolar de su nueva escuela, camisa blanca, falda y chaleco verde. En el cuello de la camisa estaba el símbolo de una hoja, emblema oficial del instituto. Lo miro otro rato más, perdida en sus pensamientos.

No estaba nostálgica por dejar algunos amigos en su ciudad natal, que va. Ella era un chica solitaria, claro que tenia algunas amistades pero nada para asegurar que has encontrado alguien en quien confiar plenamente.

Camino hasta la cama y comenzó a vestirse. Pasados unos quince minutos estaba lista mirándose frente al espejo. Escucho un golpecito en la puerta.

—Adelante— convido a pasar.

—¿Cariño estas lista?— pregunto un hombre de cabellos blancos, con un parche en uno de sus ojos y un cubre bocas. Ella sabia que le estaba sonriendo a pesar de no ver su sonrisa.

—Si, ya estoy lista Kakashi—

—Papá. Soy Papá, Sakura— reprendió suavemente.

—Solo me entreno para cuando tenga que llamarte en la escuela, Papá— le sonrió

—En tal caso deberías llamarme Kakashi-sensei. Sin embargo no importa, puedes llamarme Papá si deseas— el padre atravesó la habitación y le abrazo fuertemente.

—Papá… Eso no seria correcto—

—Si, claro como digas. Baja a comer, aun es temprano pero es perfecto para que conozcas la ruta y tu aula de clases. Y baja a comer ahora— Kakashi beso la frente de su hija y se disponía a salir de la habitación cuando fue apresado por unos brazos enroscados en su dorso.

—No quiero que estés preocupado. Voy a estar bien, vamos a estar bien. Por favor, no vuelvas a mirarme de esa manera—

El peliblanco abrió los ojos con sorpresa y poco después sonrió. Acaricio los brazos de su hija y se dio media vuelta acariciándole los cabellos rosados a su chica. Le miro aquellos ojos verdes idénticos a los de su madre. Aquel color de ojos que tanto amo, que tanto ama.

—Se que vamos a estar bien. Pero promételo Sakura si deseas volver, si no te sientes cómoda aquí. Regresaremos, no hay discusión en eso—

—Tranquilo, lo prometo —le sonrió abiertamente y luego lo halo fuera de la habitación. —Vamos, vamos quiero saber con que otra cosa deliciosa me vas a degustar esta vez— rompió en carcajadas ante la mirada de pocos amigos que le envió su padre.

—Graciosa Sakura, muy graciosita —

Sin embargo su hija tenía razón, era un asco en la comida. Gracias a dios que había ido al supermercado por la noche.

El auto se detuvo en el estacionamiento. Un lugar grande con suficientes puestos para estacionar, pero que a esas horas de la mañana aun no estaban ocupados.

Ella suspiro y peino sus largos cabellos rosados, intentando disipar los nervios. Su padre la vio de reojo y sonrió con ternura. Su hija podría aparecer fuerte e irrompible pero era una chica solitaria y frágil, él lo sabía. Sakura solo intentaba no preocuparlo, ella cumplía con el deber que era de su padre. Ella lo protegía. Kakashi se sintió estúpido, un mal padre.

—Iremos juntos a la dirección — le dijo él.

—Claro. Pero recuerda Hatake Kakashi eres un profesor, quizás mi profesor. No quiero acoso paternal aquí, ¿De acuerdo?— dijo Sakura con voz firme

—No me pidas que te vea como una simple mocosa, Sakura... ¡Eres mi bebe!- Kakashi miro a su hija con determinación.

—No, no soy una bebe Papá —suspiro— Solo no me avergüences en público.

—De acuerdo, de acuerdo. Intentare no demostrar mi amor en publico— dijo lastimero el padre.

—Yo no hablaba de eso...

Kakashi le sonrió ampliamente al ver un sonrojo en sus mejillas, se inclino hacia ella y tomándole cariñosamente de las mejillas le dio un cálido beso en la frente. Sakura devolvió el beso en la mejilla y sonrió con felicidad a su padre.


Pedaleaba poco a poco camino a la escuela. Sintiéndose estúpido. La rodilla le dolía, maldijo a los sujetos que lo habían sorprendido por la noche camino a la casa de su mejor amigo, un rubio de ojos azules y sonrisa contagiosamente alegre, Namikaze Naruto. Todo un dobe.

Se juro que la próxima vez los dejaría peor de lo que los había dejado. Maldijo de nuevo, estaba cansado, fatigado. Todo por culpa del idiota de Itachi y su abuso de irrumpir en las habitaciones ajenas, no es como si hubiese estado durmiendo, pero la soledad le daba un poco de tranquilad, al menos eso pensaba. Además llegaría tarde ese día.

Escucho cerca una campana que reconocía claramente, era la campana de la bicicleta del idiota de Naruto. Un poco ñoño en ese aspecto por llevar algo tan infantil como eso en su vehículo. Pocos segundos después escucho la irritante voz del dueño de aquel molesto sonido.

—¡Sasuke!— saludo con una sonrisa el rubio. Colándose a un lado del azabache.

—Dobe — susurro con vista al frente y con su voz seria y arrogante.

—¡jum, Teme! —contesto el otro fingidamente molesto.

Siempre era así entre ellos. Eran rivales pero también amigos, uno complementaba al otro. Sasuke era como la oscuridad de la noche y Naruto como la esperanza del sol a medio día. Al menos eso decía el poético del abuelo del rubio, Jiraiya. Pero ambos sabían que ese lazo era mucho más fuerte, eran almas gemelas, eran hermanos. Porque sí, no solo puedes encontrar tu otra mitad en el sentido estrictamente amoroso, ellos eran uno y a la vez dos personas. Era un indescifrable vínculo.

—¿Qué ha pasado? Vas tarde al instituto— pregunto extrañado el rubio.

—El idiota de Itachi me retraso—

Sasuke nunca daba razones de sus acciones, pero de eso se excluía al rubio mejor amigo. Con Naruto, el azabache podía ser el mismo, podía ser el solitario, melancólico, vacio y roto Sasuke.

—¿Volvió a decirte algo? — el azabache asintió— Jiraiya también, no deja de joderme con eso de que mis padres estarían muy decepcionados de mí, ¿y que? No puedo sentirme como un maldito porque ni siquiera los conocí. El viejo piensa que juega sucio, pero la verdad no me interesa.

El azabache lo observo por unos minutos, Naruto había fruncido el ceño como pocas veces lo hacía. Le sonrió amigable, como el también pocas veces lo hacia.

—¿Una carrera al instituto?— le invito.

—Seguro. Con esa rodilla herida no podrás hacerme trampa. — le sonrió para luego patalear con fuerza.

—Eso es trampa, dobe— el también se hecho a la carrera tras el imbécil de su amigo.

En esos momentos se sentía como el Sasuke de seis años que sobre sus patines cada mañana hacia carreras con el rubio para llegar de primero a la escuela. Su madre lo seguía en auto, junto a su hermano Itachi. Cuidando de que ambos niños no saliesen lastimados. Su madre sentía un especial cariño por Naruto y una vez Sasuke pidió que su madre lo llevara a casa a vivir con él, sin embargo su padre se enojo. "Naruto tiene casa Sasuke, deja de molestar". Lo sabía no era idiota, además Naruto le había dicho que no podía dejar a su abuelo solito. Y por si fuera poco el rubio vivía al lado.

Ahora a sus dieciséis años la situación le pareció absurda. ¿En que estaba pensando cuando tenía seis años? El dobe era estresante que imaginarlo viviendo bajo el mismo techo... Seguramente ya lo hubiese asesinado. Sí de por si ya lo estresaba porque en su casa se escuchaban sus berridos de loco. En fin, Vivian cerca y Sasuke tampoco podía quejarse mucho prácticamente se la pasaba en casa del rubio.

El resto del camino habló de su próxima pelea o "combate" como le decían ellos dos. Kiba, Inuzuka Kiba un castaño de sonrisa "estúpida" y mucho peor en carácter que Naruto, había coqueteado con la novia de un supuesto pandillero de otra escuela y se había formado una grande, donde según palabras del rubio: "no solo humillaron a Kiba, teme. También insultaron al instituto, a nosotros". Así que ellos como parte del "club" debían salir a darse a respetar.

—Luego le partiré la cara a Inuzuka— aseguro el azabache.

—No jodas Sasuke, lo han dejado bastante mal —

—Y yo lo dejare peor ¿en que estaba pensando al meterse con la puta de otro instituto? —

Para Sasuke pelear era un desahogo. Una liberación, con esos pequeños matones podía descargar todo el odio que llevaba acumulado. Sin embargo, pelearse por un lio de "putas" no le era nada honroso. Porque sí, Uchiha Sasuke estaba orgulloso de cada una de sus heridas de combate y de su fuerza descomunal.

Camino junto al rubio de ojos azules, con las manos en los bolsillos y el bolso cruzado en su pecho. "mierda" debía decirle al rubio que ese día tenia practica de Beisbol. Tenia que idear un modo de hacerle saber el asunto sin que el Namikaze lo llamara cobarde, no porque le tomara importancia sino porque podría llegar a otros oídos.

Naruto entro primero al aula, sonriendo y saludando a los demás estudiantes. Él entro luego asintiendo en forma de saludo a Aburame Shino, Nara Shikamaru y enviándole una mirada colérica a Inuzuka Kiba.

Él no acostumbraba a hablar con nadie mas que no fuese Naruto. A veces conversaba con Shikamaru porque era el único con el que se podía hablar seriamente. Se metía en las peleas solo por desahogarse y por defender al rubio de su amigo. Solo eso, no le interesaba que le habían hecho al Inuzuka.

Todos le decían el frio y asocial Uchiha. Las mismas chicas que años atrás, cuando ingreso al instituto se la pasaban como sanguijuelas ahora le huían cada vez que él les dirigía la mirada. Paso luego de que golpeara a un chico frente a ellas, "Sin razón aparente", claro como no, el sujeto se había metido con lo mas grande que tenían Sasuke, su madre.

Camino entre sus compañeros sin mirar a nadie y sin recibir o sentir mirada alguna. Sin embargo al estar frente a frente de su asiento, el cual a pesar de ser de dos personas siempre lo ocupaba el solo, ahora estaba ocupado por una chica de extraño cabello rosa. Se acerco con su aura asesina encendida y golpeando la mesa atrajo la atención de la muchacha.

—¡Buenos días! Debes ser Uchiha Sasuke ¿no? Seré tu nueva compañera, Hatake Sakura —Con la voz cantarina y una sonrisa encantadora se presento.

A pesar de que él quería causar un susto a la chica, fue él quien quedo perplejo ante semejante gesto. La observo fijamente por unos segundos, sintiendo los latidos del corazón más rápidos. Ante la idiotez que pensó, sacudió su cabeza y dirigió su mirada severa a los grandes y dulces ojos color verde que lo miraban expectantes. Luego lanzo su mirada fría a sus compañeros, quienes se habían alertado y esperando alguna reacción. Chismosos decía Sasuke.

Se aclaro la garganta antes de hablar y la miro fijamente.

—¿Qué hace en mi asiento? —ante que todo la educación.

—Te-te lo dije soy tu nueva compañera —respondió después de unos segundos y visiblemente nerviosa

—¿Cómo sabes mi nombre? —

—Me lo dijo el director —

—No me tutees. ¿De acuerdo? —la chica no le respondió — ¿De acuerdo? —volvió a decir.

—Sí —

Se sentó a su lado dejando un espacio grande entre ellos. Minutos después entro la profesora de Biología, Mitarashi Anko. Entre gritos y regaños la clase se ordeno y la profesora antes de comenzar con sus lecciones, llamo la atención de los jóvenes.

—Me imagino que muchos se han dado cuenta ya, pero igual seguiremos el protocolo. A partir de hoy se incorpora a su clase... Hmm, deja ver como te llamas... —Comenzó a buscar en la carpeta que le habían dado en dirección. —¡oh cierto! Eres la hija de Kakashi- sensei. Hatake Sakura ¿Quieres venir al frente de clase por favor?

Sakura se levanto deprisa, haciendo que el libro de biología de Sasuke cayera al piso. Avergonzada se agacho para recogerlo pidiendo disculpas pero el azabache fue mas rápido y lo toma, no sin antes susurrar Eres una molestia. Sakura con la mirada fija en el piso se puso en marcha hasta el frente de clase.

—¡Buenos días! Soy Hatake Sakura tengo dieciséis años y espero llevarme bien con todos ustedes —hizo una leve inclinación y sonrió un poco.

—Oye Sakura-san, ¿ese cabello es natural o teñido? jajaja —se burlo un compañero.

—Es natural —respondió entre dientes un poco enojada.

—¡Bienvenida a la clase Sakura-chan! —exclamo el rubio Naruto. Sakura le sonrió un poco mas alegre, pues se vio contagiada de la sonrisa del rubio.

—Bueno eso es todo, toma asiento al lado de Uchiha. Bueno mocosos comencemos con los temas que irán para el examen final — todos comenzaron a susurrar y exclamar maldiciones — llegaste en buen momento Sakura

Mientras Anko-sensei escribía en la pizarra, Sakura a duras penas podía seguirle el paso. No porque fuese lenta, floja o estuviera asustada del contenido, no porque ni siquiera sabia de que se trataba. Sino porque podía sentir la mirada oscura y penetrante de su compañero de asiento. Por una extraña razón que desconocía ella le había caído mal al muchacho. Sentía el corazón latir rápido y los nervios disparados por todo el cuerpo.

Sasuke le comenzó a observar de reojo al comienzo. Se quedo mirando su cabello intentando hallar alguna raíz de un color diferente a ese extraño color rosa. Sabía que era de mala educación hacer aquello pero que más daba. Por otra parte, no sabia porque la miraba tanto era estúpido pero ahí estaba viéndola descaradamente. Y sintiendo el lento escribir de su compañera en el cuaderno. Si no le seguía el paso a Anko-sensei se quedaría sin copiar la mitad de las cosas. Suspiro, a aparte de extraña era una lenta. Sintió un papel impactar en su cuello y supo que venia de unos asientos diagonalmente atrás. Lo tomo entre sus dedos y llevándolo debajo de la mesa leyó.

Deja de mirarla de esa manera Teme, la vas asustar . Sasuke levanto la mirada, el rubio lo miro con el ceño fruncido y susurro. No seas amargado con la lindura . Sasuke lo ignoro y levantando su mano derecha saco su dedo medio. Él rubio lanzo una exclamación indignado.

¿Lindura? ¿Ella?

Bueno sí, era bonita pero el no iba al instituto hacer amigo de nadie. Además ella había frustrado su plan de permanecer todo lo que quedaba de año solo en su asiento. Desde allí se podía ver el campo de beisbol de la escuela. Cuando la clase era muy aburrida y afuera disfrutaban de un partido él lo miraba desde allí, pensando y sintiendo que estaba abajo bateando.

El timbre del receso sonó. Anko-sensei no tuvo la oportunidad de decir nada porque ya la mayoría había salido corriendo. Tomo sus cosas y se retiro. Él Uchiha con paciencia metió sus cosas en su bolso y se levanto rápido, al hacerlo lanzo los cuadernos de su compañera de asiento al piso.

—¡Oye! —exclamo enojada y mirándolo feo.

Sasuke le dio una mira de reojo e ignoro sus reclamos. Naruto le susurro al oído cuando paso a su lado Eres un Teme, por eso no consigues novia. Tan buen partido que se veía para ti luego de ello se agacho para ayudar a la chica. Él reanudo su camino sin voltear a mirar.

Qué tonterías decía Naruto. Él y esa chica, nunca.

Lo que Sasuke aun no sabia era que no por nada existía el dicho, "Nunca digas nunca"

Pero estaba seguro que en ese momento no comprendí lo mucho que cambiaria mi vida luego de ese encuentro natural.


¡Hola, hola! ¿Cómo están? Sí, sí se que aun no termino "lo que dejamos atrás" pero hace mucho tiempo tenia planeado realizar una idea loca, loca que se me metió en cabecita y no pude descansar hasta sacarla. Enserio les digo que costo muchísimo.

Esta historia es un poco diferente: Me he querido enfocar, aunque no se toque como tal en los primeros capítulos, he querido focalizar este fic en Sasuke y los problemas familiares. En una especie de doble o contraparte. La familia Hatake compuesta solo por Sakura y Kakashi (Sí, le he cambiado el apellido) y la de Sasuke.

Quizás Sasuke se veía un poco gruñón, frio y malnacido con Sakura pero no quiero que se queden mucho con esa imagen quiero plasmar un lado mas bonito de él. Además que ya verán otras sorpresas.

Espero que les guste tanto como les gusta "lo que dejamos atrás" incluso más. Bueno esperando que no se me haya quedado nada por fuera, las invito a dejarme saber que tal les pareció este primer capitulo.

Gracias, Bye bye.