Hola de nuevo aquí les traigo un nuevo trabajo, es la tercera parte de dos fics relacionadas con cartas y sentimientos, espero que les guste.
El santuario se levantada con todo su esplendor atrás de aquella muralla natural de cadenas montañosas, todos sus habitantes estaban en sus respectivas tareas correspondientes al estatus en el interior del recinto, una serie de templos con el clásico estilo griego subían resguardando así el templo principal, ahí donde habitaba una persona muy importante para el santuario, la diosa Athena, guardiana y protectora de la tierra, miraba todo desde la altura, luego de la guerra contra Hades así como la disputa por el planeta por parte de Apolo y Artemisa comenzaran a ser problema interino, el poderoso Zeus, señor del Olimpo y padre de todos los dioses, tuvo que meterse por primera vez en un conflicto que la diosa tenía con las demás deidades, fueron largas charlas de negociaciones y acuerdos entre los inmortales que finalmente llegaron a la conclusión de nucna más atentar contra la tierra y todas sus habitantes desde los animales, plantas y raza humana, los dioses nunca más buscarían el dominio de la tierra e irían en contra de esta, dejando a la diosa Athena a su cuidado, velando por cada una de sus habitantes; las tan soñadas palabras para la diosa de la sabiduría donde cada uno de los presentes nunca atentarían contra la tierra y la todas las razas vivientes en el planeta dejándola al cuidado de la actual regente, la hicieron sentir en paz consigo mismo y un enorme peso caía de los hombros.
La diosa se sintió en paz al saber que ya nadie iba a atentar contra la tierra, aunque haya sido una paz forzada, podía estar segura por tener finalmente uno de sus tan deseados deseos, un mundo donde su sangre y familia vieran a la humanidad como juguetes de su entretenimiento respetando la palabras de la madre Gea, y para que la diosa estuviera más que segura su corazón los dioses ofrecieron la oportunidad de recuperar a todos sus guerreros y guardia dorada, plata y bronce caída en batallas o conflicto anteriores así como al patriarca al santuario; el corazón latió de alegría al saberse que todos aquellas caballeros regresarían con la vida y así sin más tiempo que perder regreso al santuario donde todos los santos de bronce, plata y dorados la esperaban en el templo principal, algunos desconcertados, otros alegres al verse con vida nuevamente pero aquello no le tenia de importancia para l diosa, todos ellos estaban de regreso, su corazón de diosa estaba lleno de felicidad y olvidando todo protocolo corrió hacia los hombres abrazando al primero que se cruzara en su camino siendo el caballero de Géminis el recibir el abrazo de la diosa, este así como todos los presentes se quedaron paralizados por el comportamiento de la diosa, pero sin tomarle mucha importancia, ya saliendo del desconcierto y la pena que pudiera causar Saga correspondió el abrazo de la mujer, diciéndole que es una alegría volver a la vida a su lado.
Saga miro a la joven doncella que hace un momento irrumpió su camino hacia el coliseo para dejarle algo, sus ojos cafés lo observaban con mucha atención esperando una respuesta de su parte no le extraño aquella mirada por lo general los jóvenes aspirantes a caballero o las nuevas doncellas de los templos se les quedaban observando como si fueran dioses por el porte y presencia la mayoría se que quedaba observando con admiración y respeto por todos los actos realizados en vida y después de esta, ellos eran símbolo de fidelidad y lealtad hacia Athena y la tierra misma. L a pequeña infante solo se le quedaba observando unos segundos más antes de hacer una reverencia y dejar algo a su lado esperando a que él se percatará de su presencia.
Saga por un momento se quedó extrañado por el profunda mira de la infante, se sentía intrigado por el peculiar color que poseía, un café que llegaba a ser confundido por el rojo de la sangre, la mirada con profundidad como si buscara algo en su ser, equello lo podía un poco nervioso pues nunca se había enfrentado con una mirada tan profunda que podía jugar que tenía mucho sabidura ocultad tras su apariencia.
-es para usted señor.- extendiendo su mano señala lo que dejo al costado del caballero mostrando un papel doblado a la mitad, Saga dejo de lado todos las ideas y toma el papel, la infante hace una reverencia antes de darle la espalda y salir por la puerta trasera. Saga la sigue con la vista hasta verla desaparecer, observa el papel, lo desdobla para leer su contenido.
Espero que estas palabras no sean vista por alguien más, porque…
Apenas eran una mañana y el rostro de la diosa se encontraba teñida de un color escarlata, y no era para menos pues en ese momento sus ojos no podían dejar de observar aquel trozo de papel que aquella doncella había dejado a primera hora del día y dejándose llevar por la vaga idea de que eran noticias de Tatsumi o algún informe del santuario, lo abre descubriendo una fina letra y sin poder contener su curiosidad comenzó a leer descubriendo una verdad, no cruel pero si vergonzosa para su persona, por un momento recordó lo que hacía un tiempo había escrito dejando la carta y comenzó a buscar la suya que había escrito descubriendo con horror que no estaba en el lugar donde la había escondido, en estos momento deseaba morirse pues aquel papel tiene algo que se había jurado no revelar, aun cuando su vida dependiera de ello, los nervios comienzan a invadirla, no tiene idea Sintió que un cosmos se levantaba de forma violenta, y luego se apaciguaba, salió del templo principal asustada descubriendo con espanto el origen de la alteración, la tercera casa estaba rodeaba por un aura dorada de su protector, no espero un segundo para ir hacia este y ver lo que perturbaba a su guardián; todas las personas con la que cruzaba habían detenido sus actividades con ver hacia la tercera casa, llego justa a tiempo antes de que el resto de la guardia dorada ingresara a la casa, con un movimiento de la mano y una mirada suplicante a no intervenir obedecieron a lo pedido, ingreso a la casa temerosa por lo que podía encontrar, estruja el puño, percatándose que en todo este tiempo llevaba consigo aquella pergamino, no sabe si sentirse afortunada o tonta por lo que está por hacer.
Se encontraba en medio del templo con la mirada puesta sobre el papelas, las pisadas de la diosas eran las únicas que se escuchaban pero el santo se negaba a levantar el cabeza
—Athena. —El Santo levanto la mirada viendo a su diosa, el cuerpo se le tensa así como la diosa, estaban solamente ellos dos y era el momento de poner las piezas al aire.
—Saga. —fue la primera en acercarse, reconoce el papel que tiene el santo en sus manos, era ahora o nunca —yo quiero disculparme.
Saga quedo desconcertado por la respuesta, mira lo que lleva en las manos la diosa pero no dice nada, ya tenía mucha vergüenza por lo que acababa de pasar y ahora que su diosa supiera el más grande de sus secretos, solo deseaba que la tierra se lo tragara..
—perdóname por no tener el valor de enfrentar esta batalla de enfrente, perdóname por provocarte esto, nunca fue mi intensión en colocarte en esta encrucijada, porque sé que estas palabras son muy comprometedoras para ambos y nunca tuve la intensión de provocar esto Saga, sin embargo no puedo evitar sentir y condenar este caprichoso corazón que desea estar a tu lado, pues tu sola presencia hace que pierza la cabeza y olvide la diosa que soy para ser una mujer enamorada, que las dulces y venenosas palabras de Afrodita ingresaran con violencia a esta mente que ahora no sabe lo que quiere yo… yo … yo te amo saga
—Athena yo…
—por favor Saga deja que termine, soy yo la única culpable de que este sentimiento sea el causante de tu sufrimiento, en un deseo egoísta de ser la única en tu vida, pero que te pone en peligro solo con el fin de tenerte de regreso, soy una egoísta que nunca pensó más allá de lo que siente ese corazón.
—no diga eso Athena—interrumpe el peli azul— soy el culpable de que usted se encuentre así señorita Athena no tiene que sentir vergüenza en lo que yo cause, así que no se culpe de algo solo yo tengo la culpa, soy el hereje en pensar en usted como la mujer y no como la diosa, soy el blasfemo que profano la pureza que es con pensamientos poco dignos de un servidor suyo por favor Athena perdome por ser el peor hombre en la tierra.
Athena se acercó tomando ambas mejillas acariciándolas con cuidado, los ojos de Saga no pierden detalle de ver las delicadas facciones que poseía la diosa, ambos cruzaron que si nadie interrumpía estaban por juntar sus labios en búsqueda de un beso deseado por ambos desde hace mucho tiempo, sus labios se juntaron, ambos cerrarons los ojos dejandose llevar por la dulce sancación que les provocaba la persona alfrente de ellos; el aire les hizo falta así que se separaron, el cosmos de Saga volvio a la tranquilidad y Athena/Saori, supo que finalmente tu deseo estaba hecho realidad
Ambos se abrazaron en silencio, no era la mejor forma que tenían para confesar lo que sientes pero era mejor algo que nada y ellos estaban dispuestos a llegar ese sentimiento que nació en ambos hacia adelante.
La pequeña infante miraba en silencio sin ser observaba por los dos mayores, sonríe por ver tu tarea hecha antes de desaparecer en la misma oscuridad que se encontraba, volvió aparecer esta vez suspiro comenzando a desprender de cada una de las prendas del santuario hasta quedas desnuda, cerró los ojos antes de que una luz la cegara e iluminara por completo su cuerpo, al momento que la luz fue perdiendo su poder, aquella infante había cambiado para ser una bella mujer de piel blanca como porcelana, los cabellos platinados con la mirada con la que había bajado al mundo de los humanos.
—estas de regreso hermana Caos. — La mujer volteo la cabeza y ver a quien le hablaba, un hombre un poco más alto que ella la mira camina hasta queda a un lado de ella, vistiendo una túnica ceremonial con una coleta baja que amarraba su rojo/rosado cabello, entre sus manos tenía una tela café que le ofreció, ella la tomo envolviendo su cuerpo con esta.
—gracias Eros.—Ambos caminaron hasta llegar a una habitación en medio de esta había una ojo de agua a lo cual la albina se adelantó extendiendo su mano y en un movimiento de la muñeca brilla para reflejar el santuario de Athena, ahí mismo se ve a la diosa y el caballero disfrutan de la compañía mutuo riendo por un comentario, disfrutando de la tarde donde el sol brindaba, ambos se quedan observándolos sin mencionar nada poniendo mucha atención de la paz y alegría que reflejaban ambos, Caos estaba tan concentrada en observa a los enamorados que no veía a su hermano Eros tenía la vista en su mirada, la estudiaba minuciosamente hasta que finalmente solo tuvo que decir unas frase que era muy importante para él.
—¿Cuánto es tu amor por él?
—Tanto como fue el tuyo con aquella doncella que espera tu regreso— guardo silencio permitiendo que el hombre asimilara las palabras. —aun para ir personalmente ante aquellos hijos y expresar mi opinión por su actuar y manejo y dar testigo de la sangre derramada por el miedo y odio de un padre para no ver juntos almas que estuvieron destinadas a estar unidas desde la época del gran mito; siendo obligados a odiarse hasta la muerte, forjaron caminos diferentes donde uno se hundió al camino de la sangre y muerta y el otro en el camino de la rectitud y soledad siendo la barrera que colocaría para resguardar su corazón y ocultando el doloroso recuerdo en un cariño inexistente de aquel cordel indomable, solo por ser el recuerdo de la pasión y locura que le provocaba su sola presencia, eso es lo que son ellos dos, tan iguales y diferentes que se complementan, así como lo es para ti tu joven esposa, tan iguales y diferentes que se complementan.
Eros sonríe con tristeza y le da la verdad a su hermana, como extrañaba a su esposa Psique e hija y podía hacer cálculo del amor y dolor que sentía Caos al verse obligara a actuar por no soportar el sufrimiento que veía, recuerda perfectamente cuando ella se presentó al centro de los dioses "explicando" su descontentó y poco cuidado en la raza humana por parte de ellos, ayudando en silencio a Athena sin que ella se enterará de su participación en la intervención de Zeus así como las negociaciones así como la oportunidad de volver a ver a su guerrero y confesar el sentimiento mutuo , sin más que hacer la imagen desapareció volviendo nuevamente a un simple estanque de agua.
—¿estas bien hermana?
—si.—guardo silencio.—estoy cansada Eros, voy a descansar.—El hombre asistió sin mencionar nada más, la observa retirarse, con esa actitud altiva y orgullosa que siempre mostraba ante todos, pero en el fondo lloraba, siendo la indefensa niña que se protegía de la oscuridad, lugar de donde nació, y dio comienzo a todo, él siendo lo más cercano que ella tenía, sabía lo que era ella, el cambio, una transformación de la creación, no solo era el inicio, también era el fin de la creación, no existía maldad en su corazón, pero muchos milenios en la soledad sin ser amada la hacían una criatura frágil y solitaria y el verse despojada de tal vez la única oportunidad de buscar un compañero, era más de lo que él pudiera soportar, solo esperaba que Caos pudiera seguir adelante.
Llego a su habitación donde solo había una cama, un mueble y una gran ventana que daba hacia un gran campo de estrellas, llegó a su cama dejándose caer en esta antes de gritar de dolor lanzando todo su alrededor hacia las cuatro paredes, lagrimas caían de esos ojos sin dejar de sacar todo lo que llevaba en su interior, obligarse a si misma en ayudarles a la diosa virgen y el caballeros en unir sus corazón en un amor que ella no podía experimentar, porque sabía que si ella hubiera querido, hubiera utilizados todo los métodos que su descendencia solía hacer para tener lo que querían, sin embargo ella no lo haría, más que nada por respecto a la diosa y al caballero pero aún más por respeto hacia sí misma, ella estaba muy enamorada y lo amaba profundamente como para aceptar que la felicidad de aquella joven criatura era con ella , y si él era feliz, ella podía lo sería.
—Espero que puedas encontrar la felicidad mi pequeña luz. —Continuo llorando dejando que las lágrimas se transformaran en aquellas bellas estrellas que adornaban e iluminaban el oscuro cielo, era la única muestra que le daría a Athena y a Geminis que alguien más velaba su amor y felicidad aun por encima de la suya.
Bueno según sería el fin de esta trilogía, sin embargo va a haber un epilogo, algo pequeño pero igualmente importante pues como vieron Caos aparece apoyando a Athena pero solo por algo, pero bueno espero que les haya gustado, nos leeremos para el epilogo de esta trilogía.
