Al igual que tu
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"70 años han pasado desde la última vez que habían pisado Forks, pero no sabían que eso podría cambiar sus vidas, recordar el pasado y ver a los viejos amigos"
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Capitulo 1
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Clases de cálculo, no es que no pudiera con ellas como antes, pero si era una de las clases que más aborrecía anteriormente, tenerla nuevamente no era de mi agrado. Pero acá estaba, escuchando al profesor dar la clase que ya había tenido anteriormente hace muchos años atrás. Todo parecía paz y tranquilidad, no entendía como era que los demás soportaban esta tortura o es que sabían aparentar muy bien, o tal vez yo aún no podía controlar el aburrimiento y el enfado que me daba estar sentada ahí en vez de poder hacer cualquier otra cosa.
Lo único bueno es que a mi lado estaba ese hombre que hasta el día de hoy hacia que corrientes eléctricas recorrieran mi cuerpo cuando él me tocaba. Edward miraba atentamente al profesor, aunque sabía que no estaba en la clase, debía estar escuchando los pensamientos de nuestra hija o de sus nuevos compañeros. Siempre hacía lo mismo, temiendo que alguien quisiera lastimarla o la discriminaran por ser distinta. Yo, solo lo dejaba, no podía luchar contra la corriente, décadas de discusión no nos llevarían a nada.
Sabía que nadie le haría daño, Renesmee era igual que cualquier otro humano solo que algo más fuerte, le gustaba alimentarse de sangre en vez de comida y tenia habilidades que no tenia cualquiera, pero era una niña como cualquier humano, aunque sus padres fueran vampiros, y fueran a la misma escuela que ella para aparentar que estaban en segundaria, solos dos años más que ella… ahora que lo pensaba no era como cualquier otro humano, mi hija era especial. Sonreí, mi hija, quien lo diría, yo que pensé que mi vida solo tenía sentido si era igual a Edward, algo por lo que luché con garras ya que mi marido no quería arrebatarme mi alma, no quería que fuera un monstro igual que él. Pero gracias a algunas condiciones, un matrimonio, una matrícula en Dartmouth y un auto deportivo logré mi cometido, pero no sin antes entregarme algo que agrandaría mi corazón para dar más amor del que ya le entregaba a Edward, mi hermosa hija, la adoración de toda la familia Cullen y los ojos de mi esposo.
Sentí que me llamaban por lo que volví la vista hacia el profesor quien parecía preguntarme por el resultado de uno de los ejercicios, estaba al tanto que lo podría sacar en segundos y tenerle la respuesta, pero para eso necesitaba saber qué ejercicio era. Como siempre Edward al rescate me mostraba con disimulo cual era la pregunta y con la respuesta. No había necesidad de buscar algún truco para mirar de reojo la hoja que me tendía, con mi vista de vampiro solo debía mirar sigilosamente con un movimiento veloz que ningún humano notaria y sabría que decía.
Después de darle el resultado, el profesor me advirtió que debía estar más concentrada, así que desde ese momento, luego de escuchar una pequeña risa de parte de mi esposo, no dejé de mirar al profesor y hacerme la indiferente con ese vampiro que estaba a mi lado.
Cuando la clase terminó, salí rápidamente de la sala, sin darle posibilidad a Edward de alcanzarme, aunque escuché nuevamente esa risita suya tan particular. Adiaba cuando se comportaba así. Sé que era mayor que yo, en edad vampírica, eso sí y que tenía más control que yo sobre su cuerpo, pero eso no le daba derecho a reírse de su esposa cada vez que alguien me llamara la atención. Fuera, caían algunas gotas de lluvia, respiré profundamente, pronto vendría un aguacero, no me molestaba, pero debía parecer que si lo hacía, así que bufé y caminé por el sector cubierto. Forks jamás dejaría de ser el lugar más lluvioso de todo Estados Unidos.
La decisión de volver a Forks había sido inminente, era el lugar que a todos nos gustaba y donde estábamos más cómodos debido a que el sol no era muy corriente, en el año la mayoría de los días eran nublados y con lluvia por lo que no debíamos escondernos por ningún rayo de luz. Antes de instalarnos nuevamente en la mansión Cullen, habíamos ido a observar el territorio, no debía haber nadie que nos reconociera, ya que eso ocasionaría que nos tuviéramos que ir de un momento a otro.
Mi padre había muerto hace veinte años atrás, de muerte natural. Lamentablemente no había podido estar presente en el funeral porque sería extraño que su hija se viera exactamente igual que hace cincuenta años, así que tuve que mirar de lejos mientras estaban los presentes. Alice se había ofrecido a maquillarme de tan forma de quedar como una persona mayor, pero decidí que no era prudente, era mejor mantener la distancia después de tantos años.
Charlie sabía de nuestro secreto, luego de que Jacob le contara que éramos diferentes, no había querido saber lo que ocurría, pero era solo cosa de ver que su hija había dejado de tener los ojos color chocolate y que no había ningún indicio de vejez en el rostro como para saber que yo nunca sería una anciana, algo que yo aceptaba con mucha dicha. Nos veíamos cada cierto tiempo, luego de que los Vulturis decidieran dejarnos libres ya que Renesmee no era una criatura descontrolada ni única en su especie, logramos quedarnos unos años más en Forks, pero llego el día en que debimos partir. No podíamos mantenernos dentro de la mansión todo el día, Jasper y Emmett necesitaban despejarse y si lo pensábamos bien, no solo ellos necesitaban un momento de normalidad… normalidad para nosotros.
Mi hija era la que más sufrió, adoraba a su abuelo y no entendía porque él no podía venir con nosotros como lo estaba haciendo Jacob, por lo que tuvimos que hacer la promesa de que a lo menos vendríamos para cada navidad y cumpleaños de Charlie, así él no se sentiría solo, aunque luego de unos años se había casado con Sue Clearwater.
Primero nos fuimos de visita a Alaska donde Tanya, ellos todavía estaban de luto por la muerte de Irina, pero la alegría de tenernos ahí disimulaba la tristeza, en especial tener a mi hija corriendo por la casa. Esa pequeñita podía hacer revivir hasta al más anciano de los vampiros.
Ese fue otro tema importante, Renesmee dejó de crecer con evidentes cambios cuando cumplió los siete años, ya parecía una niña de doce y el crecimiento era casi imperceptible. Ya sabíamos lo que ocurriría, se mantendría así o un poco más grande por mucho tiempo como ocurría con Nahuel, el mapuche vampiro híbrido igual a ella. Estos dos se escribían seguido, habían creado una muy linda amistad, por lo que nuestro viaje nos llevó al continente sudamericano para una visita al vampiro y a su tía, Huilen, en Chile, como también a donde las amazonas, ya que nos habíamos comprometido a llevar a Renesmee para pasar un tiempo con Zafrina, con quien habían creado un vínculo, bueno, ¿quién no creaba un vínculo con este pequeña criatura que era mi hija?
Luego decidimos quedarnos en Isla Esme, un lugar que nuestra hija debía conocer, gracias a ese lugar que ella estaba con nosotros, así que no podíamos dejar de visitar. En ese tiempo nuestra familia se distanció un poco, Alice y Jasper fueron de viaje por Europa, querían un tiempo a solas, cualquiera lo entiende, también lo hicieron Emmett y Rosalie, aunque a esta última le costó dejar a su sobrina, pero le prometió volver con muchos regalos del mundo cuando volvieran a reencontrarse. Esme y Carlisle se quedaron con nosotros, el vampiro quería investigar en la medicina del continente Sudamericano y Esme adoraba pasar tiempo con su nieta, otro hijo más a quien malcriar y consentir, además yo lo pasaba esplendido con ella, aprendí de decoración, moda y miles de cosas, debido a que ahora tenía tiempo de sobra para aprender de todo lo que se me ocurriera.
Edward le enseñó a nuestra hija a tocar el piano, un orgullo más para el vampiro, ya que mi hija era experta, aprendía rápidamente y hasta ya componía sus propias canciones. Y una de las emociones más grande fue su primera canción dedicada a su padre. Era maravilloso ver como los ojos de Edward se iluminaban cuando veía a su hija.
Un tiempo después decidimos tomar el camino que se había planeado antes de enterarnos que estaba embarazada de Renesmee, cuando todavía era humana. Así que nos despedimos de nuestros padres, como a ellos les gustaba que les llamáramos, y nos dirigimos a la casa que teníamos en New Hampshire para comenzar nuestros estudios en Dartmouth, yo letras y Edward medicina. Renesmee comenzaría la escuela cerca de la universidad para así poder pasarla a buscar luego de nuestras clases. Fue la primera vez que nuestra hija iba a la escuela, Esme y Rosalie se habían dedicado a enseñarle todo en casa, ya que debido a su crecimiento no podíamos ponerla en alguna escuela infantil. Así que ahora sabía igual o más que yo, siendo que ella era más pequeña.
Lo más extraño para mí fue comenzar con las apariencias, tener que inventar una historia para que la gente no preguntara más de la cuenta. Edward fue el encargado, desde que nací como vampira nunca había tenido que hacer esto, mientras que él había sido desde hermano de Esme hasta su hijo como fue cuando lo conocí por primera vez. Así que esta vez, éramos una pareja que venía a la universidad pero con un una hija gracias a la irresponsabilidad de nuestros actos, padres adolecentes, esto siempre era causa de chistes entre nosotros y risas de parte de Renesmee cuando nos veía supuestamente discutir.
- Todavía no puedo creer que nos miren como bichos raros por tener una hija- dije un día cuando volvíamos a casa. Acabábamos de pasar a buscar a nuestra hija a la escuela y los padres por enésima vez nos miraban con reproche, los padres irresponsables que vivían solos, Edward solo reía
- Recuerda, éramos dos adolecentes hormonales que no tuvieron protección y más queriendo estudiar y dejando a nuestra hija horas y horas en la escuela… para estas personas, somos los padres más irresponsables de la faz de la tierra- me acerqué a la mesa donde mi esposo preparaba cereales para su hija
- Tú habrás sido el adolecente, yo tenía 18 años cuando quedé embarazada
- Eso quiere decir que tú fuiste quien me influenció para tener…- miró directamente cuando estaba Renesmee, me reí y también lo hizo la pequeña, Edward volvo la vista al plato de cereal – y eso no se puede discutir, solo fui la víctima
- Papá, si crees que no se de que hablas, estás equivocado… Emmett es bueno con ese tema- dijo riéndose mientras se sentaba a mirar con el ceño fruncido el cuenco de cereal, Edward gruñó
- Creo que tendré una buena conversación con ese oso- yo asentí, mientras miraba a mi hija que jugaba con la comida, Edward acertó con mis pensamientos- y usted señorita se lo come todo… todavía necesitas de ambos alimentos, no solo de venados
- Los venados no son mis favoritos
- Si quieres un animal, el que sea, primero los cereales
Edward era el mejor padre que pudiera existir, cuidaba de su hija como ningún padre lo haría. Yo estaba realmente sorprendida, me hacía creer que yo no era lo suficientemente buena para cuidar de ella. Él era quien preparaba los alimentos ya que yo no soportaba el olor y mi hija no podía tener ese ejemplo, era él quien se preocupaba de ayudarla con algunos deberes, le ayudaba con el piano y la arropaba por las noches antes de dormirse. Muchas veces le pregunté porque él era mejor padre que yo, Edward solo me sonrió, me dio un beso diciéndome que yo también era una buena madre solo que seguía en proceso de adaptación, Edward no tenía ningún problema de cuidar a su hija mientras yo me acomodaba a esa nueva vida. Además de que mi esposo nunca había imaginado tener una hija de su sangre, ni siquiera la posibilidad de sentir amor, así que sacaba provecho a cada momento de esa maravillosa vida. Yo solo me lanzaba a sus brazos, tomaba su boca y si Renesmee dormía, hacíamos el amor donde quiera que estuviéramos.
Cuando la familia Cullen nos volvimos reunir en New Hampshire mientras esperábamos que Renesmee terminara su año de estudio, comenzamos a ver donde nos iríamos ahora, habíamos llegado al acuerdo que nuestra familia no podría separarse de nuevo debido a que nos extrañábamos mucho, a lo menos por algunas décadas. Aunque fuéramos vampiros, nuestros lazos humanos amorosos nos impedían estar separados. Aunque no fuéramos del mismo padre y madre, nos creíamos una familia como tal, muchos hermanos, una sobrina y nieta y nuestras respectivas parejas.
Luego de mucho conversar decidimos que Forks era el lugar, los extrañábamos, además era ahí donde no debíamos preocuparnos de si nos descubrirían que éramos distintos, el sol, no aparecía casi nunca, Carlisle adoraba ese hospital y con lo aprendido en esos años, quería hacerle alguna reformas, además las personas que conocíamos ya estarían muertas o algunas ya se hubieran ido. De cualquier forma podríamos quedarnos unos años escondidos en la mansión mientras esperábamos que ya no hubiera nadie reconocible. Si sé, suena raro, esto de la vida y la muerte, ya no afectaba como al principio, sabía que todos iban a morir en algún momento y yo seguiría aquí. Además había un motivo más importante para volver ahí, ahí estaba Jacob, y Renesmee estaba loca por volver a verlo.
Este también había sido un tema en nuestra vida de inmortales. Cuando descubrimos que Renesmee dejaría de crecer en algún momento, Jake se sintió tranquilo, significaba que la tendría por mucho tiempo más. Nos siguió en la mayoría de nuestro viaje, cuando nos fuimos a Alaska, a Sudamérica y hasta a Isla Esme. Fue ahí cuando tuvo que tomar otro rumbo, algo que a mi hija y a mi mejor amigo los destruyó. Jacob se enteró que su padre estaba mal, por lo que debía volver a La Push, pero sabía que nosotros no podíamos hacerlo. Así que después de tomar la gran decisión, volvió a su tribu para tomar el mando como jefe ya que Billy no estaba en las condiciones.
Volvimos a ver a Jake cuando fuimos al funeral de Charlie, seguía siendo el mismo, eso significaba que seguía transformándose para no envejecer, lo mismo ocurría con Seth, Leah y Embry quienes habían aprendido a querer lo que eran y disfrutaban ser los protectores de la tribu, no como los demás que ya estaban felices con su respectiva pareja.
Jacob era el jefe de la tribu y debía tomar una gran decisión que tomaba de la mano la relación que tenia con mi hija. Luego de una larga conversación en privado entre ellos dos, donde Edward gruñía y no dejaba de moverse esperando para tener a su hija entre sus brazos, supimos que Jacob volvería a su vida humana, la relación entre ellos dos no acabaría, sería como la princesa y su protector, ya que eso hubiera pasado de cualquier forma, Jake no podría vivir para siempre, siendo que Renesmee sí.
Así que volver a Forks no solo era volver a nuestro lugar, si no que volver a ver a los amigos.
Estuvimos dos semanas verificando si podríamos volver al pueblo como los Cullen o debimos cambiarnos los nombres, eso significaba hacer un largo trámite con el hijo de Jenks para los documentos falsos. Pero no fue necesario cuando nos dimos cuenta que solo quedaban los nietos de algunos de nuestros compañeros del instituto y que no conocían a los Cullen, parece que habíamos quedado en el pasado.
A los pocos días el pueblo comenzó a rumorear cuando vieron pasar a seis lujosos coches por la calle principal hacia la periferia del pueblo… como dirían los Quileutes, los Fríos habían vuelto.
Yo iba con Renesmee en mi coche, delante iba Edward con su nuevo modelo de un Aston Martin, yo había querido seguir sin lo ostentoso por lo que un Volvo es lo que había elegido cuando habíamos decidido volver. Me sorprendía que después de tantos años, todavía existieran estas marcas. Carlisle también había seguido con los mismos gustos, se había comprado un Mercedes deportivo, el caso de Alice, Emmett y Rosalie, había sido distinto, ellos había comprado unos ostentosos deportivos, marcas nuevas de mejor velocidad, modelo y todo lo que refería a coches o en el caso de Emmett un todo terreno para sus "excursiones", los fines de semana soleados.
Mi hija saltaba de la emoción al ver la mansión entre los árboles, yo estaría haciendo lo mismo si no fuera manejando. Cuando me estacioné, Edward abrió mi puerta para ayudarme a salir, regalándome un beso, luego lo hiso con nuestra hija. Esta salió corriendo cerca de sus abuelos quienes abrían la puerta de la casa. Ver el interior era extraño, todo era extraño, el estar ahí nuevamente y como si nada hubiera pasado, como si nunca los vecinos o gente del pueblo se hubiera interesado saber de quién era esta gran casa. Los muebles estaban tapados por sabanas para cuidarlos, así que en unos minutos ya teníamos todo descubierto y las luces encendidas para darle vida al lugar, nuevamente en casa.
Alice ya hablaba de remodelación, ropa que pedir y buscando una historia para aparentar, yo solo pensaba en que la garganta me quemaba por la sed, necesitaba salir de excursión por unos cuantos venados. Mientras los demás se metían con esos temas, Edward, Renesmee y yo salimos a cazar. Esta sería la primera sombra de olor que dejaríamos en el bosque y que alertaría a los lobos de que los vampiros estaban cerca. Otro punto que resolver, los lobos. Aprovechamos el viaje para ir a visitar nuestra casita, la cabaña que nos habían regalado para cuando yo era neófita, todo seguía igual, hasta nuestro cuarto decorado como la habitación de Isla Esme.
Cuando volvimos a la mansión ya estaban todos actuando como verdaderos humanos, Emmett y Jasper miraban la televisión, Alice y Rosalie miraban los nuevos modelos de electrónica en internet para hacer los cambios necesarios y parecía que Carlisle estaba en su antiguo despacho mientras que Esme debía estar recorriendo la casa, quitando sábanas para ver que nos debía faltar. Según Edward estaba pensando en que le prepararía de comer a Renesmee, yo solo reí.
A toda velocidad subí en busca de Esme para ayudarla con lo que faltara mientras Edward y nuestra hija se sentaban cerca de los chicos. Mi madre aceptó gustosa con la ayuda, necesitaba la opinión de otra persona para decidir si había muebles que ya no resistieran nuestra fuerza, siempre había que estar pendiente de eso. Ninguna de nuestras casas podía tener muebles que con solo un toque de nuestra fuerza, fueran a caer en astillas. Así que los mirábamos con detenimiento hasta dar una evaluación. Escuchamos una pequeña risa desde el despacho de Carlisle, nos acercamos, Esme entro primero soltando una risita. Cuando entré, me di cuenta que ocurría, Carlisle parecía haber hecho demasiado esfuerzo sobre una librera y esta había cedido y destruido una parte dejando las huellas de su mano. Los tres reímos y Esme anotó que debía comprar libreros nuevos.
La historia de nuestra familia quedó de esta forma, Esme y Carlisle habían tenido dos hijos, Edward y Renesmee debido a que ellos se parecían mucho como para decir que eran adaptados o la diferencia de edad no era mucha como para decir que mi marido hacia sido padre adolecente. Alice, Emmett y yo éramos hermanos los cuales habíamos sido adoptados por los Cullen cuando Carlisle había intentado salvar a nuestros padres de un terrible accidente. Y por último Jasper y Rosalie eran sobrinos de Carlisle que desde hace pocos años que vivían con ellos, debido a que sus padres estaban viajando constantemente. Esperábamos que la historia fuera realmente convincente para los humanos.
Parecía ir todo de maravilla, en unas semanas más comenzaban las clases y nosotros volvíamos al instituto. Sonaba extraño, yo solo había ido a la universidad, era primera vez que repetiría esta experiencia no como mis demás hermanos que ya iba a ser algo de lo más natural, además eso de aparentar no se me daba muy bien, parecía que el ser una mala mentirosa, me lo había traído a esta vida inmortal. Emmett se había sentado conmigo a conversar demostrándome que no era tan terrible eso de volver a clases, primero seria entretenido y luego lo odiaría, pero para eso estaría él, para hacerme reír si las cosas se ponían muy tediosas. Además era una buena oportunidad para enterarnos si la calidad de educación había cambiado… nuevos compañeros, nuevos profesores y esperábamos que algo nuevo que aprender.
Ya era entrada la madrugada, Renesmee ya debía ir a dormir así que yo estaba insistiendo en que el juego entre padre e hija debía terminar o dejar para unas horas más, pero Edward y la niña seguían negándose intentando apresurar las cosas. Mi esposo le leía la mente y ella solo reía intentando que su velocidad fuera tan rápida como la de su padre.
Fue en ese momento que todos nos quedamos quietos, alguien estaba cerca, escuchábamos sus pasos y sabíamos perfectamente quienes eran nuestros visitantes, porque no era solo una persona, eran tres. Carlisle fue quien se dirigió a velocidad vampiro hacia la puerta para dar la bienvenida. La puerta se abrió dando paso a los tres chicos, dos, seguían igual a como los había visto la última vez, pero uno había cambiado, se veía mayor, bueno, era mayor.
- Así que no era una falsa alarma… los Cullen han vuelto
- ¡Jake!
Gritó mi hija mientras se tiraba a los brazos del hombre como lo hacía cuando era pequeña, pero esta vez, ambos eran diferentes, fue en ese momento donde me di cuenta cuanto tiempo había pasado, cuanto uno podía cambiar en años.
…
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¡Hola a todos!
Volví, acá estoy nuevamente y con un gran desafío… primera vez que escribo sobre la historia original, vampiros, sobrenatural, lobos, sed… toda la vida que creo Stephenie Meyer para nosotras.
¿Qué les parece? Este primer capítulo cuenta todo lo que ocurrió en esos 70 años que pasaron desde que Amanecer dio su fin.
Me entusiasma la idea de imaginar lo que hubiese ocurrido con Edward, Bella, Renesmee, Jacob y toda la familia Cullen. Y espero lograr ese propósito y que ustedes disfruten de esta idea loca que vino a mi cabeza.
Gracias a LauraECS, RoMarasca y Micky67 por ayudarme con la elección de la historia, los desafíos son entretenidos.
Besos a todos y gracias por pasar a leer, espero sus comentarios, dudas, reclamos, sugerencias, nos vemos.
Camili
